Sunday, January 26, 2014

Curar la verguenza que nos ata.


La verguenza y la culpa van siempre asociadas a otras emociones negativas y son muy difíciles de curar. Son difíciles de curar porque al doler tanto las escondemos en lo más profundo de nuestra mente. Y como saben, es difícil curar aquello que esta oculto, porque no se ve. El filósofo, psicólogo y gran comunicador estadounidense John Bradshaw pasó muchos años de su vida tratando de sanarse. En el proceso escribió un libro titulado ‘Healing the shame that bind you’.
Di con el libro de Bradshaw luego de ver un video, este precisamente que acompaña esta nota. Algún momento después, Bradshaw confesó que durante sus charlas iniciales en los programas del canal estatal de PBS aún estaba en proceso de cura, ‘se me puede notar el enojo que llevaba encima’, dijo. Curarse le tomó décadas -provenía de una familia disfuncional, un padre alcohólico y castigador. Terminó con el pecho abierto y con una cirugía al corazón con una serie de by passes que le permitieron salvar su vida. Para mí esas son las condecoraciones que ningún general de campo ostenta y lo que le da autoridad para hablar del tema. Lo que leerán a continuación son citas de su libro. El único mérito personal es el de haber traducido las palabras de Bradshaw. Verán entonces –al leer lo que sigue- lo difícil que resulta madurar de manera sana.

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La verguenza de identidad es aquello que nos hace creer que somos imperfectos, que tenemos un defecto terrible como personas. Cuando la verguenza se mete en lo más íntimo de nuestra identidad se hace tóxica, nos deshumaniza.

Adán y Eva salen avergonzados del paraíso, tapándose la cara por haber pecado y cubriendo su sexo ahora sí con lo que tenían a la mano: hojas. La historia culturalmente hablando es tremenda, nos marca para toda la vida. Venimos de ‘padres’ que han cometido el peor de los pecados, nos dice la Biblia. Si leyeramos la Biblia con más cuidado, descubriríamos que Adán es el hombre insatisfecho, quiere más, quiere ser Dios, peca. Luego avergonzado de su pecado, se esconde. Al querer ser como Dios se crea una máscara, una máscara que lo lleva a la destrucción. Habría que estudiar el impacto de esta historia en nuestro inconsciente colectivo y determinar como realmente nos ha impactado como especie.

La verguenza nos afecta en lo más íntimo y es la fuente de nuestros complejos. Depresión, alienación, inseguridad, soledad, paranoía, desórdenes compulsivos, dicotomía del ser, perfeccionismo, inferioridad, entre otros lios, nos dice Gershew Kaufman.

La verguenza nos destruye y nos hace crear una falsa identidad. Los peores son los terroristas, los asesinos, los tiranos, los timadores, los violadores. A ellos no les han enseñado una verguenza sana, porque el padre no estuvo y si estuvo, nunca se presentó en la vida de sus hijos.

Tenemos que aprender a darnos tiempo para aliviarnos de una pena.  A veces preferimos reprimir y al hacerlo la pena queda irresuelta. La pena se nos hace tan profunda que va a lo más profundo de la mente y se esconde ahí. (OBSERVA TUS PENAS, COMPADECETE, PERDONATE Y SIGUE PARA ADELANTE. Los budistas dicen, Jesús no te va a perdonar, Mahoma no te va a perdonar, Buda no te va a perdonar. Tú TE TIENES QUE PERDONAR. *Nota del editor, lo encerrado en paréntesis son opiniones personales).

Cuando estamos niños sufrimos esas penas, pero no estamos capacitados para asimilarlas en su dimensión, mucho menos para resolverlas. Cuando  nuestros padres nos castigan de ‘manera injusta’, para nuestra mente en formación, las acciones de nuestros padres se juzgan como las peores, pero también se generan contradicciones que nos asustan. (Odiamos a nuestros padres por algo ‘feo’ que nos hicieron, pero cómo podemos desearle lo peor a nuestros padres. ¿Acaso somos hijos malos? Un hijo asqueroso es lo que somos por desearles la destrucción a nuestros padres por lo que nos hicieron. No, no ese no puedo ser yo. Si pienso y deseo lo peor para mi papá, Dios me castigará. Ellos morirán por mi culpa. Soy malo, Dios perdóname. Que no se mueran y es entonces cuando NO canalizamos bien el odio que sentimos, nuestra revancha se vuelve nuestra cruz. Una mente en formación no se dá cuenta que los pensamientos de odio y venganza son solo eso, pensamientos empujados por el enojo y la rabia momentánea). Todo lo irresuelto se va al lado oculto del cerebro, donde lo ocultamos para no aparecer tan malos como hemos pensado que somos. Cuanto más escondamos la verguenza que todos nuestros pensamientos nos producen, la creencia de que somos los peores aumentará.

El trabajo del padre es modelar: como conocer y expresar las emociones, como autodisciplinarse, como amar(se). Hay padres que crecen con verguenzas y culpas irresueltas del tamaño de una catedral que cuando tienen hijos buscan el amor de los suyos con desesperación. Esos padres no pueden enseñar a sus hijos. La necesidad de amor que tienen es insaciable.

La pena y el sufrimiento de la verguenza generan automáticos e inconscientes mecanismos de defensa. Freud los llama: negación, idealización de los padres, represión de emociones y disociación de emociones. Todo es inconsciente. Cuando eso ocurre, nosotros no podemos curar lo que no sentimos, esa verguenza es muy difícil de recuperar, dura GENERACIONES.

Ojo, La violencia física es muy adictiva (algunos veces llegamos al extremo de desear castigo punitivo para redimir nuestras culpas y penas). El agresor es adicto también a la violencia porque al agredir físicamente asume que tiene poder. No hay estadísticas de esto, pero se calcula que de un caso reportado hay 200 que se quedan impunes.

Cuántas veces nos dicen que todas nuestras emociones deben ser controladas (los varoncitos no deben llorar) el enojo y los sentimientos sexuales deben ser reprimidos.

Las emociones nos dan el combustible o la energía para actuar. E motion = energía en movimiento se dice en inglés. La energía nos mueve hacía lo que necesitamos. Cuando nuestras necesidades básicas son violadas, nuestro enojo nos mueve para pelear o huir. Nuestro enojo es la energía que nos da fuerza. Nuestra tristeza es la energía que descargamos para curarnos. Nuestros sentimientos son la fuente de motivación primaria de nuestras vidas. Sin conocimiento de esos sentimientos nosotros perdemos el sentido de nosotros mismos. Con un falso ser seguimos un camino equivocado, jugamos un rol distinto al que se nos ha asignado. Como el actor que sigue las indicaciones de un mal guion. (Recomiendo ver la película ON THE ROAD, hay una nota al respecto en este blog). El guión bien escrito nos tiene que decir que sentimientos deberíamos tener. Nosotros aprendemos a aceptar la escritura de nuestras emociones como auténticos.

La religión nos dice que el enojo es uno de los 7 pecados capitales. Los niños aprenden eso. Sin embargo, muchas veces ven a sus padres enojados: gritando, golpeando, criticando, condenando a los demás, violentando todo. Los padres pueden estar enojados, los chicos no. Ese es el gran falso mensaje.

Los chicos internalizan a sus padres como los peores en caso de un castigo (físico o de abandono). Cuanto más fuera de control los chicos están de sus padres, más amenaza para la seguridad del menor.
Cuando crecemos como un niño desamparado de adultos actuamos como tal. Parecemos como adultos, caminamos como adutos, hablamos como adultos, pero debajo de esa superficie hay un pequeño ser que se siente vacío y necesitado. Un niño con una necesidad insaciable, una necesidad insaciable en un cuerpo de adulto. Ese niño insaciable es el centro neurálgico de todo ese comportamiento compulsivo y peligroso. La adición es cada vez mayor. La verguenza es una verdadera agonía. Es una pena que se siente en el fondo y es dolorosísimo. El papel de los padres es interesante. Cuando un niño se siente avergonzado por algún tipo de abandono, los sentimientos de verguenza, dolor y tristeza se levantan como grandes tormentas autodestructivas. ¿Quién puede soportar tanta embestida? Uno sucumbe. Y si eres varón, ‘no llores te dicen’ . Llorar es un asunto de mujercitas’. (Ahora con la experiencia de adultos sabemos que eso es falso. Llora si lo deseas. Llorar redime).

Los seres humanos somos los únicos animales capaces de sentir verguenza. (Ver Vladimir Soloviev).
John Bradshaw cuenta su caso personal yendo a jugar golf con su padre después de haberlo solicitado en muchas oportunidades. Su padre de pronto le miente y le dice que debe ir al trabajo, cuando en realidad se va a beber con sus amigos borrachos. El odio, la vergueza, la humillación que el pequeño John sintió en el bus no se la pudieron parar en ese momento, tampoco se lo pararon años después. Su vida transcurrió en medio de ese dolor.

Los afectos son formas de pensar y estan unidos a la decisión y la acción que uno toma, si ese sentimiento fue roto genera un lío mayor. *En un niño, cuando el correcto discurrir de un afecto se rompe hay un daño cerebral que se quiebra, la persona dañada no podrá tomar decisiones correctas. No podrá reconocer, decidir, ni actuar bien. (Lo veo difícil de medir, pero analizándolo en cada uno de nosotros lo podemos notar) El afecto y los buenos sentimientos son el primer mecanismo de nuestra fuerza biológica y motivacional. Son mucho más importantes que la fuerza del placer y más urgente que la pena física, dice Silvan Tompking.

Si se rompe la buena comunicación primaria, las que siguen serán malas porque parten de una base falsa e irreal. (La simple lógica lo muestra).

La verguenza entonces es el sentimiento de estar más solo. Es como elevar 10 a la potencia 35 (ver el caso del matemático peruano) Se confunde con culpa y sí la llegamos a percibir será esa voz tormentosa e interior que nos juzga con maldad.

Los padres que han cerrado sus sentimientos no pueden ser espejos que afirman los buenos sentimientos de sus hijos. A todos nos gusta mirarnos en un espejo, los padres -si actuaron mal- no serán espejos en los que nos deseemos reflejar.

Cuando internalizamos la verguenza (sin resolverla) nada en nosotros será correcto. Somos una falla. Un niño evidentemente no puede hacer ese trabajo. No tiene conceptos claros y sí no se los han mostrado o dado será difícil que los encuentre.

Los chicos que crecen con verguenza y provienen de familias disfuncionales pueden aprender a tener la experiencia de la ansiedad y la angustia como forma de vida. Incluso si las cosas van bien, no se sienten seguros.

El rol del niño es ser curioso y aprender.

Un niño adulto arrogante es la peor tragedia, la persona no sólo se cubre entre otros. También se cubre ante sí mismo.

El enojo se manifiesta en el abdomen, en lo más profundo de nosotros, en las tripas. (Te humillaron, hay que poner esa mierda afuera, adentro jode, más todavía, duele).

Cuidado con los pastores de Iglesias, suelen ser pasivo agresivos. Castigan todo lo que esta mal con vehemencia, son los falsos seres maravillosos que dicen ser. Son los seres más peligrosos.

Cuidado con los culposos, nunca pueden descansar, siempre tienen que hacer algo. El culposo se siente poderoso. No quiere ver que es un tipo sin poder.

La intelectualización es adictiva, es siempre una forma de salida a estados que averguenzan.

Virginia Satir dice que la aceptación es vital, una gana mucho poder aceptando quien es uno realmente. Podemos ser uno mismo y toda nuestra energía se centra y fluye con normalidad.

Toda adicción: sufrir, odiar, envidiar, abusar de drogas y del sexo es lo que ha sido tu ‘falsa base segura’. Hay que renunciar al ídolo falso que tenemos si queremos estar bien entre los seres humanos. Acepta tu verguenza y pena, abrázala. Renuncia a tu ser falso y hallarás reconciliación. Nosostros debemos abrazar la oscuridad para encontrar la luz.

*Escondido en la oscuridad vive nuestro verdadero ser.

John Bradshaw se descubre y dice, parte de mi fachada falsa fue actuar como el hombre intelectualmente sensitivo capaz de ver en los otros la sorprendente complejidad del sufrimiento humano y su respectiva pena.
Ojo, no es el trauma que sufrimos en la niñez lo que nos hace enfermos emocionalmente, es la inhabilidad de expresar eso lo que realmente crea el problema (hay que enseñar a comunicarse a los hijos. Quiero esto o aquello, por que, etc).

Hay que encontrar al niño que llevamos dentro, pero eso sólo es el principio. *Ese niño es egocéntrico, débil y esta asustado. Ahora tú eres el padre de ti mismo, debes autodisciplinarte, alimentar y ayudar a crecer a ese niño. Curarlo. Integra tus rasgos de niño, la espontaneidad, el gozo, el amor, la amistad, la curiosidad, su pureza. Cuanto más aprendamos a oír las voces internas en nosotros, mayor será el rango de libertad que obtengamos.

La gente con verguenza tóxica tiende a estar cansada la mayoría del tiempo. Claro, uno gasta mucha energía tratando de mantener nuestra máscara pegada a la cara, esa máscara que nos permita esconder las costras que exhibimos en la cara. (Leer la novela ‘Cristo de Nuevo crucificado’ del griego Nikos Kazantzakis). Bradshaw dice, es como tratar de mantener una pelota de playa bajo el agua del océano todo el tiempo.
(Despertar, aprender a ser consciente, es el punto vital donde uno puede ver todo y aceptar).

Cuando uno esta despierto consciente es cuando uno observa con claridad el drama que juegan con nosotros las subpersonalidades en relación con el EGO. El ego es el principal coordinador de esos ‘seres’ que se empujan, critican y odian en nuestro interior. Esos seres que se visten de perfeccionistas, de poderoso negociador, de víctima y el que favorece. Cuando los aceptamos sin juzgar habremos dado un paso adelante, somos eso también.

El crítico de lo ajeno nos dice muchas veces la cosa que no nos gusta de nosotros mismos.
Es importante observar e integrar esa energía que se encuentra en nosotros para usar todo eso de manera creativa.

Bradshaw reitera. Si nuestros padres nos dañaron sentimos dolor, pena, humillación y verguenza, pero no podemos expresar todo eso en contra de ellos por el temor de perderlos y crearnos una culpa. Toda esa energía negativa no salió, se volvió contra nosotros mismos. Nos comenzamos a odiar por pensar de manera malvada contra nuestros padres y lo pensamos de manera automática. Las terapias se vuelven los lugares donde canalizamos es energia. Es la catarsis que necesitamos.

Gente que se averguenza cree inconscientemente que no tiene el derecho de ser feliz.

Gente que es pobre piensa que no tiene derecho de ser rico.

Uno teme el rechazo porque dispara las emociones negativas y uno siente el dolor como si fuera un cuchillo en el pecho. El rechazo impacta el dolor y la soledad de un niño-adulto que no ha resuelto su dolor infantil. *Pero debes saber, tu mayor verguenza apareció en tu ninez. Te sentiste abandonado. Tu mayor temor al rechazo ya ha ocurrido y tú has sobrevivido. Eres un niño vulnerable e inmaduro que ha sobrevivido, entonces tú puedes sobrevivir a todo.

Mientras más aceptas las partes feas de ti, será más fácil que te integres mejor contigo mismo. Habrá más honestidad.

Cuando la gente esta a la defensiva, no puede estar presente y no tiene la habilidad para ver lo nuevo del mundo. Claro es como si tuviera los ojos congelados.

La meditación ayuda, te darás cuenta que nunca estas solo, tú puedes experimentar la felicidad de estar unido a Dios, te conoces mejor y puedes entender que la soledad es lo que más deseas.

**La meditación es el vehículo para la consciencia que se expande. Es el momento que renuncias al ego. Creas silencio, una facultad poco usada. Meditando activas las mejores fuerzas, la paz, la paciencia, el conocimiento, el amor, la compasión, la alegría, el perdón. Con la meditación uno puede descubrir a Dios de manera directa y sin intermediarios. Es una de las formas que te ayudan a ponerte en el camino que siempre estuvo ahí esperando por ti. Es entonces cuando abres las puertas del mundo real. Conoces gente y avanzas sin miedo porque reconoces que estuviste ahí y vuelves a lo que te pertenece y te perteneció.

Las obsesiones nos hacen más vulnerables. Mientras te vas curando y si estas acostumbrado a pensar, de pronto no tener pensamientos te sorprende, te sientes raro, vuelves a la obsesión y te enfermas. Hay que estar alerta para que los pensamientos no se desborden, pero en una mente sin entrenamiento es imposible
Cuidado con las figuras de autoridad, mucha gente se asusta con los jefes, policías, jueces o curas porque los ven como figuras paternas punitivas.

No generalices, sino sabes álgebra o física, no eres estúpido.

Sunday, January 19, 2014

Petros Márkaris y "Muerte en Estambul"

Antes de comenzar el año hice una lista de libros clásicos que decidí volver a leer, pero como casi siempre ocurre, los clásicos como ‘La montaña mágica’, ‘Los hermanos Karamasov’, ‘En busca del tiempo perdido’, entre otros, deberán esperar un poco. Deberán esperar por un tiempo porque hice un buen hallazgo. Vaya, este año es también de hallazgos literarios para mí.

Terminé ya de leer ‘Muerte en Estambul’ del griego Petros Márkaris y voy en camino de leer la segunda obra titulada ‘Con la soga al cuello’. Les adelanto, son novelas policiales muy atrapantes.

Unos días después de que ocurriera un pequeño sismo en la casa del comisario Kostas Jaritos, el policía griego y su esposa Adrianí deciden tomar unas cortas vacaciones en la vecina Turquía. El terremoto lo ha causado la decisión de su única hija Katerina, quien convenció al novio de casarse sólo por civil, dejando de lado toda la pompa del matrimonio religioso. A Jaritos, a quien antes le daba igual pensar en el asunto, ahora que su hija le ha comunicado su decision, le cuesta aceptar esa idea. Ahora el comisario sueña con ver a su hija vestida de blanco y llevarla hasta el altar.

Adrianí no entiende cómo es que su hija puede prescindir de un acto tan importante. Bueno, lo cierto es que cuando Jaritos llega a Estambul y comienza a mostrarnos la ciudad, de pronto ocurren una serie de crímenes en los que está comprometida una anciana griega, que tras dejar Atenas, asesinando a su hermano, llega a la vecina Turquía y continúa liquidando a algunas personas, esta vez turcos. Para acabar con sus víctimas, la anciana va repartiendo unos pasteles griegos de queso con pesticida. El asunto no debe llegar a mayores escándalos que pongan una vez más en entredicho las relaciones entre ambos países. Por esa razón, los jefes griegos autorizan a Jaritos ayudar a sus colegas turcos en las pesquisas policiales.

Jaritos nos muestra la ciudad -la Constantinopla de los griegos- nos cuenta una serie de detalles históricos que han puesto a ambos países en constante conflicto, nos permite saborear la comida de los turcos, nos habla de las desconfianzas mutuas que existen, pero por encima de todo eso, Jaritos –como Márkaris- nos muestra que con la confianza y la cooperación se acaba cualquier ojeriza de antaño.  

Márkaris es un cultor de la novela negra*, tiene muchas buenas novelas que han puesto a su comisario Markos Jaritos a la altura de Philip Marlowe, de Raymond Chandler; el comisario Maigret, de George Simenon; de Pepe Carvalho, de Manuel Vásquez Montálvan y Mario Conde, de Leonardo Padura, por citar sólo a algunos.

Fue gracias a Leonardo Padura que descubrí a Petros Márkaris. Alguna vez un diario español los entrevistó juntos y sí antes no entendía nada de lo que hablaban, hoy creo conocer un poquito de su trabajo, de su entorno –hoy por lo menos su mujer Adrianí no me cae muy pesada- Además, sí Padura me hizo conocer La Habana de ahora, Márkaris me esta mostrando Estambul y también Atenas. Bueno, desde entonces pensé que sería interesante leer a ese señor que de alguna manera se parecía al genio loco de la película de Steven Spielberg. Hablo del genio de “Volver al futuro”. Claro, Márkaris no tiene el pelo alboratado, ya lo perdió, pero sí lo tiene cano a los costados y muy largo.

El escritor es un hombre muy vital, tiene apenas 85 años, nació en 1937, de madre griega y padre armenio. Recién en 1979 obtuvo la ciudadanía griega. Vivió en Estambul, estudio en colegios austro alemanes durante su secundaria y Economía en Sttutgart. Se ha dedicado a la docencia universitaria, enseñando análisis de teatro, fue traductor de Goethe y Bertolt Brecht, y también fue guionista de televisión y cine. En el séptimo arte hizo pelíulas con el director griego Theo Angelopoulos - ‘La eternidad y un día’ fue premiada con la Palma de Cannes-. Asimismo, Márkaris ganó la medalla Goethe en Alemania y el ‘Pepe Carvalho’ en España. Alemania y España son países donde el escritor es siempre bienvenido, hace poco estuvo dictando una cátedra de como escribir novelas policiales en Madrid y su técnica podría resumirse en cinco puntos. Hay que comenzar a escribir una historia cuando la tengamos redonda en la cabeza. Contar poco a poco, sin dar todo la información al lector, de lo contrario sería un desperdicio. Hay que mostrar al criminal en el tercer capítulo de la historia, nunca más allá del quinto. Hay que justificar el por qué una persona mata, sin esto tendríamos un psicópata. Hay que darle un momento y un lugar teniendo en cuenta algo muy importante, nunca es lo mismo un asesino solitario a un tipo que pertenece a una organización criminal. Y la grandesa del género negro radica en que es necesarimante urbano. Las ciudad se muestra en cada historia.

Alguna vez en un programa de televisión, Márkaris contó cómo es que un comunista como él tiene a un policía como héroe de sus novelas. Sonríe y dice: ‘un día el personaje se metió en mi cabeza’. El estaba escribiendo una serie de televisión y como siempre creía que todos los policías eran iguales, entonces para hacerlo distinto le quitó el uniforme y apareció Kostas Jaritos.

¿Por qué Jaritos parece estar a la merced de los personajes secundarios? Le preguntaron también. Y reconoce que tuvo la influencia de Hollywood que antes daba los papeles secundarios a las grandes estrellas, estos eran quienes hacían brillar al protagonista (se me ocurre Sean Connery en el papel de Jimmy Malone para hacer brillar a Kevin Costner quien interpretó a Elliot Ness, en la película ‘Los Intocables’). Jaritos no sería nadie sin su esposa Adrianí y su hija Katerina.

Márkaris es totalmente distinto a sus colegas escritores nórdicos. ‘Yo no puedo tener un personaje que no duerme ni come bien y encima no hace el amor, sería inhumano’, dijo. ‘ Los policías de los escritores de moda están todo el tiempo tras su víctima, eso es increíble’, agregó, ahora que lo recuerdo.
Además, ‘con los escritores nórdicos pasa lo mismo que ocurrió hace algunos años con directores de cine iraní, a los que aparecían le daban los premios. No me gusta mucho lo que hacen, se parece a las historias que cuenta el cine estadounidense, la misma trama, tramas increíbles y eso demuestra una sola cosa: incapacidad’.


Bueno, es hora de volver a ‘Muerte en Estambul’. Jaritos y su esposa han decidido no llamar a su hija, siguen molestos con su decisión. ¿Cómo una abogada puede hacerle esto a sus padres? ¿Qué le dirán a sus familiares y amigos?. Los padres del novio también están disgustados. De pronto suena el teléfono del comisario y es la hija. “La cague no papá” es lo que ella dice. Lo ha pensado y ha decidido darles el regalo a sus padres, se casará por la iglesia, pero le pide a su padre no decirle nada a la mamá. La madre dejará todo con tal de ir a ver a la hija y comprar el vestido para la boda. Jaritos no puede, jamás tuvo secretos con su mujer y menos de este tipo. Mientras tanto, la anciana asesina sigue liquidando a quienes alguna vez le hicieron daño. Descubren que se está muriendo con un cáncer al pulmón y está en las finales, lo que hace es lo último que hará antes de partir. Conoce Estambul como la palma de su mano y se mueve más rapido que sus perseguidores policías. Ahora Kostas Jaritos teme no dar con ella en el tiempo preciso para volver a Atenas y llevar a su hija del brazo, directo al altar… 

*La novela negra muestra a los personajes derrotados que se convencen y van tras su verdad. La atmósfera en la que se mueven es violenta, injusta, de miedo, el poder político es corrupto. La motivación de los criminales es de rabia, impotencia, de envidia, de codicia, de lujuria, de ansias de poder. La acción se mueve con rapidez. (Gracias Wikipedia).


Tuesday, January 14, 2014

El paraíso ¿también puede ser un infierno?

El desarraigo, la imposibilidad de encajar en una sociedad y el tema del exilio cubano son los temas que nos ofrece la película ‘Paraíso’. 

En el mundo siempre hay alguien que esta desesperado por dejar un lugar para llegar a otro donde sueña que podrá encontrar lo que desea y entre esa gente siempre hay uno que va a los extremos para alcanzar su quimera. Eso es lo que cuenta el director y guionista cubano León Ichaso.

El paraíso no necesarimanete es Miami, donde la historia de Ichaso se desarrolla, el paraíso puede ser cualquier lugar del planeta soñado por alguien. Y como muchos pueden constatar, el sueño personal puede ser la pesadilla de los otros. Esta película lo muestra de manera muy descarnada.

El hombre desesperado de la historia de Ichaso es Iván, un balsero cubano de 30 años que llega a Miami en unos neumáticos. Solo. En su viaje, Iván estuvo acompañado por cuatro habaneros más que fueron tragados por el mar durante una fuerte tormenta –así lo cuenta- pero esa no es la verdad. Poco a poco, Ichaso nos irá entregando información para armar el rompecabezas, hasta que cuando todo este atado y junto, diremos: ‘hay muchos que entienden muy mal la libertad y confunden lo tuyo con lo mío’.

León Ichaso hizo su película con apenas diez personas y con un modesto presupuesto de US$ 30 mil dólares. Cuenta el director que a lo largo de su carrera aprendió una serie de trucos que le ayudaron a no desperdiciar los gastos. Al rodar ni siquiera contó con los permisos de la policía y fue mejorando su guión mientras filmaba.

Al principio vemos a Iván en la cárcel, esas imágenes se acompañan con sus reminiscencias de La Habana, donde una madre parece estar sufriendo los embates de la pobreza, junto a dos pequeños a los que debe mantener.

En Miami esta Remigio Gallegos un cubano en el exilio que tiene un programa de radio muy sintonizado. Al final de la transmisión de su programa recibe la llamada de la policía que le informa que en Miami esta su hijo. El no cree tener un hijo porque piensa que todo ha sido una ensoñacion de su madre anciana que dejó en Cuba. Sin embargo, el recién llegado tiene algo que Remigio sabe es la ligazón inquestionable: el rosario que alguna vez su madre le heredó. Ambos, padre e hijo son desconocidos el uno con el otro. Sin embargo, el viejo Remigio acepta la noticia como cierta y recoge al recién llegado para acogerlo bajo su techo. Es una casa museo, donde se ha ido acumulando todo lo que tiene que ver con Cuba, desde fotografías de La Habana, hasta cuadros de pintores cubanos renombrados. En la casa de Remigio no se acepta la parafernalia de lo nuevo, ‘nada de computadoras, aquí se lee y se escribe a puño y letra’, dice el anfitrión.

Iván se sorprende con lo que ve y al ser consultado por Alina (la amiga de su padre) acerca de la felicidad, este contesta: ‘estoy aprendiendo a estar contento’. Sin embargo y de inmediato, Iván se descubre ladrón. Miami está lleno de cubanos y ellos tienen sus puntos donde se reunen. El restaurante Versailles es uno de esos lugares donde se exhiben. ‘Sino van ahí se sienten haber muerto’. Al salir del lugar ocurre un primer encuentro interesante. Un drogadicto con su novia se sorprende de ver a Iván y lo llama mister Pepe. Iván opta por hacerse el desentendido. Sin embargo, después, Iván va a buscar al drogadicto para pedirle que se aleje de su camino. Este opta por hacer oídos sordos y va detrás del recién llegado, es más, llega a chantajearlo con su padre. Mientras Iván y Remigio están ‘al aire’, una voz –Iván sabe de quien se trata- le llega a preguntar al viejo: ¿usted esta seguro que es su hijo? Y propone una prueba de ADN. Aquí la historia se dispara y comienzan a ocurrir las cosas graves que todo ser desesperado y confundido psicológicamente opta por hacer. Hasta aquí no sabemos con certeza qué es lo que esta ocurriendo. ¿Quién es exactamente este chico que chantajea y quién es Iván realmente?.

Iván nos irá mostrando su verdadero rostro. Es un ladrón, enamora a la mejor amiga de su padre, es echado del trabajo.  Como tiene suerte que desaprovecha, se convierte en modelo –es un tipo guapo- quiere ser actor, corteja y enamora a otra cubana, cuando las dos mujeres se enteran comienzan las escenas de celos que le molestan. El extremo es pedir al director de la emisora reemplazar a su padre, también quiere un lugar en la televisión.

En el desarraigo, Iván se confiesa con Alina: “yo vivía en Cuba con dolor. No es fácil ser cubano aquí, ni allá”. Todos sufren, Alina cuenta que también estuvo en esa encrucijada, descubrimos que siendo la hija de un embajador cubano, de pronto se quedo sin nada, sin dinero, su empleada domestica les dio de comer, contrajo matrimonio, enviudó y lo que es peor con el impacto de la muerte del marido, se cayó y perdió al bebe que gestaba. Ella lo confronta, Iván va más a fondo: fue ‘pinguero’ en La Habana, hacía el amor con viejas turistas que llegaban a la isla. Lo sabemos después, su madre fue ‘jinetera’ cubana, mientras se prostituía, Iván debía robar las billeteras de los clientes *(Ver asterisco abajo).

“Allá me decían cómo vestir, cómo hablar, cómo pensar”. Iván ya no sabe qué hacer, cuando su padre lo confronta, él lucha por no tomar un cuchillo y hundírselo en el pecho. No lo hace porque ese muchacho quiere un padre, hará lo que sea para no perder a su padre, pero su padre ya esta disuadido de dejarlo, hay mucho escándalo y muerte de por medio. El padre se confiesa con el amigo y confiesa que él también estuvo huyendo, no huirá más. Luego descubrirá todo y cerrará el círculo. La historia de Ichaso es redonda, se abre y se cierra sin dejar cabos sueltos. Resolviendo como lo haría Iván en La Habana. Ichaso resuelve bien, Iván lo hace muy mal, salpica todo de sangre.

‘Esta es la película más íntima que he hecho en mi carrera’, confesó Ichaso en el festival de Seattle, a donde llevó su historia. Es mas -precisó- mi película ha sido independiente en su totalidad, ninguna empresa cinematográfica estuvo detrás tratando de pedirme cambios en el guión por cuestiones que tienen que ver con el mercado y la audiencia. En los festivales uno descubre muchos directores y guionistas talentosos’, comentó. Además, ‘aquí es donde uno puede lograr una buena distribución de las películas y donde las grandes empresas de Hollywood están al acecho de algunos historias para volverlas a filmar con toda la inversión necesaria y con Bradd Pitt como protagonista. Aunque muchas de ellas sean un fiasco total’.

‘Paraiso’ fue filmado en el 2008 y sí ven la película el mérito de Ichaso es contar un mito antiguo –el de Caín y Abel- dándole un toque moderno y realista. Completa la trilogía que inició el director con ‘El super’ y ‘Azúcar amarga’.

Bueno, hay que recorder que el director nacido en La Habana, en 1948, dirigió también las películas ‘The fear inside’, un thriller para la televisión en 1992, ‘Sugar Hill’ (1994) que cuenta la vida de un personaje envuelto en el crimen del imperio de las drogas en New York, y la más recordada de todos seguramente, ‘El cantante’ (2009) que cuenta la vida del salsero puertoriqueno Héctor Lavoe y que tuvo de protagonistas a los entonces esposos Marc Anthony y Jenifer López.

Si Ichaso dijo que ‘Paraíso’ fue su película más intimista tiene más de una razón. Nació en La Habana, partió al exilio con su madre y su hermana. Tenía entonces 14 años. Su padre el conocido poeta cubano Justo Rodríguez Santos fue también hombre de radio y televisión, defensor de la revolución cubana, pero tras algunos años de apoyo a Fidel Castro se desilusionó. Cinco años después se reunió con su familia en Nueva York. Ichaso vive con el recuerdo imborrable de la isla. Su espíritu de critica va siempre más allá y me gusta su sentido de libertad creativa. El cineaste lamenta que el cine norteamericano ponga siempre en papeles protagónicos a los blancos y para los hispanos se busque papeles secundarios, casi siempre de malos. El sabe que eso esta cambiando, el cine de los festivales independientes lo esta diciendo, en Hollywood siguen haciendo oídos sordos. Cine del bueno se hace aquí y allá. Y cuidado, parece que los de allá están empezando a ganar mucho espacio. Genial.


*¿Cómo se puede tener una psicología sana viviendo en un ambiente como ese? Es la pregunta que salta en la mente. ¿Cuál es la responsabilidad de los políticos? Fidel en Cuba, George W. Bush en los Estados Unidos, ambos lanzando a sus jóvenes a hacer cosas para defender ideas o guerras absurdas, y eso que sólo cito a dos personas que han tenido una altísima responsabilidad en sus respectivos estados. La lista puede crecer, sin ninguna duda.

Tuesday, January 7, 2014

'En el camino', viendo a Kerouac.


Aquí me tienes, leyendo “On the road”, la novela del estadounidense Jack Kerouac. Sin duda, será el primer libro que leo en el año. Vi la película, fue la última cosa que hice al terminar el 2013.

‘On the road’ es la historia de Dean. Dean es un joven que se pasa la vida tratando de descubrir quién es realmente. Una pregunta que le queda grande a cualquiera, más todavía a un tipo que recién dejó la adolescencia y que ha vivido metido algunos años en un reformatorio.

En la historia llevada al cine, Dean es un joven que de pronto aparece trabajando en un estacionamiento de carros, pronto descubres que esta disgustado con lo que hace. Tiene que reinstalarse en una sociedad que siente hostil y que trata de absorverlo. No se siente a gusto en ningún lado. De pronto decide abandoner su ocupación y lo ves dedicándose a robar carros para movilizarse en Denver, Colorado. Se siente solo, muy solo, pero no creo que lo sepa con certeza. Para no sentirse solo opta por casarse con la joven Marylou. La pareja pronto se unirá a Sal Paradise -el alter ego de Kerouac- quien esta recorriendo los Estados Unidos desde el este hasta el oeste del país en su deseo de ganar experiencias y escribir una novela. Juntos comenzarán a vivir una gran aventura.

Jack Kerouac es uno de los representantes de la generación contestataria conocida como ‘beat’. Comenzó a escribir su novela el año de 1940, la terminó en 1951 y la hizo publica en 1957. ‘En el camino’ (así se titula en español) cuenta todo aquello que un joven inconforme ve, siente y desea. Los beats estaban contra lo establecido y comenzaron a experimentar en todo: literatura, música, drogas, amor y sexo. Todo eso se percibe en lo que Keroauc escribió. Como recordarán, la historia esta considerada como una de las mejores que se han escrito después de la tremenda experiencia de la Segunda Guerra Mundial y marcó todo un acontecimiento para quienes la leyeron en aquel momento y los años siguientes. Por algún lado leí que John Lennon también la leyó cuando aún era joven y pertenecía al grupo inglés The beetles, con E. Dicen quienes saben más de esto que cuando el músico terminó de leer el libro, convenció a George, Paul y Ringo que el grupo debería llamarse The Beatles, con A. Desde entonces ellos también hicieron historia.

La adaptación del libro tuvo varios episodios, Francis Ford Coppola se hizo de los derechos de autor en 1979. Antes el propio Kerouac había deseado hacer el film con Marlon Brando, pero no hubo el interés compartido. Sorprende saber que Ford Coppola no sabía cómo hacer una buena adaptación de la historia, sus esfuerzos por encontrar el financiamiento económico, los actores deseados (Brad Pitt jugando un rol protagónico), la contratación del escritor Russell Banks para hacer el guión, hasta que dio con el director Walter Salles (el de ‘Diarios de Motocicleta’), quien junto al guionista puertoriqueno José Rivera le dieron el toque final a la historia que se rodó en Canadá, México (huyendo de las guerras de los carteles de la droga), Argentina y Chile. En los andes chilenos filmaron en plena tormenta de nieve, con cámara al hombro.

Volvamos a la historia de Kerouac hecho película. Cuando Dean y Marylou se unen a Sal comienza a abrirse el camino. El camino de una verdad. Es lo que me gusta del film. La esprimieron y sacaron el meollo, toda historia debe descubrir algo, algo íntimo, humano. Algo que permita a otros ver y solucionar su eventual problema. Lo que se conoce en la creación artística como la premisa, la base que sustenta toda la obra de ficción. ‘On the road’, Sal será el testigo de la autodestrucción de su amigo y lo irá contando paso a paso. Para movilizarse de un lugar a otro, Dean vuelve a las andadas, robar carros, abandonarlos, correr a límites de velocidad que dan vértigo, fumar marihuana, esconder la droga en las partes íntimas de la chica para evitar el registro de la policía cuando este se aparece en el camino, emborracharse, pelear, compartir la amada con el amigo. Ser testigo de la cópula de los otros, beber, beber para olvidar. ¿Para olvidar qué? es lo que nos lleva a pensar Dean con su actitud.

Quizás él no lo sabe, pero cuando le pide a Marylou tener sexo con Sal y ambos acceden, Dean quiere ver lo que ocurre en el encuentro. Sal -mas tímido- desiste de la acción y deja inconforme al amigo. Lo que Dean esta tratando de probar es su mal entendida hombría. Asimismo quiere probar su falsa valía. Desea medirse con Sal para ver quién hace gozar más a la joven. Sal tampoco lo sabe entonces, quizás porque no esta acostumbrado aún a participar de estos encuentros entre tres. Dean prueba de todo, incluso lucha contra la muerte, la tienta. Quiere saber si tiene derecho a vivir. En una de esas escapadas reciben el auxilio de un hombre mayor, quien decide parar su vehículo para ‘levantar’ a los peatones. Hay que recorder que ‘On the road’ es la historia de jóvenes de clase media, que salen de casa y hacen autostop en las carreteras- los muchachos ya han dejado a Marylou en Denver, ella ya descubrió que Dean no quiere a nadie. El hombre mayor se descubre homosexual y dice sentirse encantado de Dean. La autoestima de Dean se reconforta, le gusta sentirse ‘valioso’ y acepta tener una aventura sexual con el homosexual. Sal observa y a través de los ojos de Sal Paradise vemos lo postizo que puede ser una relación seudo amorosa. Dean se esfuerza más allá de su deseo. La unión se ve violenta, degradante y mientras Dean flagela, el viejo se imagina amado y acaricia. En lo poco que vemos, lo que ocurre no es ese fluir de entrega mutua que tiene una buena relación sexual. El autoengaño en la cumbre. El amor con máscara.

¿Quién es Dean? Seguimos preguntándonos. ¿Por qué se tortura? ¿Por qué busca en todo momento un amor postizo? El gran mérito de la película es mostrar como Dean se construye ídolos falsos que venera, los infla, los lleva a la cima y cuando los descubre vacíos se le ve caer en picada. Su soledad y tristeza se exacerban y él se hunde más y se castiga. A cada monento lo vemos hundirse en un pántano podrido. ¿Quiere desaparecer ahí?

En un pequeño momento del film vemos a Dean observando a un grupo de borrachos, de entre ellos hay uno que fija su mirada en él y huye. Desaparece. La visión de Dean es corta, pero también le deja un sabor muy amargo. Bebe, se castiga con más violencia. Pronto olvida eso y con su gran poder persuasivo convence a Sal de ir a México, cruzar la frontera. Ir a ‘vivir’ allá por un tiempo. Disfrutar. Eso ocurre, los jóvenes llegan y a las drogas se suman las chicas fáciles. Todo se puede comprar en ese México, la ‘felicidad’ para estos jóvenes estadounidenses está al alcance de la mano. Pero el exceso hace mella en la salud de Sal quien termina con infección y diarreas que lo llevan al borde de su existencia. Dean no quiere eso, la enfermedad y el sufrimiento no son para él. Decide y decide abandonar a su amigo enfermo. Vuelve a los Estados Unidos.
Sal felizmente se recupera y también vuelve a su país. Trata de rehacer su vida de manera mas ‘normal’. Opta por tener una relación de pareja. Cuando esta a punto de salir a divertirse con su novia, Dean aparece. Dean se ve mal. No es que sólo se ve mal, está mal. Esta viviendo como un desamparado y esta borracho, tiene miedo, ahora es cuando teme sucumbir realmente. Clama por ayuda. Sal parece que ya no podrá hacer nada por él.

Sal vuelve a su casa y se reencuentra con los cuadernos de notas que ha escrito a lo largo del camino y decide sentarse a redondear su idea. Volvemos a revivir la leyenda de Kerouac quien dice que en un rapto de creación escribió su novela en un rollo de papel de teletipo.

Sal descubre que Dean es un muchacho abandonado por su padre alcohólico, entendemos entonces que es el mismo con quien Dean tuvo ese encuentro intenso de apenas segundos. Viene más, Dean es el joven que para reconstruirse opta por hacerse con la historia de su padre: se vuelve también crápula. Decide recorrer un camino que no es el suyo. Ser actor del pasado viviendo el presente. Opta por hacer el papel que no está escrito para él y sucumbe. Dean juega a ser su padre, en sí mismo trata de corregir a su progenitor. Deja las responsabilidades, se enamora de la persona incorrecta, tiene hijos y los abandona. Jamás confía en nadie, por eso entendemos ahora la razón por la que deja a Sal Paradise enfermo. Decide aceptar una relación homosexual con alguien que puede ser su padre y lo castiga, claro, se castiga también. Y como todo borracho, Dean termina solo, hundiéndose en el pántano de su propia pesadilla.

Cuando terminé de ver la película dije: ‘tengo que leer la novela’. En ese camino estoy…