Saturday, October 11, 2014

Perú y sus deficiencias futbolísticas.


La selección peruana de fútbol perdió ante su similar de Chile por 3 goles a cero, en un partido amistoso jugado en la ciudad chilena de Valparaíso. El resultado pudo ser diferente si el Paolo Guerrero no falla el penal que pateó a los 20 minutos, es lo que dijo el entrenador del equipo inca.

De hecho que el resultado pudo ser distinto. El encuentro pudo quedar 3 a 1, por ejemplo. Aquí no voy a discutir lo que afirma el DT. Lo que quiero comentar ahora son una serie de hechos que han sido practica constante de los equipos peruanos en torneos internacionales.

Tras la pésima ejecución del penal, el once peruano comenzó su debacle. Eso es verdad. Luego de ese penal, el equipo empezó a ahogarse en dudas y equivocaciones, luego vino el gol del rival, el equipo pasó al temor y las equivocaciones siguieron. Vino el segundo gol y el equipo entró en pánico. Se notó lo que afirmó con la expulsión de Reinaldo Cruzado.

No sé qué pasó en la mente de los jugadores peruanos, pero trataré de imaginarlo. Si el mejor jugador del campo tira un penal de la manera que lo hizo, los jugadores pensaron: “pucha, ya falló Guerrero, si él es el mejor aquí, yo que no juego en un equipo extranjero, seguro que voy a meterme en más líos”  Y zas, vino el primer gol del equipo rival. Los pensamientos siguieron creciendo y los jugadores se dejaron ganar por el pensamiento negativo. “Ya nos metieron uno, ojalá no venga el otro” y cuando un pensamiento negativo se desata, nada lo para. Uno puede a llegar a tener mil pensamientos negativos en un minuto y uno no lo nota.

La expulsión de Cruzado dio cuenta que el equipo andaba ya sumido en una gran cantidad de dudas y temores.Toda aggresión es una evidente muestra de temor e impotencia. Aunque el jugador contrario provoque (el chileno Medel ‘fue por lana y salió trasquilado’), uno tiene que concentarse y no debe responder como lo hizo el centrocampista peruano, pero ante una mente llena de temor, el ataque fue un simple acto reflejo. “Me defiendo antes que me mate”.

Lo que ocurrió en Valparaíso me trae a la memoria dos hechos similares. Perú jugaba con Polonia en un mundial de fútbol. De pronto una falla de José Velásquez, el más fuerte del equipo, y toda la oncena entró en pánico. Polonia que no era más que Perú entonces goleó por 5 a cero.

Perú juega las eliminatorias a un mundial, Jean Ferrari que pasaba por un gran momento juega junto a Chemo del Solar. El último brillaba en España, todas las pelotas pasaban por el filtro del volante. Ferrari se deja intimidar por eso y en vez de avanzar con la pelota, prefiere dársela al Chemo, quien pierde el balón y Ecuador nos mete el primer tanto. Perú jugaba de visita, el equipo se desmorona. Me arriesgo a imaginar el pensamiento de ese momento: “Si Chemó fallo, en cualquier momento fallo yo”. Ferrari ya más abajo andaba culpándose por haber retrasado el balón y así comenzó también su debacle como el futbolista que estuvo destinado a ser. Jamás volvió a brillar.

Alianza Lima jugó aquella vez como ningún equipo peruano y le ganó a Estudiantes de la Plata por 4 a 1 y se perfilaba como el equipo que pudo ganar la Copa Libertadores en el 2010, pero los futbolistas peruanos no lo pueden creer y piensan que sólo fue una noche mágica. No se sienten merecedores de lo que han logrado, vuelven a jugar y llenos de dudas y temores terminan mal la competencia. El equipo de ensueño de aquella noche limeña, se disuelve. El zorrito Aguirre quien fue la sensación con sus tres goles de antología, va a jugar en México y vuelve sin conquistar nada. (En nuestra mente tiene que quedar el buen recuerdo, Aguirre debió aprender a hacer suyo un pensar ‘si hoy lo hice, lo puedo volver a hacer cuando me tenga fe. Lo voy a recordar para hacerlo siempre, yo puedo, esta es una prueba de lo que puedo llegar a dar’) Tenía que machacársele eso en la cabeza. Tenía que ser una impresión cerebral imborrable.

Pero bueno, necesitamos también trabajar a ese nivel.

El equipo peruano no va al mundial y el hincha sufre.

En el último mundial se han visto cosas que los futbolistas peruanos y los dirigentes incas involucrados en el deporte rey no han visto y no se han esforzado por tratar de entender. Lo que le ocurrió a algunos equipos de fútbol en esa justa mundial nos tiene que servir a nosotros, más a nosotros que vamos intendando ganar la pelea y queremos llegar a un mundial.

En la última justa mundial, Brasil tenía un equipo sin delantera, el mejor delantero de Brasil es el peruano Paolo Guerrero. La defensa brasilena era lo mejor del equipo, pero sin atacantes no iban a tentar ser campeones mundiales. Era una ilusión. No importa, así se lanzaron a la competencia, engañados por sus dirigentes. El DT hizo su parte y tercamente siguió apostando por ese equipo que se veía sin posibilidades de ser. Además, el peso del pasado glorioso lo resienten los propios jugadores. Apelaron a un Neymar que está lejos de ser Pelé, Rivelino o Tostao. Sin embargo, los equipos contrarios se dejaron intimidar por ese pasado. Las interpretaciones al revés. Chile enfrenta a Brasil y pierde por algo de lo que digo y por un poco de mala suerte. Colombia siendo entonces más equipo que Brasil se intimida también y cuando decide salir a ganar ya es tarde y pierde el encuentro.

Cada vez que avanza, Brasil muestra sus lados flacos. Juega con Alemania y el equipo teutón sale a arrasar. Con un gol tempranero logra que los brasilenos entren en dudas y en equivocaciones, Se desata el pánico en la verdeamarella y el resultado es el esperado: la mayor goleada que le han dado a Brasil en su propia casa y en un mundial. El Maracanzano será un mal recuerdo, pero la goleada será de antología.

Alemania llega a la final.

Argentina avanza sin convencer, tienen a Messi, el mejor jugador del mundo, pero no brilla como se espera. Pero la mentalidad futbolera argentina es distinta a la brasilera. Si llegaron a donde llegaron, ellos creen y lo creen realmente que se merecen ser campeones mundiales. Sin muchos méritos, pero ahí están. Ellos felices.

Alemania sale a tratar de arrasarlos, pero se encuentran con la respuesta inmediata de los sudamericanos. Alemania entiende que Argentina no es Brasil y juega con cuidado y respeto. Los germanos ganan finalmente porque fueron un equipo más compacto y porque trabajaron de manera inteligente. Tienen de todo en su concentración, equipos de psicólogos, observadores y analistas, un cuerpo técnico que se nutre de mucha tecnología. Y seguramente más profesionales.

Así es como tenemos que trabajar con el equipo peruano. Cambiando la idea de temor en los jugadores, haciéndoles entender que todos –sobre todo ellos- pueden ser ganadores. Hay que trabajar. Hay que practicar más tiros de penales, tiros libres, dormir mejor, no trasnochar, alimentarse bien y creer. Dedicarse a la tarea de tener confianza. Hay que hacerles entender -aquí pongo mi interés- que los jugadores tienen que entender que cuando uno falla, los demás están para socorrer al que falló, sin asumir las fallas del otro. Y quien falló tiene que darse cuenta que lo que pasó obedece a una desconcentración del momento, que lo que sigue es otro momento y tienen que recordar que el fútbol se juega por 90 minutos, a veces les dan cinco minutos más de tiempo adicional y que en ese transcurso hay que hacer el esfuerzo hasta quemar el último cartucho. Si no pueden con las piernas, tienen el espíritu de lucha. Si antes, una noche, una tarde, algunos minutos jugaron de manera mágica, ustedes lo pueden volver a hacer, lo que tienen es que poner ganas y seguir, seguir. Hay que meter el gol, como sea.

No comments: