Aquí me tienes, leyendo “On the road”, la novela del
estadounidense Jack Kerouac. Sin duda, será el primer libro que leo en el año. Vi la película, fue la última cosa que hice al terminar el 2013.
‘On the road’ es la historia de Dean. Dean es un joven que
se pasa la vida tratando de descubrir quién es realmente. Una pregunta que le
queda grande a cualquiera, más todavía a un tipo que recién dejó la
adolescencia y que ha vivido metido algunos años en un reformatorio.
En la historia llevada al cine, Dean es un joven que de
pronto aparece trabajando en un estacionamiento de carros, pronto descubres que
esta disgustado con lo que hace. Tiene que reinstalarse en una sociedad que
siente hostil y que trata de absorverlo. No se siente a gusto en ningún lado. De
pronto decide abandoner su ocupación y lo ves dedicándose a robar carros para
movilizarse en Denver, Colorado. Se siente solo, muy solo, pero no creo que lo
sepa con certeza. Para no sentirse solo opta por casarse con la joven Marylou. La
pareja pronto se unirá a Sal Paradise -el alter ego de Kerouac- quien esta
recorriendo los Estados Unidos desde el este hasta el oeste del país en su
deseo de ganar experiencias y escribir una novela. Juntos comenzarán a vivir una
gran aventura.
Jack Kerouac es uno de los representantes de la generación
contestataria conocida como ‘beat’. Comenzó a escribir su novela el año de
1940, la terminó en 1951 y la hizo publica en 1957. ‘En el camino’ (así se titula
en español) cuenta todo aquello que un joven inconforme ve, siente y desea. Los
beats estaban contra lo establecido y comenzaron a experimentar en todo: literatura,
música, drogas, amor y sexo. Todo eso se percibe en lo que Keroauc escribió. Como recordarán, la historia esta considerada como una de las mejores que se han
escrito después de la tremenda experiencia de la Segunda Guerra Mundial y marcó
todo un acontecimiento para quienes la leyeron en aquel momento y los años
siguientes. Por algún lado leí que John Lennon también la leyó cuando aún era
joven y pertenecía al grupo inglés The beetles, con E. Dicen quienes saben más
de esto que cuando el músico terminó de leer el libro, convenció a George, Paul
y Ringo que el grupo debería llamarse The Beatles, con A. Desde entonces ellos
también hicieron historia.
La adaptación del libro tuvo varios episodios, Francis Ford
Coppola se hizo de los derechos de autor en 1979. Antes el propio Kerouac había
deseado hacer el film con Marlon Brando, pero no hubo el interés compartido.
Sorprende saber que Ford Coppola no sabía cómo hacer una buena adaptación de la
historia, sus esfuerzos por encontrar el financiamiento económico, los actores
deseados (Brad Pitt jugando un rol protagónico), la contratación del escritor
Russell Banks para hacer el guión, hasta que dio con el director Walter Salles
(el de ‘Diarios de Motocicleta’), quien junto al guionista puertoriqueno José Rivera le
dieron el toque final a la historia que se rodó en Canadá, México (huyendo de
las guerras de los carteles de la droga), Argentina y Chile. En los andes
chilenos filmaron en plena tormenta de nieve, con cámara al hombro.
Volvamos a la historia de Kerouac hecho película. Cuando Dean
y Marylou se unen a Sal comienza a abrirse el camino. El camino de una verdad.
Es lo que me gusta del film. La esprimieron y sacaron el meollo, toda historia
debe descubrir algo, algo íntimo, humano. Algo que permita a otros ver y
solucionar su eventual problema. Lo que se conoce en la creación artística como
la premisa, la base que sustenta toda la obra de ficción. ‘On the road’, Sal
será el testigo de la autodestrucción de su amigo y lo irá contando paso a paso.
Para movilizarse de un lugar a otro, Dean vuelve a las andadas, robar carros,
abandonarlos, correr a límites de velocidad que dan vértigo, fumar marihuana, esconder
la droga en las partes íntimas de la chica para evitar el registro de la policía
cuando este se aparece en el camino, emborracharse, pelear, compartir la amada
con el amigo. Ser testigo de la cópula de los otros, beber, beber para olvidar.
¿Para olvidar qué? es lo que nos lleva a pensar Dean con su actitud.
Quizás él no lo sabe, pero cuando le pide a Marylou tener
sexo con Sal y ambos acceden, Dean quiere ver lo que ocurre en el encuentro.
Sal -mas tímido- desiste de la acción y deja inconforme al amigo. Lo que Dean
esta tratando de probar es su mal entendida hombría. Asimismo quiere probar su
falsa valía. Desea medirse con Sal para ver quién hace gozar más a la joven.
Sal tampoco lo sabe entonces, quizás porque no esta acostumbrado aún a
participar de estos encuentros entre tres. Dean prueba de todo, incluso lucha
contra la muerte, la tienta. Quiere saber si tiene derecho a vivir. En una de
esas escapadas reciben el auxilio de un hombre mayor, quien decide parar su vehículo
para ‘levantar’ a los peatones. Hay que recorder que ‘On the road’ es la
historia de jóvenes de clase media, que salen de casa y hacen autostop en las
carreteras- los muchachos ya han dejado a Marylou en Denver, ella ya descubrió
que Dean no quiere a nadie. El hombre mayor se descubre homosexual y dice
sentirse encantado de Dean. La autoestima de Dean se reconforta, le gusta sentirse
‘valioso’ y acepta tener una aventura sexual con el homosexual. Sal observa y a
través de los ojos de Sal Paradise vemos lo postizo que puede ser una relación
seudo amorosa. Dean se esfuerza más allá de su deseo. La unión se ve violenta,
degradante y mientras Dean flagela, el viejo se imagina amado y acaricia. En lo
poco que vemos, lo que ocurre no es ese fluir de entrega mutua que tiene una buena
relación sexual. El autoengaño en la cumbre. El amor con máscara.
¿Quién es Dean? Seguimos preguntándonos. ¿Por qué se
tortura? ¿Por qué busca
en todo momento un amor postizo? El gran mérito de la película es mostrar como
Dean se construye ídolos falsos que venera, los infla, los lleva a la cima y cuando
los descubre vacíos se le ve caer en picada. Su soledad y tristeza se exacerban
y él se hunde más y se castiga. A cada monento lo vemos hundirse en un pántano
podrido. ¿Quiere desaparecer ahí?
En un pequeño momento del film vemos a Dean observando a un
grupo de borrachos, de entre ellos hay uno que fija su mirada en él y huye.
Desaparece. La visión de Dean es corta, pero también le deja un sabor muy
amargo. Bebe, se castiga con más violencia. Pronto olvida eso y con su gran
poder persuasivo convence a Sal de ir a México, cruzar la frontera. Ir a ‘vivir’
allá por un tiempo. Disfrutar. Eso ocurre, los jóvenes llegan y a las drogas se
suman las chicas fáciles. Todo se puede comprar en ese México, la ‘felicidad’
para estos jóvenes estadounidenses está al alcance de la mano. Pero el exceso
hace mella en la salud de Sal quien termina con infección y diarreas que lo llevan al borde
de su existencia. Dean no quiere eso, la enfermedad y el sufrimiento no son para
él. Decide y decide abandonar a su amigo enfermo. Vuelve a los Estados Unidos.
Sal felizmente se recupera y también vuelve a su país. Trata
de rehacer su vida de manera mas ‘normal’. Opta por tener una relación de
pareja. Cuando esta a punto de salir a divertirse con su novia, Dean aparece.
Dean se ve mal. No es que sólo se ve mal, está mal. Esta viviendo como un
desamparado y esta borracho, tiene miedo, ahora es cuando teme sucumbir
realmente. Clama por ayuda. Sal parece que ya no podrá hacer nada por él.
Sal vuelve a su casa y se reencuentra con los cuadernos de
notas que ha escrito a lo largo del camino y decide sentarse a redondear su
idea. Volvemos a revivir la leyenda de Kerouac quien dice que en un rapto de
creación escribió su novela en un rollo de papel de teletipo.
Sal descubre que Dean es un muchacho abandonado por su padre
alcohólico, entendemos entonces que es el mismo con quien Dean tuvo ese
encuentro intenso de apenas segundos. Viene más, Dean es el joven que para
reconstruirse opta por hacerse con la historia de su padre: se vuelve también crápula.
Decide recorrer un camino que no es el suyo. Ser actor del pasado viviendo el
presente. Opta por hacer el papel que no está escrito para él y sucumbe. Dean
juega a ser su padre, en sí mismo trata de corregir a su progenitor. Deja las
responsabilidades, se enamora de la persona incorrecta, tiene hijos y los
abandona. Jamás confía en nadie, por eso entendemos ahora la razón por la que
deja a Sal Paradise enfermo. Decide aceptar una relación homosexual con alguien
que puede ser su padre y lo castiga, claro, se castiga también. Y como todo
borracho, Dean termina solo, hundiéndose en el pántano de su propia pesadilla.
Cuando terminé de ver la película dije: ‘tengo que leer la novela’.
En ese camino estoy…
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