Thursday, May 22, 2014

‘La gran belleza’, saboreando el film italiano.


‘La vida es un truco’ y para un cineasta, para un escritor, para un artista tiene que serlo. Para encontrar “la gran belleza” se tiene que bucear en la ‘nada’ y encontrar algo. En ese vacío que experimentamos tiene que haber un sentido especial para vivir. Partiendo de esa premisa, la película dirigida por el italiano Paolo Sorrentino se acomoda mejor. Entonces se nos hará fácil aceptar que uno se puede encontrar cualquier día con una jirafa en un coliseo romano o con flamengos que han decido tomar un descanso de vuelo en pleno centro de Roma. Más aún, le podemos preguntar a esa niña que pinta con ira: ¿qué le hace feliz? Y ella pienso que dirá ‘la paz y la alegría que hay en el juego de la creación artística’.

“La gran belleza” ganó el Oscar a mejor película extranjera el 2013. Acabo de mirar varias veces la versión en DVD que ha puesto en el mercado The Criterion collection, pero les sugiero verla en el cine para disfrutarla más. Los realizadores le han puesto mucho empeño en todo lo que respecta al sentido estético preciso y no han dejado su lado juguetón y burlón.

“La gran belleza” es la historia de Jep Gambardella, un escritor napolitano que sólo ha publicado una novela exitosa y pasa por una sequía artística. Digamóslo mejor, es un intelectual en crisis, que vive gracias a una ambivalencia entre el cinismo y la moralidad. Para moverse mejor en el círculo que tiene, viste con excéntrica elegancia, digamos que es el mejor atuendo que exhibe para interactuar en este mundo que parece un circo. Gracias a su capacidad intelectual puede entrar al mundo del que forma parte y salir fácilmente del mismo.

En la película se presenta a Jep justo en el momento que cumple los 65 años. Junto a sus amigos se ha reunido en una discoteca romana donde se han dado cita para bailar con desenfreno temas muy sensuales. El video clip inicial de Sorrentino es inolvidable. En el mismo se puede oler la podredumbre de la sociedad italiana actual, ver el desparpajo contagiante de los bailarines y reír con cautela por lo que se oye y siente. Cuando la noche acaba, la antigua Roma viene en ayuda del cansado personaje principal, quien se solaza y descansa al ver todo esa majestuosidad silenciosa, que de pronto se rompe por el vuelo sincronizado de una bandada de aves en el cielo o el coro celestial de una niñas de una escuela.

Gambardella vive en Roma desde muy joven, sigue siendo un turista de la provincia sureña que mira con sorpresa todo lo que hay a su alrededor. Se dedica a entrevistar a algunos personajes de la ‘cultura romana’ y publica sus notas en una revista. Sus amigos son escritores en la mayoría de casos, a Romano -el más cercano- le comenta su deseo de volver a escribir una novela.

A su edad observa con cierto temor como lo acecha la muerte y siente que tiene que llenar con algo ese vacío existencial. Como el escritor francés Gustav Flaubert esta convencido que en esa nada de rumores y chismes encontrará algo que se pueda contar. Esta decidido ahora sí a hacer sólo lo que le interesa, aunque se contradice. Sorprende verlo esperando en una cola para someterse a su ración de botox junto a muchos otros –una joven monja incluída- que pagan inmensas cantidades de dinero para lucir menos viejos, sin notar nada de su propio hundiendo personal. Cuando la consciencia emerge, duele y lleva a tomar decisiones finales, lo prueban esos suicidios: del joven que no se siente a gusto en este mundo y la salida de escena de esa mujer de cuerpo hermoso que se ha gastado toda su fortuna para lucir ‘perfecta’. Casi al final, Gambardella trata de darle un sentido espiritual a su vida y cuando trata de hallar respuestas, las grandes autoridades de la iglesia católica instalados en el Vaticano –un cardenal papable en este caso- se rehuye a responder, porque ni él sabe qué es lo que busca. En las cúspides no necesariamente hay respuestas, Jep parece descubrir que lo que busca esta en lo simple, en la superficie de la tierra, donde hay monjas que han decidido llevar una vida con un sentido distinto, alejadas del boato egoísta del poder y el dinero. Es precisamente esta monja santa que le dice que no olvide sus raíces, porque allí precisamente está lo que busca.

Entonces el escritor recuerda que amando y habiendo sido amado fue feliz, entonces decide volver a emplear el truco de la ficción literaria. Gambardella comenzará a escribir y no hay duda que con todo lo que hemos visto, esa novela será genial. La vida está hecha de retazos y esos retazos los vemos a lo largo de la historia (lo han seleccionado director y guionista).

La película puede verse muchas veces y en cada oportunidad se podrá encontrar algo que la hace más interesante. Pero descubriremos que la profundidad que creemos percibir no es tal. Se trata de un truco muy bien planeado. La historia avanza gracias a la calidad de sus imágenes, a la búsqueda que hace el personaje de ese momento que le permita volver a escribir. Esa desilusión que lo atormenta tiene que dejar de fluir a su alrededor. Hay que encontrar la calma para repotenciar esa falta de ambición. En ese circo en el que se mueve tiene que haber paz, una vez que la vea y sienta, se dará el hechizo afortunado de la creación artistica. Al final Jep Gambardella la ve.

Mucho se ha dicho de la similitud que existe con ‘La dolce vita’. Si vemos la película de Federico Fellini notaremos que el mundo de 1960 y el de hoy no ha cambiado, sigue girando sin rumbo. Uno de los personajes afeminados del clásico film dice que ‘el mundo seguirá mirando y hablando de cosas feas en los próximos años’ y de pronto vemos el monstruoso animal que los pescadores han capturado. Fellini pone énfasis en los ojos de la inmensa raya marina, para reiterar la expresión dada por uno de sus personajes.

Ante las interrogantes de similitud, el guionista Umberto Contarello decide aclarar. El dice que cuando en términos de creación artística se trata de hablar de un viaje, el referente -el arquetipo- es el clásico de Homero: La Odisea. Igual, cuando se trata de contar algo de Roma, el arquetipo es ‘La dolce vita’. Agrega que lo que junto a Sorrentino hizo fue ir acumulando una serie de experiencias de provincianos en Roma (Contarello es de Padua) y ellos hablan de esa experencia, además algunos personajes son tomados de la Italia actual, otros son una mixtura y algunos han sido creados en su totalidad para poder contar la historia completa.

El guionista refiere también que para poder crear al personaje central pensaron en un escritor Napolitano Raffaele La Capria y en su amigo Golfredo Pausi, ellos veían Roma muy intrigados y se sentían muchas veces aburridos y preocupados en la capital italiana. Jep y Romano, los personajes de ‘La gran belleza’, son algo y se tratan de parecer a los escritores citados*.

Para finalizar no quiero dejar de contar algunos detalles de la película que me han dejado gratamente impactado: sin duda la filmación se hizo durante la noche y es durante algunas noches que nos movemos en Roma para ver quiénes la pueblan. Nos sorprendemos de encontrar la soledad merodeando por doquier. Mientras acompañamos a Jep y casi lo atropellan vemos una limousine donde va una mujer que está al borde del llanto y la desesperación. Por las calles de la antigua ciudad también caminan mujeres muy solitarias, algunas van con perros, mientras que las prostitutas van en grupo, exponiendo su aburrimiento, desolación y sufrimiento.

Si tengo que quedarme con una escena elijo la del diálogo que sostiene Jep con su colega acerca del sentido moral de un escritor. Ella para publicar sus novelitas apela a acostarse con un político homosexual quien a su vez esta enamorado de otro y solventa sus publicaciones gracias al uso de toda la maquinaria de un partido de izquierda. Y la segunda sería esa niña artista que tras la ira encuentra la calma y la paz, entonces se lanza a hacer el arte que le gusta, dejando mal parados a sus padres quienes sólo buscan el ‘poder’ y el dinero que consiguen con ese talento.


*Raffaele La Capria decía que el escritor tiene que perder el tiempo para poder encontrar algo que valga la pena escribir y eso es lo que parece hacer Jep Gambardella. 


Thursday, May 15, 2014

'Encadenados' a la maestría de Alfred Hitchcock.

Esta ha sido una semana dedicada a ver nuevamente películas del director británico Alfred Hitchcock. No les puedo hablar de todas, pero de entre ‘Cuentame tu vida’, ‘Con la muerte en los talones’ y ‘Encadenados’ me quedaré con la última. Quizás por lo que pasaré a contarles.

Vi esta película cuando era un chiquillo de nueve años en el cine de mi pueblo, allá en mi querida selva peruana de Moyobamba. La recuerdo con claridad por lo que ocurrió antes de que comenzara la proyección. Mi nana me llevó al cine, porque deseaba encontrase con un galán en la plaza principal. Este individuo pretendió sobrepasarse y yo le emprendí a patadas para defender a la dama. A este fulano no le importó tener al frente a un niño y me propinó un puñetazo en pleno rostro. El corte profundo de mi labio superior no iba a impedir que viera la película, así que me negué a volver a casa. Me saqué la chompa celeste que vestía y me aplasté la herida sangrante. Entre sollozos fui dejándome seducir por la maestría de Alfred Hitchcock de quien entonces no tenía ni la menor idea. Creo que a mi estilo me comporté como un caballero frente a una mujer desválida. Veamos la historia del cineasta.

Alfred Hitchcock comenzó a planear “Encadenados” en 1944. Un año antes que Estados Unidos bombardeara las ciudades japonesas de Nagasaki e Hiroshima. Cuenta el famoso director que apenas tenía noticias de que en una zona de Nueva Mexico (Estados Unidos) un grupo de científicos trabajaba algo secreto. Aún no se sabía nada del ‘Proyecto Manhattan’, pero Hitchcock sabía que los alemanes también estaban tratando de descubrir algo muy destructivo. Fue entonces que se le ocurrió la idea de una bomba de uranio. El productor David Selznick no confiaba en esa idea, pero ‘Hicht’ -era el diminutivo del director- lo convenció con el argumento de que el uranio era tan sólo un Mac Guffin.

Años después de la destrucción de las ciudades niponas, cuando se conoció más detalles de la construcción de la bomba atómica y sus efectos destructivos, cuenta el director que se encontró con un hombre de negocios de Hollywood, quien le preguntó ¿cómo se le había ocurrido la idea del uranio? Antes que se rodara la película, ellos -como inversionistas- creían que era una idea descabellada y que por esa razón se negaron a arriesgar su dinero. Lo cierto es que ‘Encadenados o Notorious’ se rodó con dos millones de dólares de presupuesto y generó 8 millones de ganancias para el productor.

Hitchcok no contó cómo supo lo del uranio, pero si refirió que deseaba saber más del pesado metal. Cuenta en la entrevista que le dio a su homólogo francés, Francois Truffaut, que visitó a una eminencia de la época para preguntarle cuánto uranio se necesitaba para conseguir una bomba. Y de qué tamaño sería la misma. No obtuvo respuesta entonces, pero si el comentario de que podía ir a la cárcel por semejante curiosidad. Lo cierto es que Hitch estuvo en la mira de los servicios secretos estadounidenses por algunos meses. Deseaban tal vez saber quién le estaba entregando información al director. Si esa información se filtraba así de fácil, pronto llegaría a las manos del enemigo de entonces.

Para Hitch la historia era sencilla, se trataba de un hombre enamorado de una muchacha, que por cumplir con su trabajo se va a la cama con otro, con quien luego se casaría tambien obligada. El asunto del uranio era secundario. Cuenta el director, que para muchos guionistas, el asunto del Mac Guffin resulta muy atrapante. Por eso no ha dejado de referir que se trata de un señuelo sin importancia, algo así como de un artefacto para cazar leones en la cordillera de los Andes peruanos. Como sabemos que en la cordillera no hay leones, hay que seguir con la historia.

Hitchcok es el maestro de los Mac Guffin, incluso los espectadores nos afanamos por descubrir lo que hay en una maleta o como en este caso ¿qué se esconde en una botella? Descubrimos luego que ese detalle es secundario.

En ‘Encadenados’ se comienzan a mostrar botellas y se pone énfasis en eso desde el principio. Alicia Huberman –la bella Ingrid Bergman- bebe desde que se encuentra con el agente Devlin –Gary Grant. Cuando él cae enamorado ante la bella heroína y conoce que se trata de una mujer que tuvo un romance con quien tratan de atrapar -Alex Sebastian/Claude Rains- se olvida de la botella de champagne que consigue para celebrar. Cuando ella va a la casa de los Nazis, uno de los invitados presta atención a una de las botellas de vino que se va a servir y llama a suspicacias mayores, es más, es liquidado por ese descuido. Cuando Alicia se casa y ofrece una fiesta que es una forma de llegar a la bodega donde se esconde algo mayor, se pone atención -con las cámaras- en las botellas de champagne que se esta ofreciendo, hasta que se descubre lo que hay en las que tienen la etiqueta de 1934, uranio.

‘Encadenados’ es una historia de amor y de intriga politica, de guerra, muy destructiva. Genera temor, pero en ningún momento el director muestra sangre o muerte. Y ahí la maestría del cineaste británico.

A mi me seduce lo que esconde Alicia desde el principio. Ella es una mujer que se muestra fuerte y altiva desde que acepta a pie firme la condena de su padre por traidor. Sigue fuerte ante la noticia del suicidio, pero en lo íntimo de su ser se derrite por algo sencillo: ser amada. Su instinto le impulsa a hacer lo que hace, aceptar convertirse en agente –un poco para lavar su honor- meterse en la casa de un traidor mayor, acostarse, casarse con él- esperando que el verdadero amor llegue al rescate. La historia sugiere eso, un amor verdadero llega, no importa lo duro que sea el camino que hay que transitar. En el último suspiro, casi muerta de intoxicación, la salvación llega, en este caso el amor.

También he jugado con el diseño de la historia creada por Hitchcock en complicidad con su guionista Ben Hecht. Mi diagrama es el siguiente: 1) Devlin mete a Alicia en la cueva 2) Alicia va a jugar con los leones y eso es peligroso 3) él la tiene que sacar con vida.

Podría seguir desmenuzando más la pelicula. Me  gusta el papel de la madre fría, pero amante de su hijo. Me encanta el papel de Alex Sebastian quien se lamenta de ser un niño estúpido, pero ante el miedo que experimenta vuelve a su madre para pedir auxilio. Juega un juego de fuego, pero teme quemarse. Se asusta ante la idea de la muerte, pero como esta metido en un F/Juego satánico, se quemará.

Bueno, volvamos al principio. Aquellla primera vez que vi la pelicula sirvió para aliviar mi temor de niño, el miedo que experimenté cuando tras el primer puñetazo pensé que venían más, felizmente el grandulón era un cobarde y huyó. La sangre lavó mi dolor. Mi nana se sintió protegida por su pequeño ‘salvador’. Al salir del teatro me debo haber sentido un valiente como Devlin o Cary Grant.

Wednesday, May 7, 2014

Las buenas hermanas del cuento.

   
Cuando Alice Munro ganó el premio Nobel de Literatura en el 2013 muy pocos hispano parlantes habían leído sus cuentos. Muchos medios escritos en español de todo el mundo inmediatamente publicaron uno de sus relatos: ‘Radicales libres’. No había leído el mismo, así que leí la historia con curiosidad y placer.

Cuando terminé de leer el cuento debo confesar que me gustó el giro final de la historia y la genialidad de la escritora canadiense para hacer lo que hizo. Con la base del cuento ‘Un hombre bueno es difícil de encontrar’ escrito por la escritora estadounidense Flannery O’Connor y con ‘Villa Ruisenor’, escrito por la inglesa Agatha Christie, Alice Munro escribió su propia versión y lo hizo con maestría.

Si mucho antes, el también Nobel de Literarura, T. S. Eliot dijo que ‘los poetas inmaduros imitan, los maduros roban. Los malos estropean lo que roban y los buenos lo convierten en algo mejor’, lo mismo se puede decir de los cuentistas. Y trataré de probar lo que digo.

En ‘Radicales libres’ Nati está de duelo, su esposo de más de ochenta años acaba de morir. Ella tiene un poco más de sesenta y padece un cáncer que le puede costar la vida. Se ha quedado completamente sola, no tiene hijos y recuerda cómo es que le robó el marido a una mujer casada. De pronto, alguien toca a la puerta de su casa, se hace pasar por un plomero que esta tratando de reparar algún desperfecto en la vivienda. Cuando ella le permite el ingreso el joven se descubre. Es un desequilibrado que acaba de matar a sus padres y a una hermana enferma, tiene la foto instantánea para probar lo que dice, pero eso no intimida a Nati, quien se muestra sorprendida. Inmediatamente trata de salvar su vida y comienza a contar una historia que parece ser verdad. Para salvar su matrimonio ha envenenado con ruibarbo –un veneno vegetal que no deja evidencias- a una amante más joven con quien su esposo la engañaba. Lo que cuenta parece intimidar en algo al desequilibrado, quien le perdona la vida, roba las llaves del auto y deja la casa. Más tarde, la policía viene a informar a Nati que el auto de su esposo fue robado por un asesino, pero que este ha muerto al estrellar el vehículo en la carretera.

Alice Munro cuenta que cuando tenía seis años leyó la historia de la pequeña sirenita enamorada de un apuesto príncipe. La sirenita no podía casarse con su amado por su condición de mujer pez y eso entristeció a la pequeña Alice, entonces ella decidió escribir la historia cambiando el final triste por uno más alegre, casando evidentemente a los enamorados.

Luego cuando iba a estudiar, la joven Alice recuerda que inventaba historias que la ponían en la posición de una heroína resolviendo una serie de situaciones adversas. Así describe la cuentista sus inicios de escritora. Veamos ahora lo que trato de probar.

En el relato ‘Un hombre bueno es difícil de encontrar’, Flannery O’Connor nos cuenta la historia triste de una familia que sale de Atlanta, Georgia, con rumbo a Florida. La abuela le pide a su hijo dirigirse a Tennessee porque de acuerdo a una noticia aparecida en un diario, un desequilibrado a huido de la prisión y es posible que atente contra quienes encuentre en su camino. El hijo ya ha decidido con su esposa llevar a sus tres hijos a Florida. En el trayecto, la abuela convence a su hijo de visitar una antigua casona de los alrededores, apartándose de la carretera por un camino afirmado, mientras avanzan la abuela se da cuenta que se ha confundido, pero es tarde. El vehículo se vuelca y sufren un accidente sin consecuencias fatales. De pronto aparece el desequilibrado y sus compinches quienes han visto lo ocurrido, pero en vez de socorrer a los heridos van liquidándolos por grupos. Desean cambiarse de ropa y un nuevo vehículo. La abuela trata de salvar a su familia primero, recordándole al desequilibrado que es un hombre bueno, que seguramente sus padres lo han educado con ese propósito. El solo hecho de mencionar al padre hace que el desequilibrado se enfurezca aún más en su fuero interno al recordar la terrible relación con su progenitor. Y como lo cuenta más adelante, un dia decidió liquidar a su padre y entonces decide también disparar al pecho de la pobre abuela. La historia es brutal y uno quisiera cambiar el final. Los niños son liquidados sin ninguna compasión, pero se muestran con mucho coraje ante sus victimarios y la muerte.

En ‘Villa Ruiseñor’, Agatha Christie nos cuenta la historia de Alix Martin, una mecanógrafa que a sus más de treinta años decide por fin casarse con Dick Windyford pues ha recibido una herencia que le permitirá gozar de una vida holgada. Pero por esas circunstacias de la vida, de pronto conoce a un visitante -Gerald Martin- con quien se casa en apenas una semana. Dick monta en cólera y le reprocha el hecho de casarse con un desconocido. La flamante pareja va a vivir a un lugar por el que pagan 3 mil libras esterlinas, no tienen servidumbre, sólo un jardinero viene a cuidar las plantas. Se estable un horario, pero por una celebraciones en el pueblo cercano, el jardinero se aparece otro día. En el diálogo con Alix, el jardinero cuenta que la casa sólo fue vendida por dos mil, como lo ha comentado el dueño a todos los vecinos. Y que el esposo Gerald le ha dicho que no vaya a la casa el viernes porque su esposa, Alix, se irá a Londres. Alix se sorprende, dos mentiras en apenas una breve conversación.

Dick esta decidido a no perder a Alix y se esta acercando, la llama para comentarle que se hospedará en una posada de las inmediaciones. Para crear más conflicto, Alix encuentra un cuadernito de notas, en el que Gerald ha hecho anotaciones, ella se sorprende de una que al parecer guarda una incógnita con hora. Decide encarar la verdad con su flamante esposo quien desliza una serie de versiones extrañas: ‘te has casado con barba azul’, le dice. Y agrega: ‘a las 9.00 p.m. quiero que me acompañes al sótano para reveler una fotografías’. Ella teme su asesinato y se niega a bajar. Al día siguiente decide indagar aún más husmeando entre las cosas de su esposo. Es entre las cosas de la maleta que descubre una serie de recortes periodísticos donde se da cuenta de un asesino de mujeres, un galán que las desposa para arrebatarles el dinero y luego liquidarlas. La foto de un diario muestra a un tipo parecido a Gerald y Alix entra en pánico. Es descubierta con las manos en la masa y entonces decide salvar su vida llamando a Dick como si llamara al carnicero. Mientras tanto, Gerald se sigue insinuando y con sus palabras pareciera que se esta revelando como un verdadero asesino, entonces ella apuesta por su última carta. Mientras toman café, le comenta que ha acabado con dos antiguos esposos a quienes ha suministrado un veneno –heroscinas-. Gerald se asusta y piensa que también correrá la misma suerte. De pronto, Dick se aparece en la puerta al rescate junto a un policía y todos encuentran al esposo muerto.

No sé si probé algo, pero sí hay alguna ligazón, esa ligazón no ofrece muestras del veneno suministrado, mucho menos da prueba de muertes similares en el desenlace final del cuento. ¿Será que sólo he tratado de ver esas semejanzas? ¿Es tan solo algún espejismo? Juzgarán ustedes mi aproximación.

No sin antes revelarles un dato final. Alice Munro cuenta que empezó tratando de hacerle la vida feliz a sus personajes, pero finalmente sucumbió a la tentación de escribir acerca de la tragedia. Sin duda, ella también tiene historias brutales.

Tuesday, April 29, 2014

Las adicciones y la meditación curativa.

Mi buen amigo Jaime me llamó para confesarme que era un adicto a la cocaína. Me sorprendió con lo que me decía. Me dijo también que yo era la primera persona de su entorno que sabía de su dependencia. Aunque parezca raro, me gustó la confianza. Pero valgan verdades, no supe cómo actuar para ayudarlo. Nunca más volvió a tocarme el tema, nunca más volvimos a encontranos y dialogar a solas. Luego ocurrió su lamentable deceso. Una sobredosis de cocaína le produjo un paro cerebral. Desde entonces me vengo preguntando ¿por qué Jaime se volvió adicto? Recuerdo que le dije que no entendía lo que le ocurría. Conocía a sus padres, eran seres bondadosos. La madre lo adoraba, el padre también. Recuerdo que el papá siempre estaba presente alentando a su hijo en los torneos deportivos, en el trabajo era su ferviente admirador. Para el papá, Jaime era el mejor. Muchos lo envidiaban por su talento.

Sin embargo, Jaime no se creyó la historia.

Traté de hacer memoria. Una novia, Cristina, la recuerdo bien, le había iniciado en las drogas. Ambos habían comenzado a tener sexo cuando estaban muy jóvenes y ella siguió inmediatamente después con la cocaína. Fue ella quien le motivó a probar. El aceptó. Ella se volvió dependiente porque en el círculo que se movía conoció a otros drogadictos, hasta que un día rompió el compromiso para poder estar junto a un vendedor de drogas. Jaime no lo soportó, le dolió que Cristina le dejara por un ‘pobrediablo’. Entonces se trató de responder consumiendo más, llamando a Cristina para drogarse juntos, hasta que también se volvió un dependiente. Lo peor es que ella no cedió y prefirió al otro. Se rompió todo entonces y mi buen amigo terminó atado al consumo. Pienso que eso marcó el inicio de su temprana partida.

Con lo que le pasó a Jaime, ahora siempre tengo una pregunta rondando en mi cabeza ¿cómo ayudar a un adicto? No importa que tipo de adicción se presente: alcohol, drogas, depresión, miedo inventado, sufrir, sexo, entre otras muchas más. Con el paso del tiempo se han ido sumando más preguntas ¿qué hay detrás de cada problema? ¿cómo rescatar a un naúfrago?. ¿Cómo evitar que se hunda  en las aguas fétidas o sea devorado por las fieras que esperan impacientes en ese remolino?

Hoy gracias a internet descubrí los consejos de la hermana Shivani de la Hermandad Espiritual Bhrama Kumaris, y les adelanto, es lo mejor que he oído. Ella dice que una adicción obedece a un intento de llenar un vacío interior. Se trata de una desconexión emocional que requiere cura. El adicto llena el vacío con la sustancia que consume, la que sea. La sustancia es la medicina que le ofrece felicidad perdida, claro, se engaña, por esa razón el adicto cada vez consume más y más y muchas veces sucumbe.


Cuando existe esa desconexión emocional, la persona es incapaz de poder crear su propia felicidad interna, tiene una imagen negativa de sí misma y va perdiendo el autocontrol. Como genera un sentir negativo, recibe –con la preocupacion de los demás- un sentir igual de negativo.

Para curar ese vacío, esa falta de felicidad verdadera, esa herida invisible y sangrante, Shivani recomienda meditar.

Créanme, cuando escuché a la hermana Shivani por primera vez me pareció interesante, pero la he vuelto a oír más de diez veces para familiarizarme con lo que sugiere y me ha parecido genial.

Voy a comenzar por el principio. Las adicciones casi siempre se producen por un problema o un mal entendido con nuestros padres. Hay padres que al no estar presentes crean un vacío inmenso en un niño. Otros padres, pese a estar presentes, obran mal y maltratan a los hijos con palabras o acciones, crean entonces el vacío y la desconexión emocional. Casi siempre el hijo se pregunta ¿por qué mi padre me trata así, es que acaso no soy su hijo? Comienza a generarse entonces un primer problema afectivo que tiene mucho que ver con una baja autoestima. Muchos padres llegan a humillar a sus hijos y en ese caso el vacío se hace más profundo.

Cuando somos niños, el llanto es una forma de buscar la atención de nuestros padres. Cuando vamos creciendo ese llanto ya no se presenta con lágrimas o berrinches, se manifiesta de otra manera. La adicción es eso, la nueva forma de llamar la atención de nuestros padres. El llanto interno que se exhibe con máscara.

Caer en la adicción toma distintos caminos. A veces comienza como diversión, obedece a la falsa creencia de que sí los demás lo hacen porque no lo voy a hacer yo. Si tenemos la herida que sangra y sentimos cierto alivio con cualquier estimulante y lo notamos, podemos caer profundo. Una herida que sangra necesita de cierta medicina, la sustancia que usamos se convierte en la medicina que gradualmente va tomando fuerza y nos ata. Pero resulta evidente: despertamos a un monstruo.

En nuestras relaciones siempre existe el cuidado y la preocupación de quienes nos rodean. Y todos pensamos -cuando hay un caso de adicción- ¿cómo puedo ayudar al que sufre?. En casos de adicción, tenemos que conocer la dinámica interna del problema, de lo contrario haremos peor o más difíciles las cosas.

Recuerden, todo cambia cuando hay una adicción. El dependiente cambia de comportamiento, se torna irritado, siempre anda malhumorado, incluso su diálogo se vuelve distinto. Quienes están alrededor notan y ven la diferencia, pero el involucrado no está consciente de lo que ocurre por esa desconexión que experimenta. La persona gradualmente pierde el autocontrol. Trata de cambiar, pero no puede. Entonces viene la frustación. A la creencia de ‘soy débil’, se suma la depresión, viene el castigo y cada vez la persona se hunde en la dependencia. Como se siente vacío, busca algo para reconfortarse, entonces requiere su dosis.

El ‘mañana cambio’ nunca llega y se reemplaza por el ‘creo que no podré salir nunca de esto’. La autoestima baja y el castigo sube. La herida interna sangra y duele más.

Una persona que no es consciente de lo que ocurre a su alrededor no puede generar felicidad interna, quererse se vuelve imposible.

Los padres, los familiares, los amigos desean ayudar, pero como estan pegados de cerca y no conocen la dinámica del problema, crean -con sus comentarios y actos- más dolor y pena. Quienes tratan de ayudar, ante la ayuda no atendida, suman impotencia, enojo y odio. Y disparan aún más lejos el mal sentir del dependiente, quien se reafirma en la falsa creencia de ser alguien que no vale.  Olvidamos entonces nuestro rol de ayuda y en vez de rescatar al dependiente lo hundimos más hondo.

¿Por qué ocurre la adicción? Nos preguntamos cuando nos toca un caso cercano. Lo reiteramos por la desatención infantil que nos acompaña. Cuando crecemos, el niño sufrido viene con nosotros. Si hubo una desatención y encima se sumaron gritos, castigos, humillación, el niño ya adulto llorará de otra manera. Pero ahora se suma algo más, el deseo de vengarse de quien le infringuió ese dolor.

“Ahora voy a castigar a mi padres, porque creo que mi padres son reponsanbles por el dolor que siento. Por gritarme, por no creer en mí. Ahora le devolveré la preocupación”. Es la idea que merodea inconsciente en la mente del dependiente. Cuando alguien le recuerda que el padre está preocupado, éste contesta, ‘me gusta que mi padre sufra, ahora le toca a él. Ahora es tu turno por todo lo que me hizo antes’. Y esa es una respuesta no consciente.

Todos castigamos a nuestros padres de una u otra forma. Respondemos en igual proporcion a lo que recibimos siempre. ‘Tú me hiciste llorar, ahora te toca llorar a ti. Mira lo que me hiciste sentir’. En la mente se genera el pensamiento de, ‘ahora dejame herirte’. Pero reitero, el involucrado no es consciente que esta generando ese pensamiento.

Los padres entonces se van a sentir terribles y piensan que fallaron. ‘Cómo es que está ocurriendo todo esto, piensan, si nosotros deseamos lo mejor para ellos’.

Y los dependientes se siguen hundiendo en la falsa creencia de ‘mi viejos fueron malos’.  Pierden la buena imagen de ellos mismos y con esa imagen negativa, generan vibraciones negativas y reciben lo mismo. Esta cosa horrible es lo que soy, piensan. No es verdad, pero no lo entienden.

Cuando en un resquicio de lucidez, los dependientes tratan de cambiar esa imagen negativa de sí mismos y optan por ir al psicólogo, se alegran por el hecho de encontrar a alguien que les escucha y respeta y les agrada que no les esten pasando el dedo en la herida que sangra. Ahí es donde se ven como personas valiosas y están felices de no ser cuestionados, ni acusados de nada. Eso es lo que quiere un adicto, que lo vean como persona buena y valiosa.

Hay que entender que ellos toman lo que toman porque es la medicina que los reconforta por ahora.
No es la sustancia lo que le esta causando el problema, el lío obedece a una desconexión interna que sienten consigo mismo. Se han desconectado de la experiencia de la felicidad.

Es evidente que quien esta contento y lleno de alegría jamás buscará estimulantes afuera.

Ojo, no se puede quitar la medicina antes de curar la herida que causa la adicción mientras no se cure la herida que sangra. Es la única medicina que tienen. Pero hay que recordar, todos somos dichosos en esencia, pero con el stress, la falta de pausa, los enojos, la rabia, el odio y las preocupaciones de la vida nos hemos alejado de nuestro océano de paz. Por eso es necesario volver a las fuentes, recargarnos de manera positiva, meditar.

Cómo meditar.

La meditación se presenta aquí como la gran ayuda. Primero debemos borrar la creencia de que ‘mis padres no me querían y obraron mal’. Tenemos que reemplazar ese pensamiento por el de “mis padres querían lo mejor para mi”. “Ellos me querían fuerte en un mundo muy deshumanizado”. “Ellos tal vez sufrieron el doble y sobrevieron”. Tenemos que hacer el esfuerzo de enraizar ese pensamiento en lo más profundo de nuestro cerebro. Luego podemos sumar el amor y la compasión. ¿Cómo? Un ejemplo para graficar la compasión y el amor es, imagínemos a un bebé que se golpea y se hace una herida en el dedo. Una madre opta por llevarse el dedito de su hijo a la boca con amor. Desea que esa herida cicatrice lo más rápido posible y que el dolor pase ya. Ese mismo amor y compasión tenemos que ser capaces de generar en nuestro interior para nosotros mismos. *Hay que suavizar el dolor con bondad y cariño hasta que se diluya. Tenemos que ser conscientes que eso no ocurrirá como un milagro repentino. Toma tiempo. Tenemos una herida sangrando que tenemos que cuidar y proteger.  Hay que contemplar eso con valentía, callar la conciencia negativa, hasta que logremos encontrar la felicidad perdida. Centrémonos en lo bueno, en la gratitud de vivir, por ejemplo. Tenemos que volver a nuestra raíz, todos somos puros en la esencia, en el centro de nosotros, lo dicen todos los que han estudiado esto: todos tenemos paz, alegría, amor, luz, compassion y perdón. Las falsas creencias nos han hecho olvidar lo mejor de nosotros. Debemos volver a sumergirnos en ese océano de bondad y paz. Eso se logra en silencio, observando, aceptando sin juzgar todo lo que viene a la mente. Perdonando, primero a nosotros y luego perdonando a los demás.

Hay que reconectarnos con la esencia. Somos seres consciente, puros y llenos de felicidad. Esa es nuestra esencia. Hago un hincapie en esto: Nuestro estado de ser y estar contento no depende de nada por fuera, por dentro somos mejor que un diamante. Debemos tomar control de la esencia, sin juzgar, aceptando, entendiendo la pena y el dolor. Ahora el deseo de curarse tiene que darse con la vibración del amor.

Epílogo

El caso de Jaime me desconcertó porque sus padres habían sido maravillosos. Y me sigue desconcertando porque no encuentro respuestas. Lo de Cristina lo pude ver mejor. Su padre abandonó a su familia. La madre y sus hijos se quedaron en la orfandad, vivían en un cuchitril y llegaron a mendigar comida muchas veces. Cuando la madre consiguió un marido, este vino con una doble intención, hasta que violó a la menor. Cuando Cristina le contó a su madre lo ocurrido, ella le pidió callar. Que lo que pasó no se lo contara a nadie, le dijo. La madre temía que la mendicidad que habían sufrido se repitiera, tener un proveedor de un plato de sopa todos los días era lo mejor para ella y los suyos. Cristina se sintió desamparada doblemente: por su padre que se fue y por su madre que no la socorría. Le dolía ver que su madre siguiera acostándose con el padrastro como si no hubiese pasado nada. En la mente de Cristina  comenzó a gestarse el vacío. Cuando conoció a Jaime y tuvieron un sexo sano, ella creyó encontrar la paz, pero pronto esa paz se rompió con las drogas que probó. A las drogas y el sexo se sumó la promiscuidad. Además, ella comenzó entonces a golpear a Jaime, pero éste jamás le respondió, temía dañarla, era más fuerte. Quien sí la humillaba y la agredía fisicamente era el vendedor de pacotilla. Ella se sentía sucia, fea, una cualquiera y para ‘calmar’ su mente que la torturaba buscaba castigo. Cuando el fulano la golpeaba, ella se sentía ‘feliz’.

Se embarazó y Jaime la ayudó con los abortos, pero como la agresión de ella hacia él fue en aumento, Jaime tomó distancia, pero la usaba como excusa para seguir drogándose.

Hasta que murió por una sobredosis. De ella no sé nada, ojalá haya encontrado ayuda. Ella debe buscar la verdadera felicidad en su interior, como todos.

Friday, April 18, 2014

Gabo, la muerte y sus doce cuentos.


Gabriel García Marquez era un mago genial, uno de esos seres talentosos que saben mover muy bien sus manos para camuflar los conejos o las palomas. Cuando liberaba a sus pequeños seres escondidos en las mangas o en los sombreros uno recibía una lluvia refrescante en una tarde calurosa de feria en un antiguo auditorio y quien lo veía -quiero decir leía- aplaudía ‘a rabiar’ como lo haría un niño alegre sacudido por la sorpresa.

En sus “Doce cuentos peregrinos’, GGM nos dice que se tratan de cuentos extraviados, que tras un trabajo de ocho meses febriles vuelven a aparecer en forma de un libro. Vaya piadosa mentira, lo que en realidad Gabo nos cuenta en este libro de relatos es todo aquello referido a la muerte. Y lo hace advirtiendo desde el principio, aunque el detalle se pierda de vista. La muerte esta observada y tratada en muchos de sus formas, desde el sueño, la pesadilla, hasta la muerte absurda, la sorpresiva, sin dejar de tocar la del presagio y hasta la violenta que se da por propia mano o por mano ajena.

En el prólogo García Márquez comienza dando una explicación, el libro está escrito para niños que deseen convertirse en escritores. Al releerlo en conjunto uno se da cuenta que lo que nos dice el autor es verdad, los cuentos son exquisitos, pero están planteados de una forma tan didáctica que estimula a seguir sus consejos.

Me explicaré mejor y me entenderán mas si siguen mi relato.

Les dije que García Márquez es un mago y es cierto. Empieza contándonos su propio sueño. Un día asiste a un entierro junto a sus amigos, al final cuando todos se despiden, él se tiene que quedar, alguien le dice que es el único que no puede irse, entonces comprende que morirse es no estar más con los amigos. Contándonos este sueño, GGM nos alerta con su magía escondida: ‘voy a hablar de la muerte. Es la premisa en este libro’. Pero por ese artificio genial de mago que sabe su trabajo nos saca de ese punto y nos refiere otros detalles interesantes. Nos dice que entre libro y libro sin saber qué camino tomar y para mantener las manos calientes, escribía crónicas periodísticas. Por entonces también se dedicó a escribir relatos. Logró reunir sesenta y cuatro, dos llegaron a ser publicados y algunos tuvimos la suerte de leerlos (una verdad a medias, pienso) Gabo habla de ‘El verano feliz de la señora Forbes’ y de ‘El rastro de tu sangre en la nieve’. El deseaba que todos los cuentos tuvieran una unidad de tono y estilo, comenta.

Escribir un cuento es una tarea titánica como escribir una novela, dice el autor colombiano, en el primer párrafo de una novela hay que definir estructura, ritmo, longitud y el carácter de los personajes. Lo demás es el simple placer de escribir a solas. Pero en el cuento, si la historia no fragua, no fragua. Así que García Márquez sugiere volver a comenzar el relato desde otro camino o tirar el escrito a la basura.

El escritor refiere que sus hijos le dan un cuaderno de notas. Ahí va anotando una serie de historias y escribe un centenar de  relatos. De pronto el cuaderno con los relatos se pierde, tras la búsqueda desesperada, GGM llega a la conclusión que han sido tirados a la basura. Pero recordando algunos vuelve a reescribir treinta, de ese buen número el escritor fue desechando y se quedó con dieciocho . El que nunca cuajó es el de sus funerales, precisa. Doce tomaron aliento por una serie de razones, porque se trata de latinoamericanos en Europa y porque se aparecían como fantasmas de la memoria. Y dice más, los recuerdos falsos resultaban convenientes para suplantar la realidad. (Los escritores siempre cuentan sus cosas personales camuflándolas con inteligencia. Más adelante les daré algunas muestras de lo que digo. Esta es una de ellas, GGM las agrupa en un libro cuando se da cuenta que todas tienen como eslabón que las une: la muerte. Es entonces que, como cocinero con experiencia entiende que su sopa esta lista. Claro que al contarnos la historia del extravío nos saca del punto principal, nos hace olvidar la muerte y las historias se leen como las cosas que les ocurre a los latinos en Europa, sean quienes sean, presidentes, putas o magos).

Revisemos cada cuento.

En ‘Buen viaje, señor presidente’ el autor nos habla del hombre que se salva de morir lejos de casa. Es un ex presidente quien esta a punto de morir, sí, pero de tristeza. Alejado de su país y sus quehaceres. Ese hombre honesto –como pocos politicos- se ve aquejado por un problema en la columna. Lo operan y pagando sus deudas con el anillo matrimonial de viudo y con el reloj de leontina regresa a su país, donde rehace su trabajo y vuelve a vivir. Logra burlar a la muerte.

En ‘La santa’ se aborda el peregrinar de un hombre que busca absolución. Se siente culpable de la muerte de su esposa. La hija sobrevive, pero muere también a los siete años. Cuando van a construir una represa, el padre desentierra a sus seres queridos y descubre que el cuerpo de su hija esta fresco once años después de su deceso. La culpa es así, siempre merodea desde el ayer. García Márquez nos cuenta aquí su experiencia en el cine italiano, lugar donde aprende mucho de la estructura narrativa, las escenas y la premisa de cada historia. En este relato une a su personaje tratando de buscar al Papa Albino Luciani quien además muere por causas extrañas.

En ‘El avión de la bella durmiente’ el lenguaje hace el nudo que ata la historia al conjunto, el escritor piensa que la bella toma las pastillas para morir y trata de responder una interrogante, ¿no es acaso la muerte una suerte de sueño profundo y bello? Este cuento es, además, una semilla para el relato que el escritor viene explorando, aquí se gesta, pienso, ‘Historia de mis putas tristes’. Es evidente hasta en la evocación del libro que siempre fascinó al premio Nobel: ‘Las bellas durmientes’ de Yasunari Kawabata. En el vuelo, el narrador se complace observando a la bella.

En ‘Me alquilo para soñar’, el tema refiere que la muerte te encontrara tarde o temprano y a veces es un sacudón brutal. Recuerdan la mujer colombiana que le dice al narrador que abandone Viena, es la misma que muere en La Habana, Cuba, cuando en el malecón un maretazo estampa el carro que ella maneja contra un edificio de varios pisos. La muerte merodea y sí busca a uno y no lo encuentra, pareciera ser que se sacia con el otro. Este cuento ofrece un detalle adicional, Gabo pinta muy bien al poeta chileno, Pablo Neruda, cuando lo describe moviéndose ‘por entre la gente como un elefante inválido, con un interés infantil en el mecanismo interno de cada cosa, pues el mundo parecía un inmenso juguete de cuerda con el cual se inventaba la vida'. Este relato es muy didáctico, tiene muy bien establecido esos tres puntos narrativos y se los puede ver con claridad, se da cuenta del hecho inicial y violento en la capital cubana y se muestra un detalle adicional, el anillo de serpiente. Entonces se comienza por el principio, la visionaria de los sueños en Viena, su aparición en Barcelona con Neruda y el final trágico de La Habana.

En ‘Sólo vine a hablar por teléfono’ se cuenta como una persona puede vivir en un infierno. Recuerdan, la mexicana María de la Luz Cervantes al regresar de Zaragosa a Barcelona, sufre la avería de su coche, se sube a un bus viejo donde se cambia la ropa mojada –estaba lloviendo-. El vehículo va a un hospital de enfermos mentales, la pobre mujer es confundida por una de ellas y termina recluída en esa versión del averno. Pierde la comunicación con el esposo y termina enloqueciendo. Hasta que en su búsqueda logra el contacto, cuando ya es tarde. Es el relato que me apasiona, la vida es un viaje que te puede llevar por sendas extrañas sin que tú lo desees.

En ‘Espantos de Agosto’, GGM nos dice que el morir es acostarse en un lugar y despertarse en otro. Para eso usa el recurso de Ludovico quien descuartiza  a su amada y se hace devorar por sus propios perros. No hay temor en lo que relata y no puede existir eso para contar el paso de un mundo a otro mundo. Eso es tan placentero como acostarse a dormir en la propia cama y abrir los ojos acostado en otro lecho.

En ‘Maria dos Prazeres’ se cuenta que la cita con la muerte no avisa y lo que es mas, la muerte se parece en mucho al amor. En la historia, el escritor comienza así: “El hombre de la agencia funeraria llegó tan puntual…” La brasileña Maria, vendida a los catorce años por su madre, ahora vieja y retirada del meretricio había estado soñando que se iba a morir, pero el sueño resultó mentiroso, porque al final ella termina liándose con un joven que le propone hacer lo que ella había hecho durante toda su vida. En sus planes estaba descansar en el Panteon de Montjuic, lejos del mar porque no quería aparecer flotando como esos ataúdes que vió flotando en el río Amazonas, en el Manaos de su recuerdo.

En ‘Diecesiete ingleses envenados’ una mujer que hace penitencia por años, tras enviudar decide ir a ver al Papa, pero lo que ve es la muerte, primero de un ahogado y después de ese grupo de muchachos que terminan intoxicados y muertos en ese hotel antiguo donde no se porqué designios del destino decide abstenerse de comer. Ella deseaba confesarse con el pontífice, pero éste estaba tan ocupado que no iba a darse tiempo para una mujer venida de Riohacha, Colombia, por lo que al final ella decide que lo mejor es rezar a Dios de frente y sin intermediarios.

En ‘Tramontana’ el escritor sí cree en los presagios de muerte. Sí en 'Maria dos Prazeres' no funcionó, en este relato sí funciona y da razones. Un muchacho se resiste a visitar Cadaqués con sus amigos que lo conminan a ir porque tiene temor de los vientos de tierra que soplan sin compasión. El narrador entiende al muchacho por lo que ha vivido, pues ha visto al retirado capitán de barco suicidarse por un gran temporal de tierra y así lo cuenta. Cuando el que cuenta la historia deja Barcelona, se entera que el muchacho asustado se ha lanzado del  vehículo en el que lo han subido a la fuerza, en la desesparación de huir lo que logra es acabar con su vida.

En ‘el verano feliz de la señora Forbes’ se trata del miedo que puede llegar a matar. El narrador es un niño y cuenta como junto a su hermano menor traman matar a su institutriz severa y alcohólica haciéndole beber un vino sedimentado. Cuando ella muere realmente, ellos se sienten muy culpables, uno de ellos dice: “tengo miedo de tener miedo” y creen que la policía les echará el guante, pero lo que la realidad les dice es que la mujer ha muerto a cuchilladas por lo que parece ser un amante anónimo. La muerte es también temor.

En ‘La luz es como el agua’, GGM advierte del poder de la poesía, sobre todo con los niños, porque la poesía mal entendida puede llegar a matar. Totó y Joel deseaban regalos asociados al mar estando en la mediterránea capital española. Un día cuando los padres dejan solos a los niños, ellos deciden abrir los grifos y llenar la vivienda de agua donde deciden navegar en sus botes. Si la luz es como el agua terminan electrocutados junto a sus demás compañeritos del colegio que se han dado cita en la casa.

En ‘El rastro de tu sangre en la nieve’ GGM aborda la muerte lejos de casa y todo ocurre debido a un detalle que parece insignificante: un pinchazo de una espina en el dedo de una mujer en flor. Como inmigrante y viviendo fuera de casa, lo que más asusta es morirse sin que ninguno de tus familiares este cerca, no por miedo a morirse, sino por el temor de causar un dolor tan lejano. Es lo que le ocurre a la bella Nena Daconte, que termina desangrándose en un hospital de París. Ella viene regando su sangre desde Madrid, donde le ha ocurrido el nada ‘trivial’ pinchazo. Pero el escritor hace gala de su fuerza personal, porque la muerta se entrega con hidalguía y coraje a la muerte. Ella bromea. Si observamos con detenimiento, el escritor se descubre sutilmente, pues nos esta contando su versión adulta de ‘Hansel y Gretel’ quienes riegan migas de pan para que sí se pierden encuentren el camino*. GGM riega la sangre de la bella y joven esposa a lo largo de un trayecto en el que va acompañada de su esposo, quien maneja un auto Bentley deportivo. Es un muchacho inmaduro, que sacudido por las circunstancias madura. Según Gerald Martin, biógrafo de GGM, este cuento refiere un caso muy personal del escritor, cuando estando en Europa Gabo vio como una antigua enamorada perdió al bebe que gestaba. La relación se truncó a raíz de la perdida, se murió ese amor y creó en el escritor un gran sentimiento de culpa. GGM pasó un tormento similar en París, donde algunas veces debió urgar en la basura para comer, porque se había quedado sin dinero y siempre andaba a la espera de una ayuda económica que viniera de Colombia.

Volviendo a los relatos y para terminar, el primero comienza con el triunfo del personaje ante la muerte, pero como todos sabemos la muerte es una cancerbera incansable, al final termina llevándose lo mejor, a una mujer –GGM adoraba a las mujeres- joven y bella.


*Pienso que GGM le leía los relatos a sus hijos antes de que se durmieran y se fue familiarizando con algunos. Si “En el rastro de tu sangre en la nieve” usó la historia  de los chicos perdidos en el bosque, en ‘Del amor y otros demonios’ usó la historia de ‘Rapunzel’ para recrear lo que ocurrió en aquel antiguo convento colombiano. Escribí una nota desgranando este recurso del ahora extinto Gabriel García Márquez.

Thursday, April 10, 2014

'Reformar' la mente.

La mente es como cualquier terreno abonado, toda semilla que plantes en ese suelo crecerá. Por esa razón ten cuidado de lo que deposites ahí, si dejas semillas de ortigas pronto tendrás un campo lleno de plantas venenosas, pero si dejas semillas de maíz pronto tendrás las mazorcas muy cargadas de buenos frutos. Las semillas en la mente son sinónimos de pensamientos, si uno deja pensamientos negativos pronto cosechará odio, envidia, enojo, revancha, dolor. Pero si uno planta buenos pensamientos, uno recogerá paz, alegría, calma, amor, armonía.

Enunciar esto es muy fácil, lo más difícil resulta llevar a la practica este primer enunciado. Para tener éxito tenemos que ‘reformar’ nuestra mente. La mente humana es como una computadora. Lamentablemente viene programada ya con un paquete que esta contaminada por un gran número de virus. En la raíz de la mente existe una serie de creencias que se manifiestan en forma de pensamientos, acciones y sentimientos. Si los vemos con detenimiento, todo eso tienen un patrón de falsa realidad.

Muchos creemos que el enojo es natural y basados en eso tratamos de levantar nuestro gran árbol. Muchos pensamos: ‘cuando me enojo logro lo que quiero’. Quizás hemos tenido éxito en algunas cosas, pero no es una verdad absoluta. El éxito sirvió para abonar nuestra creencia y hemos reiterado nuestras acciones hasta cimentarlas en lo más profundo de nuestra conciencia. Sin embargo, en la esencia de nuestra conciencia lo que existe es pureza, alegría, profundo conocimiento y gran poder. De acuerdo a algunas creencias eso también significa, Dios, inteligencia primigenía, lo Supremo, Luz que nunca se apaga.

Darnos cuenta de esta verdad universal toma tiempo, requiere esfuerzo y nos exige paciencia. Para comenzar el camino de transformación tenemos que observar de manera natural, sin ponernos una exigencia que nos agote. Cuando uno se carga de conocimientos, uno debe implementar esos conocimientos y haciendo un esfuerzo necesario uno comienza el camino del gran cambio.

Es algo así como ir al médico, el especialista nos dice que tenemos un problema, nos prescribe una medicación y nos pide seguir sus consejos. Implementando sus consejos es que lograremos mejores resultados. Cuando mayor atención le pongamos a la implemantación mayor será nuestro beneficio.
Para ‘reformar’ nuestra mente, los que deseamos hacerlo tenemos que implemetar los consejos.
Meditar. 

Muchos dicen que meditar es muy difícil, pero observando ese enunciado entendemos que eso también obedece a una falsa creencia. Todo inicio es difícil, basta con observar nuestro esfuerzo por ejercitarnos en un gimnasio para mantenernos saludables, el inicio es lo que nos hace pensar, mantenernos en el esfuerzo es lo que nos asusta. Esa responsabilidad nos llena de angustias. Nos alejamos del punto inicial y observamos la cumbre, el esfuerzo para lograr el ascenso es lo que nos produce vértigo. Pero no hay nada como inclinarnos con humildad y dar el primer paso.

Cuando implementamos la tarea de meditar, nadie nos exige hacerlo por media hora o cuarenta minutos, con cinco minutos iniciales bastan. Para meditar hay una serie de técnicas, las más comunes hablan de sentarse cómodo y seguir con calma la respiración armoniosa y la otra habla de repetir mantras o enunciados sencillos como por ejemplo OM SHANTI (Soy un ser de paz). Meditar no significa suprimir los pensamientos, esa tarea es imposible. Los seres humanos estamos hechos con una mente que tiene como tarea principal pensar. Pensar es su forma natural de ser. Bien, cuando se habla de meditar estamos hablando de entrenar la mente para poder clarificar nuestros pensamientos. En silencio, relajándonos con calma y paz podemos llegar a cambiar nuestros pensamientos negativos. Trabajando en la mente podemos cambiar la forma de pensar, actuar, sentir, cambiar las creencias y romper las raíces falsas enquistadas en lo mas íntimo de nuestra esencia.

Al reformar nuestro raíces, cambiarán nuestras creencias y nuestro pensamiento será más claro, por lo tanto nuestras acciones y sentires también mejorarán. Como notarán, ya no actuaremos de afuera hacía adentro. Nadie de nuestro entorno nos controlará. Reformando nuestra mente, actuaremos de adentro hacía afuera. Claro, habremos logrado también ganar en fuerza interior y positiva.

Mientras vamos avanzando en el entrenamiento de nuestra mente ‘salvaje’ poco a poco seremos capaces de plantar un nuevo pensamiento positivo en lo más profundo de nuestro inconsciente. Sabremos que hemos llegado a un buen punto del camino, cuando observemos que los pensamientos que nos oprimían bajaron de intensidad. Uno puede pensar alrededor de esos pensamientos negativos sin darles la importancia que antes tenían. Notaremos que esos malos pensamientos ya no nos dominan. Seremos capaces entonces de pensar de manera más positiva. Lo que equivale a decir: piensas mejor y ya no piensas en lo que usualmente pensabas. Los pensamientos negativos ya no se adhieren a ti, ahora uno es capaz de dejarlos que fluyan y discurran como agua, es más, el agua podrá evaporarse, diluirse con facilidad.

Meditando serás capaz de reconocerte como el guía de tu propio pensar, sentir y actuar. Ahora serás el master de ti mismo. Pero sin egoísmos. El silencio te llevará a lo más profundo de tu ser y podrás ver lo que todos los seres humanos tienen: gran conocimiento, pureza, alegría, perdón, paz.

Ahí en ese nivel es de donde todo fluye. Siendo capaz ahora de plantar un buen pensamiento habrás logrado ‘reformar’ tu computadora personal. Pero ahí no termina la cosa, uno tiene que seguir en el camino. El hecho de meditar se convierte en una necesidad, es algo así como comer. Todo ser humano necesita alimentarse para que el cuerpo mantenga su energía. Para que la mente se recargue, todo ser humano necesita meditar. Allí en la fuente es donde uno logra recargar su batería personal. Ojo, hablar de algo personal no es usual para quienes meditan. Uno entiende que cada uno de nosotros es parte de un todo. Nuestra energía viene del océano de luz del que todos venimos. Nuestra luz es apenas parte de la gran luminosidad que nos alumbra. Dios, la Fuente primigenía, el Supremo tiene que experimentarse como una realidad, dejando de lado la mera creencia aprendida.


Cuando experimentes la realidad divina lograrás el conocimiento, te gustará, lo entenderás, lo usarás y podrás recargarte las veces que lo necesites. Meditando.

Friday, March 28, 2014

la verdad escondida de Harry Quebert (comentario)


Pocos saben ‘La verdad del caso Harry Quebert’. El libro llegó a mis manos incompleto. Fui víctima de mi propia ansiedad compulsiva de compra. Amazon – a través de su kindle- ofrecía la novela de manera gratuita y al leer sin cuidado, caí en la trampa terrible de venta. Bajé lo que me ofrecían a mi aparatito de lectura personal. No comencé a leer la historia porque aún deseaba terminar otras lecturas. Hasta que me decidí. Maldita compulsión que nos hace actuar como autómatas. Me tiré a la cama y emprendí las primeras páginas y de pronto me vi atrapado por la historia. Cuando el suspenso fue creciendo, de improviso me di con la realidad, el libro gratuito terminó. Me dieron algunos consuelos: una entrevista al escritor y un artículo interesante en torno al libro, pero la novela habia sido amputada con evidente afán de venta.

Me sentí burlado, escribí a Amazon y ellos respondieron, respondieron diciendo que no tenían respuesta para mis preguntas. Escribí en mi cuenta de Facebook alertando a algunos amigos de la mañosa estrategia de venta, escribí a mis amigos y muchos me dijeron ‘no caigas en el juego’, ‘no compres la novela’, otros me decían, ‘si te gustó, comprala’, algunos rieron de mi inocencia. Me reí también, que me quedaba. Aunque noté que soy un tipo ahorrativo en esta sociedad que te empuja a obtener cosas y más cosas. Pero para serles sincero, la historia  que me habían comenzado a contar me llamaba, deseaba saber qué ocurrió con Harry Quebert. Esperé en vano que Amazon se rectificara y me enviara el libro completo. Esperé sentado, porque después de tanto esperar parado, me cansé. Una semana y nada, unos días más y la historia me ganó. No quiero decir que Amazon ganó, porque no quiero darles ganancia de ningún tipo. Ganó la historia de Harry Quebert, vaya consuelo.

Me bastaron dos días para leer la novela de 700 páginas. El fin de semana helado en Nueva York ayudó a que concretara mi tarea. Pero saben? Extraño al libro como tal, en el kindle no se puede hacer notas, seleccionar frases, marcar interrogantes, en fin. Como diría una amiga: ‘el kindle es para leer cosas sin mucha importancia’. No hay nada como sentir un libro, admirar su carátula, ver el volume completo, oler sus páginas impresas, volver a la página marcada.

Pero vayamos a ‘La verdad del caso Harry Quebert’ escrito por el joven suizo Joel Dicker.

El libro se ha convertido en un best seller. Se habla ya de alrededor de un millón de copias vendidas. Cuando apareció en Paris, el año 2012, se vendieron 170 mil ejemplares. Dicen algunos que con la aparición de la novela se renovó las esperanzas de la literatura francesa. Después de leer la chica con el tatuaje de dragón, no recuerdo un libro que me empujara a hacer lo que hice, tratar de llegar rápido a la última página sin hacer trampas. No quise perderme un detalle de la historia, sólo leer con paciencia y fruición. Y cuando estuve llegando al final sentí lo mismo que se lee en el libro: “un buen libro es un buen libro cuando uno se arrepiente de terminar”.

La aparición del libro de Dicker coincidió con la aparición de la última novela de la saga de J. K. Rowling y la estrategia de venta fue: ‘no lea a Harry Potter, lea a Harry Quebert’.

La historia se inicia con una llamada telefónica a la policía de Aurora, un pueblito de New Hampshire, reportando la persecusión de una muchacha. Se trata del 30 de Agosto de 1975, día en que Nola Kellerman, una chica de 15 años, desaparece sin dejar rastro.

El alter ego de Dicker es el escritor Marcus Goldman. Goldman ha caído en el hueco de la página en blanco. Tras su primera novela -que ha sido un éxito de ventas- se ha quedado seco y sólo se limita a escribir frases o ideas sueltas. Ha recibido dinero para sus próximas publicaciones porque al ser catalogado como genio literario, se espera mucho de lo que escriba. Esta por incumplir un contrato millonario  y se puede ver inmerso en un lío mayor con la editorial que le ha pagado por adelantado.

No tiene más que un amigo y ese persona es Harry Quebert, su querido mentor y profesor universitario, quien es también escritor. Quebert ha escrito una novela importante para la literatura estadounidense, es una historia que cuenta la relación amorosa de un hombre adulto con una adolescente. Tras pasar una corta temporada con Quebert, Goldman regresa a Nueva York y en ese momento se descubre el cuerpo de la quinceañera Nola Kellerman enterrado en el patio trasero de la casa del mentor.  Tras más de treinta años, Nola vuelve, sin vida, claro esta, desencadenando toda una historia de gran suspenso contado a lo largo de 700 páginas.

Joel Dicker cuenta que comenzó a escribir su historia tratando de dar placer a los lectores. ‘Quería divertirlos y mantener su atención. Quería lograr algo parecido a lo que experimenté con la serie televisiva Homeland. Cuando tú miras el primer capítulo, sigues con el siguiente, luego los que vienen, sin importarte que debes ir a trabajar’.

El escritor dijo que deseaba conseguir lo mismo con su libro.

Tratar de dilucidar la verdad fue el tema de la historia y la verdad no es lo que se ve a simple vista. Todas las evidencias iniciales señalan a Quebert, pero Marcus Goldman no cree que su maestro haya sido el que acabara con la vida de su amada y se lanza a tratar de demostrarlo.

El escritor suizo se pone en el pellejo de un escritor estadounidense para contar su historia. Rinde tributo así a sus escritores admirados, están metidos en la novela Philip Roth, John Steinbeck y sin ninguna duda el ruso Vladimir Nabokov, que a decir de muchos revolucionó la lengua inglesa en los Estados Unidos y se saltó la censura con inteligencia tocando un tema que irrita a los puritanos de esta parte del planeta. Claro les hablo de Lolita.

La historia de Harry Quebert tiene una serie de conflictos muy fuertes que hacen que el lector nunca se despegue de lo narrado y muchas son pistas falsas muy bien tejidas. Para darles un detalle, el padre de Nola es un pastor evangélico, casado con una mujer que castiga con severidad a su hija. El padre tiene que poner los parlantes de música a todo volume para evitar oír los llantos aterrados de su hija.

En la novela, todos estamos corriendo detrás de Marcus Goldman quien desde que es estudiante universitario trata de ser un tipo excepcional, claro que miente, hasta que se encuentra con Harry quien lo desenmascara y lo conmina a enfrentar sus miedos y vencerlos. Esa gran combinación de tipo falso que se esfuerza y llega a superarse hace que el personaje se gane el aprecio de los lectores.

Cuando Marcus decide convertirse en escritor, Harry Quebert comienza a darle una serie de consejos uniendo boxeo con esfuerzo literario. ‘El primer capítulo es esencial, si a los lectores no les gusta no leerán el resto del libro’, le dice el profesor a su alumno.

Dicker conoce con claridad hacía dónde va. Es evidente que se sabe la historia completa, sólo que usa con astucia a su protagonista quien va guiando al lector paso a paso. El escritor narra su historia con buen pulso y toma control del lector evitando que se adelante a conocer el desenlace primero que su protagonista.

A cada momento los lectores culpamos a cualquiera de los personajes que aparacen en la historia. Todo eso gracias a los antecedentes con los que el escritor los presenta. Hay un momento en que culpamos abiertamente a uno de los personajes y se nos hace creer aún más en esa posibilidad porque vemos al padre yendo a buscar a su hijo con el propósito de matarlo. El padre se siente culpable de haber engendrado un hijo criminal, pero al final vemos algo sorprendente y sentimos compasión por todo lo que ocurre.

Todo lo que el lector va construyendo en su mente, acusando a algunos personajes y exculpando a otros, se viene abajo al final de la historia.

Lo que sorprende es que el protagonista se olvide de urgar más en la vida pasada de la familia de Nola Kellerman sabiendo que por ahí podemos armar mejor la historia, pero ese dato no resuelto esta muy bien pensado por el escritor, quien decide casi al final a sacarnos de Aurora, el pueblito de New Hampshire, para ir tras el pastor y su congregación religiosa.

La solución parece estar al alcance de la mano, pero mientras más nos acercamos al final aparecen nuevas evidencias que nos hacen replantear todo el desenlace que se va tramando mientras se lee la historia.

Finalmente en el desenlace, el lector se da cuenta que todos los personajes han cambiado. Unos para bien y otros para mal. Marcus el escritor-protagonista gana en seguridad y se convierte en el escritor que siempre soñó ser. Los demás personajes parecen estar viviendo una vida de engaño, no son lo que aparentan, todos tienen un secreto y poco a poco el narrador los va desnudando, hasta que nos ofrece la joyita al final de la historia. Como bien le dice Harry Quebert a su alumno Marcus: ‘el capítulo final de la novela tiene que ser el más hermoso de todos’.

La novela de Dicker es tan famosa hoy en día, que ya existen críticos literarios que se pasan la vida explicando porqué la novela es mala, lo comenta con humor el propio escritor.

Y de ahora en adelante les garantizo, leeré con más atención los avisos de Amazon, no deseo volver a ser una de sus víctimas y reitero, amo el libro impreso en papel.