Tuesday, June 11, 2013

Ken Follett y el detalle de mostrar.

Don't tell, show that. Siempre que participé en los talleres de Literatura, tratando de escribir cuentos escuché: “no digas, muestra eso” Al principio me llenaba de desilusión y preguntaba ¿cuál es la diferencia en este caso?. Dame un ejemplo. Creánme, sentía que el oficio que estaba intentando no iba conmigo y algunas veces pensé dejarlo, porque creía que no tenía talento, pero como soy terco y he ganado cierta paciencia, insistí y aun sigo insistiendo. Ninguno de los escritores con quienes realicé mis practicas literarias me dijo “asi es como se muestra”. Ninguno, cuesta decirlo.
Descubrí el asunto de mostrar en lugar de decir, leyendo. No de un día para otro, claro esta. Fue a sorbitos. Metido en el mundo de una novela, leyendo por el mero placer de la historia que me relataban, no me percataba del asunto. Me mostraban y no era consciente total del asunto. Hasta que llegó a mis manos la última novela de Kent Follett, El invierno del mundo, entonces pude ver con nitidez el asunto de 'mostrar' del que tanto se habla.
Ustedes saben que la novela del inglés aborda el tema de la Segunda Guerra mundial y en la historia están involucrados varios personajes, un inglés y su familia, una estadounidense y su mundo, un ruso en la época de Stalin, una familia alemana contraria a Hitler y la experiencia inicial del ascenso del fascismo en España, con Franco. Todos en algún momento van interactuando y eso se nos muestra en el trabajo de Follett. Si desean ahondar más en el tema, les sugiero leer la novela, pero antes sigan estos consejos.
En la página 443 de la novela de cerca de mil páginas, Follett cuenta y muestra cómo los alemanes se van involcrando en los dictados de Adolf Hitler. En la novela no se nos muestra al cabecilla nazi, se muestra a la gente que se involucra queriendo u odiando las ideas del austríaco. Quienes abrazan el fascismo alemán tienen sus razones y en la novela las vemos. La novela dice que quienes cayeron en las fauces de la dictadura, apoyándola, fueron débiles y quienes cayeron dañados en las fauces de la dictadura hitleriana fueron guerreros. Guerreros que se oponían al mismo porque apelaban a la inteligencia, la sensatez, la bondad y la compasión humana. Al verlos devorados por el nazismo descubrimos en ellos su hidalguía, su coraje, su fuerza.
Para no seguir con la chachara y entrar en materia, aunque quiero decirles que estamos ya inmersos en ella, titularé el topico que deseo abordar como 'la muerte de los discapacitados'. En Alemania de 1940, Hitler ordenó que se ejecutara a todos los seres humanos que tenían cierta discapacidad, y la orden se cumplió. Se ejecuto entonces a cientos de seres humanos que tenían Sindrome de Down, problemas cerebrales y mal formaciones de espina dorsal. Se ejecutó a todos ellos porque demandaban mucho gasto, a decir de los nazis. Pero en el fondo seguían el concepto de su líder, quien se ufanaba diciendo que los alemanes eran la mejor raza y no tenían a nadie que exhibiera lo contrario.
En la novela nos enfrentamos al tema y hay que mostrarlo. Todos sabemos, por detalles historicos, que la crueldad nazi ocurrió, pero a afectos novelescos de mostar esto hay que trabajar de otra forma. Trabajar dramáticamente, haciendo evidente lo que ocurrió. Cómo. Iremos a eso.
Primero, Follet muestra a la sirvienta de la familia alemana, con un hijo desválido. La sirvienta y Karla, la joven de la familia contraria a las politicas de Hitler, van a un hospital donde un médico nazi les dice que trasladarán al pequeño a otro hospital para someterlo a un mejor tratamiento. De que tratamiento habla doctor? ¿Cómo sera eso?, pregunta Karla, la protagonista de este episodio. El médico se muestra reticente a hablar de los detalles. (Siempre los médicos parecen como tratando de esconder el elixer y no lo quieren dar a conocer por temor de que les quiten el protagonismo, algo así como algunos escritores que no desean 'mostrar' como hay que hacer aquello que deseamos mostrar).
Segundo, estando en casa, los alemanes hablan de un chico minusválido conocido, llevado también al hospital quien resulta muerto a causa de una 'apendictis'. De pronto, el padre, quien esta revisando la correspondencia, da cuenta que la sirvienta tiene una carta. Se conoce entonces que también su hijo resulto muerto y de 'apendicitis'. Vaya coincidencia. Algo no funciona bien, el pequeño ya no tenía apéndice cuando fue llevado al hospital, pues se la habian extirpado algunas anos atrás. Las dos familias sacudidas por la repentina muerte de dos chicos se reunen y se sorprenden de no hallar respuesta por parte de las autoridades del hospital.
Tres, los chicos de las dos familias -Karla y Werner- deciden empezar a indagar a fondo lo ocurrido y mientras tanto, se enamoran. Son chicos fuertes y con grandes convicciones y pareciera que el destino está jugando a su favor para juntarlos. Aquí podremos observar que hay un trabajo meticuloso, bien pensado por parte del escritor. Follett tiene experiencia en esto, no es por nada, ya ha escrito muchas novelas de largo aliento.
Cuatro, para empezar a armar lo que no se ensambla bien, hay que tocar puertas, más aún si no tenemos como llegar más arriba. Entonces se van a pedir la ayuda de un pastor, quien decide participar en la solución del problema. Con una cuantas preguntas bien hechas y sin las respuestas obvias esperadas, el pastor descubre que los nazis están matando a los chicos desválidos. Pero falta la prueba a exhibir, sin el cuerpo del delito, no hay nada.
Cinco, las fuerzas contrarias también se mueven. Aquí es donde aparece el policía malvado, el nazi que siendo nadie se ha logrado encumbrar gracias a actuar sin pensar, como lo que se necesita en estos casos de tiranía. Este esbirro aleccionado de lo que ocurre al otro lado de la orilla, va a la iglesia e intimida y golpea al pastor y su familia y va también a la casa de Karla y detiene al padre. Se pretende asi callar a quienes investigan.
Seis. Werner decide trabajar con los 'enemigos rusos'. Aquí interviene Volodia un agente de Moscú que con maña y paciencia capitaliza la desesperanza y el dolor del joven alemán. Werner es un joven oficial de Alemania que trabaja en una oficina importante de la Aviación Nazi. Confirmame algo, le dice el ruso.
Siete, en la hisrtoria se da cuenta de los resultados del trabajo del policia malvado. En la reunión dominical de la iglesia, el pastor ya no es el mismo y la familia no ha concurrido a la ceremonia religiosa. El pastor se nota desmoralizado, sus sermones no son los de siempre. No hay necesidad de preguntar nada. Se muestra todo eso. En la casa de Karla, su padre ha vuelto severamente maltratado. Mientras ella va en busca del médico, a su regreso, encuentra a su padre sin vida.
Ocho, el agente secreto ruso, Volodia, se encuentra con Werner. Este último le entrega algo que ha pedido el primero. Los rusos, con Stalin a la cabeza creían que los alemanes no iban a mover ninguna pieza en su contra, aunque tenían sospechas que los iban a invadir, desoyendo el pacto previo que habian suscrito Hitler y Stalin. Se confirma en el documento entregado que los nazis invadirán a los rusos en una fecha cambiada.
Nueve, Karla quien es una mujer acostumbrada a hacer de tripas corazón (típica de las heroinas de cualquier novela) decide seguir investigando. Junto a Frieda, la hermana de Werner, van al hospital donde están ocurriendo los exterminios de desválidos y de chicos judios. En el lugar viven toda una odisea y descubren, gracias a la ayuda de una enfermera, toda la verdad. La enfermera del hospital, sintiéndose culpable, decide colaborar con ellas.
Diez. Volodia regresa a Rusia, justo cuando los alemanes han comenzado a golpear en su territorio y amenazan Moscú. Stalin esta devastado y muestra su cobardia, ha sido herido en su ego, no es el sabio que aparenta ser ante sus coterráneos, pues Hitler ha sido más astuto. Todos los dictadores son cobardes, más si sabemos reconocer en ellos sus debilidades. Moscú esta de cabeza. Follett hace historia mostrando como las personas comunes se enfrentan a los generales que sólo buscan defender sus intereses y a sus queridas.
Once, Karla va a la Iglesia Católica y decide contar lo que ocurre a un cura. El prelado parece tener cierta arrogancia, pero al encabezar una misa muestra que es en realidad un valiente, pues decide abordar el tema de la matanza durante su sermón. El sermón hace eco en otras iglesias y frena las atrocidades de los nazis.
Doce, el policía malvado vuelve a escena, detiene al sacerdote que da el campanazo y trata de arrancarle su confesión bajo tortura. El sacerdote es consciente de su función en la tierra, pues al responder decide asumir el riesgo solo confesando que un ángel le llevó todas las noticias que él ha denunciado. Al último momento, con evidente toque dramático de novela, Follet trata de frenar al policía usando un artificio literario sútil. El jefe del esbirro, le dice a este malvado que se ha ordenado a todos que paren lo que están haciendo. Sin embargo, el mal policía finaliza su labor de la que parece gozar. Es un cobarde pues no cambiará, ya ha caído en las garras de la maldad humana. Tortura y mata al sacerdote.
Doce, Hitler cede al programa, se conoce que el Aktion T4 queda sin efecto. Karla y Werner se encuentran, ella lo rechaza porque piensa que es un cobarde, pero él sigue el consejo del ruso, no delatarse diciendo que él también está haciendo su lucha personal. Al final, Hitler se venga de quienes no han guardado su secreto en el hospital y decide enviarlos a la gélida Rusia, donde, sin duda, les espera la muerte. Así es como actúan los sátrapas, con venganza.
Son alrededor de cien páginas que Follett usa para 'mostrar' aquello que sabemos y tras leer lo que ocurre en ese 'mundo', lo aceptamos. En ningún lugar notamos que el escritor se impaciente por contar, más bien vemos como se frena, creando la tensión necesaria. Nos aliamos con Werner y aceptamos que se convierta en espía contra Alemania, pues su trabajo no es contra su país, es contra el demonio que gobierna su patria. Volodia, el agente ruso, será siempre el dubitativo, pues teniendo la posibilidad de disparar contra Stalin, no lo hace y se acostumbrara a vivir en medio de esa sociedad que de comunista no tiene nada, pues en el fondo se parece a una dictadura nazi.
Al final notaremos que son las acciones que toman los personajes los que los elevan de categoria en la especie humana. El capitulo comienza con una Karla que poco a poco se irá erigiendo como una lideresa, aprenderá a luchar contra la adversidad y crecerá como mujer. Es lo que en la creación de personajes literarios se conoce como 'evolucion del personaje'. Vemos aquí claramente que su acción comenzó de manera negativa: asesinan al pequeño de su sirvienta, pero al finalizar logra denunciar a los malos y acabar con la insanía.
Como verán este es un capítulo que sirve en el ejercicio de 'mostrar' algo desde el punto de vista creativo. Basta encabezar el mismo con lo que deseemos 'mostrar', entonces valiéndonos de los personajes, lo iremos exhibiendo, claro que en el desarrollo del mismo hay trabajo, mucho trabajo que se articula. Sin notarlo, ahora que finalizo este artículo notó que he sudado, huelo a eso, pero ando contento, cumplí con mi deseo de mostrar(me) algo que valdrá en mi trabajo futuro. Si tengo alguna duda volveré a leer el capítulo y avanzar. Hay un detalle que deja de lado el escritor, pierde su buen estilo y sólo da cuenta de la acción.


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