La señora Luz María Simmons está feliz y tiene una razón más para estarlo, acaba de ganar un honor especial a su trabajo con pacientes en el North Shore Long Island Jewish, para ser más preciso, en el Glen Cove Hospital.
Ella fue una de las más de veinte nominadas al President Award de los 16 hospitales que North Shore Long Island Jewish Hospital tiene en Nueva York, Estados Unidos.
Ella está contenta de haber ganado este reconocimiento y se siente orgullosa de su nominación. La señora Simmons está agradecida con su premio y con el primer premio que le ororgaron a Sylvester Wallace. “Ese hombre se lo merecía”, dice Luz María. “El señor Wallace es un trabajador de limpieza en una sección de niños con cáncer y todos los días les lleva alegría a quienes sufren de ese mal. Es un ser compasivo y tiene una habilidad tremenda para conectarse con los demás y hacerles sonreír, incluso les enseña a bailar”, remarca. “Le ofrecieron otro puesto en el hospital y él dijo sentirse satisfecho con lo que hacía”.
La señora Simmons recibió la nominación por parte de sus jefes, quienes reconocen la labor que realiza desde su puesto de secretaría supervisora de la sección del centro de Medicina Familiar del Hospital de Glen Cove.
Alguna vez recibió a un paciente aquejado de un problema cardíaco y ella, sin contar con entrenamiento médico, pudo observar que necesitaba ayuda, hizo que un médico lo atendiera y lo trasladaron a la sección de emergencía. Al día siguiente, el paciente pudo ser salvado de morir porque estaba a punto de sufrir un ataque cardíaco sino recibía la intervención quirúrgica que requería.
Este es uno de los auxilios que la señora Simmons presta a los pacientes que llegan hasta el departamento de Family Practice. Ella reconoce que sin la ayuda de su equipo, el trabajo no podría ser realizado con éxito. “Todos aquí están concientizados que tienen el deber de ayudar a los pacientes. Nosostros nos debemos a los pacientes, sin ellos no tenemos trabajo”, puntualiza.
“¿Sabe? Cuando mis padres llegaron de Puerto Rico no hablaban nada de inglés y sufrieron mucho cuando debían ir a ver al doctor. Cada vez que veo a un paciente en este hospital padeciendo y esforzándose en explicar su problema en inglés, recuerdo a mis padres. Eso les hago ver a los miembros de mi equipo. No deben olvidar sus raíces, atiendan a los pacientes como sí fueran sus familiares”, precisa la señora Simmons.
La señora Luz María Simmons tiene 45 años, trabaja en el hospital de Glen Cove desde hace 24 años. Más de la mitad de su vida. Ella recuerda que un año después de comenzar a trabajar fue trasladada al área de Family Practice, donde nadie hablaba español. Allí ella se volvió el nexo entre los inmigrantes hispanos que no hablaban español y los médicos y enfermeras que sólo hablaban inglés. Agrega, mientras se acomoda sus lentes de carey, "para ser mas precisa, había una enfermera peruana que también hablaba español".
Lo que es la vida, recuerda, yo nací en este hospital, crecí en este pueblo. A los cinco años fui a la escuela sin hablar nada en inglés, recuerdo que me pusieron en el programa de inglés como segunda lengua (ISL) y me convertí en una mujer bilingue. Quienes hablan inglés no saben que hablo español, porque no se me siente el acento hispano y hoy me comunico bien en ambos idiomas, agrega.
"Desde que iniciamos 'Family Practice' han habido algunos cambios. Me entrenaron para computarizar todos los récords de los pacientes y el programa 'Electronic Medical Record' fue un éxito, pero seguimos buscando la excelencia en nuestro trabajo. Ahora estamos tratando de optimizar el servicio telefónico para los pacientes, tenemos 16 líneas abiertas y sólo tenemos a tres personas atendiendo el servicio, es el nuevo reto”, indica.
Luz María Simmons es la mayor de tres hermanos, tiene tres hijos y está felizmente casada. Una de sus hijas (la del medio) nació en Glen Cove Hospital. Su esposo es un oficial de la Policía y trabaja también en el pueblo de Glen Cove, “Bryan tiene asimismo la vocación de servir”, enfatiza. “Es lo que profesamos como cristianos bautistas”. A sus hijos -de pequeños- no les gustaba ir de compras con su madre, preferían hacerlo con el padre. La señora Luz María se toma mucho tiempo, a cada paso que da se encuentra con alguien que le pide un consejo, tiene un problema de salud o trata de resolver algo. Lo que toma una hora, algunas veces, se van a más de dos. “Hay mucha gente que necesita ayuda”.
A la señora Simmons le falta poco tiempo para cumplir los treinta años de servicio en el Hospital de Glen Cove, no se piensa jubilar, aunque por ley tiene que seguir laborando hasta los 68 años. Los pacientes siguen llegando y solicitando ayuda, ella tiene que atenderlos.
Esta contenta con el premio que recibió, son US$ 5 mil, tiene tickets para ir a ver un show en Broadway y algunas tarjetas para cenar en Manhattan. “¿Que voy a cenar? No lo sé, me encanta la comida peruana, italiana, griega, china”. Por ahora tiene que ir a ayudar a un paciente que no habla inglés y tiene una dolencia en la espalda, al parecer levantó mucho peso y puede que tenga un disco vertebral con problemas, tal vez el inicio de una hernia, apenas camina. Ella debe sujetarlo para ayudarlo a caminar.
A la señora Simmons le falta poco tiempo para cumplir los treinta años de servicio en el Hospital de Glen Cove, no se piensa jubilar, aunque por ley tiene que seguir laborando hasta los 68 años. Los pacientes siguen llegando y solicitando ayuda, ella tiene que atenderlos.
Esta contenta con el premio que recibió, son US$ 5 mil, tiene tickets para ir a ver un show en Broadway y algunas tarjetas para cenar en Manhattan. “¿Que voy a cenar? No lo sé, me encanta la comida peruana, italiana, griega, china”. Sonríe.
Por ahora tiene que ir a ayudar a un paciente. ¿Qué tiene? En eso la senora Simmons prefiere guardar confidencialidad. Le preguntó al paciente, pues lo conozco, ¿qué ocurre? y me dice: 'tengo una dolencia en la espalda, levanté mucho peso y puede que tenga un disco vertebral danado. Quizás tenga una hernia.
Apenas camina. Ella debe sujetarlo para ayudarlo a caminar.
“Otro día le cuento como conocí a mi esposo. Eso sí que fue como enviado del cielo”, finaliza.
Saturday, September 29, 2012
Tuesday, September 18, 2012
Lecciones para desatender (El escenario).
¿Qué hacen un grupo de prostitutas en
una iglesia? Mejor todavía, ¿qué hacen tres monjas en un burdel?
Algo esta pasando, no es verdad? Están actuando fuera de escena o
fuera de su habitat natural.
Sí se tratara de una historia cómica,
las monjas en un prostíbulo sería divertido, tal vez cruel con
tanto desalmado. Se me ocurre que las prostitutas en un convento
sería dramático. Aunque como saben, en la vida, como en el arte,
todo es relativo.
Hablo de todo esto para que se den
cuenta de la importancia de la escena. Si uno escribe cuentos o
novelas tiene que pensar en la audiencia que esta viendo (leyendo) la
historia para ubicarla mejor.
Y como saben, cada escena tiene su
propósito para dar cuenta de algo o hacer que la historia avance.
Si la escena no sirve, córtala.
Suprímela. (Los editores saben mejor de lo que estoy hablando).
No todos los escritores entienden muy
bien el asunto de la escena y su propósito.
En algún momento me sugerí un
ejercicio de escritura tomando en cuenta el escenario.
1- En la playa, dos ancianos están
comiendo
2- En un parque, dos amantes se citan
para un picnic.
3- En un cementerio, dos jóvenes se
citan a comer sobre la tumba de alguien conocido.
Esto no es necesariamente una orden,
recuerden que pueden desatender esta lección. Si desean pueden poner
a los ancianos en el cementerio y a los jóvenes en la playa. Sugerí
lo primero por los contrastes. ¿qué hacen los jóvenes en el
cementerio? La respuesta es... la que se les ocurra. Se trata de un
ejercicio. Tal vez la chica ha citado a su novio en el cementerio
para decirle que va a morir, pues acaban de detectarle un cáncer
terminal. Acuérdense que las escenas tienen que servir para algo
vital en la historia.
Los viejos tal vez están recordando su
juventud. Aquel juramento que se hicieron tras el primer beso. Tomar
un bote (prestado o robado) para remar y remar hasta morir juntos,
deseando que nadie los encuentre tras la zozobra.
Una escena tiene principio, medio y
fin. Sí para darle algo de suspenso hacemos que uno de los ancianos
se oponga al otro. Qué sí la dama se niega a subir al bote. ¿el
viejito emprenderá su camino solo? Tal vez sí, porque la mujer a
sus 76 años le confiesa que a lo largo de los últimos 22 años lo
viene engañando con otro y que le ha jurado (al otro) cuidarlo
porque no tiene a nadie más en esta vida.
En una escena se pone los ingredientes
que se necesitan en una historia. En una escena esta el punto de
vista, el diálogo, la descripción. Es más, en una escena uno tiene
que ver, oler, gustar, incluso tocar. Sin olvidar los recuerdos, los
símiles y los pensamientos que hacen una escena más fácil de
imaginar.
Hay escenas que son largas y otras
cortas y cada una tiene su propósito. En las cortas, la acción
fluye de manera rauda y en la larga se aletarga la acción. Con las
escenas cortas hacemos que el lector nos siga hasta el final, por lo
que no resulta conveniente abusar de las escenas largas que agobian.
Por lo tanto hay que combiar lo corto
con lo largo.
Cuando se logran escenas buenas, la
lectura se hace intensa y el lector se siente inmerso en el mundo
creado.
Hay que recordar que un cuento o una
novela son el resultado de una serie de escenas que se van uniendo
como los eslabones de una cadena.
En cada una de las escenas tenemos que
haberle dado al lector una experiencia, no sólo el acto de leer.
No hay que olvidar que las escenas
sirven para mostrar lo que hacen nuestros personajes, sin olvidar
nunca al protagonista. El personaje principal debe desear algo y en
su camino se hallará con opositores y colaboradores.
Las escenas nos dan detalles
específicos de lo que se ve, lo que se siente, lo que le impacta al
personaje principal y lo que lo refleja como lo que es: timorato al
principio, pero valiente cuando las papas queman.
Para visualizar mejor todo lo que digo
sugiero ver la película “Las flores de la guerra”, un film chino
que cuenta la violación de un grupo de prostitutas de Nanking en la
época de la invasión japonesa. Es un hecho histórico, ocurrido
entre los años 1937-38. Invasión que como sabemos dejó alrededor
de 300 mil chinos muertos. La pelicula esta basada en una novela del
mismo titulo, escrita por Geling Yan, y, es, hasta hoy, la pelicula
china con mayor presupuesto. Fue el director Zhang Yimou quien la
llevó al cine el 2011. El principio de la película está tan llena
de acción que nos sumerge en la historia de golpe.
Quien cuenta la historia es el
protagonista. Un maquillador de muertos, que se hará pasar por
sacerdote para salvar a todas las futuras monjitas. El mismo quien
tras enamorarse de una prostituta, deberá entender que también
ellas merecen respeto y consideración. Con su buena acción se
ganará el amor de una de las 'chicas malas', quien ha llegado a ser
lo que es por un problema en el pasado, pero que en el fondo sigue
siendo una mujer de principios.
Como notarán, el inicio de esta nota
no tiene nada de irreverente. En Nanking, un grupo de prostitutas
chinas llegan a una iglesia, huyendo de los invasores. La iglesia
tiene al costado un convento, en donde algunas adolescentes se
preparan a vestir los hábitos. Entre ambos bandos se dará inicio a
una lucha sin cuartel que poco a poco se irá diluyendo, porque de lo
que se trata en esta oportunidad será de preservar la vida y darle
al enemigo guerra. No siempre los ganadores son los mejores. Los
vencedores son muchas veces los salvajes que haciendo uso de su
fuerza abusan del desválido. Pero el desválido tiene algo que es
más grande que el victimario. Eso hace que se pongan en primer lugar
los valores humanos que están por encima de la fuerza y el maltrato.
Lo que es más, el vencido muestra que el vencedor es un granuja, que
aprovecha la oportunidad y solo quiere hacer valer su fuerza brutal y
destructiva.
Aquí, como notarán se ha logrado dar
con la premisa de la historia, que resulta más fuerte y consistente
que el solo hecho de haber ganado una guerra.
Wednesday, September 12, 2012
Te perdono.
“Perdonáselo todo a quien nada se
perdona a sí mismo, porque sólo quien tiene el espíritu valiente
es capaz de perdonar. Un ser vil nunca perdona, no sabe cómo
hacerlo. Además, no lo siente. Perdona siempre a tu enemigo, no hay
nada que lo enfurezca más”. Estos son algunos dichos famosos que
he condensado y todos hablan del perdón, hay más, pero a efectos de
la presente nota creo que son los suficientes para empezar algo
acerca del perdón. Estoy siendo muy consciente, qué dificil se nos
hace perdonar.
Hace un año o un poco más que vi la
película “Lawrence de Arabia”. Es más, escribí algo acerca de
la historia, así es que siempre la recordaba y esta entre mis
favoritas. Para mi es el lugar perfecto para encontrar la 'premisa'
que soporta todo aquello que se desea contar. Lawrence siendo un hijo
no reconocido por su padre opta por buscar su propia identidad y al
parecer la encuentra en medio del desierto, donde uno de los árabes
le dice: 'aquí tú puedes convertirte en quien desees'.
Lawrence se convierte entonces en un
hombre que se enfrenta a su destino para cambiarlo y moldearlo a su
antojo. Confiado en su buena estrella, lejos de casa, se lanza a
conquistar todo lo que se le presente en el camino. Sin importarle el
riesgo y sin temer a la muerte. Olvidando, también, por ratos, su
condición de ser humano.
En esta segunda oportunidad en que he
visto la película encontré algo más. Si bien es cierto que
Lawrence se convierte en un líder y se hace así mismo, hay una
parte que pasó para mi desapercibido en la primera oportunidad.
(Aunque debo admitir, mi sentir era otro en la primera aproximación).
Habiendo logrado ser quien desea ser, Lawrence se lanza a conquistar
territorio turco. Sin embargo, su buena estrella deja de iluminarle
un momento. Tratando de pasar desapercibido, su color lo delata
frente a un grupo de soldados turcos que patrullan las calles y se
convierte en víctima de la insanía de un grupo de militares
pederastas. En un puesto militar turco es violado, uno lo intuye por
todo lo que observa. La humillación hace que retroceda, pero su
destino ya esta trazado. Su propio comando inglés -Lawrence es un
mayor de la armada inglesa de entonces, cuando los árabes eran aún
nómadas y las monarquías no estaban bien establecidas en el medio
oriente- lo conmina a seguir y él impulsado por su propio
sufrimiento y desconsuelo decide ir hasta Damasco. Emprende entonces
una cacería vengativa y asesina de cuanto 'turco' se le presente en
el camino. Su sed de venganza lo hace ser insano, bárbaro y se
regodea en la orgía de sangre que logra camino a su 'conquista
final'. Incluso quienes están a su lado, quienes lo veneran y aman,
son víctimas de su odio vengativo.. Hay que recordar a un joven
árabe, el que sobrevive al otro que se hunde en aquel hoyo de arenas
movedizas, a quien Lawrence dispara después que el muchacho
resultara herido en el cuerpo cuando le estalla la nitroglicerina que
debía usar para volar los rieles del tren y descarrilar los vagones
que vienen en camino. Es el resentimiento lo que hace a Lawrence un
victimario. El resentimiento hace que meta el dedo en la herida y lo
haga sangrar y sangrar. Cuando vi todo esto recordé algo que había
leído hace poco, respecto al maltrato y el perdón.
Hace algunos meses que vengo tratando
de escribir algo acerca del perdón a los otros y no le encontraba el
punto de partida. Creo que al ver Lawrence me encarrilé. Las buenas
películas tienen eso, en un poco más de dos horas te muestran algo
sustancial, algo que te ilumina el desentendimiento. Claro, en una
pelicula lo ves todo redondeado, la vida se toma más tiempo y verás
algo siempre y cuando estes atento a lo que ocurre a tu alrededor.
La gente nos hace daño por una serie
de razones:
1- Accidentalmente
2- Porque estas en su camino (y no lo
dejas ser quien desea ser: bueno o malo).
3- Porque tú le recuerdas a alguien de
su pasado
4- Porque ellos fueron dañados
terriblemente que tienen que herir a alguien más.
5- Por razones que desconocemos del
todo.
Quienes hayan visto los más de
doscientos minutos que tiene 'Lawrence de Arabia' se darán cuenta
que quienes están en el entorno de Lawrence tienen que sufrir lo que
sufren porque lo que este oficial inglés alberga en su alma es odio
contra sí mismo. Odio por todo lo que le toco vivir. Un odio contra
sí mismo que se hace más profundo y doloroso cuando es mancillado
por este grupo de violadores.
Quienes están cerca a Lawrence mueren
accidentalmente. Ya lo dije, uno de sus sirvientes se hunde en las
arenas movedizas y desaparece. El quiere llegar a un punto del
desierto a costa de todo. El quiere ser quien lograra su propósito
para buscar redimirse (curarse) , sin embargo, vuelve a encontrarse
con la figura de un padre malvado, esta vez reflejado en la acción
de esos militares que lo ultrajan. Entonces, avanzando a Damasco, no
tiene piedad de los soldados que se rinden y -porque le recuerdan a
los otros- opta por cortarles el cuello. Rendidos pagan por
pecadores. Muy pocos saben porque Lawrence se vuelve el cruel y
sanguinario militar que aparece en la última parte de la película.
El único que trata de comprenderlo es el sheriff árabe (Omar
Shariff), quien había estado con Lawrence cuando los turcos lo
arrestan y lo humillan sexualmente. Shariff es quien recoge a
Lawrence después del brutal trato y de la sodomización.
En nuestra vida personal e íntima
alguna vez hemos sido víctimas de alguien a quien nos cuesta
perdonar, pero conociendo las razones que hace a los victimarios ser
quienes son, tenemos que apelar al dicho que dice: “Si nosotros
pudieramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, nosotros
encontraríamos en la vida de cada persona, pena y sufrimiento para
desarmar toda esa hostilidad” (Henry Longfellow).
En Lawrence de Arabia lo vemos. El
personaje ha sido herido en lo más profundo de su ser y recuperarse
de esa pena y sufrimiento será imposible, más aún si su
sufrimiento lo mantiene en secreto. El secreto le roe el alma. (Lo
mejor para esos seres ultrajados es confesar su dolor. Cuando fueron
víctimas, estaban en una situación de desventaja total y no podían
defenderse).
Ahora para seguir con nuestro deseo de
perdonar a nuestros abusadores tenemos que reparar en el significado
de perdonar. Ojo, no es fácil perdonar. Todos dicen que perdonar es
'una amorosa idea', 'es la expresión del amor', hasta que tenemos a
alguien a quien perdonar.
Por lo tanto, y siguiendo: 'perdonar
significa dejar de ir completamente el daño que esta persona te hizo
porque esta persona esta sufriendo más que tú'. Quizás no lo sabe
y tal vez nunca lo sepa, pero es así, quienes sufren mucho son los
que más daño hacen en este mundo. Mira la película 'Lawrence de
Arabia' y frente a este tipo legendario verás realmente al tipo que
sufre.
Perdonar significa dejar de mantener la
misma historia durante toda la vida. Hay que dejar de ser víctima.
Perdonar significa tirar la carga que nunca más cargarás.
Perdonar significa 'haber aprendido la
lección de todo lo ocurrido” Pero, cuidado, perdonar entonces no
significa olvidar lo que te hiceron. Lo tendrás presente, pero no
volverás a pisar ese lugar de arenas movedizas porque te puedes
hundir.
Hay algunos que buscan revancha. Es lo
peor, por algo el proverbio chino alerta: 'la persona que busca
revancha debería primero cavar dos tumbas'.
Además, es cierto, el hombre que busca
venganza mantiene su herida abierta. Si perdona podrá sanarse y
hacer bien las cosas.
El perdón tiene una prueba. Los
joyeros usan ácido para probrar el valor de los metales, con eso
demuestran sí tienen oro o baratijas al frente de sus ojos. Para
probar el perdón hay que usar la analogía de la extracción de
muela: 'nunca olvidarás el dolor, sólo que ahora no lo sientes. Si
tú has perdonado a alguien, tú recordarás el incidente, pero no
sentirás el dolor flagelante del dolor que daña'.
Cuando uno perdona, todo cambia. Quizás
el otro siga y nunca cambie, pero eso no te importa. Uno tiene que
alejarse para evitar el juego de fuego, los roles de víctima y
victimario. Uno es el que cambia y el perdón llega solo. Claro,
siempre tendrás la herida en el corazón que hará que nunca
olvides.
Perdonar es parar de rumiar el veneno
que pensamos matará al otro, cuando somos nosotros quienes estamos
muriendo.
Cuando uno perdona la vida se hace más
llevadera. Y hay que ser consciente, no cambia el pasado, pero sí
alarga y hace más placentero el futuro.
Recuerda, nunca es tarde para perdonar.
Y hay que perdonar, porque nunca
sabremos cuando necesitaremos ser perdonados.
Tuesday, September 4, 2012
La tormenta y la calma.
Nada en la vida es permanente. Todo
pasa. Después de la tormenta viene la calma. Todos sabemos eso, pero
no lo aplicamos, cuando vemos que algo ocurre con cada uno de
nosotros. Es más, es muy difícil sí nos vemos enfrentados a algo
nuevo, terrible e inesperado. Algunos salen corriendo y son
embestidos por su propia furia o miedo, pero sí esperamos, tomamos
distancia y observamos, alcanzaremos a subir al tren que nos lleve a
un buen destino.
Hace poco una buena amiga me llamó por
teléfono dolida y sin saber qué hacer. El esposo la había
abandonado con otra. La nueva chica en cuestión era joven, muy
joven. Me dio pena mi amiga y también el esposo (lo que le esperaba
con la joven cuando le pasara la fiebre de sábado por la noche,
pensé). Mi amiga se había casado con un tipo que aparentaba ser un
hombre adulto y a sus más de cuarenta años hacía cosas de muchacho
veinteañero. No se lo comenté a mi amiga. Creo que ella era la
culpable -en parte- de todo lo que le ocurría. Era ella quien había
buscado sufrir. ¿Por qué? ¿Por qué estaba acostumbrada a sufrir?
No se más detalles de su vida y no deseo preguntarle. Sin embargo,
hay referentes que marcan cierto patrón en el vivir, eso que en
Derecho se conoce como jurisprudencia.
Hace poco vi la pelicula española
“Solas”. (Hasta hoy quiero saber por qué utilizaron ese título.
Alguien me dijo 'quizás decidieron ese epíteto porque las mujeres
-a solas- toman mejor sus decisiones'. Sonaba también gracioso en
medio de todo ese drama).
En la película la hija tiene una
relación sado-masoquista. El hombre la maltrata, mientras ella se
esfuerza en amarlo, recibiendo a cambio desprecio y humillación.
Ella es hija de un padre abusador y de una mujer sumisa. (El papá
llega incluso a oler a su esposa para saber sí le es fiel, incluso
llega a decirle 'Hueles a otro hombre'). La hija con su relación
esta tratando de entender por qué su madre toleró una relación tan
desigual con su padre. Esta joven, en vez de vivir su vida, esta
viviendo la vida de su madre (en su cabeza y en su propia vida esta
tratando de armar un imposible). Al quedar embarazada, la hija sufre
la más grande humillación. El novio no quiere a la niña en
formación, desea que la mujer aborte y lo que es más, como ella
esta en un programa de ayuda social, el aborto no le costara nada,
por lo que el hombre decide no darle dinero. Ella insiste suplicante:
'entonces acompañame'. El novio en un acto de falsa hombría le dice
algo así: 'Ese es tu problema, resuélvelo sola'. Ella sorprendida
responde: 'pero tú no te cuidaste, no usaste un condón'. El, en el
colmo de la irresponsabilidad, responde: 'tú sabes que a mí no me
gusta usar condón'.
La mujer no sabe qué hacer. El tipo la
humilla y la estropea. El novio le ha demostrado con mayúsculas que
es un pobre diablo, pero ella aún no lo ve así. Ella decide irse,
pero al sentirse tan ultrajada no piensa bien. Siente que todo se le
viene abajo. Una tormenta sacude sus sentidos. “Tras cuernos,
palos”
Huyendo de un padre abusivo llega a
conseguirse un marido abusador. Esta a punto de suicidarse. Ve venir
un tren y esta a punto de arrojarse a los rieles para despedazarse,
pero ve al frente a una mujer pordiosera (rota) que después de
recoger botellas tiradas la observa. Esos ojos se clavan en ella como
diciéndole: 'qué vas a hacer muchacha'. Ella se da cuenta de la
mirada y sobreentiende -como los que observamos en la pantalla- el
mensaje es contundente: 'qué demonios esta pasando por tu cabeza'.
Todo lo que uno experimenta en el
momento es interno, ese silencio comunica y grita dentro de ti. La
tensión de la decisión final. ¿Te convertirás en una ganadora o
aceptarás tan fácilmente que has perdido todo por nada? Son
segundos, hasta que el tren pasa raudo, el viento sacude y se va. La
mujer opta por vivir, sin saber lo que viene en el futuro. Cuando uno
apuesta a ganar, gana. Eso es indudable. Apuesta a ganar y ganarás.
Es lo que ocurre en la película. Sin embargo, me quedé pensando:
¿esa vieja pordiosera tenia que ser lo que era para cumplir con su
papel en esta vida? ¿Sólo a ese papel estaba destinada, aunque se
dedicara a mendigar? ¿Salvar una vida, bueno, en este caso dos? Y de
ella ¿qué?
Volviendo a la película, la relación
que ella tuvo con su padre fue una relación sin comunicación, con
mensajes mal entendidos.( Hasta que la buena comunicación se
establece, no importa que esta sea tan cruel, se da el verdadero
vínculo). El novio le da a conocer realmente 'quién es' cuando ella
le pide tomar decisiones y ella -a costa casí de su propia vida-
llega a entenderlo. Como dicen 'la verdad es dolorosa, pero duele una
vez. La mentira duele siempre'. Conocedora de la verdad tendrá que
enfrentar la vida con cobardía o con valentia. Ella duda ¿quién
puede tener claridad en un momento como ese? Nadie.
Andando entre la posibilidad de huir
para siempre o vivir, sin saber la respuesta, ella decide lo segundo.
El universo se confabula y le da una oportunidad, ella lo ha
decidido. Y hacía allá va. No importa si el río se presente muy
sinuoso o demasiado turbio y violento. Hay que seguir nadando.
Volviendo a lo de mi amiga, la volvi a
ver hace poco, de ese rostro aquejadumbrado que recordaba ya no había
ni sombras. 'Te ves mejor', le dije. 'Todo cambia' respondió.
'tenías razón, nada dura para siempre'. Algo bueno debe estar
ocurriendo en esa vida, pensé. De hecho que llegara al mar, no
importa sí el mar esta agitado o en calma, es el mar con todos sus
encantos escondidos.
Para ayudarla un poco más, le sugerí
meditar en lo siguiente. Recordándole algo: God is the breath inside
the breathing, look for Him.
Siéntate o échate cómoda. Cierra tus
ojos. Primero fíjate con atención en tu respiración. Como viene y
como se va. Respira con calma, observa como se llenan tus pulmones,
como te reconforta y como te hace sentir. Date cuenta de la tension
que existe en tu cuerpo... Con calma deja que la tensión
desaparezca. Has sufrido... Compadecete de ti... Dios esta en ti, tú
te has alejado de El.
Has buscado un lugar donde puedas ver
el cielo, donde te sientas relajada y feliz, quizás sea una silla de
mimbre, una toalla de felpa o unos cojines muy suaves. En el lugar
que plácidamente has elegido tienes la mejor vista del cielo.
Imagínate flotando plácida. Date cuenta del cielo, con sus nubes
moviéndose de un lado para el otro... Date cuenta que las nubes son
parte del cielo, tienen una forma y un determinado color. Las nubes
son parte del cielo, pero no son el cielo realmente.
Imagínate que tus pensamientos y tus
sentimientos son como las nubes del cielo. Tu mente es el cielo, mira
como tus pensamientos y sentimientos son como nubes que pasan por tu
mente, vienen y se van. Son muchos, demasiados, que aparecen y se
van, dejando a tu mente como sí fuera un cielo transparente. Son
algo que vienen y van... De pronto te dejas ganar por un pensamiento
o un sentimiento, déjalos ir. No te pegues a ninguno de ellos. Te
estas dejando ganar por uno de ellos, acéptalo con calma y vuelve a
fijarte en tu respiración... Una y otra vez estas respirando en este
momento. El cielo se estaba oscureciendo, sin embargo, ya se vuelve a
aclarar... Es lo que pasaba por tu mente, se llegó a ensombrecer,
pero dejaste que la nube cargada y oscura se fuera como vino... la
tolerarse y la viste desaparecer. Alguna vez las nubes llegan a
cubrir todo el cielo, cambian de color, ahora lo sabes, detrás de
esas nubes esta el cielo, brillante, puro y azul. Pon tus
pensamientos y tus sentimientos en las nubes, deja que sean parte del
cielo, pronto notarás que se van y te dejan el cielo que deseabas
ver.
El cielo existe detrás de las nubes..
Tu mente esta en paz...
Muchos de nosotros pensamos que
nuestros pensamientos y nuestra mente son lo mismo. Así como
nuestras emociones. Sin embargo, hay que aclarar que los pensamientos
y las emociones son eventos que vienen y se van. Son como nubes que
tras pasar dejan un cielo azul y en calma.
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