Sunday, December 14, 2014

Birdman (el ego y el amor mal entendido)


Todos tenemos a un personaje invisible que nos habla, nos trata de gobernar y muchas veces toma decisiones al margen de nuestra propia conciencia. Ese personaje puede ser un buitre, un jilgero o puede ser ‘Birdman’. Si ese personaje es Birdman quiere decir que hemos llegado a la estratósfera del ego como lo ha hecho Riggan (Michael Keaton), el otrora ícono del cine, a quien le resulta difícil poner los pies en la tierra para resolver los problemas que se le presentan realmente.

Riggan es un actor que quiere recuperar el status de superpersonaje y ahora viene actuando y dirigiendo algo propio en un teatro de Broadway, en pleno corazón de Manhattan (Nueva York). Birdman es el personaje invisible que habla y le recuerda a Riggan –tras cada metida de pata- quién fue en el pasado.

Birdman es la nueva película de humor negro que se le ha ocurrido al director mexicano Alejandro Gonzáles Iñárruti. La historia se hizo posible gracias a la colaboración de cuatro guionuistas que tras meditar largo en torno a un cuento de Raymond Carver se pusieron a trabajar en una historia experimental que debía responder primero a la propia pregunta del desaparecido escritor estadounidense: ‘de qué hablamos cuando hablamos de amor’. De los cuatro guionistas, sólo uno tiene experiencia en Broadway y es quien puso ese conocimineto en beneficio del filme.

Alejandro Gonzáles Iñárruti cuenta que acaba de alcanzar los cincuenta años y que tras cinco años de meditación se ha encontrado con ese otro personaje invisible que le susurra al oído y eventualmente le grita cuando toma algunas decisiones. Habiéndolo visualizado mejor, el director comenzó a hacerse una serie de preguntas qué al ser comentadas en voz alta se convirtieron en la película que hoy nos tiene interesados.

El filme comienza citando a Carver y termina de la manera que el cuentista termina sus relatos, de una manera abierta que puede ser imaginada por los lectores que terminarán completando lo que vieron de acuerdo a su sentir o deseo. En el cuento, Carver habla de una pareja de esposos alcohólicos que se encierran en una habitación de un motel que regentan para hablar de amor. En realidad hablan más del engaño perpetrado por el marido con una de las empleadas de limpieza, que para interés del cineasta es mexicana. El engaño duele tanto, que la esposa ha tratado de suidarse saltando desde el segundo piso del establecimento. No es gran altura por cierto, pero para efectos de la historia resultará interesante. (Veremos este punto más adelante).

La reflexión hace que Gonzáles Iñárruti imagine su película en un ambiente cerrado. Nada mejor que un teatro neoyorquino (los productores usaron las instalaciones del teatro Saint James, en el corazón de Manhattan). Para no ser aplastados por ese mundo claustrofóbico, la cámara se mueve al antojo del director y la historia se cuenta con un sólo y aparente tiro de cámara. (Me imagino al director mexicano mirando la película ‘El arca rusa’ de su tocayo Alexander Sukurov, quien de un solo shot con cámara steadicam contó una historia en el museo del Hermitage). Las paredes y los cuadros que se muestran en los camarines de los actores se usan como punto de unión en la edición y dan esa sensación de narración fílmica continúa que los realizadores se esfuerzan en mostrar. La cámara girando en torno a los actores que dialogan o siguiéndolos por los pasillos dan también el soporte necesario para crear un ambiente continúo.

¿Dónde está el humor negro del que se habla? Preguntarán ustedes. En  las situaciones que viven los actores. Sólo para mostrarles eso hablaré de dos secuencias cómico dramaticas. La primera, Riggan logra su mejor interpretación y lo celebra riendo ante el espejo, pero al levantar la mirada, observa como Mike (Edward Norton) besa a su hija Sam (Emma Stone) en uno de los pasillos del teatro. Fastidiado, sale por uno de las puertas de emergencia a fumar en la calle. Viste calzoncillos y tiene una bata encima. Mientras dá las primeras pitadas, la puerta se cierra y la basta de la bata se queda atascada en la puerta. Por más que Riggan trata de safarse, no lo logra. La obra está escenificándose y pronto tiene que interpreter su papel. Conminado por su participación, decide quitarse la bata y buscar la puerta principal de acceso, por lo que debe caminar en pleno centro de Manhattan casi desnudo. Lo reconocen y le piden autógrafos o lo abuchean (uno nunca entiende las reacciones de la gente con los famosos). Logra llegar en el momento preciso para dar con su esposa infiel en pleno lecho nupcial.

El otro momento hilarante difícil de olvidar en el film es cuando Mike, le pide a Lesley (Naomi Watts) hacer el amor de manera real frente al público presente en el teatro para que el asunto sea más convincente. Mientras él pugna por tener sexo en vivo, Lesley lucha por no ser penetrada, pero tienen que actuar porque el esposo entra en escena y tiene una pistola en la mano con la que amenaza matar a su esposa infiel y al amante.

El amante pide después a Riggan que no exhiba una pistola de juguete, porque desea sentir temor real cuando está actuando. La pistola real llega y se dispara en contra del propio esposo.

Les decía que Alejandro Gonzáles Iñárruti usa todos los detalles de la historia de Carver para contar su propia historia con mucho talento. Y se preguntarán qué tiene que tiene que ver el segundo piso y el intento de suicidio de la esposa. El director cambia la situación. Es Sam -la hija- quien llega al balcón del teatro para fumar y mirar la calle de manera melancólica. Hasta ahí llega también Mike quien pregunta ¿no crees que no es tan alto para saltar?. Ella sonrié. Y él sigue preguntando ¿por qué te sientes tan mal con tu padre que te ama? Y ella lo piensa para contestar. ‘Es que no estuvo ahí cuando lo necesitaba’, responde. Y ahí vemos que las meditaciones del director ayudan porque creo que a veces sobredimensionamos mal las relaciones de amor, sean estas de padres a hijos o las que se dan entre parejas.

Pero hay también las relaciones con el entorno. El amor mal entendido ahora dice que sí más gente te ve en las redes sociales son más personas las que te aman y están interesados en ti. Se confunde chisme con interés real. Lo prueba la hija que suele estar pendiente de su cuenta de Facebook y de cuántas vistas han obtenido las fotos que suele poner en su muro o en youtube. ¿Qué es el amor? preguntamos todos y al no encontrar respuestas nos confundimos, entonces decimos que 'amor es admiración'. El director recuerda que en definitiva la vida es la búsqueda del amor. Todos anhelamos el amor.

Para terminar, no quiero dejar de contar algo que para mí es un logro: la música. Los amantes de la percusión van a disfrutar esta narración. Alejandro Gonzáles Iñárruti le confió a su paisano Antonio Sánchez la musicalización de su proyecto experimental. El músico y baterista cuenta que un día el director le llamó y le pidió ser parte del filme. El joven músico aceptó, recibió el guión, lo leyó y se puso a componer. Cuando envió lo compuesto, el cineasta le dijo que eso era precisamente lo que no quería.

Sánchez cuenta que no había musicalización de baterías en un filme, que se puso a mirar películas y trató de entender lo que se le pedía. Sabía por ‘Star Wars’ que cada personaje debía tener una característica musical, pero también había que producir música de acuerdo a las situaciones y los sentires de los personajes. Sabiendo que una cosa diferencia a un baterista de un musicólogo percusionista se lanzó a la tarea tras sostener algunos diálogos de trabajo con su mentor. Lo que se escucha en la película le da una dimensión nueva a lo que se ha puesto en escena.

Véanla y podremos hablar más de todo esto. Les cuento lo último, los años que Gonzáles Iñárruti tuvo como disc jockey en una radio mexicana le han servido de plataforma para lanzarse a experimentar con sonidos nuevos que le dan a lo que cuenta una gran dimensión. Bien también por este nuevo logro.

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