¿Qué hacen un grupo de prostitutas en
una iglesia? Mejor todavía, ¿qué hacen tres monjas en un burdel?
Algo esta pasando, no es verdad? Están actuando fuera de escena o
fuera de su habitat natural.
Sí se tratara de una historia cómica,
las monjas en un prostíbulo sería divertido, tal vez cruel con
tanto desalmado. Se me ocurre que las prostitutas en un convento
sería dramático. Aunque como saben, en la vida, como en el arte,
todo es relativo.
Hablo de todo esto para que se den
cuenta de la importancia de la escena. Si uno escribe cuentos o
novelas tiene que pensar en la audiencia que esta viendo (leyendo) la
historia para ubicarla mejor.
Y como saben, cada escena tiene su
propósito para dar cuenta de algo o hacer que la historia avance.
Si la escena no sirve, córtala.
Suprímela. (Los editores saben mejor de lo que estoy hablando).
No todos los escritores entienden muy
bien el asunto de la escena y su propósito.
En algún momento me sugerí un
ejercicio de escritura tomando en cuenta el escenario.
1- En la playa, dos ancianos están
comiendo
2- En un parque, dos amantes se citan
para un picnic.
3- En un cementerio, dos jóvenes se
citan a comer sobre la tumba de alguien conocido.
Esto no es necesariamente una orden,
recuerden que pueden desatender esta lección. Si desean pueden poner
a los ancianos en el cementerio y a los jóvenes en la playa. Sugerí
lo primero por los contrastes. ¿qué hacen los jóvenes en el
cementerio? La respuesta es... la que se les ocurra. Se trata de un
ejercicio. Tal vez la chica ha citado a su novio en el cementerio
para decirle que va a morir, pues acaban de detectarle un cáncer
terminal. Acuérdense que las escenas tienen que servir para algo
vital en la historia.
Los viejos tal vez están recordando su
juventud. Aquel juramento que se hicieron tras el primer beso. Tomar
un bote (prestado o robado) para remar y remar hasta morir juntos,
deseando que nadie los encuentre tras la zozobra.
Una escena tiene principio, medio y
fin. Sí para darle algo de suspenso hacemos que uno de los ancianos
se oponga al otro. Qué sí la dama se niega a subir al bote. ¿el
viejito emprenderá su camino solo? Tal vez sí, porque la mujer a
sus 76 años le confiesa que a lo largo de los últimos 22 años lo
viene engañando con otro y que le ha jurado (al otro) cuidarlo
porque no tiene a nadie más en esta vida.
En una escena se pone los ingredientes
que se necesitan en una historia. En una escena esta el punto de
vista, el diálogo, la descripción. Es más, en una escena uno tiene
que ver, oler, gustar, incluso tocar. Sin olvidar los recuerdos, los
símiles y los pensamientos que hacen una escena más fácil de
imaginar.
Hay escenas que son largas y otras
cortas y cada una tiene su propósito. En las cortas, la acción
fluye de manera rauda y en la larga se aletarga la acción. Con las
escenas cortas hacemos que el lector nos siga hasta el final, por lo
que no resulta conveniente abusar de las escenas largas que agobian.
Por lo tanto hay que combiar lo corto
con lo largo.
Cuando se logran escenas buenas, la
lectura se hace intensa y el lector se siente inmerso en el mundo
creado.
Hay que recordar que un cuento o una
novela son el resultado de una serie de escenas que se van uniendo
como los eslabones de una cadena.
En cada una de las escenas tenemos que
haberle dado al lector una experiencia, no sólo el acto de leer.
No hay que olvidar que las escenas
sirven para mostrar lo que hacen nuestros personajes, sin olvidar
nunca al protagonista. El personaje principal debe desear algo y en
su camino se hallará con opositores y colaboradores.
Las escenas nos dan detalles
específicos de lo que se ve, lo que se siente, lo que le impacta al
personaje principal y lo que lo refleja como lo que es: timorato al
principio, pero valiente cuando las papas queman.
Para visualizar mejor todo lo que digo
sugiero ver la película “Las flores de la guerra”, un film chino
que cuenta la violación de un grupo de prostitutas de Nanking en la
época de la invasión japonesa. Es un hecho histórico, ocurrido
entre los años 1937-38. Invasión que como sabemos dejó alrededor
de 300 mil chinos muertos. La pelicula esta basada en una novela del
mismo titulo, escrita por Geling Yan, y, es, hasta hoy, la pelicula
china con mayor presupuesto. Fue el director Zhang Yimou quien la
llevó al cine el 2011. El principio de la película está tan llena
de acción que nos sumerge en la historia de golpe.
Quien cuenta la historia es el
protagonista. Un maquillador de muertos, que se hará pasar por
sacerdote para salvar a todas las futuras monjitas. El mismo quien
tras enamorarse de una prostituta, deberá entender que también
ellas merecen respeto y consideración. Con su buena acción se
ganará el amor de una de las 'chicas malas', quien ha llegado a ser
lo que es por un problema en el pasado, pero que en el fondo sigue
siendo una mujer de principios.
Como notarán, el inicio de esta nota
no tiene nada de irreverente. En Nanking, un grupo de prostitutas
chinas llegan a una iglesia, huyendo de los invasores. La iglesia
tiene al costado un convento, en donde algunas adolescentes se
preparan a vestir los hábitos. Entre ambos bandos se dará inicio a
una lucha sin cuartel que poco a poco se irá diluyendo, porque de lo
que se trata en esta oportunidad será de preservar la vida y darle
al enemigo guerra. No siempre los ganadores son los mejores. Los
vencedores son muchas veces los salvajes que haciendo uso de su
fuerza abusan del desválido. Pero el desválido tiene algo que es
más grande que el victimario. Eso hace que se pongan en primer lugar
los valores humanos que están por encima de la fuerza y el maltrato.
Lo que es más, el vencido muestra que el vencedor es un granuja, que
aprovecha la oportunidad y solo quiere hacer valer su fuerza brutal y
destructiva.
Aquí, como notarán se ha logrado dar
con la premisa de la historia, que resulta más fuerte y consistente
que el solo hecho de haber ganado una guerra.
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