Sunday, November 24, 2013

La dopamina, el miedo y la adicción.



Hay miedos naturales y miedos creados. Los primeros están inscritos en nuestros genes, los segundos son creados por las malas experiencias pasadas. Para probar el miedo que viene inscrito en nuestro inconsciente, los científicos soltaron un gato en un laboratorio de ratas. Los pequeños roedores nunca habían visto a un minino, pero ni bien vieron al intruso se pusieron muy nerviosos y corrieron, quizás temiendo por sus vidas. La misma prueba se hizo con seres humanos, en un lugar del polo norte se soltó a una víbora, los esquimales que nunca se habían topado con este ser reptante, ni bien la vieron, se pusieron muy alertas, como temiendo algo feo. Algo internamente les decía 'hay una amenaza, aléjense de aquí”.
Los miedos creados, qué les puedo decir de los miedos creados. Cada uno de nosotros tiene su miedo particular y estos son miedos que vienen y se generan a lo largo de nuestra experiencia vivencial. Dicen que el miedo a hablar en público es el que encabeza la lista.
Yo que he sido un miedoso incluso de pasar por debajo de una escalera, tengo un especial interés por el tema. Así que al ubicar el libro titulado: 'The fear project', me lancé a conocer qué es lo que Jaimal Yoguis escribió. Yoguis es un joven corredor de olas que tuvo que aprender a vencer su miedo y enfrentarse a los 'mavericks', las grandes olas de una zona de San Francisco, en los Estados Unidos.
En su búsqueda, Yoguis no sólo nos cuenta su historia personal, sino que nos refiere una serie de estudios que se han hecho en el mundo para tratar de explicar qué es el miedo. Además, se metió al agua con nadadores, estuvo muy cerca de los paracaídistas, y entrevistó a psicólogos, neurólogos y también monjes budistas que le han permitido ampliar su conocimiento al respecto y transmitirlo.
El miedo es la principal fuente de superstición y una de las principales fuentes de crueldad, nos dice Yoguis citando al filósofo inglés Bertrand Russel.
Para entender el miedo hay que ir en un viaje hacía atras y remontarnos a nuestros ancestros reptantes que poco a poco ganaron la posición erecta de la que hoy gozamos. Ahí en nuestra amígdala cerebral se almacenó nuestro miedo primario que nos ha permitido evolucionar y sobrevivir como especie. Desde entonces la amígdala no se cansa de hacer su trabajo. Pero en nuestra evolución hemos ido ganando más cerebro y aún parece que no terminamos de entender ese inmenso cableado de neuronas y sinapsis que tenemos, sobre todo en la parte frontal, sistema que nos hace seres racionales y pensantes.
Al experimentar miedo no sólo la amigdala comienza su trabajo, también se suman el hipocampus, la corteza frontal, el tálamo y el hipotálamo que se juntan con la glándula pituitaria para enviar señales que viajan a una velocidad sorprendente por todo el circuito cerebral que hemos ido creando a lo largo de nuestra evolución.
Al referirse Yoguis a su forma de vencer el miedo observé algo interesante, todos los seres que poblamos este universo somos parecidos en muchos detalles. Somos materia desconocida en un 70 por ciento aproximadamente. Lo es nuestra vía láctea, un cuerpo humano es básicamente agua en ese porcentaje, el océano de nuestra tierra tiene también ese proporción. En ese 70 por ciento aún no hemos descubierto lo que podemos encontrar. El océano sigue siendo un misterio en una serie de aspectos, las olas dan cuenta de su movimiento, de su sentir, digamos. Si esas olas las trasladamos a nuestro organismo, son también inmensas formas de energía que tratan de reventar en la playa, no nos podemos oponer a eso, tampoco enfrentarlas, sí eso ocurre nos veremos arrastrados y revolcados, es mejor dejarse llevar, correr en la cresta de cada una de ellas.
Los miedos aparecen y desaparecen, si tú les tomas demasiado en cuenta se pueden volver agresivos, destructores. Si tu peleas contra ellos te hunden en lo más profundo. Sólo sí tú ves a las olas como visitantes que van y vienen, volverán a su origen, serán agua una vez más.
Y hay un detalle adicional, los miedos como las olas pueden darnos un momento motivador y sí antes el miedo nos previno de lo malo que puede ocurrir, hoy podemos verlo como los impulsores de algo que nos lleve a alcanzar cierto bienestar.
Por eso vemos a los surfistas gozando de lo que hacen, pero hay que ser conscientes que gozo y adicción tiene un componente de más que hay que tomar en cuenta, el último sobra. Al parecer hay algunos surfistas que caen en adicción y ahí rompen una barrera de equilibrio. Se vuelven dependientes de la dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor que se expande por todo el cerebro y se origina en la parte más interna del mismo, en esa región que compartimos con nuestros ancestros desde 200 millones de años atrás.

La dopamina.

La dopamina es la sustancia que nos proporciona placer. Cuando la dopamina emerge como una chispa genera un fuego increíble por todo nuestro cerebro. Lo que en ese momento sentimos es lo que hemos decidido llamar: felicidad. La antorcha que buscamos para que nos alumbre.
Por eso la dopamina es también conocida como la sustancia motivadora de todo ser humano.
La dopaminma nos da esas sensaciones cuando por ejemplo olemos el pan recién salido del horno, oímos una pieza musical que nos agrada, llegamos a la cima de una montaña y conquistamos nuestro sueño.
La dopamina nos motiva y nos enseña a conocer nuestras habilidades y también nos hace ser más aventureros.
Las drogas nos dan caminos más cortos para alcanzar la felicidad, por eso apelamos a la cafeína, a la nicotina, la cocaína. Cuando consumimos estos estimulantyes incrementamos nuestro nivel de dopamina. El sexo nos da dopamina y el incremento es de 100 a 200 unidades más.
Se sabe, por estudios realizados, que la cocaína da alrededor de 350 unidades más de dopamina y los consumidores del crystal meth llegan a alcanzar mil 250 unidades más. Pero cuidado, el cerebro no esta capacitado para soportar ese tamaño de dopamina en su estructura. La dopamina hace que uno se vuelva eufórico y pierda el miedo, pero cuando viene el bajón, el adicto se siente deprimido, paranoico y violento. Es algo así como caer de un avión sin paracaídas. Además, la droga destruye el sistema natural de receptores de dopamina que tenemos en el cerebro. El adicto puede recuperarse, pero habrán ya quemado regiones cerebrales irremplazables..
Yoguis sugiere que cada uno de nosoros debería buscar fuentes o caminos saludables de dopamina. Sin lanzarnos en ese tobogan autodestructivo que no sabemos hasta donde nos conduce. El ejercicio, la meditación, por citar algunos.
A la dopamina se suma el cortisol que es una hormona que también esta envuelta en la respuesta del miedo, el stress y la ansiedad. Para que veamos rápidamente el papel que juega esta sustancia basta observar que cuando no hay una buena producción cerebral de la misma, se afecta la digestión, la inmunidad del organismo, el sexo, el crecimiento, el sueño. En una mujer incluso afecta la posibilidad de salir embarazada, sí lo desean.
Ahora, ¿por qué hay algunas personas que se quedan traumatizadas mientras otros conquistan sus metas pese a sentir miedo?, pregunta Yoguis. Su búsqueda de la respuesta lo llevó a observar un trabajo científico interesante, en un rincón oculto del cerebro es donde los seres humanos almacenamos nuestra memoria. Será alcanzar la lotería cuando la definamos con precisión dónde se esconde. Cuando una memoria se consolida ahí como un ladrillo de cemento, no hay nada que lo frene. Aunque se están probando proteínas sintéticas inhibidoras que evitan la consoilidación de la memoria y ha dado resultado 60 días después. Vale decir, al inyectar esta sustancia en el cerebro de un pecesito -goldfish para ser preciso y que se conoce que tienen fama de memorioso- esto olvida la mala ocurrencia.
Para no cansar con tanta información, Yoguis dice que el miedo es necesario. Nos hace huir cuando hay algo que nos puede poner en riesgo de sobrevivir. Y agrega: lo mejor para combatir el miedo es recordar que el cerebro esta haciendo su trabajo: nos esta enviando señales de amenazas y nos quiere mantener alertas ante la eventualidad.

Tuesday, November 19, 2013

El miedo y la esperanza


“El miedo es la perdida de la esperanza', dicen quienes lo han observado de cerca. Al sentir miedo, uno pierde la esperanza y sucumbe, entonces el miedo instalado a su entera libertad crece y se descontrola.
Hace algunos años, me había quedado sin trabajo y contaba sólo con una pequeña suma de dinero en mi billetera de cuero repujado. Había dispuesto como gastar el dinero en un mes, lo calculé así en mi esperanza de volver a trabajar. Tuve temor que la billetera desapareciera, temí que me robaran lo poco que tenía. Es lo que pensé al acostarme. Hice algunas cosas más sin prestar atención, andaba muy preocupado. Cansado fui a dormir.
Al día siguiente un amigo me llamó, deseaba presentarme a alguien a quien le podía ofrecer mis servicios. Al ponerme los pantalones noté que mi billetera no estaba en el bolsillo. La noche anterior había temido un robo, recordé. ¿Me pudieron haber robado la billetera mientras dormía? ¿Quién? Y ahora, ¿cómo sobreviviría? ¿Qué pasaría sí la persona con quien debía reunirme en el transcurso de la mañana no aceptaba mis ofrecimiento? ¿De dónde sacaría dinero para sobrevivir? Cada vez mi miedo fue en aumento. Dinero, dinero, dinero. Y lo estaba perdiendo.
Cuando contaba con mucho dinero en el bolsillo tenía un lugar donde solía esconderlo: una antigua caja de zapatos. En mi desesperación me dirigí hacía el rincón donde supuse podría estar mi billetera. Vaya sorpresa. Ahí estaba. ¿En qué momento lo puse ahí? ¿Me desperté en la madrugada como un sonámbulo para guardar mi dinero en mi caja de tesoros?.
Mirando el asunto en perspectiva digo, estuve actuando con el piloto automático. Necesitaba descansar, mejor aún, necesitaba ver y analizar mi historia.
Si observan con detenimiento, el miedo tiene su suspenso, un suspenso que nos vuelve adictos muchas veces. No lo notamos, pero vuelvan a leer mi experiencia. Somos unos adictos a consumir miedo por el suspenso que nos provoca. No hay duda que cada uno tiene su particular interés y cada momento ofrece uno que resulta especial. Mi miedo a no trabajar y no ganar dinero. Mi miedo a no ser productivo. El miedo personal y el colectivo. Mi miedo a no ser alguien valioso para la sociedad. Mi miedo desesperanzado que me lanza al vacío, a la nada y me estrella contra esa nada. Mi miedo actuando en un mismo escenario, yo el director, yo el personaje, incluido en ese temor esta el público que se come las uñas.
La escritora estadounidense Karen Thompson Walker lo explica mejor al hablar del mismo tema en un video de Youtube titulado “Qué nos puede enseñar el miedo”.
La autora de la novela 'The age of miracles', cuenta la historia de los marinos del barco Essex, el mismo que se hundió en los mares del sur.
Era el año de 1819, el barco Essex había llegado hasta la zona más alejada del océano buscando capturar ballenas. Lo intentaron con un cachalote, pero este se defendió, golpeó la nave de madera con tal fuerza que perforó parte de la cubierta, creo un agujero por donde se comenzó a filtrar el agua. El barco se hundió algunos horas más tarde. Los veinte marinos tuvieron que abordar tres botes para salvarse. Tenían algunas artefactos de navegación, poca agua, muy poca comida.
Estaban muy lejos de Chile, muy lejos de Australia. Cuando comenzaron a ver las posibilidades de encontrar tierra firme, se les presentó tres alternativas: ir a la Isla Marquesa y enfrentar a los caníbales, dirigirse a Hawai enfrentando las tormentas de la temporada o alcanzar las costas de Sudámerica.
Escogieron la peor, navegar la ruta más larga. Cuando el agua y la comida comenzaron a escasear y tierra firme se hacía cada vez más lejana, la incertidumbre comenzó a tomar cuerpo, el miedo y su enorme energia negativa empezó a moverse desde lo más profundo de esas mentes. No deseban morir como simples bocados de caníbales, ¿habían escuchado tales historias o alguno de los marinos la soltó por el temor?.
Cuando dos naves que navegaban cerca rescataron a los pocos marinos, dos meses después del siniestro del Essex, los sobrevivientes habían llegado a ser víctimas de sus propios temores: para sobrevivir habían comido la carne de sus compañeros muertos.
Si los marinos hubiesen remado sin temor -dice Herman Melville- hubiesen llegado a Tahiti, pero se dejaron vencer por el miedo. Les repito, el miedo es la perdida de la esperanza.
Karen Thompson Walker dice que el miedo es la historia que nos contamos, el miedo es parte de nuestra inmensa imaginación que comienza en nuestra niñez y nos sigue hasta los últimos días de nuestra existencia. El miedo es el relato a futuro. Es la historia que nos contamos porque tiene un inicio, un gran conflicto y un desenlace. Todos debemos convertirnos en buenos lectores de la propia historia que nos vamos contando. Ella cita a Vladimir Nabokov quien recomienda leer bien, con un hondo sentido artístico y con mente de científico. El discernimiento correcto nos dará la verdad.
Porque el miedo es eso también, la fuerza que nos permite navegar hacía lo desconocido con esperanza. Qué si en nuestro planeta no hubiesemos contado con visionarios quienes navegando a contracorriente y con la peor tormenta conquistaron sus propios temores. Sin ellos seguiríamos tal vez haciendo fuego con pedernales, peleando por un pedazo de comida y tal vez destrozándonos unos a otros para ver cuál es la carne que nos permitirá sobrevivir. (No voy a negar que a veces nos comportamos así, pero como verán es el miedo aún reinante el que nos hace caníbales).
Muchas veces tememos que nuestros miedos se hagan realidad y de contarnos tanto esa historia fallida se hace realidad. ¿Por qué? Porque sólo nos fijamos en lo que nos asusta. Como los marinos del Essex que temiendo morir en las manos de los caníbales, terminaron ellos mismos convertidos en caníbales. ¿Qué terrible lectura de sus propios temores, no es cierto?
Es como la novia que hace todo con el deseo de no perder al marido. (La historia la podemos contar al revés, el esposo con la esposa). De pronto, la unión se rompe, por qué. Pues precisamente porque nuestro miedo mal entendido nos ha engañado y nos ha ganado. Nos ha dado una interpretación incorrecta. Nos queda descubir la historia que nos contamos, observar eso es lo que también se presenta como alternativa. Observa tus temores. El miedo es una energía y esa energía la podemos capitalizar para crear, para crecer.
Para terminar quiero contarles algo final, mientras caminaba hace unos días en la calle descubrí un letrero que decía: 'Happines depends in the quality of your thoughts'. La felicidad depende de la cualidad de tus pensamientos. ¿Cuál es la historia que nos contamos?
Contémonos una buena historia y sí se nos presenta una mala, observemos, descubramos que se esconde en el fondo, quizás nos lleve a buen puerto.

Thursday, November 7, 2013

El amor empieza en la carne (Comentario)

El escritor peruano Juan Ochoa López definió su novela 'El amor empieza en la carne' como un thriller amazónico. El termino thriller se ha puesto de moda, no hay duda, pero la historia no sólo nos da el suspenso que nos emociona, nos trae mucho más, como les iré contando.
Para comenzar les diré que la novela aborda un triángulo amoroso que pone en contrapunto a una mujer joven, su amante y un marido muerto. Ese ingrediente de marido muerto que vuelve a la vida le da un sabor mágico y cómico a la novela. ¿Dónde puede ocurrir el hecho de que un marido muerto vuelva a la vida? En Comala o en un rincón de Mexico, responderán algunos. Rulfo se aparece en un momento en la historia, claro, pero Juan Ochoa nos recuerda de inmediato que lo que nos narra ocurre en la selva sorprendente de Perú, en ese lugar que llamamos Amazonía.
Tampoco se trata de doña Flor y sus dos maridos, no, aquí tenemos a Erlita, viuda del viejo Eustaquio Vásquez, que tras la perdida trata de rehacer su vida con el también joven Juan Nephtalí con quien ya estuvo engañando a su marido en vida.
Eustaquio sabe leer los mensajes ocultos que la selva ofrece, el viejo descubre -antes de morir- que su mujer le esta engañando con otro, pues una vibora se ha metido a su cama y tras revelarle lo que ocurre le clava los colmillos filudos y llenos de veneno, razón por la que deja este mundo.
Desde el más allá, el viejo Eustaquio tramará su venganza sobrenatural, entonces decide aparecerse en el camino de su rival vivo. Juan, quien procede de Lima, ya conoce algunos misterios de la selva, defenderá entonces su felicidad presente recurriendo a la espiritualidad mágica de la selva y sus curanderas. Juan cree sentir amor por Erlita de quien ya ha probado su carne -como reza el titulo- y sabe que cuando eso ocurrió todo empezó para su gozo y calvario.

Vayamos a la novela.

La primera página no me gusta. Me cuesta ver a los miembros del jurado del premio Julio Ramón Ribeyro del Banco Central de Reserva del Perú leyendo la entrada. Pienso que pudieron parar ahí y dejar la historia al costado, pero que bueno, hicieron su trabajo y leyeron todas las 177 páginas del libro.
Veo al jurado leyendo la primera página y los veo dudar, pero de pronto creo que se les ocurrió abrir el libro al azar y donde abrieron se encontraron con algo sorprendente.
Jugué también con el libro y me di con la página en donde Ochoa nos cuenta la lucha de los perros salvajes contra los sajinos o jabalíes. A estos cerdos con colmillos y de carne exquisita, el escritor los muestra invadidos de demonios, cuando los perros los persiguen también los exorcizan, los demonios huyen, suben a los maldecidos árboles lupuna.
Se me ocurre pensar en los hobbits peleando con los trolls o los goblins camino a la montaña. Juan Ochoa es un escritor insertado en la sociedad y el mundo globalizado y sin duda debe de haber gozado del mundo creado por Tolkien y recreado por Jackson, pues en esta parte de la historia no dejé de ver algo de eso.
Convencido que tenemos una novela interesante, se me ocurre volver a leer la historia desde el principio.
Juan Ochoa entra a puntillas a la selva y se agarra de una pequeña hormiga traviesa. El la llama curuhinse (con esa vocal final le quita la dulzura del sonido con que yo conozco al insecto curuhuinsi).
Precisa el escritor que escogió su entrada inicial copiando lo que hacen escritores que lo han precedido, Hernández y Rumrill, quienes comienzan sus historias con animales.
Lo cierto es que si pasamos esa primera página, entramos a un mundo mítico, mágico, donde Juan se pule al mostrar el lado erótico con el que siempre hemos imaginado a la selva y su gente.
Juan Ochoa nos lleva a su mundo de la mano de una mujer: Erlita. Una mujer oriunda de la zona y usa el lenguaje como su mejor recurso.
Describe un engaño, una infidelidad, y lo hace de una forma poética, salvaje, animalesca, aunque ese salvajismo se torna tierno. Cito: “Ascendí a ella y noté que seguía temblorosa, aunque dispusta y anhelante. Los jaguares negros bajaron del cielo para meterse en mi alma y en mi boca. Los saludé y los dejé pasar, denme furezas, tigres, como antes”.
No sé cuantas veces leyó Juan Ochoa 'La divina comedia' pues pienso que usa la historia de Dante como un pilar importante para construir su mundo de ficción y -ahora- con mano segura nos invita a ir a la conquista de Erlita y de su selva.
El libro esta lleno de historias, una novela tiene que ser eso, un cúmulo de historias que se van enlazando de manera inteligente para poder atrapar al lector. Juan nos sumerge en ese mundo y juntos vamos a ver a los delfines bufeos, a la serpiente yacumama. Y hay otras historias destacables, les hablé de Juan Rulfo quien también se filtra en esta historia, viene provisto de una máscara desde el purgatorio, se me antoja que el autor de Pedro Páramo anda por ahí. Rulfo llega a beber con Juan una cerveza, se queja del calor y tras hablar de su mundo, Juan el personaje de la novela, le cuenta del suyo: la selva enmarañada que aún no muestra sus palacios porque estan cubiertos de vegetación. Rulfo debe irse y al irse se descubre, es Eustaquio.
Y quién es Eustaquio, nos vamos preguntando. Juan el escritor nos cuenta su historia. Es un tipo que caza y tráfica con pieles, pero también es un ladrón, un mentiroso, con ese gramófono antiguo convence a un dios de la selva para llevarse a su hija, a quien luego abandona por vieja y es entonces cuando decide buscar a la joven y bella Erlita.
Hay varios Juanes en la historia, primero esta el Juan escritor, después esta el Juan personaje y en seguida están los juanes de la selva que hablan de la historia de Juan el bautista, quien como sabemos históricamente murió decapitado y de quien sirven su cabeza en bandeja de plata. Los juanes de arroz envuelto en una hoja de bijao se sirven para celebrar la fiesta de San Juan en toda la selva.
Juan Ochoa comenta que el personaje se llama Juan por toda la historia de la selva y de ninguna manera es su alter ego.
Antes de leer “El amor empieza en la carne' había visto y oído la conferencia que dio Jorge Luis Borges acerca de la pesadilla y lo que el escritor argentino dijo en aquella oportunidad cayó como anillo al dedo para comentar lo siguiente.
Borges dice que los salvajes piensan que sus sueños son episodios de la vigilia. Si alguien sueña que mata a un tigre, cuando despierta piensa que su alma mató a la fiera. Y agrega, los niños y los salvajes se parecen cuando hablan de sus sueños. Cuenta que su sobrino le contó un sueño. El niño estaba perdido en un bosque, pero de pronto descubre un claro, en el lugar hay una casa, en la casa una puerta y por esa puerta sale Borges. El niño se interrumpe en el relato onírico y pregunta, a proposito tío, qué hacías ahí?
Borges agrega que la ficción es la memoria del sueño, y quienes cuentan un sueño -lo escriben diríamos aquí- dan cuenta de todo lo extraño y maravilloso que puede ser un sueño. Cita luego al antiguo senador Boecio quien dice que en todo sueño hay un espectador y otro detrás de este. El espectador ve una carrera de caballos en el coliseo y ve como los caballos llegan a la meta. Tras este espectador hay otro observador, es Dios, quien de un solo vistazo ve todo el sueño: la partida, las vicisitudes de la carrera y la llegada. A nosotros se nos permite en sueños, como sí fueramos un pequeño dios, ver todo.
Lo que deseo decir aquí es que Ochoa nos ha sumergido en su sueño, su vistazo mágico hecho libro, y como somos seres humanos tenemos que hacer el esfuerzo grato de leerlo en cada página. Al concluir nos ha convencido, ese sueño parece real.
Que un muerto llegue del otro mundo -digamos- que hable con los animales y las plantas, todo eso nos parece real porque Ochoa nos ha convencido de eso.
Por ratos sufre, sobre todo cuando trata de explicarnos algo con su prosa. Recuerdo que eso pasa cuando nos habla del manchari (manyari, dice el escritor) que no es otra cosa que susto, pero su lengua recobra su riqueza cuando el escritor decide jugar con las palabras. ¿Cómo andan sus dientes señor caimán? ¿Qué dicen los resfríos señor tucán?
El escritor se permite todo y nosotros los lectores aceptamos eso. De pronto, en esa selva intrincada de sorpresas, donde las almas viajan traspasando todo a una velocidad inmedible, donde las curanderas y el gran soñador que es Juan el personaje piensa que su vida esta siendo una pesadilla y desea despertar, busca la magia, la magia de las plantas, de los ríos, de los animales, ahora viene un circo, qué es la vida a veces si no es un circo, y ahí es donde esta el domador de serpientes quien le extiende una mano.
Es lo que hace Juan Ochoa al escribir su libro, extendernos la mano para invitarnos a leer. Gozarán con la historia y el lenguaje.
Juan, has escrito un libro lindo, felicitaciones.
  

Sunday, November 3, 2013

El Tao.


-Sabio es quien conoce a los hombres, y clarividente quien a sí mismo se conoce. Tiene fuerza quien vence a otros, pero sólo es fuerte quien a sí mismo se vence. Rico es quien sabe contentarse con lo que posee. Hombre de carácter y voluntad es quien obra con energía.
-Lo difícil se acomete por lo más fácil, lo grande se realiza comenzando por lo pequeño. En el mundo, las cosas difíciles se hacen siempre comenzando por lo fácil y las cosas grandes comenzando por lo pequeño,
-La caminata de mil millas se comenzó por un paso.
-La gente, con frecuencia, estropea la obra cuando está ya para terminarla, si tuviera tanto cuidado al fin como al principio, no estropearía sus negocios.
-El camino del cielo es no simpatizar con nadie, sino estar siempre de parte del hombre bueno.
-Puedes doblegarte exteriormente, si en tu interior permaneces recto como el acero.
-Aprende de la paciencia del agua, quieta en el recipiente y muy activa cuando corre, así puede alcanzar la cumbre.
-Hay que ser como el agua en la acción, como el espejo en la quietud y como el eco en el responder.
-Aprende del espejo, a nadie despide a nadie acoge ; refleja sin quedarse con nada. Así vence las cosas y no recibe daño de ellas.
-La gente no va a mirarse en el agua que corre, sino en el agua quieta. Sólo la quietud puede aquietar a todos en la quietud.
-Si el agua quieta es diáfana, cuánto más lo será el espíritu.
-Los cisnes no necesitan bañarse todos los días para conservar su blancura, el cuervo no se tiñe para conservar su color. A lo auténtico nada le cambia.
-Si desde lo pequeño se mira lo grande, no es posible llegar a verlo en su totalidad; si desde lo grande se mira lo menudo, no es posible verlo claro.
-Estando lleno de miedo, los ojos turbados, tu espíritu difícilmente podrá dar en el blanco.
-A nadie se le coge si no es en la trampa de aquello que está aficionado.
-Tengo oído que quien gusta alabar a la cara, gusta también denigrar a la espalda.
-Con la calma se reprime la precipitación.
-Nunca te apoyes en las armas, apoyarse en las armas es ir a la muerte.
-Lo curvo se endereza, lo torcido se rectifica, lo hueco se llena, lo viejo se renueva, lo poco se logra, lo mucho se embrolla.
-Al pájaro le basta una rama de la vasta selva para hacer su nido, de toda el agua de río el topo sólo toma lo necesario para llenar su estómago.
-La gente dirime y enjuicia por prurito de ostentación...El que es valeroso no es alardoso.
-La virtud zozobra en la fama y la sabiduría se va en los debates. Por la fama se agreden unos a otros, y la sabiduría es su arma de combate.
-Hacemos de nuestra propia persona lo esencial y queremos que los demás se ajusten a nuestro compas... Los que para mi son útiles son inteligentes, e idiotas los que no me sirven. Lo que para mi es viable es honroso e ignominioso lo que no es hacedero para mí. Trasladamos la verdad a nuestras propias conveniencias.
-Para los hombres las distinciones y diferencias del es y no es, verdadero y falso, vida y muerte, honra y deshonra, riquezas y pobreza, antipatías y aversiones son las cosas que le traen perturbado en su interior y sufriendo en el exterior, guerras y anarquía con todos los males que ellas traen.

-Meterse en asuntos que no le atañen se llama acaparamiento, intervenir en todo sin mirar ni mucho ni poco es charlataneria..............

NO ES FáCIL
Ofrecer disculpas
Comenzar de nuevo
Reconocer un error
Recibir consejos
Ser considerado
Soportar el éxito
Seguir probando
Abandonar los malos hábitos
Perdonar y olvidar
Salir de la rutina
Sacar provecho de lo poco
Mantener una norma elevada
Descubrir el lado bueno de las cosas
Aceptar una reprensión merecida
Amar aun a sus enemigos.
*****

Saber lo que quieres es el primer paso para lograrlo
La gente NO tiene que usar la mente para torturarse
Hay que reemplazar un mal pensamiento con uno bueno
El agua quieta es diáfana, cuánto más lo será el espíritu
La caminata de mil millas se comenzó por un paso
Lo difícil se acomete por lo más fácil
Nunca te apoyes en las armas
Apoyarse en las armas es ir a la muerte.
Tiene fuerza quien vence a los otros,
pero sólo es fuerte quien a mismo se vence
Ser hombre bueno, es fácil; ser justo, es difícil.
-Todos tenemos un niño adentro. Consolemos a ese pequeño.
-Vea lo bueno. No solamente las desgracias.
-Todo inicio es difícil. Póngase plazos.
-Disfrute la vida. Busque hacer cosas divertidas (busque placer en lo que realiza).
-Busque lo mejor. No se aferre a lo desagradable.
-Sea responsable de sus actos. No culpe a otros.
-Arroje sus mitos. No existen fuerzas misteriosas.
-Elévese, no se rebaje. Juegue a su favor, no en contra.
-Recuerde las victorias. Alabe sus triunfos.
-Levante el ánimo. Consiga un éxito fácil (pequeñas tareas o actividades).
-Sea perseverante.
-Si te sorprendes menospreciándote, cambia de dirección.
-Busca el diálogo contigo mismo. Concilie. No se tire palos.
-Ten FE. Las cosas se logran con esfuerzo y disciplina.
-Actua por convicción. No espere que alguien te susurre al oído.
-Juzgate y acéptate tal y cual eres. Juzgarnos con normas sobrehumanas, es rebajarnos. (Es la excusa para darnos por vencidos)
-Sigue probando.
-Aprende a sacar provecho de lo poco.
-Descubre -siempre- el lado bueno de las cosas.
-Desafie los malos pensamientos. Piense en alternativas positivas.
-Hay que cuidar la mente tanto más que el cuerpo. No hay que usar la mente para torturarse.
-Si te comparas y te sientes mal. Piensa en los que están peor que tú.
-Saber lo que quieres es el primer paso para obtenerlo.
-Busca armonía. Todos somos parte de un rompecabezas o una sinfonía (No hay bueno, ni malo).