Sunday, June 29, 2014

Einstein, los savants y los genios del futuro.

Después del 2025 -si lo deseamos- tendremos  impreso en algún lugar de nuestra cédula de identidad la huella de nuestro cerebro graficado como si fuera nuestra actual huella digital. Si en las yemas de nuestros dedos tenemos algo que nos caracteriza como ‘únicos’, la gráfica de nuestro cerebro –con sus ramificaciones y recovecos- será la confirmación de nuestra única identidad personal.

Sin embargo, eso no determina que habremos llegado a conocer por completo la mente humana. Tras el paso hacía la huella cerebral única vendrá el gran salto a la profundidad de la mente. Sin duda, tras la gran discusión ética, algunos se  aventurarán a crear los grandes genios del  mañana. ¿Será posible modificar la mente de un chimpancé –por ejemplo- para poder dar el salto y crear los super hombres del porvenir?

Les adelanto de manera tajante. No.

Según el físico teórico estadounidense Michio Kaku es imposible que el sueño de tener un planeta de los simios en el futuro se haga realidad, por una serie de razones. Dos razones en este caso servirán para ver el grado de dificultad en la tarea. Primero, la musculatura de un simio a nivel de los hombros y el cuello es insuficiente, sólo sostiene un cráneo pequeño y segundo, el cráneo pequeño apenas soporta un cerebro sin lóbulo frontal. El cráneo de un simio del futuro sería 1/3 más grande del actual y pesaría demasiado.
Dejemos a los simios en su reino.

¿Se pueden crear genios entre los humanos? Hoy existen genios que se han creado por un extraño proceso natural o un accidente. El estadounidense Orlando Serrell se volvió un hombre inteligentísimo tras recibir un batazo accidental en la parte izquierda de la cabeza, mientras jugaba béisbol. Los científicos han probado las habilidades de Orlando y se han sorprendido con la precision de sus respuestas. Serell puede recordar el que día fue -por ejemplo- el 17 de enero de 1970. Sin titubear responde: ‘sábado, estaba lloviendo, vino mi amigo George y cocinamos pollo en casa’. Existen casos documentados de daño en el cerebro temporal izquierdo que han creado genios. (Veáse Paul Broca, 1861). Si el lado izquierdo sufre algún problema, la mente en su proceso de plasticidad puede hacer que el lado derecho se desarrolle más y estimule regiones cerebrales que crean un genio. Pero para probar lo que escribo no tenemos que golpear a ningún ser humano en el lado izquierdo de la cabeza.

El británico Daniel Tammet  sufrió algunos ataques epilépticos cuando era niño. El recuerda que eso marcó el inicio de su habilidad con las matemáticas. Ante una división decimal, Tammet es capaz de dar el resultado exacto con más cantidad de números que una calculadora y en fracción de segundos. Actualmente sabe varios idiomas y es capaz de aprender cualquier otro en tan sólo una semana. Su prueba de fuego fue hablar el islandés en siete días y logró su propósito, está documentado en una entrevista televisada. El islandés es difícil por su fonética, pues a veces se habla como soplando con la naríz. Para Tammet el nuevo idioma aprendido suena muchas veces como un repentino ataque de asma.

En 1789, Benjamin Rush sorprendió con su talento, cuenta Kaku. Ante la pregunta de ¿cuántos segundos viviría un hombre que vive 70 años 17 días y 12 horas? El respondió muy rápido, 2 billones 210 millones 500 mil 800 segundos.

Hoy el caso de Kim Peek, famoso por la película ‘Rain Man’, es sorprendente. El estadounidense de Salt Lake City puede leer dos libros a la vez, uno con cada ojo. Y se demora 8 segundos en cada página. Basta que le preguntes para dar con una respuesta exacta. ¿Cuántos años tendría hoy George Washington si estuviera vivo? Peek respondería, 282 años y le aumentaría los meses y los días.

Tanto Peek como Tammet y alrededor de cien personas más tienen el extraordinario talento mental para ser nominados como savants o seres super inteligentes. Sin embargo, muchas de estas personas presentan el problema de no valerse por sí solas, pues sufren distintos grados de autismo. Tammet presenta un grado de sociabilidad normal y le gusta involucrarse en cualquier tarea, hoy coopera con los científicos que tratan de encontrar el límite entre el genio y el hombre común de la calle.

A los savants que pueden dibujar las grandes ciudades de manera milimétrica les basta con observar por algunos minutos Manhattan, Londres o Roma para lograr lo que desean. La mente esta programada para olvidar y así ahorrar energía, pero en los savants esta es una inhabilidad. Actualmente se mide el nivel de dopamina en el cerebro. La dopamina forma memoria, pero también regula el olvido. En el caso de un savant se dice que el cuerpo calloso no se conecta, entonces el hemisferio izquierdo y el derecho actúan muy independientes. Los especialistas de la Universidad de Australia desarrollaron un estudio silenciando parte del cerebro, cuando eso ocurrió, el lado diestro tomó el control de todo.

Veamos el cerebro de Albert Einstein

‘Toda ciencia no es más que el refinamiento del pensamiento cotidiano’, es una de las citas de Albert Einstein y sin duda, tiene razón. Para el creador de la teoría de la relatividad, su mente era su laboratorio. Ahí en esa masa maravillosa más arriba de sus hombros, Einstein pasaba muchas horas. Ahí el genio se proyectaba al futuro experimentando con sus pensamientos. Para llegar a una conclusión el se tomaba diez años pensando algo. Por esa razón concluyó que ‘la imaginación es más importante que el conocimiento’.

¡Vaya imaginación! exclamamos sorprendidos. Sólo Albert Einstein podía tener la tenacidad y la habilidad para darle vueltas y vueltas a algo importante. Pero no sólo pensar es lo que hacía, dar con la solución era su objetivo final.

Cuando Albert Einstein murió en 1955, el doctor Thomas Harvey tomó su cerebro y huyó. Cuando se descubrió lo ocurrido, el médico ofreció dar pormenores de qué se escondía en el cerebro del genio. Sin embargo, Harvey nunca cumplió con lo que ofreció, porque no era un especialista en materia cerebral. El era forense. Cuando buscó devolver el cerebro, Evelyn, la nieta de Einstein, se negó a recibirlo.

Hoy se sabe que el cerebro de Albert Eisntein tenía un largo inusual en las convoluciones de un lugar llamado ‘angular gyri’, con una región parietal inferior de ambos hemisferios 15% más ancho que el promedio. Esta área esta envuelta en el pensamiento abstracto, la mejor manipulación de símbolos (matemáticos y de escritura) con un mejor procesamiento visual espacial. Algunos neurólogos señalan que la mente de Einstein tenia más glia  (una suerte de pegamento que ayuda a las neuronas. Las células denominadas como glias son neurotransmisores, lo que equivale a decir ‘comunicadores eficaces’. Cuanto más glia haya en el cerebro, la persona razonará más rápido, será más inteligente. Se probó la eficiencia de las glias cuando se inyectaron éstas en el cerebro de las ratas. No es que los pequeños roedores se hayan vuelto más inteligentes, pero sí actuaron con más rápidez).

Un detalle importante. Hay que recordar que Einstein tenía una personalidad muy fuerte, una actitud positiva ante la vida y estuvo en el momento en que se discutía y se trataba de romper muchos de los enunciados de Newton, todos esos factores jugaron un rol importante en su desarrollo intelectual.

El profesor Michiu Kaku precisa que un genio es el resultado de la combinación de nacer con el don, tener ciertas habilidades mentales y lograr controlarlas con determinación. Con todo esto, la búsqueda de grandes logros se hace más fácil. Con su imaginación, Einstein podía romper con lo conocido y entrar en el dominio de lo desconocido. Pero cuidado, su conocimiento estaba nutrido por todo lo que se discutía en ese momento y lo que sabía entonces le dió el coraje para dar un paso más: crear su teoría de la relatividad.

Muchos han escrito acerca de cómo lograr la excelencia en un dominio. Se calcula que para lograr un objetivo importante hay que pasar diez mil horas practicando. En ese constante viaje de probar y probar, uno va aprendiendo lo suficiente, hasta que se alcanza la luz. Es un trabajo paciente.

Cuando Einstein comenzó era un dolor de cabeza para sus padres, ellos no confiaban en su hijo, sus calificaciones no eran de las mejores, pero hay que recordar que no basta un coeficiente elevado para triunfar, los exámenes no miden el grado de motivación y la persistencia que uno le pone a lo que hace. Además, Einstein era un buen violinista y se especula que eso también le ayudó mucho (supongo que se relajaba con lo que interpretaba y obtenía algunas respuestas en el silencio que existe entre nota y nota).

Gracias al cerebro de Albert Eisntein algunos especulan que se podrían crear algunos clones con su genialidad. Los especialistas dicen que faltaría algo, el tiempo que al físico le tocó vivir. Nuestro futuro Einstein se quedaría lejos de su predecesor.

1 comment:

Unknown said...

Muy interesante Juan!