Cuando Alice Munro ganó el premio Nobel de Literatura en el 2013 muy pocos hispano parlantes habían leído sus cuentos. Muchos medios escritos en español de todo el mundo inmediatamente publicaron uno de sus relatos: ‘Radicales libres’. No había leído el mismo, así que leí la historia con curiosidad y placer.
Cuando terminé de leer el cuento debo confesar que me gustó
el giro final de la historia y la genialidad de la escritora canadiense para
hacer lo que hizo. Con la base del cuento ‘Un hombre bueno es difícil de
encontrar’ escrito por la escritora estadounidense Flannery O’Connor y con ‘Villa
Ruisenor’, escrito por la inglesa Agatha Christie, Alice Munro escribió su
propia versión y lo hizo con maestría.
Si mucho antes, el también Nobel de Literarura, T. S. Eliot
dijo que ‘los poetas inmaduros imitan, los maduros roban. Los malos estropean
lo que roban y los buenos lo convierten en algo mejor’, lo mismo se puede decir
de los cuentistas. Y trataré de probar lo que digo.
En ‘Radicales libres’ Nati está de duelo, su esposo de más
de ochenta años acaba de morir. Ella tiene un poco más de sesenta y padece un cáncer
que le puede costar la vida. Se ha quedado completamente sola, no tiene hijos y
recuerda cómo es que le robó el marido a una mujer casada. De pronto, alguien
toca a la puerta de su casa, se hace pasar por un plomero que esta tratando de
reparar algún desperfecto en la vivienda. Cuando ella le permite el ingreso el
joven se descubre. Es un desequilibrado que acaba de matar a sus padres y a una
hermana enferma, tiene la foto instantánea para probar lo que dice, pero eso no
intimida a Nati, quien se muestra sorprendida. Inmediatamente trata de salvar
su vida y comienza a contar una historia que parece ser verdad. Para salvar su
matrimonio ha envenenado con ruibarbo –un veneno vegetal que no deja
evidencias- a una amante más joven con quien su esposo la engañaba. Lo que
cuenta parece intimidar en algo al desequilibrado, quien le perdona la vida,
roba las llaves del auto y deja la casa. Más tarde, la policía viene a informar
a Nati que el auto de su esposo fue robado por un asesino, pero que este ha
muerto al estrellar el vehículo en la carretera.
Alice Munro cuenta que cuando tenía seis años leyó la
historia de la pequeña sirenita enamorada de un apuesto príncipe. La sirenita
no podía casarse con su amado por su condición de mujer pez y eso entristeció a
la pequeña Alice, entonces ella decidió escribir la historia cambiando el final
triste por uno más alegre, casando evidentemente a los enamorados.
Luego cuando iba a estudiar, la joven Alice recuerda que
inventaba historias que la ponían en la posición de una heroína resolviendo una
serie de situaciones adversas. Así describe la cuentista sus inicios de escritora.
Veamos ahora lo que trato de probar.
En el relato ‘Un hombre bueno es difícil de encontrar’,
Flannery O’Connor nos cuenta la historia triste de una familia que sale de
Atlanta, Georgia, con rumbo a Florida. La abuela le pide a su hijo dirigirse a
Tennessee porque de acuerdo a una noticia aparecida en un diario, un
desequilibrado a huido de la prisión y es posible que atente contra quienes
encuentre en su camino. El hijo ya ha decidido con su esposa llevar a sus tres
hijos a Florida. En el trayecto, la abuela convence a su hijo de visitar una antigua
casona de los alrededores, apartándose de la carretera por un camino afirmado,
mientras avanzan la abuela se da cuenta que se ha confundido, pero es tarde. El
vehículo se vuelca y sufren un accidente sin consecuencias fatales. De pronto aparece
el desequilibrado y sus compinches quienes han visto lo ocurrido, pero en vez
de socorrer a los heridos van liquidándolos por grupos. Desean cambiarse de
ropa y un nuevo vehículo. La abuela trata de salvar a su familia primero,
recordándole al desequilibrado que es un hombre bueno, que seguramente sus
padres lo han educado con ese propósito. El solo hecho de mencionar al padre
hace que el desequilibrado se enfurezca aún más en su fuero interno al recordar
la terrible relación con su progenitor. Y como lo cuenta más adelante, un dia
decidió liquidar a su padre y entonces decide también disparar al pecho de la
pobre abuela. La historia es brutal y uno quisiera cambiar el final. Los niños son
liquidados sin ninguna compasión, pero se muestran con mucho coraje ante sus
victimarios y la muerte.
En ‘Villa Ruiseñor’, Agatha Christie nos cuenta la historia
de Alix Martin, una mecanógrafa que a sus más de treinta años decide por fin
casarse con Dick Windyford pues ha recibido una herencia que le permitirá gozar
de una vida holgada. Pero por esas circunstacias de la vida, de pronto conoce a
un visitante -Gerald Martin- con quien se casa en apenas una semana. Dick monta
en cólera y le reprocha el hecho de casarse con un desconocido. La flamante
pareja va a vivir a un lugar por el que pagan 3 mil libras esterlinas, no tienen
servidumbre, sólo un jardinero viene a cuidar las plantas. Se estable un
horario, pero por una celebraciones en el pueblo cercano, el jardinero se
aparece otro día. En el diálogo con Alix, el jardinero cuenta que la casa sólo
fue vendida por dos mil, como lo ha comentado el dueño a todos los vecinos. Y
que el esposo Gerald le ha dicho que no vaya a la casa el viernes porque su
esposa, Alix, se irá a Londres. Alix se sorprende, dos mentiras en apenas una
breve conversación.
Dick esta decidido a no perder a Alix y se esta acercando, la
llama para comentarle que se hospedará en una posada de las inmediaciones. Para
crear más conflicto, Alix encuentra un cuadernito de notas, en el que Gerald ha
hecho anotaciones, ella se sorprende de una que al parecer guarda una incógnita
con hora. Decide encarar la verdad con su flamante esposo quien desliza una
serie de versiones extrañas: ‘te has casado con barba azul’, le dice. Y agrega:
‘a las 9.00 p.m. quiero que me acompañes al sótano para reveler una fotografías’.
Ella teme su asesinato y se niega a bajar. Al día siguiente decide indagar aún
más husmeando entre las cosas de su esposo. Es entre las cosas de la maleta que
descubre una serie de recortes periodísticos donde se da cuenta de un asesino
de mujeres, un galán que las desposa para arrebatarles el dinero y luego
liquidarlas. La foto de un diario muestra a un tipo parecido a Gerald y Alix entra
en pánico. Es descubierta con las manos en la masa y entonces decide salvar su
vida llamando a Dick como si llamara al carnicero. Mientras tanto, Gerald se
sigue insinuando y con sus palabras pareciera que se esta revelando como un
verdadero asesino, entonces ella apuesta por su última carta. Mientras toman
café, le comenta que ha acabado con dos antiguos esposos a quienes ha
suministrado un veneno –heroscinas-. Gerald se asusta y piensa que también
correrá la misma suerte. De pronto, Dick se aparece en la puerta al rescate junto
a un policía y todos encuentran al esposo muerto.
No sé si probé algo, pero sí hay alguna ligazón, esa ligazón
no ofrece muestras del veneno suministrado, mucho menos da prueba de muertes
similares en el desenlace final del cuento. ¿Será que sólo he tratado de ver
esas semejanzas? ¿Es tan solo algún espejismo? Juzgarán ustedes mi aproximación.
No sin antes revelarles un dato final. Alice Munro cuenta
que empezó tratando de hacerle la vida feliz a sus personajes, pero finalmente
sucumbió a la tentación de escribir acerca de la tragedia. Sin duda, ella también
tiene historias brutales.
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