Tuesday, February 24, 2015

Padre e hijo. El monje y el filósofo


‘La meditación es un método para disciplinar y aplicar antídotos específicos a las diferentes emociones negativas. No es sólo sentarse por un momento para lograr el beneficio de la calma. Meditación es una aproximación analítica y contemplativa que permite entender el funcionamiento y la naturaleza de la mente para ver las cosas con claridad. La meditación consiste en saber cómo usar el entendimiento adquirido para ganar una gran apertura de la mente y convertirse en un mejor ser humano’.

Esto es lo que dijo el monje budista Mathieu Ricard a su padre, cuando tuvieron una larga entrevista en Kathmandu, Nepal, en 1998. El diálogo se hizo libro y se publicó bajo el título “El monje y el filósofo”.

El pensador francés Jean Francois Revel estaba interesado en conocer por qué su hijo rompe con la posibilidad de un futuro prominente en la genética molecular para convertirse en un monje tibetano.
¿Qué es precisamente el budismo? Se preguntaba entonces ¿religión o filosofía? Dándole vueltas y vueltas a las respuestas que le da su hijo, Revel (quien adopta ese apellido desde la Segunda Guerra Mundial) llega entonces a dar con la posible respuesta.

‘El budismo es rechazado por las religiones como una filosofía atea, una ciencia de la mente y los filósofos la tildan de religión. Sin embargo, el budismo es una tradición metafísica que aplica sabiduría en cada instante y en todas las circunstancias que pasan. No es un dogma. La verdad debe ser descubierta de forma progresiva a través de etapas sucesivas en el camino que nos guía a la realización espiritual’.

*(Es como pelar una cebolla, con paciencia y dedicación, no importa que te ‘ardan’ los ojos, uno tiene que llegar a ver en la esencia, la verdad que se esconde entre los pliegues). Nota personal y de ejercicio meditativo.

Budismo es puente entre religión y filosofía, dice Revel. Respecto a la decisión de dejar el mundo científico y el Instituto Pasteur en París, Mathieu Ricard comenta que pese a la excelente educación que tuvo aún sentía un vacío que tenía que llenar. Es por esa razón q después de terminar sus estudios, parte a Tibet para buscar la enseñanza de los mejores maestros budistas, aquellos que combinan sin contradicción el buen arte de ser, pensar y actuar.

Meditación.

La meditación es un método a través del cual podemos liberar un pensamiento negativo observando desde la raíz su completa falta de sustancialidad. Los pensamientos negativos nos hacen daño y destrozan también nuestra paz interior. Los budistas usan metáforas muy simples para explicar sus maneras de proceder. Acabar con un pensamiento negativo en una mente entrenada es como deshacer un arcoiris. Para eso se requiere practica constante. Cuando te entrenes alcanzarás la destreza de un jinete tibetano que montado en su caballo a galope se estira hasta el suelo para recoger un objeto del suelo, sin caerse.

¿Cómo comenzar a meditar? Sentado con comodidad se respira con pausa y atención y se comienza a pensar en una persona que uno ama, se busca llenar la mente y el corazón con ese amor, luego rompes las cadenas que restringen ese amor y lo riegas en beneficio de todos, incluso de aquellos que pudieran ser considerados enemigos. Son enemigos porque sufren (hay que recordarles que se han dejado avasallar por el odio, la envidia, el resentimiento, los celos y cuanto pensamiento negativo se presente, y, como están envueltos en esa vorágine, no pueden ver con claridad). Tenemos que recuperar al perro que va ladrando y mordiendo a quienes encuentra en el camino.

Existen 84 mil caminos de aproximación para percibir la verdadera naturaleza de la mente, según los budistas. Todos comienzan en un punto de acuerdo al carácter, la dispocisión, el intelecto o la creencia.

Hace mucho un cazador se convirtió en un monje luego de acabar con su presa. La venada a quien le incrustó una flecha, luchó por vivir por un espacio breve de tiempo, sólo para hacer un último esfuerzo y alumbrar a su cría. Cuando hubo parido, la venada, herida de muerte, pasó una y otra vez su lengua por el cuerpo del cervatillo hasta que lo vio erguido, luego murió.

¿Quienes somos? ¿qué es la vida? ¿Cuál es el sentido de la vida? Debieron ser las preguntas que golpearon en la mente del cazador, quien rompió las flechas y su arco, arrojó su carcaj y decidió vestir los hábitos de monje para alcanzar las aproximaciones a esas preguntas.

Hay que entender que todo comienza con un pensamiento que va creciendo e hinchándose como una nube tormentosa. ¿Qué hay detrás de una nube de tormenta? Nada. Cuando uno descubre eso, todo se evapora. Ojo, no se trata de bloquear los malos pensamientos, es simplemente mantenerse en un estado de claro y paciente entendimiento en el presente, en ese momento los pensamientos se calman de manera natural.

*(Cuando el río crecido baja, viene turbio, muy sucio, hay que sentarse a limpiar eso con paciencia, humildad, dedicación y amor. Cuando el agua se limpia, vemos no sólo el agua clara, sino todo lo que hay en el lecho del cauce. Los budistas llaman a esto purificar y disolver). Nota personal de ejercicio meditativo.

Todo momento es bueno para meditar. Dentro del malestar o la incomodidad hay algo que pugna por salir y decir la verdad. Para alguien con gran fuerza de mente y buena estabilidad en su practica espirutual puede usar incluso los momentos más intensos de sufrimiento (una enfermedad incurable, por ejemplo) para hacer progresos hacía su iluminación final. Un despertar sorprendente.
Hay que ir a la raíz del problema, por eso los budistas aconsejan meditar como león, dejando de ser un perro juguetón. Vuelven a las metáforas para hacerse entender. “Si alguien le tira una ramita a un perro, este va, lo recoge y lo devuelve, una y otra vez. Si alguien le tira una ramita a un león, éste se levanta y acaba con el que tira la rama. Termina con el problema”. Traduciendo, les diré: uno se apega a los conflictos, juega con ellos. Cuando uno corta la rama, estos vuelven a crecer, hay que cortar el árbol de raíz.

Psiconálasis y budismo.

El hombre sufre por una tremenda desatisfacción que se combina con dolor físico, pero primero es una experiencia mental. El sufrimiento aparece cuando el ‘yo’ se siente amenazado por lo que desea y no puede conseguir. A veces exige tanto y nunca se sacia. Y siempre nos mantiene en un estado de confusión e inseguridad. Las raíces negativas de nuestras emociones son percepciones que tenemos de nosotros mismos. Y ¿dónde esta el yo? No existe si lo vemos bien. Es como el diablo, que no existe realmente. Es una suerte de alucinación, el demonio existe en una vía ilusoria. Es algo que aparece, pero eso no significa que exista. Hay que acabar con esa ignorancia.

Los psicoanalistas tratan de ver una película que aún no aparece. Sigmund Freud quería ir a la profundidad de un problema, usando su intelecto. Pero nunca se concentró en soledad para contemplar y observar su mente. ¿cómo pueden los psicoanalistas ayudar a los otros sin darse cuenta de la profunda naturaleza de la mente sin haber observado las suyas?

Cuando tu entiendes que los pensamientos son sólo la simple manifestación de una mente consciente, los pensamientos pierden su consistencia. Son inconscientes realmente. La practica hace que te liberes de manera natural. Si aparecen, desaparecen. Es como dibujar en la arena junto al mar.

Para terminar con los malos hábitos, ese juego de atracción y repulsión al que nos hemos acostumbrado tanto, observen, no basta planchar el papel arrugado por años. Hay que destruir sin dejar rastro, cortar desde la base. Hay que parar un mal pensamiento antes de que se convierta en acción.

Si un objeto es visto por cien personas, es como cien reflexiones en cien espejos. La percepción de un objeto como deseable o indeseable no reside en el objeto en sí, sino en la forma como lo percibimos. Y eso nos recuerda un dicho zen: ‘Para el amante una bella mujer es una fuente de placer, para el asceta una distracción, para el lobo una buena comida’.

Los sedimentos en el inconsciente no son rocas, es hielo que se derrite con el calor de la sabiduría.

Ojo, existen personas que necesitan ir al psicólogo.

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