Tuesday, December 30, 2014

Un año nuevo con Rubem Fonseca.


El escritor brasileño Rubem Fonseca es el Tyson de la Literatura. La contundencia de sus cuentos son tales que demolen en apenas un round. Todo lector que haya subido al ring del relato y se haya topado con el escritor de ‘Feliz año nuevo’ puede dar fe de lo que escribo. Pero Fonseca es más. Sí el peso pesado no noqueaba en el primer round caía en cualquiera de los siguientes y cuando cayó una vez, mordió. Cuando Fonseca pasa del primer round se convierte en un atleta, en un Sugar Ray Leonard, si me permiten la imagen.

Acorralado contra las cuerdas uno comienza a abrazar a Fonseca y cuando los jueces tocan la campanilla uno sigue ahí en ese cuadrilátero danzando aunque le pisen los pies. Enamorado de las historias y sin escuchar el clamor del gran público congregado en la arena, en ese rincón sorprendentemente y sin cuerdas, uno sigue leyendo.

A sus cuentos de ‘Feliz año nuevo’ agreguen cualquiera: La ejecución, Corazones solitarios, El bordado, Amargauras de un joven escritor, Mandrake, Febrero o marzo, El cobrador, Pierrot en la caverna y uno termina en shock. Pero cuando uno sale del trance del golpe, uno puede observar con más claridad cómo funciona la violencia, el crimen, el sadismo y cómo en esos momentos terribles aparece una luz esperanzadora de ironía, ternura y piedad.

Rubem Fonseca es el más grande narrador contemporáneo de Brasil. Nació en Juiz de Fora, un pueblo de Minaes Gerais, el 11 de mayo de 1925. Se hizo escritor cuando tenía 38 años. Dicen que es un lector compulsivo. Leía 100 páginas por hora. Tuvo suerte de publicar por su talento. Un amigo leyó sus relatos y los llevó a publicar. No sólo es abogado, estudio administración en los Estados Unidos. Trabajó como abogado litigante defendiendo a los negros pobres y ‘sin muelas’ (cito a quienes lo conocen). Fue policía de civil y dicen que prefería hallar soluciones salomónicas antes de actuar judicialmente. Tentó ser juez y no pudo. La mecánica corrupta de la justicia no quería a un tipo que buscaba soluciones. Bueno, de ese intento sacó muchas historias.  Odia dar entrevistas y huye de los periodistas porque considera que un escritor no es un líder de opinión.

Los militares de 1976 proscribieron su libro de relatos donde estaba ‘Feliz año nuevo’. Los esbirros de esa época decían que había que encarcelar a quien escribió ese cuento y también a quienes lo leían. El libro había sido publicado un año antes y tuvo que esperar doce años para volver a circulación. Mientras tanto, Fonseca siguió escribiendo y publicando.

‘Feliz año nuevo’ cuenta la historia brutal de un grupo de delincuentes que se preparan para dar el gran golpe al inicio del año, pero mientras esperan al dueño de las armas deciden ir a robar en una mansión de ricos donde se celebra una fiesta. Lo que ocurre ahí es una masacre.

En medio de la brutalidad –sabiendo además que uno lee ficción- hay también un humor negro que te obliga a reír. Esa sonrisa crea en el lector un sentimiento de culpa que hace además que mires esa ‘realidad de ficción’ con otra perspectiva. El mundo real es violento y lo fomentan quienes tras sus máscaras dicen no serlo. Por eso el escritor les va encima con ‘golpes’.

Dejaré por un momento el relato titulado ‘Feliz año nuevo’ para abordar otros donde el humor negro es más evidente. En ‘Relato de un acontecimiento’ ocurre una desgracia. Una vaca parada en medio de un puente es embestida por el conductor de un autobús que termina desbarrancado el vehículo. Los pocos pasajeros y el chofer mueren en el accidente. La vaca también. El animal queda en medio del puente, el único testigo que ve lo ocurrido de pronto le pide a su mujer que vaya a traer un cuchillo. Los curiosos van llegando y van pensando lo mismo que el testigo presencial. Cuando llega la mujer con el cuchillo empieza el bacanal. El marido insiste y se molesta con la falta de previsión de su mujer: ”por qué no has traído una bolsa, un cuchillo más filudo”, la mujer corre a casa para traer lo que se le pide, esta embarazada de ocho meses y enferma. Los demás pobladores del lugar ya están consiguiendo lo suyo, envuelven la carne vacuna en sus camisas para poder llevársela a casa. Cuando el testigo logra lo mejor le pide a su mujer ir a casa para que le haga un bistec, ella decide ir a buscar papas.

En ‘Corazones solitarios’ se cuenta lo que ocurre en un periódico para el sector más pobre de la sociedad, donde se reciben cartas y se contestan. Los pobres no escriben cartas así que los propios periodistas escriben las misivas y las contestan con gracia. Todos los periodistas se cambian de nombre y resulta gracioso escucharlos conversar llamándose con el alias femenino que han elegido. En una carta una supuesta mujer pobre se queja de no tener dinero, pero ha hecho el esfuerzo de enviar a su hija a un colegio donde las adolescentes van cada semana a la peluquería para que les arreglen el pelo. El marido trabaja el doble para poder traer más dinero a casa. La respuesta no se hace esperar: señora lave el pelo de su hija con jabón de coco, se lo deja como en la peluquería, no gaste en eso, total su hija no nació para ser una muñequita, gaste el dinero en lo que necesita.

Y llegamos a ‘Feliz año nuevo’. El diálogo que entablan los delincuentes brasileños no es de académicos, de mear pasan a hablar de brujería, de sexo, de dinero, de armas. Con las armas en las manos pasan a hacer lo que desean. Roban un auto, llegan a una casa donde violan, asesinan, defecan y comen. Se molestan con los varones cuando escuchan: “tomen todo lo que necesiten, no daremos parte a la policía”. A los asaltantes eso les suena a caridad barata y los motiva a tomar revancha. Paran a los varones contra la pared para ver cómo se estampan en la pared cuando usan el arma más potente. Al terminar montan todo lo robado en el auto que abandonan, devuelven las armas que han tomado prestadas. “Están calientes” dice la mujer que los guarda. El dueño de las armas llegará al día siguinte y darán el gran golpe. Reunidos celebran lo obtenido con un brindis de buen año.


En sus relatos sorprendentemente muchos de los personajes tienen un problema con sus dentaduras, no los tienen o desearían haber sido dentistas. Los pobres los van perdiendo en el cuadrilátero de la vida, se los han arrancado a golpes o no tienen como pagar las facturas que los dentistas exigen. Los dentistas a veces parece que tienen no un taladro sino un arma en la mano.


Sunday, December 14, 2014

Birdman (el ego y el amor mal entendido)


Todos tenemos a un personaje invisible que nos habla, nos trata de gobernar y muchas veces toma decisiones al margen de nuestra propia conciencia. Ese personaje puede ser un buitre, un jilgero o puede ser ‘Birdman’. Si ese personaje es Birdman quiere decir que hemos llegado a la estratósfera del ego como lo ha hecho Riggan (Michael Keaton), el otrora ícono del cine, a quien le resulta difícil poner los pies en la tierra para resolver los problemas que se le presentan realmente.

Riggan es un actor que quiere recuperar el status de superpersonaje y ahora viene actuando y dirigiendo algo propio en un teatro de Broadway, en pleno corazón de Manhattan (Nueva York). Birdman es el personaje invisible que habla y le recuerda a Riggan –tras cada metida de pata- quién fue en el pasado.

Birdman es la nueva película de humor negro que se le ha ocurrido al director mexicano Alejandro Gonzáles Iñárruti. La historia se hizo posible gracias a la colaboración de cuatro guionuistas que tras meditar largo en torno a un cuento de Raymond Carver se pusieron a trabajar en una historia experimental que debía responder primero a la propia pregunta del desaparecido escritor estadounidense: ‘de qué hablamos cuando hablamos de amor’. De los cuatro guionistas, sólo uno tiene experiencia en Broadway y es quien puso ese conocimineto en beneficio del filme.

Alejandro Gonzáles Iñárruti cuenta que acaba de alcanzar los cincuenta años y que tras cinco años de meditación se ha encontrado con ese otro personaje invisible que le susurra al oído y eventualmente le grita cuando toma algunas decisiones. Habiéndolo visualizado mejor, el director comenzó a hacerse una serie de preguntas qué al ser comentadas en voz alta se convirtieron en la película que hoy nos tiene interesados.

El filme comienza citando a Carver y termina de la manera que el cuentista termina sus relatos, de una manera abierta que puede ser imaginada por los lectores que terminarán completando lo que vieron de acuerdo a su sentir o deseo. En el cuento, Carver habla de una pareja de esposos alcohólicos que se encierran en una habitación de un motel que regentan para hablar de amor. En realidad hablan más del engaño perpetrado por el marido con una de las empleadas de limpieza, que para interés del cineasta es mexicana. El engaño duele tanto, que la esposa ha tratado de suidarse saltando desde el segundo piso del establecimento. No es gran altura por cierto, pero para efectos de la historia resultará interesante. (Veremos este punto más adelante).

La reflexión hace que Gonzáles Iñárruti imagine su película en un ambiente cerrado. Nada mejor que un teatro neoyorquino (los productores usaron las instalaciones del teatro Saint James, en el corazón de Manhattan). Para no ser aplastados por ese mundo claustrofóbico, la cámara se mueve al antojo del director y la historia se cuenta con un sólo y aparente tiro de cámara. (Me imagino al director mexicano mirando la película ‘El arca rusa’ de su tocayo Alexander Sukurov, quien de un solo shot con cámara steadicam contó una historia en el museo del Hermitage). Las paredes y los cuadros que se muestran en los camarines de los actores se usan como punto de unión en la edición y dan esa sensación de narración fílmica continúa que los realizadores se esfuerzan en mostrar. La cámara girando en torno a los actores que dialogan o siguiéndolos por los pasillos dan también el soporte necesario para crear un ambiente continúo.

¿Dónde está el humor negro del que se habla? Preguntarán ustedes. En  las situaciones que viven los actores. Sólo para mostrarles eso hablaré de dos secuencias cómico dramaticas. La primera, Riggan logra su mejor interpretación y lo celebra riendo ante el espejo, pero al levantar la mirada, observa como Mike (Edward Norton) besa a su hija Sam (Emma Stone) en uno de los pasillos del teatro. Fastidiado, sale por uno de las puertas de emergencia a fumar en la calle. Viste calzoncillos y tiene una bata encima. Mientras dá las primeras pitadas, la puerta se cierra y la basta de la bata se queda atascada en la puerta. Por más que Riggan trata de safarse, no lo logra. La obra está escenificándose y pronto tiene que interpreter su papel. Conminado por su participación, decide quitarse la bata y buscar la puerta principal de acceso, por lo que debe caminar en pleno centro de Manhattan casi desnudo. Lo reconocen y le piden autógrafos o lo abuchean (uno nunca entiende las reacciones de la gente con los famosos). Logra llegar en el momento preciso para dar con su esposa infiel en pleno lecho nupcial.

El otro momento hilarante difícil de olvidar en el film es cuando Mike, le pide a Lesley (Naomi Watts) hacer el amor de manera real frente al público presente en el teatro para que el asunto sea más convincente. Mientras él pugna por tener sexo en vivo, Lesley lucha por no ser penetrada, pero tienen que actuar porque el esposo entra en escena y tiene una pistola en la mano con la que amenaza matar a su esposa infiel y al amante.

El amante pide después a Riggan que no exhiba una pistola de juguete, porque desea sentir temor real cuando está actuando. La pistola real llega y se dispara en contra del propio esposo.

Les decía que Alejandro Gonzáles Iñárruti usa todos los detalles de la historia de Carver para contar su propia historia con mucho talento. Y se preguntarán qué tiene que tiene que ver el segundo piso y el intento de suicidio de la esposa. El director cambia la situación. Es Sam -la hija- quien llega al balcón del teatro para fumar y mirar la calle de manera melancólica. Hasta ahí llega también Mike quien pregunta ¿no crees que no es tan alto para saltar?. Ella sonrié. Y él sigue preguntando ¿por qué te sientes tan mal con tu padre que te ama? Y ella lo piensa para contestar. ‘Es que no estuvo ahí cuando lo necesitaba’, responde. Y ahí vemos que las meditaciones del director ayudan porque creo que a veces sobredimensionamos mal las relaciones de amor, sean estas de padres a hijos o las que se dan entre parejas.

Pero hay también las relaciones con el entorno. El amor mal entendido ahora dice que sí más gente te ve en las redes sociales son más personas las que te aman y están interesados en ti. Se confunde chisme con interés real. Lo prueba la hija que suele estar pendiente de su cuenta de Facebook y de cuántas vistas han obtenido las fotos que suele poner en su muro o en youtube. ¿Qué es el amor? preguntamos todos y al no encontrar respuestas nos confundimos, entonces decimos que 'amor es admiración'. El director recuerda que en definitiva la vida es la búsqueda del amor. Todos anhelamos el amor.

Para terminar, no quiero dejar de contar algo que para mí es un logro: la música. Los amantes de la percusión van a disfrutar esta narración. Alejandro Gonzáles Iñárruti le confió a su paisano Antonio Sánchez la musicalización de su proyecto experimental. El músico y baterista cuenta que un día el director le llamó y le pidió ser parte del filme. El joven músico aceptó, recibió el guión, lo leyó y se puso a componer. Cuando envió lo compuesto, el cineasta le dijo que eso era precisamente lo que no quería.

Sánchez cuenta que no había musicalización de baterías en un filme, que se puso a mirar películas y trató de entender lo que se le pedía. Sabía por ‘Star Wars’ que cada personaje debía tener una característica musical, pero también había que producir música de acuerdo a las situaciones y los sentires de los personajes. Sabiendo que una cosa diferencia a un baterista de un musicólogo percusionista se lanzó a la tarea tras sostener algunos diálogos de trabajo con su mentor. Lo que se escucha en la película le da una dimensión nueva a lo que se ha puesto en escena.

Véanla y podremos hablar más de todo esto. Les cuento lo último, los años que Gonzáles Iñárruti tuvo como disc jockey en una radio mexicana le han servido de plataforma para lanzarse a experimentar con sonidos nuevos que le dan a lo que cuenta una gran dimensión. Bien también por este nuevo logro.

Tuesday, December 9, 2014

Rescatista, nunca víctima.

Cuando el piloto se estrelló y cayó en la selva amazónica terminó herido envuelto entre ramas y pedazos del fuselaje de su avioneta. Se sintió desfallecer, agonizó y tuvo alucinaciones. En ese trance vio que junto a él yacía una mujer muy herida y necesitaba ayuda, podía morir. Alucinado, la trató de sacar y no pudo. En ese momento, el piloto pensó que debía salir de entre los escombros para rescatar a la dama, su meta entonces fue salvarla.

Safándose de las lianas y los fierros retorcidos, el joven piloto le rogó a la dama ‘aguantar un poco más’. Tenía que buscar ayuda, alcanzar la civilización y regresar para curar sus heridas. Pasaron días, hasta que llegó a un pueblo. En estado agónico, pidió a los rescatistas que fueran a buscar a la mujer herida y después se ocuparan de socorrerlo . Todos sabían que el piloto estaba solo, que se había estrellado solo, la mujer nunca existió, ella estaba en su propia fantasía de sobrevivencia. En la gran imaginación del sobreviviente se gestó una hazaña, nunca se sintió una víctima, ahí en el fondo de su mente, el piloto actuó como rescatista: al salvar a la mujer, se salvó.

La vida es una prueba que tenemos que rendir y lo mas difícil de lograr es vencer el miedo. Cuando superamos ese escollo, alcanzamos el mejor título. Pero hay que entender que el miedo no es nuestro enemigo, sí lo vencemos habremos probado nuestra fortaleza interior.

Miedo -como lo vemos en el caso del piloto- es oportunidad.

El enemigo dentro.

El miedo está instalado en nuestro cuerpo. Es parte de nosotros mismos. No lo notamos hasta que el cuerpo nos grita. De pronto un fuerte retorcijón en el estómago nos conmina a prestarle atención con urgencia. De pronto, una fuerte punzada en el corazón nos paraliza. Notamos entonces que el cuerpo toma el control de la mente y cuando eso se produce no hay ningún mecanismo que lo frene. Un fuerte dolor abdominal nos puede terminar, una angina nos angustia, parece que nos vamos. Entra a funcionar el sistema de alarmas en el cuerpo. La amígdala cerebral comienza a emitir señales falsas, el azúcar de la sangre es liberada en mayor cantidad, la garganta se cierra, no podemos respirar, temblamos, nos sacudimos, nos confundimos, el miedo nos hace temer lo peor. Muchas veces lo peor ocurre.

Cuando vemos eso con otro tipo de percepción, alguien parece haberse encargado de tirar gasolina en nuestro cuerpo. El incendio producido puede ser fatal. Pero conociendo el mecanismo, podemos descubrir que el cuerpo esta pidiendo un poco de atención. Hay que romper ese círculo vicioso y aquí la meditación atenta y focalizada ayuda.

Todos ponemos atención al cuerpo sólo cuando quiere comer, tener sexo o cumplir con las necesidades fisiológicas. Después es como que ‘algo’ anda pegado a nuestra cabeza, nos interesa muy poco. Algunos tratan a su cuerpo como sí fuera el pariente pobre y moribundo. Lo ignoran y maltratan, es la carga pesada que muchos llevan, es la carga que sí podrían la tirarían por ahí. Cuidado, es sólo prestada. Hagamos las paces con el cuerpo, atendamos a nuestro cuerpo, amemos nuestro cuerpo que se nos ha dado solo para experimentar la alegría de vivir. Vivir bien, sin dañarnos, ni dañar a los otros. Sacudámonos de la idea malvada de ‘como tengo un cuerpo feo, quiero el cuerpo hermoso, no sé cómo deshacerme del mío. Lo enveneno con sutileza, lo cebo más de la cuenta’.

Reitero, el cuerpo es prestadito.

Veamos la meditación.

Meditar es y tiene que ser un ejercicio sencillo. Hay que sentarse cómodo a observar el presente* con paciencia y humildad. Se trata de respirar tranquilo, mirando el proceso. Luego no hay que buscar mucho, sólo calmar la mente y relajar el cuerpo. No es fácil, la mente sin entrenar esta acostumbrada a pensar sin control. Los budistas dicen que hay que calmar los pensamientos que son como monos que saltan sin control. Hay que dejarlos ser, sin prestarles mucha atención. Ojo, cuando ganan nuestra atención, se vuelven tercos y obsesivos. Los reprendemos y al reprenderlos nos ganan. Déjalos. Que salten hasta que se cansen, sólo observalos con alegría y curiosidad.

Ahora, cuando bajamos a observar el cuerpo, observamos la tensión que existe en el cuello y los hombros y hay que comenzar a relajarnos. Luego notaremos que lo hemos abandonado, no se trata de perfumarlo o maquillarlo, es algo más simple y profundo que eso. Recién cuando miramos adentro vemos que no hemos sido agradecidos con el cuerpo que tenemos prestado, es entonces que vemos el dolor y la pena que esta atada en nuestro interior. Es el pozo del sufrimiento. Todo obedece a los malos hábitos y las creencias falsas que hemos almacenado. Cambiemos y limpiemos eso con ternura y compasión hacía nosotros mismos. Apapachémonos. Es el momento de ser agradecidos y bondadosos con nuestro cuerpo. Hay que tener la disposición de perdonarnos. Cuando se establece una buena comunicación con nosotros mismos estamos dando un paso importante, tal vez el más importante.