Tuesday, February 1, 2011

'Agua' para las viudas de la India.


‘Water’ es la película escrita y dirigida por Deepa Mehta. La he visto desde varios ángulos: religioso, artístico y reparando en el diálogo que le dá al film la fuerza que necesita.
Deepa Mehta no pudo filmar su historia en la India, pues las protestas se iniciaron antes de que se comenzara a rodar la primera escena en el 2000. La directora pudo hacerse realidad su proyecto tres años después en Sri Lanka, burlando la censura religiosa que la perseguía lanzándole falsas acusaciones.
‘Water’ es la historia de las viudas que viven confinadas en unas casas conocidas como “ashram” o lugar de retiro rindiendo fidelidad a sus esposos extintos, renunciando, como se percibe, a la idea de volver a casarse para rehacer su vida. La vida de estas mujeres es deplorable, sólo pueden alimentarse una vez al día, duermen en un delgado tapete, visten túnicas blancas que las distingue y se cortan el pelo muy corto para dar cuenta de su condición.
En este momento hay alrededor de 34 millones de viudas en la India, las mismas que viven en los llamadas “ashram” bajo las condiciones que les impone la religión que profesan. Si no tenemos idea del número, les muestro un detalle, en Perú el número de habitantes aún no alcanza los 34 millones, lo que equivale a decir que en India hay más viudas que peruanos.
La película esta ambientada en 1930, en la época que Mahatma Gandhi estaba luchando de la mejor manera contra un imperio, esa lucha silenciosa que acabó con la tiranía del imperio británico en la India.
La película gusta por la visión de religiosidad que presenta. Pero, siempre hay un pero que inválida si se dice a continuación de un enunciado. A lo largo de los años, la religión se ha usado como una forma de esclavizar a los que menos tienen. ‘No hagas esto o aquello porque te vendrá un castigo’ es la muletilla que se usa para aplacar alguna insubordinación. Se han sumado otros como ‘eso es contra los preceptos de Dios’, ‘si tú no sufres el castigo alguien en tu entorno lo sufrirá’, entre otros. La película se encarga de mostrar que esos preceptos mal llamados divinos no son tales, más bien son imposiciones de quienes ostentan un lugar de privilegio y dándose cuenta de posibles cambios que los saquen de su comodidad persisten en hablar de ‘pecado’ para seguir manteniendo el statu quo.
Cuando una mujer enviuda tiene el derecho de recibir todos los bienes del esposo, pero para evitar que eso suceda, los familiares del occiso han creado la versión de que la esposa ‘se debe a su esposo y debe buscar la paz bajo el sacrificio’, mientras los hermanos se dividen las pertenencias. Como la mujer no tiene ni voz ni voto, más aún no lo tenía en el 30, acepta y ha aceptado por años ese mandato que de divino no tiene absolutamente nada.
Hace poco estuve leyendo el libro titulado ‘Dictamen sobre Dios, muy bien escrito por José Antonio Marina, el español cuenta que las tradiciones religiosas son hermosas creaciones de los hombres para tratar de explicar lo desconocido. La magnífica imaginación humana del hombre ha creado la figura de Dios a quien le ha dado sus ‘valores’. Además, el hombre ha creado la idea del cielo y del infierno. La Biblia se escribió en lugares desérticos y los escritores de aquel entonces dijeron por antagonismo, si nosotros sufrimos hambre, el cielo debe ser el lugar donde se encuentra todos los manjares. El cielo es el lugar al que van los buenos y el infierno es para los antagonistas, los malos. Hay algunos que llegando al colmo de la imaginación han llegado a señalar que en el cielo tendrán derecho a 70 mujeres virgenes si han sido buenos en la tierra (Me sorprende la figura que se le da a Dios en este caso, pareciera el encargado de un gran burdel). Sin duda también que los preceptos ‘divinos’ fueron hechos por hombres. En una sociedad machista, los varones se niegan a compartir sus ‘derechos’ con las damas. En estas creencias aún nadan millones de personas, esperando el pasaje directo al bacanal. ‘No cometas pecados en la tierra, peca en el cielo’, pareciera decir de manera oculta el precepto. Parezco irreverente, pero no estoy ni siquiera tratando de serlo. Estoy tratando de graficar mejor el mal sentido y el mal uso de la religión.
En la película de Deepa Mehta los diálogos son sencillos y esconden mensajes que un oyente con algo de perspicacia puede notar. Una de las viudas le pregunta al guía espiritual, ¿por qué las mujeres que enviudan deben ser tratadas con tanta crueldad? El guía responde, ‘nadie quiere responder esta pregunta dando una buena interpretación de los textos divinos, todos le dan a éstos la interpretación de sus propios intereses'. Deduzco entonces, el interés que cada uno tiene ha hecho de este mundo un mundo extraño, sufrido y por ratos asfixiante.
Yo no entiendo porque la curia romana se tiene que vestir con tanta ostentación, si el precepto bíblico primario es no ostentar. Yo no entiendo porque los protestantes tienen que darle el 10% de su sueldo al pastor. Con la excusa que hay que ayudar a la iglesia, algunos pastores viven ostentosos, usando mal su condición de buenos oradores. Las palabras, muchas veces palabras son. En ‘Water’ se escucha mucho diálogo que toca un tema muy importante: ¿conciencia o fe?.
‘Water’ se impone a miles de películas estadounidenses con contundencia. Es ese lado artístico que deseo destacar. En una sociedad como la India se tocan los temas que sacuden al espectador, quizás por todo esto la India nos ha dado a Gandhi.
Lo que ocurre en la India me impulsó a buscar en mis raíces peruanas. Creo que hasta hoy no hemos mostrado una verdadera película de Perú. Y para eso no se necesita millones de dólares, se necesita conocer más el Perú y tener el valor de mostrar sus diferencias y contradicciones. El verdadero arte tiene que sacar a relucir los problemas para resolverlos, le duela a quien le duela.
El subtexto del diálogo que se escucha, lo reitero, es importante para todo aquel que quiere hacer arte, sea cine o literatura. Además, el actor que interpreta un personaje tiene que conocer y familiarizarse con lo que desea su personaje. Kalyami, interpretado por la bella actriz Lisa Ray logra un papel redondo por la entrega de la actriz. La viuda o personaje central de la historia desea ser amada de verdad. Al final de la película ella logra emanciparse del ‘ashram’ o lugar de retiro y busca al hombre que la quiere como esposa. Kalyami asume su deseo con convicción, pero se enfrenta a la dura realidad. La actriz se logra a través de su personaje. No voy a revelar más para animarlos a ver la película.
Sin embargo, les contaré que la viuda más vieja del ‘ashram’ obliga a la Kalyami a prostituirse, porque con el dinero que logra la más bella se alimenta a todas las viudas del lugar. Cuando Kalyami deja el recinto la matrona llora, quejándose de la muerte de su loro, el subtexto nos dice que su pájaro le interesa un rábano, se le ha ido la mujer que le daba de comer. Al perder a la más bella, la viuda vieja sabe que sus días están contados.
Otro de los aciertos de la película es el uso del color, mientras las viudas visten de blanco, las paredes son verdes. El verde como pedido para que la situación por la que aún atraviesan las viudas en la India cambie. El color esta vedado para los viudas, solo se untan con colores una vez al año con ocasión de una fiesta y como es natural predomina el rojo de la pasión. La música es un recurso genial para la película, siendo el tema de la viudez un asunto de tristeza y pérdida, los temas musicales se asocian a todo eso. Me imagino usando unos huaynos de la serranía para la pena, ese cajón para la pasión, la acción y el suspenso, las marineras nortenas para el inicio y después todo se junta en un crescendo cuando se de el desenlace final.

1 comment:

ELISEO said...

Excelente peliculas, la vi en partes, pero la quiero ver toda!!!!