La mente no necesita saber nada de profesores de matemáticas,
se basta sola para realizar -muy rápida- diversas operaciones de cálculo y
tomar una decisión.
Basta ver lo siguiente: el futbolista holandés Robin Van
Persie viene corriendo para alcanzar una pelota lanzada desde uno de los
laterales, su objetivo es igualar el marcador. Su equipo esta perdiendo el
partido frente a España. Van Persie está lejos del área, parece que no llegará
con la pierna, por lo tanto decide saltar y tratar de impactar el balón con la
cabeza, espera que su decisión sea precisa porque ve al arquero salir a cortar
la acción. El delantero tiene que calcular en ese momento la mejor trayectoría posible
para que el esférico traspase al contrario y se meta en el arco. Son fracciones
de segundos que ni se notan con el desarrollo de la acción. Ya la bola avanza impasible
y el atacante aterriza en el césped. Es una parábola geométrica lo que vemos. Se
preparan los gritos para ser exclamados. El suspenso en una pelota que se mueve
en una figura que llamamos ‘sombrero’. El golero está vencido, sólo espera esperanzado
que no ocurra lo que teme, pero… la pelota en su caída se cuela justo debajo del
larguero. Lo que oímos entonces nos dice que el cerebro del delantero calculó bien,
ante eso no hay nada que se oponga. Gol. Los jugadores holandeses comenzaron así
la tarea que los llevó a la victoria final de 5 a 1.
En las tribunas continua la gran celebración, se vive así la
fiesta mundial de fútbol Brasil 2014.
La mente esta programada para ejecutar cálculos
sorprendentes en fracción de milisegundos. Los impulsos eléctricos se están
moviendo en el interior del cráneo -en esa sorprendente masa gris- a una
velocidad promedio de 435 kilómetros por hora. Las neuronas de 700 tipos que
suman más de 3 trillones hacen la tarea. Acompañan a las células que elaboran
proteínas los pequeños vasos sanguíneos, la glia, las sinapsis. No les digo
cuantas sinapsis tenemos porque para contarlas una por una necesitaríamos 32
millones de años. Lo que sabemos es que la glia es el conductor de esa gran
orquesta allá arriba en el escenario montado encima de nuestros hombros. Células
cerebrales que no son otra cosa que pequeñas bolsitas de agua de mar, que a lo
largo de nuestra evolución y por no se sabe qué mecanismo se han agrupado en la
cabeza para convertirse en el segundo secreto aún desconocido después del universo.
El cerebro humano es una maravilla, parece una computadora, pero
hay que aclarar, no es una computadora. Aún no sabemos el lenguaje que usa: código
de frecuencias, olas mentales o algo más. Desde el ojo humano ingresemos a ese
universo, sólo en la retina tenemos 130 millones de células que procesan 100
millones de pedacitos o bits de información. Esta información va al nervio óptico
que transporta 9 millones de bits informativos por segundo que va al tálamo. En
la corteza virtual se analiza la información. Según los científicos son áreas
definidas como V1 hasta la V8. La V1 es como un proyector, ahí tenemos una visión
estereo, eso significa que cada ojo compara por separado. El grado comparativo
se hace en el área V2. En el V3 se determina distancia, el V4 observa color, el
V5 movimiento. Son alrededor de 30 áreas, pero podrían ser más. Sólo en la visión
tenemos billones de neuronas transmitiendo los bits informativos sin contar los
demás sentidos humanos.
Lo que la vista capta se almacena en la memoria. Pero, ojo,
tenemos los demás sentidos que nos siguen dando información que vamos guardando
en el hipocampo y en otras regiones del cerebro. El propósito de almacenar
memoria es predecir el futuro. Simulamos el futuro con las lecciones del pasado
y esta es la razón del porqué los seres humanos nos hemos convertido en seres
inteligentes. Cuidado, ahora estamos en un momento crucial, la información que
obtenemos es en demasia y mucho más rápida. La mente pareciera que hoy esta saturada.
No procesa bien todo lo que recibe. No hay ninguna pausa.
Reitero, esas bolsitas de agua de mar, agrupadas, han
evolucionado y son hoy neuronas. Por ahí andan nuestros genes. Los estudios han
permitido observar algunos que tienen que ver con nuestra capacidad humana. Se
habla del gen ASPM que surgió hace más de 5,800 años atrás y se dio en el
momento que el hombre evolucionó mejorando el lenguaje y la agricultura. El
RIM-941 se desarrolló en la mente humana hace 6 millones de años, aquí se
produjo la separación de hombres y simios. Ahora tenemos una revolución cibernética
y sin duda se están produciendo algunos cambios, basta ver a los niños de 3 años
manejando una serie de equipos computarizados para sorprendernos de la rapidez
mental que demuestran.
En la Universidad de Tel Aviv ya se ha creado un cerebelo de
rata. ¿Cómo se logró eso? Parece un asunto de juego infantil: se grabaron las
señales que entran al sistema cerebral soplando aire a la cara de un ratoncito.
El aire soplado creó un sonido, se procesó esa señal y ese mismo sonido se envió
a otra área del cerebro. La respuesta ante un soplido en la cara es un parpadeo
inmediato, la ratita al ser estimulada por la señal grabada respondió de esa
manera, lo que equivale también a otro logro, se descubrió que se puede
reemplazar algunas áreas del cerebro dañado y aumentar el poder de una mente
saludable.
Esto nos hace abrigar esperanzas para los afectados con el
Alzheimer que –ya lo saben- será la enfermedad del siglo. En los Estados Unidos
son hoy 5.3 millones de personas afectadas por el mal y se proyecta que para el
2050 la cifra crecerá cuatro veces más. Con el Alzheimer el hipocampo se encoge
(recuerden en el hipocampo se almacena la memoria personal) asimismo el
cableado que une el área prefrontal con el hipocampo se angosta, se interrumpe
así la conexión de memorias cortas. Los recuerdos antiguos permanecen por más
tiempo, hasta que se destruye la memoria por completo. Los pacientes desconocen
a las parejas, a los hijos y caen en un estado vegetativo.
El Alzheimer comienza con la formación de la proteína ‘amyloid
tau’ que a su vez acelera la formación de beta amyloid, una sustancia gomosa
que obstruye el buen mecanismo informativo del cerebro (No está del todo claro
sí estas placas son la causa real del mal o sí tal vez la mala formación de
estas placas son producto de un desorden mayor).
Las proteínas son las que hacen el trabajo en una célula.
Las proteínas tienden a cambiar por una serie de factores, si se sobrecalientan,
por ejemplo, toman otra forma. Para graficar el cambio basta observar un huevo
antes de ser lanzado a un sartén caliente. Al romper la cáscara que lo
envuelve, las proteínas tienen una consistencia suave, al ser soltadas en el
aceite hirviendo se consolidan y cambian totalmente. ¿Qué pasa en un cerebro
humano saturado? ¿Quizás sea el stress y la contaminación ambiental los factores
que esten coadyuvan en la mayor propagación del mal de Alzheimer?
En el Alzheimer no se habla de bacteria o virus. En este
caso se habla de un mal funcionamiento de una proteína cerebral. La proteína
toma otra forma y desarrolla otra función. Es el inicio de una reacción que
tiene un efecto tremendo, termina dañando todo el cerebro humano. Se espera que
una vacuna pueda frenar el deterioro, siempre y cuando se administre antes que
se dé inicio al proceso. En el futuro se comenta también acerca de la
posibilidad de crear un hipocampo artificial que restaure la memoria perdida o
también se podría crear una memoria genética que mejore la memoria.
En el cerebro tenemos el gen NR2B que controla la habilidad
de asociar un evento con otro. Este gen controla la comunicación con el
hipocampo.
Hoy se ha copiado este gen en algunos ratones de laboratorio
y se probó sus reacciones. Ante la inminencia de ahogarse, los ratones nadaban
hasta buscar la orilla.
En el cerebro esta también el gen CREB y los hay de dos
tipos, uno activador y otro represor. El primero crea la conexión entre
neuronas y el segundo las suprime. (Les sugiero meditar para activar estos
genes buenos. Me da la impresión que ante el stress y la lucha por sobrevivir
en el mundo actual activamos más al segundo, situación que coadyuva a una serie
de problemas de salud y vida. Pienso que la tarea podría estar en medir los
cerebros de los meditadores –quienes recién comienzan y quienes han alcanzado
una cercanía al nirvana- para ver qué ocurre a nivel de este gen, me da la
impresión que en procesos de calma y bienestar se estimula más al primero).
Los retos son grandes y mi compromiso de contarles algo de
la mente de Eisntein también… hasta la próxima.
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