Thursday, June 23, 2011
Algunas cosas que hay que saber de Stieg Larsson y Eva.
Un escritor se pasa la vida aburrido, sin dinero, huyendo de las amenazas, protegiendo a su mujer sin casarse, aunque sepa que algunas veces lo tíldan de homosexual, haciendo periodismo de investigación, recordando a los abuelos que lo criaron, sin prestarle mucha atención a su padre –quien luego de enviudar se ha vuelto a casar- a un hermano que ve en ocasiones, cuando de pronto le asalta una idea: “tratar de descubrir quién es la persona que envía flores a un viejo, por qué, desde dónde y cómo lo hace sin ser descubierta”.
Así se empezó a gestar Millenium, la trilogía del escritor sueco Stieg Larsson, quien tratando de responder estas preguntas elementales de todo periodista, se lanzó al trabajo divertido de crear un mundo, un mundo que tiene todo su ‘universo’ encerrado en tres gruesos volúmenes, un día de vacaciones, allá por el no lejano año 2002. Un mundo que plasmó con genialidad, pero que como raro demiurgo no pudo ver el día que aparecieron a la luz, generando un destello tan sorprendente que ha enceguecido al mismo Thor. No esta demás decirle que yo también caí en el hechizo. Cuatro días me bastaron para devorar el primer libro, como lo haría un niño hambriento que obtiene una hamburguesa.
Todo esto lo sé gracias a lo que ha contado aquí, en Nueva York, Eva Gabrielsson, su compañera, su viuda, la mujer que hoy se encarga –sin pago- de las ediciones suecas de las novelas de su amado y extinto Stieg, quien como saben murió el año 2004, seis meses después de firmar un contrato para la publicación de su obra, un martes matutino que no le bastó para subir a un séptimo piso, porque ese día subió al piso más alto al que todos vamos a ir, algun día, y que él muy bien lo sabía, pues ya se había convertido en un astrónomo amateur.
Eva llegó de su extraño paraíso nórdico.
La ex compañera del extinto escritor sueco Stieg Larsson, autor de la trilogía Millenium, está por primera vez en los Estados Unidos y aquí ha sido recibida como se merece. En todos lados a donde va recibe el aprecio de todos, el aprecio que no se compra con dinero, como ella muy bien lo sabe. Para darles una muestra de la acogida les diré que la escuché en dos espacios de radio, donde ha hablado de todo por espacio de más de media hora -en WNYC- y por casí por una hora en la National Public Radio, con dos destacados anfitriones. En la noche del martes, Eva estuvo también hablando en la sede de una tienda de libros, en Manhattan.
En las entrevistas, Eva Gabrielsson habló de su vínculo con Stieg con quien vivió sin casarse desde muy joven y por espacio de 32 años, de la sorprendente venta de sus libros, de la ‘relación’ que mantiene hoy con los familiares directos del escritor y de su increíble historia económica, negada por una avaricía, que molesta, pues Erland y Joakim Larsson -padre y hermano de Stieg- le han negado recibir un solo centavo por el fenómeno de ganancias suscitado a raíz de la publicacion de ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’, ‘La chica que soñaba con una cerilla y un galón de gasolina’ y ‘La reina en el palacio de las corrientes de aire’.
La arquitecta y activista política sueca vino también a Nueva York a promocionar su nuevo libro de memorias titulado “There are things I want to know about Stieg Larsson and me” (Hay algunas cosas que quiero que sepas acerca de Stieg Larsson y yo).
Gabrielsson dice que conoció a Stieg en 1972, cuando ambos tenían 18 años, y se encontraban apoyando políticamente a los desertores estadounidenses de la Guerra de Vietnam. Ellos también estaban en contra de esa guerra absurda. Dos años después iniciaron una vida juntos, hasta el día trágico en que Larsson murió, un martes 9 de noviembre del 2004.
Eva Gabrielsson contó que Stieg comenzó a escribir su trilogía en sus vacaciones del 2002, luego que buscara darle un pequeño giro a su vida que consideraba entonces aburrida. Fueron 24 meses de trabajo intenso y divertido que sirvieron al escritor para terminar sus tres historias. Todo comenzó como jugando, en un pequeño relato había muchos espacios por rellenar: Un viejo recibía flores cada año, sin saber quién era el remitente y desde qué lugares se enviaba el presente. Tratando de descubrir más de la historia es que Larsson creó a Henrik Vanger, un millonario sueco interesado en conocer qué le había pasado a su sobrina Harriet, quien desapareció 36 años atrás, en una pequeña isla sueca y que pese al enorme despliegue policial, nadie había podido dar con su paradero.
La primera novela titulada ‘The girl with the dragon tattoo. (El título en español es ‘Los hombres que no amaban a las mujeres” y casí me trae problemas cuando viajaba en tren de Manhattan a Queens, cuando un viejo se paró a mi costado y me gritó mirando el grueso volumen negro: “yo sí amo a las mujeres”.
-Yo también- le respondí sin dudar, zanjando lo que se podría haber venido).
Las novelas son ‘brutales’ a decir de algunas lectoras, pues aborda el crimen, el abuso doméstico, la violación, la pronografía y la corrupción enquistada en la sociedad sueca, lo que significa que en todos los lugares se cuecen habas. Sin embargo, a decir de la pareja de Larsson, todo ha sido tomado de los reportes policiales a los que el escritor -como periodista- tuvo acceso y lo que ha hecho Steig Larsson es tratar a las víctimas con respeto y dignidad. Además, la vocación feminista del escritor se deja sentir a lo largo de sus historias. No por nada Lisbeth Salander es un personaje que resuelve todo con rápidez e inteligencia, pese a los abusos por los que tiene que pasar. Hay que recordar también que Larsson fue testigo de una violación y que no pudo hacer nada para parar semejante atropello, se sintió desde entonces culpable por lo ocurrido, mas aún porque al tratar de disculparse por lo que habían hecho sus amigos, la joven víctima se negó a aceptarlo y desde entonces vivió disculpándose con ella.
Eva Gabrielsson habló también de los cerca de US$ 50 mil dólares que ganó el escritor tras firmar el contrato para la publicación de sus novelas, ediciones que no llegó a ver, pues repentinamente sufrió un dolor terrible al corazón cuando tuvo que subir los siete pisos para llegar a su oficina, porque el ascensor estaba malogrado y habiéndose descuidado en su salud y por subir demasiado de peso, le atacó un paro cardíaco masivo. Aquel trágico martes, Eva estaba fuera de Suecia y tuvo que regresar en tren. Cuando llegó todo estaba consumado. Sin embargo, Stieg tuvo tiempo de pedir al médico que llamara a su esposa, así, su esposa, es lo que le dijo al doctor que lo atendió. Cuando Eva llegó al hospital se acobardó de verlo sola, llamó al padre de Stieg y juntos vieron el cadáver. Fue cuando Erland Larsson le dijo que como compañera de su hijo se encargara de todo, porque era su derecho. Más tarde, cuando se dio cuenta de la magnitud que significa la obra de su hijo, Larsson, su hijo Joakim y su nueva esposa cambiaron de parecer. Eva calcula que se han vendido 60 millones de ejemplares, los mismos que podrían haber generado una suma aproximada de US $ 100 millones de dólares. Ella no sabe que están haciendo los deudos directos con ese dinero.
Eva sabe que al no haberse casado con Stieg no se siente amparada por ninguna ley. Es más - esto raya en el colmo de la avaricia- al momento del deceso, ella junto al escritor tenían un pequeño departamento en Estocolmo que ha pasado a ser de propiedad del padre y hermano de Stieg en un 50% y ellos han tratado de cederlo a Eva a cambio de la computadora del escritor, donde podría estar la cuarta parte o la continuación de sus tres novelas. Eva confesó que son apenas 200 páginas de un nuevo libro y que Stieg planeaba escribir su saga en 7 gruesos tomos de más de 600 páginas. Hace poco al parecer los Larsson han tratado de conciliar un poco más con Eva a quien han ofrecido alrededor de US $ 3 millones de dólares.
El caso de Eva Gabrielsson da cuenta de un vacío legal que el Congreso sueco ha tratado de subsanar creando una ley que ampare a las parejas que pierden a su compañero. Ella precisó que junto a Stieg tuvieron planes de casarse y que postergaron el matrimonio en 1993 por algunas situaciones que ocurrieron. Algo adicional, como Larsson estaba involucrado en investigaciones periodísticas que tenían que ver con temas muy espinosos, él trató de proteger y dar seguridad a su pareja, aunque alguna vez lo hayan tildado de homosexual. Eva admitió que Larsson recibió amenazas de muerte desde Yugoslavia, había constantes llamadas telefónicas que para prevenir las contestaba una grabadora y que alguna vez le enviaron también algunas balas como advertencia.
Lo que sigue sorprendiendo a los lectores del escritor sueco, es la la avaricia de su padre y hermano. Eva dice que podría haber hecho una mejor distribución de ese dinero, incluso estaría dispuesta a aceptar la decisión de su compañero, quien en vida habló de donar el dinero a causas justas. Stieg Larsson sabía como astrónomo amateur que todo tiene su final y que los seres humanos no se llevan nada cuando se juntan con el universo. Lo que no sabía es que Eva jamás le dio a morder la manzana, que la manzana la mordieron otros, otros quienes hoy viven contaminados, creyendo que están en el paraíso de opulencia.
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