Wednesday, December 28, 2011

La genética viene corriendo.


Quiero confesarles que una de las profesiones que me hubiese gustado ejercer es la de biólogo genetista, quizás sea tarde para hacerlo, pero mi sueño sigue ahí. Algunas veces me veo en un laboratorio experimentando con ratones para descubrir algo así como qué pasa con los cerebros de los ratoncitos rechazados por las madres en su edad temprana.
Una investigación que acabo de leer dice que los ratoncitos rechazados no tienen muy desarrollado el área de un gen cerebral que permite recibir el glycocorticoid y que sufrirán más para enfrentar el stress cuando éste se presente. El glycocorticoid ayuda a prevenir la formación de hormonas estresantes, incluso en los seres humanos. Cuando el rechazo ocurre se bloquea el gen, dicen los expertos, lo que hace difícil enfrentar momentos de gran tensión.
La genética se esta desarrollando a pasos agigantados y se predice que en diez años, todos tendremos nuestra información genética computarizada, así sabremos, sí se trata de un cáncer, por ejemplo, cómo mutan los genes que están envueltos en el proceso y conoceremos, también, cómo tratar a cada uno de los pacientes que padecen el mal.
La escritora de ciencia, Lone Frank, acaba de publicar un libro titulado “My beautiful genome”. En su texto, ella recueda que antes las computadoras eran unas inmensas máquinas que estaban en manos de entes especializados y que la revolución se dio con las PC portátiles que casí todos podemos tener a disposición actualmente. Además, los precios de acceso eran astronómicos. Lo mismo ocurre con los precios de la secuencia genética de un ser humano. En el 2001, cuando este proyecto comenzó, quien deseaba conocer la secuencia de sus genes debía pagar alrededor de 40 millones de dólares. Hoy sabemos que los chinos están haciendo el proceso por alrededor de diez mil dólares.
Contar con nuestra información genética no equivale a tener una bolita de cristal donde podremos ver qué enfermedad nos atacará a los cuarenta o sí moríremos a los 65 años víctimas de un paro cardíaco. Los genes son piezas informativas que interactuan de manera muy dinámica en un determinado medio ambiente y de ninguna manera controlan la vida.
Los seres humanos somos la vasija de toda esa información que se calcula en unos 25 mil genes. Hoy son pocos los expertos que pueden hacer una buena lectura de un mapa humano. Los doctores no están aún preparados para hacer un análisis de una secuencia genética, precisa Frank.
En el futuro los médicos serán 'técnicos en servicio' porque toda la información disponible estará en los servidores de internet, donde, además, todos podrán debatir cómo enfrentar ésta u otra enfermedad. Los médicos sabrán un poco más de lo que el paciente sabe sobre una enfermedad. Actualmente, son pocos los consejeros genéticos que existen, pero ésta es una carrera que esta en aumento.
En cada momento, los grupos científicos de búsqueda descubren algo nuevo en cualquier parte del mundo. En Iceland descubrieron que una variante del gen ZFHX3, localizado en el cromosoma 16, significativamente incrementa el riesgo del tipo más común de hemorragia cerebral, que no es fatal, pero puede gradualmente destruir tejido cerebral que lleva hacia la demencia. Con una lectura correcta de los genes podremos enfrentar mejor el problema y dejaremos de lado la predicción tradicional de cualquier análisis de colesterol.
En algún lugar del mundo se realizó un análisis de más de 110 mujeres y se dedujo que tienen el potencial y letal gen BRCA2 que al mutar desarrolla cáncer al seno con un 75% de posibilidades, estas damas andan caminando tranquilas, ignorando lo que les podría ocurrir en un futuro no muy lejano, felizmente la información se entregó a las autoridades de salud donde se realizó el estudio.
Nosotros los seres humanos tenemos genes que no son saludables, variantes que la evolución ha usado para crear diversas formas. Mutaciones y alteraciones que son una garantía que la evolución y la adaptación ocurrió.
Las enfermedades más comunes que golpean a la población mundial son la diabetes, el cáncer, los problemas cardiovasculares, principalmente, pero resulta complejo explicar cada uno de los males porque una serie de genes están envueltos en cada uno de ellos y todo ese proceso no está bien entendido, Además, existe también una multitud de factores ambientales que están en juego.

La epigenética

Por encima de la genética está la epigenética que no es otra cosa que todo lo extraño y maravilloso que la genética no puede explicar. Es en este campo donde casí todo el místico encuentro entre lo que se hereda y el medio ambiente se realiza. Pero ¿en qué consiste ese entrejuego, y cuándo y dónde exactamente ocurre? Aqui es donde las cosas se comienzan a poner más dificiles.
Epi es un prefijo griego que significa 'encima' o 'sobre' la genética. El concepto fue inventado en 1942, por el biólogo británico, Conrad Waddington, para describir cómo las experiencias y circunstancias de un organismo pueden hacer que su material genético actúe diferente. En el tiempo, antes que el código genético fuera incluso revelado, fue todo ideas y teorías. Ahora, el campo de la epigenética está abocada a la investigación de cómo los genes se expresan, esto es, cuánto más o cuánto menos proteína están permitidas a producir, en que tiempo, y en que células. Estos son los cambios en la función de genes que ocurren sin mutación en la secuencia genética.
Sin embargo, hasta hace poco, muchos científicos creían que la epigenética no era relevante para los adultos y que estaba solamente restringido para embriones, donde se programaban los genes para el resto de la vida orgánica. Después de todo, una simple celula puede desarrollar hasta un organismo completo. Dependiendo también en cual célula está permitido ser activado, cada celula adquiere una identidad, con una función correspondiente, las cuales están definidas por el grupo de proteínas que los genes de la célula produce, como sí fuera una orquesta en la cual todos los músicos tiene el mismo pentagrama al frente de ellos, pero los violines, el triándulo y el bombo, y todo el resto toca una parte distinta.
Para clarificar un poco más, los científicos sugieren tomar, por un instante, una célula del hígado y otra del cerebro. El hígado usa una bateria de enzymas para quebrar las toxinas que uno consume cuando come y bebe, el mismo que debe ser removido de la sangre. No hay razón para que nuestro pobre hígado produzca las más refinadas células para nuestro sistema nervioso. Esas células están inactivadas en el hígado. En el cráneo, sin embargo, las células cerebrales están libres de recoger la basura, por lo que esos genes especializados en quebrar el alcohol o la grasa están relegadas a un eterno descanso.
El programa epigenético del cuerpo organiza la división del trabajo. Esto es restringiendo o permitiendo a un simple gen realizar todo lo necesario. Recientemente los cientificos han descubierto que la epigenetica reprograma todo desde la cuna hasta la tumba, presumiblemente en todo el organismo.
Si uno piensa esto desde la perspectiva evolucionaria, es completamente entendible que esos ajustes puedan darse. Presumiblemente, el programa epigenético es una herramienta que nosotros hemos desarrollado, porque esto prueba mejores posibilidades para sobrevivir. Este es un mecanismo de adaptación que puede cambiar al individuo en concordancia con los requerimientos en el cambio de ambiente. El ingenioso mecanismo de restringir y permitir puede incluso ser considerado como una personal e individual capacidad de evolucionar.

Thursday, December 22, 2011

Picasso y el nacimiento del cubismo.


Todos tenemos un momento en la vida que nos marca para siempre. Pablo Picasso tuvo uno de esos momentos cuando tenía 17 años. Una abuela y su nieta murieron sorprendidos por un rayo que cayó repentino. Era de noche cuando llegó el médico o la persona que debía practicar la autopsia. A la luz de unas velas, el encargado tomó una sierra y partió en dos las cabezas de las occisas para determinar que les había ocurrido con exactitud. Pablo Picasso terminó enfermo luego de esa terrible experiencia gótica, aunque muchos creen que de allí viene su arte de pintar dos rostros. El artista malagueno creía que así, además, podía conocer más el carácter de una persona.
La terrible experiencia la vivió Picasso en Horta de Ebro, a donde fue siguiendo a su amigo Manuel Pallarés, quien huía del llamado a prestar el servicio militar. En las montañas de Cataluña era fácil evadir la milicia. En este pueblo, el genio andaluz paso seis meses pintando la naturaleza y, por supuesto, pintó a quienes vivían en la zona.
Sin embargo, hubieron otros momentos que marcaron a Picasso, quizás todo empezó el 25 de octubre de 1881, a las 11.15 de la noche, cuando nació. Al ser liberado del vientre materno, el recién nacido no pegó el grito acostumbrado. Pasaron algunos segundos, hasta que uno de sus tíos le tiró el humo del cigarrillo que fumaba directamente a las fosas nasales, recién ahí el pequeño lanzó el grito que daba cuenta de su presencia en este mundo.
Permítanme una digresión. Para los budistas aquí comienza la vida, cuando sucede una demora, dicen, que es un espíritu muy grande quien viene a ocupar el cuerpo del recién nacido. Digo esto también para darme algo de fortaleza. Cuando nací no lancé el grito de todo neonato, debieron darme varias nalgadas para reaccionar. Esto me lo contó mi abuela, quien vio todo el desenlace de mi nacimiento desde una ventana y quien lloraba a cada nalgada que el doctor lanzaba fue ella.
Luego, volviendo a Picasso, debo decir que otro momento que lo marcó fue sin duda la muerte temprana de su hermanita menor. Pablo Picasso la había dibujado lozana y bella diez días antes de su deceso. Conchita murió de difteria cuando apenas tenía siete años.
Pablo Picasso pasó su infancia en su natal Málaga, de allí junto a su familia fue a vivir a Barcelona. Siendo su padre su primer maestro de dibujo y pintura, a Picasso su trabajo de niño no se le puede catalogar como tal, él ya tenía todos los conocimientos de un artista de taller. De Barcelona su familia decide enviar a Pablo Picasso a Madrid, valiéndose de la ayuda de todos los familiares, pero algo ocurre con el envio que se le corta de manera repentina y el artista pasará a vivir en la capital española como un bohemio. Es la primera vez que Picasso enfrenta la pobreza y la miseria.
Picasso se hace llamar así a partir de 1901 cuando cambia su apellido paterno Ruiz por el materno de Picasso, que en París comenzará a sonar mejor junto a los Matisse, Rosseau y Poussin. Rodeado de muchos artistas en la ciudad luz, Picasso emprenderá diversos períodos hasta descubrir el cubismo junto a Georges Braque. Es el año de 1908 cuando los hermanos Wright pudieron volar su aeroplano, los artistas antes mencionados empezaron también a explorar similares caminos en su pintura. A Picasso se le atribuye la frase 'sí los aviones pueden volar, entonces el espacio puede ser reinventado'. El cubismo es fácil y complejo como un ajedrez en tres dimensiones, es lo que se llama también la dinámica del arte.
Apelando un poco a mi imaginación se me ocurrió hacer ficción con el descubrimiento del cubismo y tal hallazgo pudo haberse dado sin buscarlo con profundidad, sólo observando con ojo de artista. Veamos.

Pablo Picasso estaba sin dinero, se sentía solo, triste y sin talento. Sentado en su estudio saboreaba un pan con jamón y cebollas que había conseguido después de pintar un retrato y cambiarlo por comida. A punto de tirar todo por la borda (todo digo refiriéndome a la idea loca de suicidarse que se cruzó por su mente) Pablo Picasso descubrió el primer paso para desarrollar el cubismo. El pan con jamón le sabía a suela de zapato en el frío Paris. Comía porque tenía que comer. Su joven amante, una prostituta llegada de Grenoble, lo había abandonado por un viejo con dinero. Al pensar en ella la odio tanto como se estaba odiando. En su mesa tenía de todo, desde su comida, un vaso de vino que parecía vinagre, hasta las hojas de un viejo diario. Lo había guardado en su mesa de trabajo porque allí estaba el rostro de una dama con la que había comenzado a soñar. Tomó el diario con una mano y reparó en una pequeña historia que aparecía en el extremo superior derecho. Picasso leyó la nota y se conmovió hasta el llanto, pero al bajar la mirada se dio con la fecha de publicación y se dio cuenta, con desagrado, que su emoción resultaba tardía. El hecho trágico tenía un mes de ocurrido y él se estaba recién conmoviendo ahora. Dejó el pedazo de pan que tenía en una mano y la dejó en la mesa, tomó el papel con ambas manos, lo arrugó con fuerza, disgustado. La hoja se convirtió en una bola deforme y la tiró al cesto de basura, no con la destreza de los basquetbolistas, por cierto. Pablo Picasso estaba de malas, no encestó. Ni siquiera atinaba con su puntería y maldijo su mala suerte. Algo lo movió a levantarse y caminar hasta la cesta. Recogió el papel arrugado y descubrió que se estaba tratando de deshacerse de la mujer con la que había empezado a soñar. Tomó el papel entre sus manos y trató de reparar el amasijo. La foto de su amada tenía que ser conservada, pensó. Planchó el papel con la palma de sus manos, sin lograr su cometido, lo hizo en varias oportunidades. Así estuvo un par de minutos hasta que volvió a la mesa a terminar de tres mordiscos el pan con jamón, la cebolla que había caído, la recogió y terminó saboréandola como nunca lo había hecho.
Cuando levantó la mano para observar el papel del diario, vio a su amada, pero el papel no se había quedado del todo liso, el papel seguía tratando de tomar su forma desalineada, los zurcos no se pudieron borrar. Picasso miró lo que veía con ojo de artista, con ojo de curioso, con ojo de descubridor. La imagen de su amada tenía diversas perspectivas, dependiendo como Picasso movía la cabeza o la hoja del diario. Mierda! exclamó al momento de estrellar la palma de su mano en su frente. Esas líneas y zurcos le dieron al artista español la idea de empezar una nueva forma de trabajo. Una forma que hoy en el mundo artístico se conoce como cubismo.