Monday, December 31, 2012

Negativo/ positivo. Asuntos literarios.


Este año he leído muchos libros con los cuales tengo una deuda inmensa. Inmensa porque me han dejado muchas enseñanzas y que sí no he escrito nada acerca de las mismas es porque me siento intimidado de no alcanzar mi gratitud completa. Puedo hablar de los mismos enumerándolos: 'El hombre en busca de su destino', de Viktor Frankl. 'Grendel' de John Gardner, HhhH, de Laurent Binet, varios libros del Dalai Lama y sus seguidores budistas. De cada uno de estos libros tengo más de una lección de vida y me han dado el cómo para enfrentar la vida con entereza. Quizás me olvide de algunos, pero si he citado algunos es porque los tengo a la mano. Sin embargo, aunque parezca paradógico hay algunos libros que sin llegar a la 'gran talla' me han dejado algunas enseñanzas.
“Cuando las hermanas Garcia perdieron el acento', de Julia Alvarez, es uno de esos libros. No llega a alcanzar las cumbres de la buena literatura, porque tal vez -a decir de Borges- la escritora se cansa y no sabe redondear su faena.
Esta es la segunda novela escrita por Julia Alvarez que leo en el año y las dos me han dejado esa sensación de no haber alcanzado la cima. Hablo de 'Para salvar el mundo' que sí bien tiene un título interesante, la escritora se pierda al final con las dos historias que cuenta. Pienso que no las redondea, porque no hace de ese 'universo creado' algo creíble.
Con las hermanas García me ocurrió lo mismo al terminar la novela. ¿Qué es esto? ¿Una novela, cuentos o relatos? me pregunté. Leí a la dominicana en esta segunda oportunidad, conminado por una buena anfitriona en un club de críticas de novelas en español. Empecé en tres oportunidades y como no di en el punto, insistí. Avance y avance. Como siempre buscando algo positivo en lo que hago. No encontré la idea global y mi paladar no quedó satisfecho con lo que di a mis sentidos. Sin embargo, al final insistí y me encontré con dos capítulos dignos de resaltarse en la novela. Todo aquel que deseé escribir una novela tiene que leer estas dos historias. Claro, que sí no las enmarcamos en el todo, nos sentiremos huérfanos. Una se titula “Espectáculo' y la otra 'Una sorpresa americana'. En la primera, la escritora se ubica bajo el punto de vista omnisciente y desde su posición de diosa que conoce todos los secretos cuenta la historia de la familia García (en realidad de la familia de la Torre García), cuando van a un restaurante español en Nueva York, atendiendo la invitación del doctor Fanning y su esposa. La escritora empieza su historia de manera positiva, digamos. La madre pide a las niñas, antes de salir a la cita, que se comporten bien en el restaurante y que será ella quien haga los pedidos. “Nada de bebidas gaseosas, solo leche con chocolate”, les recuerda a Yoyo, Sandra, Carla y Fifi. En este capitulo, será Sandi la protagonista. Me gusta que Julia Alvarez se subdivida en cuatro para contar su historia, pero esos cambios de punto de vista te sacan del foco sí estas desatento.
En 'Espectáculo' uno intuye que algo interesante viene. Quién puede predecir el comportamineto de una niña en un lugar público, más aún de cuatro pequeñas. La escritora teje con cuidado e interés todo el relato y hace que sintamos la tensión necesaria. Es más, quienes vivimos lejos de casa nos vemos reflejados en algunas situaciones. Ahí aparecen los racistas o solitarios que se oponen -con sus odios y envidias solapadas- a esa familia numerosa que habla otra lengua. Eso lo expresan las niñas que se sienten rechazadas, pero que al mirar con calma lo que tienen, se dan cuenta que pertenecen a una cultura llena de valores -basta con verlas contentas mirando el despliegue de los bailaores de flamengo y el ridículo que hacen algunos cuando tratan de imitarlos. Poco a poco, Alvarez nos lleva a participar de esta mesa con comensales de 'dos mundos', rodeados de niñas. Desde el principio se intuye el desborde, pues es imposible que en un restaurante se sirva leche con chocolate y se termina por aceptar las bebidas gaseosas. La comida es imposible para las niñas, por más que se parezca al puré de papa. Y los tragos a los que nos damos los adultos, nos llevan en algunos casos a transitar por otros caminos. Es el caso de la fea señora Fanning quien termina besando al doctor de la Torre cuando el inmigrante lleva a Sandi al baño. Ahí está el nudo de la tensión que la escritora va desatando con tino. Vemos como las niñas y los niños en general aprenden la verdad y la mentira y son capaces de manipular en su beneficio. Luego de dar el espectáculo las bailaoras salen a tratar de vender sus productos y son las niñas las que miran con ansia las barbies disfrazadas, con castañuelas incluidas. Es la oportunidad de Sandi para salirse con la suya a cambio de su silencio, pues su padre le ha pedido no decir nada de lo que vio a su mami. Es el momento que vemos al doctor la Torre lamentándose de su pobre condición de inmigrante sin dinero. La madre y la hija en contrapunto tratando cada uno desde su punto de vista de ganar en la mesa. La madre pierde porque no llega a saber que es lo que ha ocurrido fuera de su control. Final negativo desde el punto de vista materno. Es más, todas las hijas se salen con la suya, pues cada una de ellas llega a arrancarle una muñeca a la señora Fanning.
La otra historia encantadora es la titulada 'Una sorpresa americana'. Aquí es Carla la protagonista del relato. Y aquí vemos como se nota la diferencia de las clases sociales en América Latina. Por un lado están las niñas 'bien' y por el otro lado las empleadas domésticas. Aquí también Alvarez nos ofrece el 'valor' que se le da al color de la piel y se trata de ningunear a la que tiene el color más oscuro. Nivea es el nombre de la negra retinta, pero su nombre obedece a una burla, pues la han querido blanquear con un producto de limpieza que tiene esa marca.
Carla es la testigo y cuenta. Un cambio del punto de vista narrativo de la novelista. El padre ha regresado de Nueva York -esto es antes de la rápida huída después que los esbirros del dictador Trujillo descubrieran la trama en la que están envueltos los la Torre para acabar con el sátrapa-. Al regresar el papá de viaje les ha traído regalos a sus niñas. Hay que esperar la cena para abrir los paquetes y aquí Alvarez teje contenta (Uno también descubre como un escritor ama a sus personajes, sean pobres o ricos, buenos o malos) Mientras esperan, Carla nos lleva a ver como viven y piensan las empleadas domésticas de su gran casa, Son varias, pero se pone interés en Gladys quien es la co protagonista de la historia. Gladys ahorra en una botella y sueña con ir a los Estados Unidos, todos los días le reza a una virgen. La sirvienta ha recogido de la basura una tarjeta postal donde aparece la estatua de La Libertad, Ella no lo sabe, pero es a quien eleva sus plegarias. Las personas pobres de nuestros países son como niños y así los evoca el padre. Lo que para uno es real, es fantasía para muchos. El padre ha traído regalos extraños y se disculpa diciendo que están haciendo furor en Nueva York. Son alcancias mecánicas, que tras mover ciertos puntos hace que las monedas se guarden en su interior. Acompaña esta nota una alcancia mecánica de Jonás y la ballena. Carla sin embargo recibe la alcancia de una virgen que eleva sus manos, atrapa una moneda y la guarda. Busqué la imagen fotográfica de la virgen y no di con una sola. Quizás la escritora lo inventó y eso esta bien para efectos de su relato. Para Gladys esa virgen mecánica se parece a la imagen que ella tiene en la postal, lo que le da mayor significado. Cuando pasa el tiempo, Carla se olvida de su alcancia que pasa a formar parte de una colección de regalos en la estantería. Un día Gladys pide a Carla comprarle la alcancia. Ella se niega a vender a su nana un producto malogrado, pero decide regalarle el mismo. Cuando la mamá descubre que la alcancia no está donde debiera, comienza su pesquisa. Aprovechando que las emplesadas han ido a misa revisa sus habitaciones y da con la alcancia, entonces al regreso de ellas decide despedir a la empleada. Carla asume la defensa, pero el asunto esta decidido. Ella se irá a buscar otro trabajo, lejos de casa. Nuevamente vemos un relato que comienza positivo (alegre) y termina negativo (triste).
Es lo más rescatable de la novela de Alvarez y se lo agradezco. Al terminar de escribir esto comenzaré a hacer un ejercicio que seguirá la forma del relato de la escritora dominicana. Para más detalles es una historia familiar que envuelve también a niños que crecen y van aprendiendo a medir sus fuerzas. Al recordar lo ocurrido reí con ganas. Además, vi a mi padre con vida riendo y he reído con él a carcajadas.

Thursday, December 27, 2012

Canción oculta en la taberna alemana.


(A la manera de Dylan Thomas)

Cómo poder cantarle
canciones de amor
sino sé conjugar
“haber sido o ya se fue”
sólo silbo en alemán
viejas tonadas olvidadas
más allá del ser.
En la vieja taberna
sólo cervezas se ofrecen:
Salud! Salud!
Y no hay nadie que encienda
la rocola. ¿Yace olvidada también
junto al joven Dylan?
(Hoy cumpliría 98 años).
Bebo y ahora dejo que sólo
silbe el canario
que aparece -repentino- en el antiguo
reloj de la pared
que de tan viejo
pronto se hará arena y se irá ¿o ya se fue?
Estrujen, destilen mi garganta
y aranquen canciones de amor
no sólo espuma, arena,
escupitajos tirados en un rincón
tapados, ocultos
por más de un pie.
Me apoyo en la pared
y todo se hace polvo
Salud! Salud!
¿Lo he olvidado o yace oculto?
Me gustaría decir:
“ser amor conjugado con salud y un poco de arena”, en alemán.
Así es, la luz falta donde el sol no llega.

Saturday, December 8, 2012

Desafiando lo obvio.


Uno tiene que encontrar algo positivo donde sea. No me gusta ir a lavar la ropa que tengo sucia, pero sé que debo hacer eso. Uno pasa en una lavandería alrededor de dos horas, primero metiendo la ropa sucia en la máquina de lavar, para luego de un espacio de 30 minutos, sacar lo lavado para ponerla en la máquina de secado por espacio de 45 minutos o un poco menos. Muchas veces la lavandería tiene muchos clientes y uno tiene que esperar que las máquinas de secado se desocupen para poner toda la ropa mojada a secar. Luego cuando lo lavado esta seco, hay que doblar la ropa caliente, si es que uno no está acostumbrado a planchar. En fin, son cerca de dos horas. Suelo leer en la 'laundry' mientras espero que todo el proceso se cumpla, pero a veces hay tanta bulla que uno no llega a concentrarse con facilidad. Algunas veces, uno que otro conocido esta también lavando la ropa sucia y es la oportunidad para hablar de cualquier cosa, de la lluvia que se aproxima o el esplendoroso sol que te hace confundir el otoño con el verano. Si me encuentro con algún peruano, sin duda de lo que hablamos será de la terrible situación por la que atraviesa el seleccionado nacional de fútbol y las pocas, escasas posibilidades, que tenemos de llegar al mundial de Brasil 2014. Uno trata de explicarse los por qués de tan deficiente futbol que practicamos ahora, la falta de actitud y entrega de nuestros futbolistas, quienes parecen conformarse sólo con hacer dinero, olvidándose del orgullo que todo ser humano debe sentir al vestir la camiseta de un país, nuestro país, en este caso. Uno se enfrenta a sentimientos encontrados cuando analizamos lo que ocurre. Chicos con apenas 20 a 25 años, jugando a la pelota, ganan sumas que para un profesor de escuela primaria resulta inalcanzable, y lo que es deprimente, esos futbolistas ni siquera han pasado bien la escuela secundaria. Jamás han leído un libro y, caray, se muestran orgullosos de los autos deportivos que manejan a toda velocidad. Nada en la cabeza y el corazón, solo con la urgente necesidad de llenarse los bolsilos. Después de perder un partido, beben como descocidos, sin tomar interés en lo que acaban de hacer, perder una gran oportunidad. Algunos dicen que los futbolistas reflejan el mal manejo deportivo de las autoridades de ujn país, pero eso me parece uno excusa más. En la cancha son once contra once y para ganar hay que ponerle ganas. Y los psicólogos, ¿dónde estan? Claro, cuando uno es joven tiene, en la mayoría de casos, tonterías en la cabeza. Bueno, son diálogos de lavanderia.
No voy a negar que algunas veces aparece una dama con unos atributos sorprendentes que lo saca a uno de sus qué haceres. Pero eso no ocurre siempre. Recuerdo a un antiguo profesor de inglés, quien solía hacer bromas respecto a la gente que iba a las lavanderías, el teacher contaba su experiencia personal. Decía Mr. John Raggio, ese era su nombre y apellido, que él solía comprar un diario matutino para ir a lavar. Solía pasar por un lector empedernido, cuando en realidad estaba al acecho de alguna femina guapa que llegara a la lavandería. Cuando eso ocurría, él solía levantar los ojos por encima del diario, para ver la oportunidad exacta de alcanzar algún tipo de diálogo, una amistad, o lo que se presentara. Mr. Raggio había desarrollado una gran capacidad intuitiva para ligar con la femina correcta que también lavaba la ropa junto a él. El solía celebrar sus ocurrencias lanzando una risa muy estruendosa en todo el salón de clases. Una pena que haya fallecido, me enteré de su deceso en una oportunidad que pasé por el instituto.
Volviendo a la lavandería y a los asuntos que suelo hacer, debo decir que yo no soy un comprador de diarios, sencillamente soy un lector de revistas que un propietario considerado deja en las mesas de uno de estos establecimientos para facilitar algún tipo de relajo durante la espera del lavado respectivo. Será que he perdido el olfato de ligón.
Hoy por ejemplo me olvid llevar la novela que estoy leyendo por lo que tuve que buscar como 'matar el tiempo'. Las revistas en las lavanderías son pasadas y abordan diferentes tópicos, la mayoría son de deportes o de artículos de belleza. Tomé la revista deportiva emocionado, nada de fútbol, saltando todo lo que sea béisbol o fútbol americano. Una pena que las revistas de los Estados Unidos le den poca importancia al deporte más lindo del planeta,. Quizás no entiendan mucho de eso que nosotros -los latinos- llamamos pasión. Tal vez por eso detesto a algunos jugadores peruanos de fútbol que no le ponen pasión a lo que hacen. En fin, tomé una revista de deportes y la hojeé. En la misma encontré alguna que otra información interesante, al principio. Habia alguien metido en el negocio de las bicicletas que sin duda estaba haciendo noticias con sus bicis que resultaban fáciles de manejar cuando uno tenía que ir a la cumbre de una montaña. Se lo difícil que es escalar una pendiente montado en una bicicleta, lo he intentado, aunque debo reconocer que desistí muchas veces, las piernas no me daban (será ese lio de los futbolistas peruanos, sonreí). Al parecer este inventor había dado con una bici que hacia más fácil el asunto del pedaleo para arriba. Ahora estaba capacitando a los trabajadores chinos (chinos de China, para que quede claro) para obtener una bicicleta óptima como la que le había costado diseñar. Pongo énfasis en el asunto de China para llamar la atención en algo. Nos estamos quejando de la economía, pero cuando se trata de invertir nos vamos a China para pagar sólo centavos de dolar por hora, evitando dar a los trabajadores de nuestros propios países la oportunidad que andan buscando. Desde el inicio buscamos ganar el 1000 %, cuando tranquilamente podemos ganar el 500 %. Y luego nos quejamos que no hay trabajo, cuando no damos las oportunidades a los connacionales. Un ejemplo de bicicletas sirve para graficar algo de lo que esta ocurriendo con algunas economías. Todos quieren ganar todo de sopetón, sin compartir la torta. Hay que buscar un punto de equilibrio, no es verdad?Asunto para los economistas, los inversionistas y los políticos, creo.
Bueno, pero para buscar el lado positivo a mis dos horas perdidas en la lavandería, debo decirles que en la misma revista que estaba leyendo encontré un artículo referido a las 20 mentes más prominentes de la actualidad. Allí estaba Stephen Hawkings y hasta un nutricionista francés que ha logrado obtener un producto -Plumpy'nut- para luchar contra la desnutrición de los niños de los países en vías de desarrollo.
Tomé nota de algunas de esas mentes y decidí escribir luego este artículo, ajá este, acerca del trabajo que vienen desarrollando. Ahí estaba Marissa Meyer una experta en internet que esta encargada de diseñar algo novedoso en la web. Imaginate que vas a hacer una búsqueda en google y la computadora te traduce bien (ojo, bien) todas las web sites que necesitas en tu lengua y eso en tan sólo fracción de segundos. La información del mundo en tus manos. Este blog se leerá en chino correcto, farsi o arameo en menos de lo que canta un gallo.
Me interesé también por el trabajo de Michael McAlpine quien esta tratando de lograr una batería recargable con la energía que hacemos al caminar, trotar o correr. El invento servirá para dar a la humanidad una nueva, natural y no acabable fuente de energía y poder.
Leí también muy interesado acerca del sueño de un agrónomo, Dickson Despommier, quien está tratando de levantar edificios donde sea fácil sembrar y cosechar plantas alimenticias a futuro. En el 2050 seremos muchos miles de millones más de seres humanos, todos sin duda necesitaremos comer. Para entonces necesitaremos más terrenos y los mismos deben de ser del tamaño de Brasil para cumplir con toda las demanda de comida. (Ojalá no tengamos otro Hitler que vea en el hecho de acabar con la población para enfrentar y solucionar el problema). Despommier piensa en edificios donde obtener comida segura y fresca. Lugares pequeños donde sembraremos usando menos agua y dando trabajo a quienes sin duda también necesitaran un empleo. Imaginarse el futuro ahora es pensar con altruismo en quienes nos sobrevivirán.
En la revista también encontré consejos tomados de las ideas de James Bannerman, quien pedía liberar el genio que tenemos dentro. Todos cometemos errores, pero cambiemos esos errores en algo necesario, decía el pensador. La torre de Pisa fue un desastre arquitectónico y mira en lo que se convirtió ahora, la gran atracción que para algunos define a una parte de Italia. Quién no desea subir a la azotea?.
Hay que desafiar lo obvio. Hasta 1959 todas las muñecas tenían caras de bebés, hasta que Ruth Handler introdujo a su famosa 'Barbie', una muñeca que le reportó un billón de dólares en ganacias.
Hay que buscar lo simple, en 1930 un ingeniero canadiense sugirió pintar rayas blancas en las pistas para evitar accidentes. Y observe cómo nos movemos todos cuando vamos en un carro. Todos respetan las líneas trazadas, no es cierto?
Hace apenas unos años, Lawrence Rook, de apenas 13 anos, añadió un dispositivo para que su celular sonara cuando recibía una llamada a su casa y evitó así que su madre olvidara empacar las entregas solicitadas. No hay duda que tenemos que encontrar algo positivo donde sea. Es lo que hice hoy al pasarme dos horas en la lavandería mientras esperaba el lavado y el secado respectivo de mi ropa.

Tuesday, December 4, 2012

Un haiku muy personal.

Sueña cigarra
y canta, canta y
pinta: ciruelos dulces

Este es el haiku más personal que he escrito.
Andaba un poco triste, buscando momentos alegres de mi vida y de pronto me vi subido a un árbol de ciruelos en mi casa de niño. En la huerta de la casa de mis abuelos maternos, para ser preciso. Ahí, en medio de la gran huerta estaba el inmenso árbol, que, cuando estaba cargado de frutos, acogía a todos los nietos que llegaban. Nos subíamos al arbol, quienes podían se iban más arriba y atrapaban los mejores frutos. Nos comíamos hasta las hojas ácidas, porque, a decir de mi madre y mis abuelos, eran tan buenos como los frutos y así lo hacíamos, obedientes.
Todos los nietos metidos en el árbol, compartiendo no sólo buenos ciruelos ácidos, que para mi recuerdo eran dulces. Dulces, como los evoco en mi poema. La huerta era grande, en el habían naranjas, mangos, papayas, guindas, limones dulces, incluso un viejo árbol de cacao, pero en el centro se erguía el gran ciruelo majestuoso.
El árbol no sólo acogía a los muchachos y muchachas de la familia, mis amigos se sumaban al festejo. Y en primavera, que llegaba sin precisarlo exactamente, las gallinas que merodeaban en la huerta, también se trepaban a las más altas ramas. El ciruelo era el centro, ahí se congregaba el más grande número de cigarras que ensordecían el momento. Camufladas, para los niños, cantaban y cantaban. Un canto contagioso, que se ha venido a juntar y dar serenata en mi haiku.
Mi niñez, mi alegría, el recuerdo, la abundancia. Eso es lo que encuentro en estas 17 sílabas agrupadas en apenas estas tres líneas. Las explico porque me siento orgulloso de haber escrito este recuerdo que me enternece. ‘No es bueno explicar los poemas, basta con sentirlo’, recuerdo que recomendaba el maestro. Pero me he sublevado. Suelo hacerlo.
Hace algunos días estaba leyendo al poeta estadounidense Robert Hass, quien explicaba un haiku de Kobayashi Issa:

‘The man pulling radishes
Pointed my way
With the radish’

Intenté traducirlo siguiendo los patrones del haiku y desistí. No me tocaba del todo, pero con la explicación de Hass, el breve poema brotó como el agua de una página.
Dice Robert Hass que el poema esta escrito desde el punto de vista del viajero que de pronto pide consejo para llegar a su meta. Se lo pide a un campesino que esta jalando rábanos. El campesino lo ayuda y con los mismos rábanos le indica el camino. ¿Con qué más le podía un campesino señalar el camino a un viajero? Ambos personajes del poema están haciendo lo que hacen y, ese acto que parece banal, cobra vida, gracias a la maestría del poeta japonés. Es más, dice Hass, el haiku esta escrito en un tiempo pasado, como una evocación.
Todo eso me dio que pensar. Primero quería conocer algo más del trabajo de Robert Hass, entonces logré encontrar, en la biblioteca de un pueblo cercano al que vivo, su poemario ‘Time and Materials’. Al comenzar a hojear el libro hay un pequeño poema que creo basta para decir que me gusta el trabajo del poeta (un poema basta algunas veces).
Hass tituló el mismo como ‘Iowa, January’

‘In the long winter nights, a farmer’s dreams are narrow.
Over and over again, he enters the furrow’.

Cuando el poema te toca es más que suficiente, recordé una vez más al maestro.
Desde el título, Hass te da pistas, Iowa en enero, un invierno muy crudo.
Luego, quien vive en esa zona, un campesino. Traduje entonces:

‘En las noches largas de invierno, un campesino tiene sueños angostos.
Una y otra vez, (él) entra en los surcos'.

Me encantó, al traducirlo no perdí la rima o algo parecido que buscó el poeta con 'narrow and furrow', lo mío quedó en 'angostos y surcos', por lo que todo me pareció perfecto.
Creo que es mejor en español omitir (él) por eso lo puse entre paréntesis.
Bueno, me quedé pensando en lo que lei y comencé a evocar y… comenzó mi trabajo.

‘Bajo un cielo rojo
Los ciruelos dulces
La cigarra canta y canta’.

Me gustaba, pero no me convencía. La métrica no era precisa.
Seguí intentándolo

‘Coreando al cielo
Una cigarra canta y
Cantan, los cerezos’.

Me iba alejando. Pero sabía que tenía que seguir intentándolo.
Me gustó lo que sigue.

‘La cigarra canta
Y canta, bajo el cielo
En sombra, los ciruelos’.

Me gustaba, pero fallaba con las 17 sílabas. ¿Tenía que sublevarme y romper con los canones indicados? ¿Era una forma de rendirse, no es cierto?
Estaba leyendo una novela de Julia Alrarez, ‘De cómo las muchachas García perdieron el acento’, cuando en el capítulo referido a una clase en la que Yoyo tenía que escribir poemas en inglés, se me prendió el foco.
Lo intenté en inglés, sin llegar a cumplir mi objetivo.
Me faltaban palabras. Cicada, harvestfly, balmcricket no sonaban como cigarras, parecían moscas. Entonces decidí quedarme en español.

Sueña cigarra
Y canta, canta y
Pinta: ciruelos dulces.

Lo evoqué en el tiempo presente. La cigarra sólo era un recurso, que se prestaba para dar cuenta de mi alegría. Claro, estoy cantando y todo esta lleno de color, no importa sí los ciruelos de la huerta de mi abuelo eran ácidos, en el presente son dulces. Mi recuerdo alegre lo puedo decir cantando y a colores dulces. Me encantó, sentí el pequeño poema como el más personal que he escrito en mi vida. Y hay que celebrarlo.

Friday, November 23, 2012

Steve Jobs y las piedras


Pese a los miedos hay que tomar algunos riesgos. Lo acabo de recordar una vez más al ver una entrevista al extinto fundador de Apple, Steve Jobs. Y uno tiene que aprender a perder el miedo y correr ciertos riesgos cuando es niño. Jobs cuenta que cuando apenas entraba a la pubertad y deseaba ganar dinero aceptó cortar el grass en el patio trasero de la casa de un viejo, a quien temian, de ese temor hablaba con todos sus amigos del vecindario. El viejo (lo llamo así con respeto) aceptó los servicios del pequeño Steve y como era de esperarse no le hizo ningún daño, más bien le enseñó algo que después Jobs usaría en su propio trabajo de descubridor e innovador. Antes de cortar el cesped, el viejo puso dentro de la cortadora eléctrica de hierbas un grupo de piedras pequeñas. Cuando el pequeño Steve terminó su tarea, el vecino le pidió a Jobs que volviera al día siguiente. Venciendo su miedo, porque aún Steve no se convencía del todo, volvió. El viejo abrió la cortadora y sacó las piedras. Fue una gran sorpresa para el estrenado púber, pues las piedras se habían pulido por el constante roce al que fueron sometidas durante el trabajo de cortar. Las piedras toscas de antes ahora se mostraban bellas y lisas, muy agradables al tacto.
Cuando Steve Jobs formó Apple recordó las historias de las piedras, el riesgo que hubo en todo eso y en la necesidad de cierta fricción para lograr algo bello. Junto a las mentes más brillantes que conocía -le ayudaron mucho porque eran genios que tenían un ego controlado, no querian ser los primeros, sólo deseaban hacer su trabajo- lograron colocarse en la cumbre de las empresas. Todos ellos aceptaron el reto de pulir sus ideas (algo así como las piedras) para lograr algunos productos necesarios y bellos, con Steve a la cabeza. (Además, el creador de Apple era un artista, un amante de la forma y el diseño). De ese constante roce de ideas, Jobs logró sacar las más bellas computadoras portátiles, revolucionó el mundo de la música con sus diminutos y simpáticos Ipods, nos dio las películas más taquilleras en dibujos animados con Pixar, sin olvidar que se adelantó a su época, pues siendo un joven se metió al mundo de las llamadas telefónicas gratuitas e ilegales que unían Nueva York con Londres, Los Angeles con Hong Kong, Washington con Sidney y le pudo haber gritado lisuras a Alan Garcia cuando en su primer gobierno, acosado por un ego desbocado, cometió los más graves desaciertos para con los peruanos. Creo que estuvieramos mejor en Perú, si ese joven presidente ciego hubiese tenido los ojos atentos al desafío del futuro, como lo tuvo Steve. Pero, bueno, sigamos.
Lo que Jobs probó fue que hay que asumir riesgos. Se equivocó, claro, se volvió un tipo desconfiado y desleal, después de lo que pasó cuando un egocéntrico John Sculley llegó a Apple. Steve también no supo escuchar, le dijeron que el ex de Pepsi Co. había llegado a ser cabeza de la empresa embotelladora de bebidas gaseosas porque sin duda era un tipo con un sentido diferente de competencia. Y así pasó. Jobs tuvo que renunciar, luego del exilio al que fue llevado, pero su visión le dijo que Apple se iría a pique con Sculley, vendió sus acciones y creo 'Next' con la ayuda del millonario Ross Perot. Cuando en Apple se dieron cuenta de las sucias jugadas de Sculley y cuando estaban a punto de aterrizar sin frenos, llamaron a Steve, quien con su empresa Next acudió en auxilio de Apple, a esto se sumó una inyeccion económica de Bill Gates, quien aportó US$ 150 millones de dólares. (Las antiguas rencillas quedaron atrás y reconociendo las capacidadews de ambos se amistaron para ganar). Al final Jobs aprendió que la humildad es algo tan grande que tenemos todos los seres humanos y hay que lucirlo como piedra púlida. Sin duda él aprendió todo eso del budismo Zen. La vida de trabajo y competencia le habia estado a punto de borrar las enseñanzas. Además, el sufrimiento, el cáncer, el transplante de higado al que se vio sometido casi al final de su vida, le ensenaron tantas cosas. Y el supo valorar eso. Como la idea que sin duda nunca olvidó: en una piedra púlida se puede afilar un cuchillo.
Creo que Jobs me contagió eso, tengo una necesidad de juntar mentes, pulirlas y lograr algo que sea necesario para todos, para que esos 'todos' puedan disfrutar aún más. Se me hace un compromiso, una necesidad. Y como Steve Jobs dijera, no hay una necesidad de hacer dinero, hay una necesidad de hacer las cosas bien.

Tuesday, November 13, 2012

A propósito de 'Corazon tan blanco'



Aprovechando la falta de energía y el hecho de no ir al trabajo por culpa del huracán 'Sandy' me puse una meta: no lamentarme por lo que ocurría y ponerme al día con mis lecturas. A los tres ó 4 libros que leía se sumó uno más: 'Corazón tan blanco' del escritor español Javier Marías.
Tenía que sacarle partido a lo malo, pues sé que hay un resquicio por donde se filtra la luz y hay que buscarlo. Tenía que poner el pecho y dar un paso adelante. “A mí con huracanes”, pensé en tono sarcástico, pero respetuoso, pues sé de lo que es capaz la fuerza destructiva de la naturaleza. Varios días terribles, sin luz, sin comunicación, sin trabajo y con la modorra de sabernos desarmados ante lo que ocurría. Como buen guerrero me puse las pocas armas que tengo y enfrente a los molinos que con el viento casi se vienen abajo. Marías y su buena novela ayudaron a paliar el temporal.
Del escritor español sólo había leído 'Mañana en la batalla piensa en mí', una novela más gordita que la que me disponía a leer ahora. Al leer el segundo capítulo descubrí que ya había leído la historia como cuento, allá por el año 2001, antes de la destrucción de las 'Twin Towers', cuando al visitar Madrid me hice de una antología del cuento español contemporáneo. Muchos deben recordar la historia que se inicia con una equivocación, una mujer en La habana, Cuba, enfrenta a nuestro personaje confundiéndolo con otro y amezándolo con matarlo por la larga espera. Es la luna de miel del protagonista, quien tiene a la flamante esposa descansando enferma en la cama de un hotel habanero, enfrentado a una desconocida que parece conocerlo. La tension está tan bien lograda que sin duda se puede leer el relato como un cuento y se sostiene solo.
La novela trata de los secretos, secreto que por ahora guardaré para no aguarles la fiesta. Lo que sí quiero develar y revelar es lo bien que me sentí al leer el capítulo o la parte dedicada al trabajo de Ranz, el padre de Juan- quien como recordarán es el director del Museo del Prado. Al leer esto me trajo recuerdos gratos de mi estadía en Madrid, de mi visita al museo, claro esta, y de mi placer al apreciar los Goyas y Velásquez que se exhiben en esas enormes salas. Quién no se ha parado ante las 'Majas' de Goya (prefiero la vestida a la desnuda por la gama de colores y la técnica del pintor que se puede observar en el lienzo) y quién no ha admirado 'Las meninas'  de Velásquez. Para mi buena suerte, en el museo Reina Sofia, ubicado a pocas cuadras de del Prado, se exhibían un inmenso estudio del cuadro  hecho en vida por don Pablo Picasso. Un centenar de cuadros, pintados por el genio, para entender mejor al maestro. Meninas de todos los colores en un formato más pequeño. Ojalá algún día esa muestra llegue a ser itinerante por ser tan buena e igual de sorprendente como el gran lienzo.
Lo que leí en la novela de Marías respecto al museo, las obras de arte, los críticos, sus directores y trabajadores me hizo también revivir mis contantes visitas a los museos neoyorquinos. Mientras leía todo lo que contaba el escritor acerca del padre del protagonista me hizo pensar en un sinnúmero de cosas: de hecho en uno muy importante, quién dictamina cuando un cuadro es bueno o malo. En el Museo Metropolitano he visto muchos cuadros de pintores consagrados que no me han tocado, les cito uno de Matisse, 'La danza'. No me dice nada. La pintura, vista de cerca, es como lavada. No se nota el temple del artista ante la tela. Claro que hay otros Matisses, más pequeños, que me encantan. También hay algunos de Kaplinski que son intrascendentes, desde mi punto de vista. Con lo que digo no quiero restar valor a los trabajos de estos artistas, sé que hay algunos que me hacen guardar silencio respetuoso, mientras que otros sencillamente me dicen 'quizás el artista pasaba por un mal momento'. No es por nada ,y, esto para aclarar aún más, sé que Picasso sentía unos celos desmedidos por el arte de Matisse, y que de una una otra forma se quedó solo y complacido cuando el francés murió y el español se quedo solo como el único gran artista de siempre.
Marías cuenta en su novela cómo es que realizan su trabajo algunos expertos críticos de arte, quienes valiéndose de la posición que ostentan -director de museo en esta caso- dictan 'modas' o le dan valor a lo que le falta, muchas veces para satisfacer su ego y su bolsillo. Me duele por ejemplo que el arte sudamericano este tan poco valorado en el Metropolitano. Alguna vez vi un cuadro de Roberto Matta y me quedé medianamente satisfecho. El chileno surrealista tiene un trabajo genial, digno de este o cualquier gran museo, además es uno de mis favoritos. Se me ocurre una muestra de lo mejor de Sudamérica. ¿Será que se ningunea a los Humareda, a los Chávez, a los Vinatea Reinoso, a los Quispe Azin  porque son apellidos nada anglosajones? ¿Hay cierto racismo en el arte? ¿Es culpa de los sudamericanos no haber alcanzado posiciones más elevadas? Pregunto, sólo pregunto. ¿Tienen que cambiarse de apellidos para figurar entre los grandes artistas? Bueno, sí no les gusta a quienes cité, les recuerdo, también tenemos a Szyszlo, Herkovitz, Palao Berastein por sí les gusta apellidos extraños. Quienes por cierto también son artistas extraordinarios.
Bueno, volvamos a Marías metido en el Museo, exhibiendo un Rembrandt. A la Artemisa gorda y fea del Museo del Prado, ataviada con un diadema que no le gusta a Mateu, uno de los vigilantes que trabaja en el museo madrileno del escritor, a quien Ranz pilla tratando de quemar el cuadro del holandés. Y aquí en escritor se detiene a hablar de los cuidadores que hay en los museos, de la atención que hay que tener con cada uno de ellos, porque de tanto ver un cuadro en la misma sala, se estresan y llegan a la locura de querer dañarlos, borrarlos de manera definita de la sala de exhibición. Sin duda hay que rotarlos, cambiarlos de sala para evitar que se aburran, pues se vuelven como esos esposos o esposas que de tanto ver las caras de sus parejas buscan alejarse, pelearse, divorciarse o en el peor de los casos los liquidan, acaban con ellos, como parece que sucede en 'Corazón tan blanco'.
Les dije que no iba a ahondar en los secretos para evitar malograr la fiesta.
La historia que cuenta Marías ante el cuadro de Rembrandt es divertida, llena de tensión y te mantiene en vilo hasta descubir el desenlace. El director trata de convencer al vigilante de no quemar el cuadro. Mateu tien un mechero prendido que lo llega a colocar en el marco del lienzo, Ranz tiene un extinguidor para frenar el daño si llega a ocurrir. La conversación es larga y amena, casi una broma y te exige seguir para ver cómo el escritor libera a los personajes y cómo hace para salvar una obra de arte muy valiosa, valiosísima. No es hasta que se invierten los papeles cuando el agresor toma consciencia de lo que ocurre y pone al defensor y salvaguarda en posición de cometer una fechoría que el asunto se resuelve. Cuando se invierten los papeles, el guardián recobra el sentido del presente, su compromiso y su responsabilidad y hace lo que tiene que hacer: defender el cuadro y la obra en sí.
Mientras leía eso pasaba por mi mente un asunto muy personal. Suelo visitar el Museo Metropolitano varias veces al año. Siempre comienzo visitando el cuadro 'Cristo desciende as los infiernos' del Bosco.  Se dónde está colgado ese cuadro y no necesito a ningún guía o vigilante del museo para llegar al lugar. Sin embargo, alguna vez perdí el rumbo, entonces pregunté por el mismo a un vigilante, quien me salió contestando en español. Tal vez me vio cansado y confundió mi cansancio con excitación cuando pregunté por el lienzo. De inmediato me comenzó a lanzar una serie de preguntas para conocer, tal vez, mis oscuras intenciones, que no las tenía. Le dije que sí no veía primero ese cuadro en particular no podría concentrarme bien en lo que vería a continuación, que siempre hacia lo mismo cada vez que venía, que tenía muchas fotos del cuadro, que para mí era lo más valioso que allí se exhibía. Todo eso le dije al guardián como sí me confesara ante alguien previo a un examen. Quizás pensó que estaba ante uno de esos locos que suelen ir a algún lugar para crear problemas y destrozos. Me guió a la sala y me acompañó en mi estadia por un buen rato. No había dado con el cuadro porque lo habían descolgado del lugar donde se exhibe siempre. El no lo supo, menos lo iba a saber yo. Cuando consultamos al vigilante de dicha sala, nos informó lo que les acabo de decir. Pero el vigilante me siguió a otras salas, alerta. Le había dicho que 'no me concentraba bien sí no veía ese cuadro primero' y como yo había confesado eso, el vigilante pensó, 'ahora este tipo molesto va y me malogra cualquier otro cuadro'. Al despedirnos le dije que ese era el primer cuadro que me gustaría tener colgado en la sala de mi casa. Me dejó luego solo como toro en plaza y estoy seguro que comunicó a los otros vigilantes que no me perdieran de vista. Sonreí porque yo estaba seguro que nunca dañaría ningún cuadro, pero me gustó ser el centro de atención de algunos por un rato.
Por sólo ese detalle del museo creo que hice una buena elección al tomar prestado el libro de Marías del stand en español de la biblioteca de mi comunidad. Pero sin duda, hay detalles adicionales que hacen de esta novela una gran novela. En el relato del hotel de La Habana, la mujer confundida se da cuenta de su error y al descubir a su verdadero contacto y pareja, decide subir. Una vez en la habitación -continua a donde se alojan la pareja española de recién casados- hace sus exigencias. Los flamantes esposos escuchan un diálogo sorprendente. (Hay que recordar que son traductores y que tienen el oído muy desarrollado). La mujer le pide a su pareja, a quien nunca han visto la cara, que tome una decisión, 'ella o la esposa', 'la matas y me sacas de aquí y sí no la matas, me mato yo, pero habrá un muerto'. Juan, mi tocayo y protagonista de la novela piensa que su mujer no ha oído la exigencia, pero ella le confiesa después que sí lo ha hecho. Conversan de regreso en Madrid y él pregunta: ¿Tú crees que él mate a su mujer y traiga a la cubana?'. La esposa contesta, 'el tipo no creo que haga algo para satisfacer a una mujer que es una lata'. No hay respuesta concreta a ese detalle a lo largo de la novela, pero a veces somos tan autodestructivos y hacemos lo contrario a lo que el sentido común juzga correcto.
Lean la novela, les encantará. Yo lo hice recién ahora y quizás la relea.

Saturday, November 10, 2012

'Sandy' al día siguiente.


Aquí estamos, sin algunos servicios básicos como luz, teléfono e internet. Sin televisión, ni radio, sin la distribución de diarios, lo que es terrible para un periodista: estar desinformado. Con las tiendas cerradas, sin transpote público, pero con la refrigeradora llena y rogando que todo lo almacenado no se eche a perder.
Felizmente podemos cocinar, pues la cocina es a gas, por lo tanto estamos usando todos los productos perecibles. La leche está en la parte más fría, junto a la carne, el queso y también puse allí los huevos.
El agua no se ha ido, situación que nos permite tomar un baño matutino, lavarnos los dientes y afeitarnos. Quiero estar con la cara presentable para hacer frente a lo que se presente. Aja, corregiré mi postura y levantaré la frente. Nada de pequeñas depresiones conmigo.
No puedo hablar del problema 'macro' en Nueva York. Estoy desinformado desde el lunes aproximadamente a las 5.00 p.m. Fue la hora en que la luz se fue. Sin embargo algunos amigos me han llamado y como tuve en ese momento el celular prendido me han comentado que hubo un incendio en alguna zona de Queens y que han muerto más de una docena de personas. Antes de que la luz se fuera, vi un reporte en el canal 2 donde daban a conocer la negativa de un grupo de artistas a dejar un viejo edificio muy cercano al mar. Ojalá no hayan sido ellos los damnificados. Se negaban a dejar el lugar, donde tenían almacenado su trabajo artístico. Habían blindado practicamente los ingresos con bolsas de arena para evitar que el agua se colara al viejo building. Ya tenían el problema del agua, antes de las 5.00 p.m. Lo que a todas luces indicaba que la cosa sería peor al promediar las 8.00 p.m., cuando el huracán 'Sandy' nos golpeara con toda su fuerza. Felizmente digo ahora al despertar que sólo fue un huracán de categora 1, de haber sido de 3 ó más creo que la situación sería peor en Nueva York.
Muchísimos árboles en esta zona de los estados Unidos, Nassau para ser preciso, se han mantenido en pie, pero los que han caído -los más viejos y los más jóvenes y espigados- han dañado cables telefónicos y cables de luz eléctrica (una de las compañías renta a la otra el poste de la calle y ahí se han ido instalando una serie de servicios por cable). Una inmensa rama de un árbol grande, ubicado en el patio delantero de la casa se vino abajo, antes del problema, otro árbol del backyard se vino igual abajo algunos minutos después, el ruido que hizo fue tremendo, algo así como un nino gritando de dolor. El perro se alarmó y ladró desesperado. Los trabajadores de LIPA, la compañía de luz, han estado pasando por las calles mirando que cables han caído o están dañados. Ellos podrían dar la orden de encender la luz, pero en este momento, sin la inspección debida, sería irresponsable. Hay muchos cables rotos, tal vez el servicio de gas este averiado en algunas casas, al encenderse la luz podría ocurrir un incendio. Las alarmas de los bomberos han estado dando la señal de alarma a cada rato.
Muy pocos están trabajando. La compañía donde trabajo esta sin luz y, sin energía no hacemos nada, sólo hablamos de política, discutimos acerca de quien ganará las elecciones, la mayoría es republicana y yo me pongo del lado democrático, sólo para dar la contra. Me he comunicado con los dueños de la compañía y me han dicho que regrese la próxima semana. Ese no me gusta, mis ingresos se recoratarán y debo pagar los billes y la renta. La comida no me preocupa mucho, ando subido de peso y una dieta forzada no me caería mal. Seguramente hay muchos en mi situacián, sin trabajo debido a la falta de energía eléctrica.
A pocas cuadras de mi casa esta el supermarket que cerró sus puertas el lunes. El lunes en la mañana vendieron mucho. Los stands de panes se vaciaron en un dos por tres. El pan es lo que mas resiste. Me sorprendió ver a algunos moradores de Long Island comprando carne en abundancia. Sin duda no tenían experiencia en estos menesteres. Yo compré pasta, frejoles en lata y atún embasado. Incluso lecche en tarro. Comeré tallarines por algunos días, sin importarme el colesterol que debe andar algo subido en mi organismo, pues me he quitado las pastillas de manera inconsulta.
Como nunca vi largas colas en las estaciones de gasolina. Estaban llenando los tanques de sus vehículos y llenaban algunos galones para tener algo de reserva. Cuando una estación se quedó sin combustible, corrían raudos a la otra. No reparaban en el precio que superó los 4 dólares por galón.
Las baterías para las radios portátiles, las linternas y los televisores pequeños practicamente'volaron' con el problema del huracán. Me contaron que en algunas tiendas las vendían a 8 dólares, sí regresabas más tarde por algunas adicionales las conseguías a 10 dólares. En todo lado es igual. De inmediato la especulación comienza y no hay forma de controlar eso ante la fuerte demanda.
Una tienda tenía un stock de 200 generadores eléctricos que desaparecieron en tan solo unas horas. No las vendían desde hace años, pero con la llegada de 'Sandy' volvieron a hacer la bulla de siempre. En el edificio donde vive mi tío, los bomberos debieron trabajar duro -de puerta en puerta- pues el grupo electrógeno portátil estaba tirando monoxido de carbono, felizmente las alarmas funcionaron y los bomberos llegaron a tiempo antes que se presentara cualquier problema mayor. Los desperataron a todos a las 12 de la noche. La bulla y el esfuerzo por dejar a todos los vecinos salvos siguió -piso por piso- hasta las 4 de la mañana. 'No se podía dormir con la bulla y el frío', me contó mi tío hace poco.
Nassau y Long Island en general es una zona residencial, no existen muchos edificios altos. Lo que más abunda en esta zona son árboles. Cuando llega la primavera y el verano, la zona se vuelve verde. Los árboles le dan mucha belleza a esta isla, pero en esta época, con “Sandy', los árboles se vinieron abajo, aplastaron algunas casas y bloquearon algunas vías importantes. Suelo usar la Ruta 107 para ir al trabajo. Paso todas las mañanas y tardes por Old Brookville. Es la zona adinerada, hace algunos años, la mayoría de la riqueza de esta parte de los Estados Unidos, estaba concentrada ahí. Hoy me dicen que es difícil transitar por esa ruta. Los árboles caídos están bloqueando la vía. Es una zona que colapsa cuando llueve. Felizmente con el paso de 'Sandy' no llovió, apenas cayó una garúa constante que por ratos se hacia lluvia. Los metereólogos se equivocaron en eso, cuando dijeron que tendríamos 35 horas de lluvia continua. Agua pouring, agua cayendo a baldazos. Felizmente se equivocaron porque sí eso hubiese ocurrido el problema que hoy tendríamos sería peor.
Mientras el viento pasaba, salí a la calle para ver y sentir como se comportaba la naturaleza cuando se violentaba. Por ratos el gran ruido del viento asusta cuando sacude las copas de los rboles. El viento cambia de manera constante, por ratos viene de norte a sur y de improviso se cambia de este a oeste. El pantalón parece flotar, el agua de la garúa que cae y te moja las manos -por decir- es fría, muy fría. Congela. Con cierto temor salí a caminar en la acera, una rama, un árbol que cae puede ser fatal. Ya les he comengtado que un árbol hace un ruido descomunal al caer. Grita desesperado. Paraliza.
Miré el cielo en un momento de mi estancia afuera de casa y vi que habían algunos agujeros por donde se podía ver el cielo. Me creerán si les digo que vi una luz. Al parecer un avión volaba vigilante, monitoreando el movimiento de los fuertes vientos, registrando todo lo que se podía registrar entonces. El avión se perdió de pronto por encima de las nubes. Sería un avión especial del Air Force ¿por qué no? Lo que ocurrió y está ocurriendo ensñna mucho, más sí se le pone mucha atención, se le mide y se le compara. Suena raro, sin duda, que les diga que vi el avión o por lo menos una luz, que iba de oeste a este. No pense que pudiera ser un avión comercial, pues en las horas previas al huracán se suspendieron más de 10 mil vuelos en esta parte de los Estados Unidos. No sólo en Nueva York y Nueva Jersey, también hay que contar los vuelos suspendidos de Boston y Washington, entre otros estados. Este huracán abarcó una franja inmensa. La foto de un satélite que tiene la Universidad de Minesota o Michigan mostró la monstruosa dimensión de la que hablo. Cuánto ayudaron los satélites, cuán importante es tener un satélite. (Israel tiene seis, esa es otra historia).
Les decía que para un periodista es terrible estar desinformado, aún no he visto las noticias. Saldré a buscar un diario, sí es que encuentro un delicatessen abierto, tal vez CVS ó 7Eleven. Necesito cargar el celular que se me va quedando sin batería. Quiero ver televisión, oír la radio.
En Perú saben más lo que esta ocurriendo ahora. Yo estoy soportando algunos inconvenmientes y de eso les estoy hablando. Vaya, los neoyorquinos en gran porcentaje no creían que esto pudiera ocurrir como esta ocurriendo y eso que es un huracán categoría 1. Sonreían cuando les dije a algunos que nos ibamos a quedar sin luz por dos ó 3 días. Hoy andan sorprendidos, asustados. De dónde me vino esa información? Los huracanes son así. La madre naturaleza trata de corregir lo que tiene que corregir. La naturaleza es sabía. Algunos tratan de plagiar a la naturaleza. Por ahora eso es imposible. Como peruano sé lo que es vivir con un huracán maldito. Nosotros soportamos veinte años de insania terrorista. Un grupo extremista, el peor, Sendero Luminoso se llama, se ensañó con los peruanos. Seguían a un líder desquiciado. De pronto este ordenaba volar una torre de energía para dejar Lima sin luz, y nos dejaban también sin agua, sin combustible, sin alimentos. Tres ó 5 días de tormento. Fue un infierno lo que vivimos durante aquellos años. Se habla de 70 mil muertos aproximadamente. Salimos de eso. Nos educamos para contrarestarlos, aprendimos a abastecernos si nos dejaban sin luz. Ibamos a los mercados y comprabamos lo necesario, lo imperecedero en el corto plazo. Sobrevivimos, le ganamos a esa ola terrible de destrucción.Ojalá nunca vuelvan.
Sendero Luminoso fue un huracán maldito.
Para mi 'Sandy' quizás sea un huracán necesario. Me permitió recogerme, leer en los momentos de luz diurna, escribir como lo estoy haciendo ahora, meditar y dormir más temprano. Por ahora saldré a hacer algunas fotos, buscar un diario y tomarme un café cargado. Quizás encuentre algún lugar donde me permitan cargar las baterías del teléfono. Quiero llamar a mi madre, decir a mis familiares peruanos que estoy bien y tal vez desde allá ellos me cuenten cómo están viendo todo lo que ocurrió y ocurre aquí.

(Tomado de mi diario personal)

Thursday, October 25, 2012

Un destino de gloria.


La vida es como una película con todos los buenos ingredientes que el director le pone. A algunos les toca hacer el papel de malos, mientras que a otros les toca hacer los roles protagónicos, claro, antes tienen que pasar por un calvario para aprender, sino aprenden, fallan y se van. Por lo tanto, hay que dejarse llevar por la sinfonía que nos ha reservado el creador.
A esta conclusión he llegado mientras me senté a observar mi vida y su no muy largo transcurrir. Vi pasar las secuencias de mi vida como en un gran rollo de technicolor y lo vi con precisión cuando me dieron una secuencia muy dura de interpretar. (En los momentos más dramáticos es donde uno puede apreciar el rol que está jugando). Y hay que dejarse llevar sin quejarse porque todo ocurre por alguna buena razón. Como no tenemos la película completa nos esforzamos por conocer el desenlace y eso resulta imposible, mientras se ejecuta o filma (usen el verbo que deseen, total, estamos hablando de vida = película, no es cierto?)
Uno le encuentra sentido a la vida cuando descubre una buena causa y por solo esa buena causa uno puede incluso perder la vida, para eso uno debe descubrir el rol que esta jugando, en el propio discurrir del rollo, sino lo descubre, por lo menos intentarlo.
Me he puesto a ver 'Las flores de la guerra' por segunda vez y la película me ha hecho ver estos detalles. Cuando hay una buena causa, lo que hagamos siempre nos llevara a un buen puerto, no importa sí para eso tengamos que meternos en el estómago de una ballena o descendamos a los infiernos. De allí saldremos con lo que anhelamos y buscamos. Esto se da en la vida real, también, claro está, sino me creen basta que les diga miren 'La lista de Schindler'. El personaje sin escrúpulos de la primera parte descubre de pronto, como saliendo de un sueño o una pesadilla, que tiene que ayudar a quienes puede y ese es el rol que le toca vivir. Lo acepta con resignación. Y pese a todas las circunstancias difíciles que le toca pasar, siempre saldrá victorioso.
Bueno, sigamos con 'Las flores de la guerra' esta magnífica película china dirigida por Zhang Yimou. Si tienen oportunidad de mirarla, haganlo, les va a encantar. Quienes amen el cine de acción, tendrán al inicio varias secuencias muy bien logradas. Ese inicio se me ocurre, es como un solo de baterías con redobles y pasodobles que te enganchan. Ahí es donde uno descubre que tiene que dejarse llevar. En plena guerra chino-japonesa, un maquillador de muertos es contratado para arreglar el rostro de un sacerdote muerto durante la conflagración. Y para llegar a realizar su tarea, el personaje tendrá que atravesar el último escenario donde se libra la batalla decisiva. El papel que ha jugado antes como maquillador pronto cambiará, porque ese es el papel que le ha tocado jugar. (La película esta basada en hechos reales, los japoneses ganaron esa guerra, matando alrededor de 300 mil chinos, sin importar que estos fueran civiles o militares).
De generación en generación, los chinos fueron transmitiendo todo el drama que enfrentaron y todo el salvajismo que desplegaron los japoneses durante dicho conflicto ocurrido en los anos de 1937-38. No sólo asesinaron a los rendidos, sino que también violaron a cuanta mujer se le puso en frente. El rapto de Nanking fue recreado, primero como una novela y luego fue llevada al cine con una gran inversión económica.
No quienes ganan una guerra son los que realmente ganan. Por encima de una guerra que por lo general tiene intereses subalternos y bajos, como expansión, hurto, la simple exhibición de fuerza y odio, están valores humanos que el 'vencedor' desprecia y esa parte muchas veces las hallamos en el lado 'perdedor', hablo entonces del heroísmo, la valentía, la fe, la responsabilidad, el amor y la entrega, por citar algunos. Quienes exhiben lo mejor en una guerra no son los que ganan, aunque hay guerras que fueron bien ganadas, por supuesto. La de los aliados contra los nazis, fue una guerra ganada por el lado que debió ganar, sin duda.
No es por nada, pero los peruanos nos enorgullecemos de tener un gran héroe marino llamado Miguel Grau. A nosotros nos tocó soportar lo que hicieron los invasores, quienes mostrando cobardía absoluta no dudaron en usar la fuerza contra los mas débiles, saquearon todo aquello que se les antojo y destruyeron lo bello que encontraron a su paso para vanagloriarse falsamente de su terrible acto: “sino me lo puedo llevar, no es mío, entonces lo destruyo”. Un pillo seguirá siendo un pillo, ante los ojos de la gran verdad.
Después de la digresion vuelvo a 'Las flores de la guerra' una vez más, en aquella oportunidad un grupo de prostitutas chinas desarmadas le dieron una gran lección a los soldados invasores, para ser más exactos, le ganaron la guerra. Ellas deciden inmolarse para salvar la vida de algunas niñas de convento, las mismas que habían sido 'requeridas' por los oficiales nipones deseosos de satisfacer sus bajos instintos. Si ponemos en una balanza a prostitutas y oficiales, se trata evidentemente de un claro ejemplo de los 'debiles' contra los 'fuertes'. ¿Quién creen que gane? A los ojos de cualquier iluso, los oficiales fuertes resultan siendo los ganadores. Cosa falsa de toda falsedad, sin duda. Es lo que ocurrió en Nanking.
Mientras un maquillador de muertos que suplanta a un sacerdote muerto rescata y huye con las niñas de convento, las prostitutas suplantan a las menores y se enfrentan a un destino final digno. El maquillador acepta su rol, suplanta a un muerto y resucita el buen nombre de la verdad, el honor, la valentía y el amor que es alguno que siempre estuvo buscando. Por su acto heroico conquista el verdadero amor (aquí la protagonista líder también se baña de pureza) y ambos sabiéndose dignos deciden enfrentar el reto, correrlo y salir victorioso por el lado del maquillador, y un destino incierto, pero grandioso por el lado de la prostituta.
Insisto, aceptar el rol que nos toca vivir sin chistar, pese a los inconvenientes, dolores y penas es lo que nos hace alcanzar nuestro destino de gloria.

Saturday, October 20, 2012

"Lugares comunes' para verla y pensarla.


La vida significa lucha, deseo de seguir, enfrentarse aunque lo que venga sea nada. Todo depende de la voluntad de alguien para continuar. Si eso se acaba, es como cerrar el grifo del lavabo o apagar la luz. ‘Lugares comunes’ tiene ese mensaje y sin duda otros más. ¿Por qué un insurgente, de pronto se da cuenta, lúcido, que ya no hay sentido de estar?. Ni siquiera se aferra al amor incondicional de una mujer, sencillamente decide irse, ¿por qué ya es tiempo?¿ eso es la lucidez? Le han quitado algo y como un niño engreído, se molesta, se fastidía y ‘me voy’. ¿Algunos somos eso cuando envejecemos? ¿Cuando somos viejos contamos con juguetes distintos, pero siempre juguetes? ¿Trastocamos eso que tuvimos por algo que también a futuro ‘tuvimos’? Suena extraño, no es cierto?.¿ Así somos?
¿La vida es un juego para los niños que comparten sus juguetes? ¿Quienes juegan solos no disfrutan?. Quienes hayan visto ‘Lugares comunes’ tienen la oportunidad de pensar en esto y mucho más, porque a eso nos empuja el personaje principal. A creer que no hay verdad, que toda verdad es relativa. Que la verdad duele y, ¿quizás duela tanto para que uno decide irse?
La película del director argentino Adolfo Aristaraín comienza contando la historia de un profesor a quien jubilan de improviso, sin importar que sea bueno, lúcido, insurgernte. Un professor quien de pronto enfrentado a la realidad se siente lanzado como un toro a la ‘arena’, donde tendrá que lidiar con todos, no importa que el enemigo este lejos, en las graderías. Lo cierto es que se sabe sacado del contexto y decide hacer lo que todo ‘animal’ hace, esperar al torero quien decida la hora que aún no esta decidida. La final. Claro que nosotros no somos animales, tenemos recursos, mañas, sabemos bailarle al torero, tal vez podemos ganarle, acabarlo (algo difícil)  o tal vez lograr el ansiado indulto, luchando.
¿Acaso piensan algunos que sin enfrentar al torero lograremos algo? Este es otro tipo de ‘arena’. Aquí no hay pañuelos blancos, ni cuerdas que nos guien a salir. Aquí lo único que  nos queda es enfrentarnos sin esperar un final.
Ese profesor corajudo, franco, que no se calla lo que piensa, sencillamente se asusta ante el griterío de las tribunas invisibles de la calle y decide lanzarse sin más hacía la espada del torero para el estoque final. ¿Por qué no lucha, sí es lo que predica? ¿Por qué no cumple lo que le dice a su hijo: ‘no claudiques, no te vendas’. Pero él se vende, no por un plato de frejoles, sino simplemente por unas flores de las que quiere arrancar un perfume sin ni siquiera saber cómo.
Fer, muy bien interpretado por el buen actor Federico Luppi, es despedido dejando antes de irse definitivamente una clase magistral, tal vez lo mejor sea recordarlo: “profesores, enseñen a sus alumnos a pensar, sin valorarlos por sus respuestas, las respuestas no son la verdad. Hagan que sus alumnos despierten y obtengan la lucidez de la verdad, una verdad sin límites, sin piedad”.
Ese professor despedido, de pronto se ve impelido a salir por la fuerza y como un pez fuera del agua se asfixía, no puede respirar, vuelve a la tortura del cigarillo como aire, al trago como catalizador o filtro. Su mujer esta allí y él no la ve. Parece no aceptarla. La que ha sido su confidente, tiene que arrancarle a trocitos la verdad. Le han quitado algo que tenía, ¿era lo unico? ¿Acaso no estaba escribiendo una novela?
Para tomar otro respiro decide ir a otro mundo, deja sudamerica para visitar Europa, España para ser preciso. Ahí vive su hijo, el mismo que también ha renunciado a ser escritor, un escritor con un libro que prometía, que ha cambiado su porvenir por un plato de lentejas. Es lo que le molesta a Fer, quien no acepta que su hijo también este renunciando a lo que el ya renunció. Su futuro, el mundo.
Encontrándose en una pecera que tampoco es soportable, decide volver para seguir asfixiándose e intoxicándose. Guarda los libros, incluso los pocos y más útiles (¿cuáles serían esos 10 ó 20 libros que sólo deberíamos leer  y releer?. Sin embargo, jamás uno debe ser lector de un solo libro. Estoy pensando en voz alta y escribiendo).
Fer decide adentrarse al campo, a la tierra, como un anticipo de ir a la tierra final. Todo lo vemos a través de los ojos de su esposa Lily (Mercedes Sampietro, una actriz genial que cosechó muchos premios gracias a este papel). Esa mujer como una diosa nos guía con ternura a ver cómo se va hundiendo su marido, ella intuye lo que puede pasar y como buena aliada lo acompaña. ¿Quién puede hacer algo contra la muerte cuando sabe que se aproxima? Allí esta la mujer a su lado, ayudándole, Fer enfurecido como un niño engreído, va creciendo para abajo. (Que idílica forma de ver el matrimonio en ‘Lugares comunes’, si eso fuera  posible. Claro que es posible). Ella lo pierde todo, incluso su casa heredada de sus padres, para aceptar la finca, el ranchito donde se trata de establecer lo perdido desde 1784, el lugar donde se puede lograr la Fratenidad, la Igualdad y la Libertad. No es por nada, pero Fer sigue creyendo en eso. Es el mundo irreal, el lugar que ya no existe. El lugar donde a él le gustaría pertenecer. Pero negarse a lo que existe, cuesta y eso hay que pagarlo con creces. Entonces,  como no hay tal mundo, decide con lucidez dolorosa, alejarse, irse de manera definitiva.
No importa sí ve fogonazos de que ese mundo también puede ser posible. Ahí esta Tutti Tudela, la extraordinaria figura femenina que emana de la biblioteca, de los libros, como un hada que aparece de repente, a quien se le niega su existencia.  No se puede, ella parece de fantasía y sin duda no puede ni alcanzar a la esposa que es real y concreta. Claro, más terrenal, pero a la vez tan alta: una diosa. ¿Qué mujer puede alcanzar a otra, cuando los zapatos que usan son distintos? Ni los tacos sirven, porque son artificiales.
Y esos manotazos de ahogado que da Fer para subsistir. Fácil aquí imaginarlo como un pez salido del agua, saltando y saltando para tratar de volver a su habitat. Vaya, hasta le pide un préstamo a su hijo, como tratando de cogerse del capote de un torero, no por nada la ayuda viene de España y de allí enrumba a la Argentina, a Córdoba cuando sabe o sospecha que su padre ha entrado a la ‘arena’ donde tiene que esperar que le quiten las banderillas. Así el minotauro debe luchar esperando a Teseo.  Fer no le ha dado la oportunidad a Lily, se niega a su ayuda, no hay hilo que reciba, él no es Teseo, hay que recordarlo, es el otro. Aunque quizás ese sea su mérito, el de ir solo, el de enfrentar con coraje al que viene sin rostro. No es por nada, pero los hombres deciden quedarse o irse y es una pena que los médicos no crean totalmente en el precepto de la lucha interna y solo esperen la ayuda de los antibióticos y demás pastillas como única alternativa. Fer sucumbe porque él, como algunos médicos ,no cree en lo invisible. La lucidez duele y sí uno así lo juzga, también mata. Fer deja su mundo. Esa es la contradicción humana del personaje: insurgente en palabras, débil al enfrentar la lucha verdadera, la que puede ser la lucha final. Lily su mujer se queda en el mundo y de Fer, no sabemos qué hallará en el otro mundo. Felizmente le sobrevive Lily. Si hubiese  sido lo contrario, él no hubiese durado mucho. Se hubieran apagado dos fuegos. Quedó el más fuerte, sabio y amoroso.