Sunday, May 19, 2013

El universo en un tambor de hojalata.


¿Por qué he visto 'El Tambor de hojalata' muchas veces? ¿Por qué cada vez que la exhibían en un cine club -el Raimondi, por ejemplo- me zambullía como ese tipo pirómano debajo de las faldas de esa mujer en el campo de papas y a su estilo 'sembraba' vida? ¿Por qué ese pequeño universo metido en la película (otro universo) me apasionaba?
Por un sin número de razones sin duda.
Hoy volví a ver el film y más todavia, hoy he visto la entrevista al director Volker Schlondorff quien con su humor, su sapiencia y sus explicaciones me permitió responder a los porque iniciales.
Como recuerdan, la película 'El tambor de hojalata' es una adaptación de la novela escrita por el premio Nobel alemán, Gunter Grass. Fue publicada en 1959 y debió esperar hasta 1979 para ser llevada a las pantallas. Es una historia extraña, si me permiten usar el epíteto, algo macabra e infantil. Es una novela surrealista, erótica y una sátira de la época histórica que vivió Alemania bajo el yugo nazi de Hitler.
Schlondorff conocia la historia, había leído la novela, pero no tenía ni idea de cómo adaptarla.
Es la historia de Oscar, un niño nacido en Alemania en 1924 y dotado de una gran inteligencia. Fastidiado con la hipocresía de los adultos y la irresponsabilidad de la sociedad, se niega a crecer al cumplir los 3 años. Ante el caos que lo subyuga, Oscar se refugia en su tambor y descubre que tiene un agudo chillido capaz de romper cualquier cristal que le pongan por delante.
“La única imagen que tenía presente en mi cabeza es la que ocurre en la playa, cuando Oscar ve desnuda a la joven María y al verla se deslumbra, descubriendo entonces la sensualidad femenina. El libro tiene conmigo una relación biográfica, mi visión de niño”, dice el director.
La historia tiene como protagonista a un niño, el mismo niño que todos llevamos dentro y que se niega a crecer y asumir responsabilidades.
El tambor de Hojalata ganó el festival de Cannes y el Oscar a mejor película extranjera en 1979.
Schlondorff dice que para mostrar ese mundo tuvimos que ponerme en los zapatos de Oscar y desde la óptica de niño mostrar todo lo que él veía. Era un mundo lleno de edificios sorprendentes y el diseñador Ken Adam se encargó de darle esa magia.
Para comenzar la pelicula necesitabamos una imagen que atrapara. Para mi el primer shot es algo así como abrir la puerta para mostrar el cuarto acogedor a donde debemos entrar, comenta Sholondorff. Si abriamos la pelicula con algo bueno, deberiamos seguir con algo mejor, dando y dando cada vez más. Es como las primeras notas de un buen tema musical que te van llevando hasta el final y no te das cuenta que has caído atrapado.
Las escenas tenían ciertas llaves que nos encaminaron. Comenzamos con el campo de papas, el nacimiento de Oscar, la cabeza del caballo, el cuarto donde se cambian quienes van a la playa, el circo, por citar algunos. En la historia no hay una progresión dramática, hay una progresión histórica. Los nazis aparecen cuando Oscar nace, cuando Oscar va al colegio se va gestando el nazismo, cuando Oscar es un adolescente, Hitler llega al poder, Oscar se enamora y los aliados llegan a Normandía.
Estos elementos no se dicen de manera abierta, van por dentro de la historia (como la guilla por donde se mece y avanza un barco). En la pelicula, sin embargo, no hay que seguir lo histórico, sino los avatares del personaje central, Oscar. Hasta que llegamos a Polonia al final de la guerra cuando ese grupo de soldados soviéticos irrumpe y viola a las mujeres que encuentra a su paso. (Hay un film que puede servir para ver este episodio triste y brutal, se titula “Las mujeres de Berlin”).
Oscar es un fascista al extremo, lo extremo de Hitler, quiere estar por encima del cabecilla nazi (las imágenes del mitin, donde tras pisar mierda avanza y llega a destruir las marchas políticas y hace que todos se dediquen a bailar el Danubio azul, muestran ese detalle), incluso desea ser el hijo de la virgen María (hay una imagen en la que se ve al chico, dándole su tambor al pequeño Jesus y se ve muy fastiado).
Hay que recordar que Hitler al inicio fue llamado el tamborilero, el que usaba la propaganda, la radio, hablaba y convencia., rememora el director.
La pelicula muestra la derrota del protagonista, Oscar es un perdedor. Quien se queda en Alemania es la madre tierra representada por la mujer del campo de papas, vieja tras el paso de la guerra. La novela da para más, pero en el film había que suscribirse sólo a esa época.
Gunter Grass nos precisó que había que poner atención en los objetos, la cabeza del caballo es uno de esos objetos. La voz en off es también importante, Oscar nos cuenta un cuento para ninos, es la historia que quiere contar para que no lo miremos completo.
El cineasta cuenta el gran temor que sintió al pensar ¿como encontrar a un actor que interpretara a Oscar? Le dijeron que el actor Heinz Bennent tenía un hijo de once años. En el casting y siguiendo al niño, fotografiándolo mientras hacía ciertas cosas, se dieron cuenta de lo que tenían entre manos, un niño viejo, sabio, que disfrutaba con todo lo que tenía a su alrededor. Schlondorff dice que sí ahora tuviera que filmar la película no podría encontrar a nadie como ese pequeño actor, fue una casualidad milagrosa dar con el, una gracía divina.
El niño habia nacido en Suiza, un 9 de setiembre de 1966, de padres alemanes, su padre también actuó en la película.
Gracias a sus colaboradores, el director descubrió que en cada acto o escena los actores tienen que ser inmensos. Esos pequeños momentos deben ser llenados por su personalidad. Es lo que llama 'reforzar los bordes'. En solo un par de minutos hay que impresionar a la audiencia. Por ejemplo, en la tienda de juguetes, el vendedor judío aparece muy poco, hasta que se suicida, es el primero en morir en la historia, pero no es el judio quien muere, es el gran actor Charles Aznavour quien es la primera victima.
En la pelicula todos deben interactuar, la atracción debe ir al interior de la historia. Hay actores y actrices que no pegan. La atracción tiene que ser el elemento que la cámara descubra. Ellos no necesitan besarse, la audiencia tiene que sentir eso. Cuando filmé la escena del hotel entre los actores que representaban ser primos y padres de Oscar, descubrí que había una afinidad anterior que ellos tenían. Eso es vital. Cada uno tenía su vida personal, el actor estaba casado con otra mujer, pero al interactuar con Agnes habia algo que los hacia amantes perfectos.
Oscar tiene sus momentos también, y lo vemos cuando decide ser adulto y actuar como tal. En el circo donde comenta sus cualidades, el pequeno sostiene un dialogo con Bebra, el enano director, donde se muestra muy lúcido. Ahí aparece también una figura sorprendente, Rosa, la pequeña. El actor que interpreta a Bebra dijo que nunca había visto una mujer tan bella y de esa dimensión. Lo que para el director es el universo dentro de ese universo.
El film se hizo en varias locaciones, pero más en la ex Yugoslavia porque resultaba más barata ahí y no había censura de ningún tipo.
Allí el director descubrió a Branko Lustig quien se convirtió en su primer colaborador, El era mi censor, mi criterio en el set, dice el director. (El caso de Lustig es excepcional, había estado en Polonia en el mismo tiempo que el personaje de Oscar y su padre jan Broski se enfrentan a los nazis. Lustig fue llevado a Auschwitz a los 13 años y de ahí fue liberado por los aliados. Tras su trabajo en 'El Tambor de hojalata' viajó a los Estados Unidos y se convirtió en productor, con 'La lista de Schindler' logró su preciada estatuilla).
Schlondorff cuenta que mirando los objetos de la época de 1930 y 1945, descubrió el color que necesitaba para el film, los juguetes de plomo x ejemplo. Esa deberia ser la paleta de colores para usar en el film. No es que las imágenes parezcan lavadas, es un asunto histórico, precisa el director.
En una película, siendo un trabajo en equipo, todos aportan. El camarógrafo por ejemplo sugirió usar cierto ángulo de la cámara para simular la caída de Oscar cuando decide no crecer más.
En la película no hay nada sofisticado, todo lo vemos con los ojos de Oscar, hay que mirar el trabajo como sí fuera un libro para niños. Pensar en una cámara primitiva es una idea genial.
Los detalles de los vidrios que se rompían con la voz estridente y chillona de Oscar fue sencilla, cuando él abría la boca para chillar, alguien estaba listo para disparar al punto fijado por el actor, sea este un faro en plena calle, los focos del circo o ciertos objetos como el recipiente desde donde cae un feto guardado en formol. Se hizo un trabajo más sofisticado con los cristales de la iglesia, pues se usaron pequeños detonadores en los cristales y se usó una muneca que suplantó a la profesora. Alguien creo un disparador que desde atrás del cráneo tiró justo cuando Oscar decide enfrentar a la profesora de gruesas gafas.
Hay un detalle que sorprendió al director quien no se explica cómo Gunter Grass usó la figura de la cabeza del caballo para contar esa parte de la historia, por ejemplo. El pescado es un símbolo cristiano y el caballo como una medusa hace pensar a la madre en la monstruosidad de su pecado y en la posibilidad de tener un hijo anormal de nuevo, como el que ya tiene que es fruto de un amor 'indecente', fuera del matrimonio. Para paliar su dolor ella decide comer pescado hasta intoxicarse -supongo- y morir. (Nosotros nos creamos nuestras propias historias y si las cargamos de culpa nos llevan hasta la desaparicion).
Siempre he sostenido que hay que usar lo que esta a tu alcance, señala Schlondorff. Un día filmando unas escenas, se nos presentó un cielo hermoso que iba acompañado de un mar en calma, había mucho encanto en eso, algo poético que teníamos que aprovechar. Creo que cada film encuentra su propia expresión. Eso, también, es lo que hace reconocible el cine de cierto director (algo así como Amarcord de Fellini).
Mucanaima, la película brasilera de 1969, dio la idea del nacimiento de Oscar a quien pusieron cierto maquillaje, le cubrieron el pelo con un gorro del color de la piel y lo filmaron en el útero materno.
El director recuerda con cariño la negativa de la joven actriz a hacer un desnudo. Ella defendió su posición y ellos tuvieron que inventar los 'cortes fílmicos' que se debían hacer. Esta restricción es fundamental al momento de ver las escenas, pues empuja la imaginación y hace más erótica la escena. En el contacto que Oscar hace con el pubis de la actriz no hay contacto directo con el sexo de la joven. Esta escena y una más, donde se ve a Oscar forzando a su padre a embarazar a Maria, hizo que algunos críticos protestaran, acusando al director de pornografía, más todavía se quejaban por haber usado a un niño para eso. Sin duda los cucufatos críticos sólo actuaban en contra de sí mismos, de lo que pensaban o imaginaban, porque el director contó que esas escenas se manejaron con mucha delicadeza. (Vease el caso de la negativa en Oklahoma).
Para musicalizar la película se usaron algunos viejos instrumentos de los pastores alemanes, las que en momentos de tensión subían los tonos. Esas quenas le dieron el suspenso a las partes que lo necesitaban.
La película fue calificada de extraña y se prohibió en Alemania inicialmente, pero con lo que ocurrió en Cannes, al darle el gran premio, hizo posible que el film se popularizara.
El director piensa que cada espectador se identificó con el niño.
El propio Gunter Grass se quedó sorprendido cuando vio el film terminado. El había participado de la filmación apenas un par de días, sugiriendo esto o aquello, cuenta Schlondorff, quien al tener presente al escritor en los escenarios, se sintió intimidado y debió volver a filmar las partes cuando el Nobel se retiró.
Cuando invitaron al director a hacer una nueva versión de la película, se sorprendió de la existencia de algunas escenas retiradas del film para cumplir con las 2 horas 15 minutos que se pedía en Hollywood.
Se editaron entonces las secuencias perdidas, esa por ejemplo cuando los alemanes ordenan disparar a las monjas que han ido a recoger algo en la playa, matándolas con disparos de metralla.
Para salvar las escenas se recurrió también a las voces de los actores, incluso David Bennent (Oscar) que ya esta adulto debió grabar su voz y al ser digitalizada se le puso a la edad que tenia durante la filmación. Para la voz de una de las actrices se usó la voz de una de las hijas que tenía el mismo timbre de la madre.
Hoy gracias a la colección 'The Criterion, podemos ver la version completa del film.
Con Grass, dice el director, aprendí a entender la nobleza del arte. Encontré que podía hacer algunas cosas que podían ser del disgusto de quienes hablan de “la buena educación”. Schlondorff se refiere aquí a esa toma donde el primo lleva y pone los pies entre las piernas de Agnes, quien lo acepta sin reparos. Y todo bajo la atenta mirada de Oscar quien juega debajo de la mesa. Estoy seguro que al momento de filmar esa imagen, Oscar ya no estaba ahí, pero la camara te sugiere esa idea. Había que cuidar al niño, sin duda.