Wednesday, August 1, 2012

"Nueve reinas" y esos ladrones de la esquina.


Acabo de ver la película argentina 'Nueve reinas' por segunda vez y después de diez años aproximadamente. Creánme, la he vuelto a disfrutar. Diría mejor -para poder explicar- 'me he divertido'. Y como todos saben 'divertir' es uno de los requisitos principales de la ficción.
Pero no sólo me he divertido, la película también me ha hecho pensar en lo que se están convirtiendo sociedades como la argentina, la peruana y las naciones latinoamericanas, donde el robo esta en cada esquina y cada vez se vuelve tan descarada la forma de agenciarse de dinero que el dicho 'a quien Dios se la dio san Pedro se la bendiga' viene siendo ya parte de la aceptación popular, diría tal vez parte de la idiosincracia de cada país.
Recuerdo cuando mi buena amiga Carolina subió a un vehículo de transporte público y fue víctima de robo. El chofer y el cobrador de una combi, después de golpearla y tirarla contra el piso del vehículo, la pasearon por cuanto banco con cajero automático se presentara en la ruta para vaciarle todas las tarjetas de crédito. “Felizmente no abusaron de mi”, dijo 'la negra' recuperándose del susto y de algunos moretones.
Para seguir con mi relato estuve esperando la versión de un buen amigo, quien junto a su esposa llegó a Buenos Aires para celebrar sus 15 años de casado y se encontró con una gavilla de delincuentes bien organizados quienes ya lo esperaban en la puerta del hotel, con taxi incluído. 'Doctor bienvenido a la bella capital argentina', le dijeron para comenzar a expulgarlo de cuanto haba llevado para la celebración. Cuento esto de segunda mano, porque la víctima de los ladrones bonaerenses se esta recuperando de una cirugía y espero que pronto se recupere. A propósito, la operación no es secuela del robo bien orquestado. De la mala experiencia vivida en la tierra de la milonga y el tango han pasado algunos años.
Volví a ver la película de Fabián Belinski después de diez años y aún sentí la frescura de aquella primera vez. Nada ha cambiado desde entonces, diria mejor (para peor, claro) que la cosa ha ido en aumento.
Como ustedes recordarán, la película cuenta la historia de dos estafadores argentinos, quienes tiene tan sólo 24 horas para robarle a un político corrupto que esta de paso en Buenos Aires, con rumbo hacía otro país donde recibirá el beneficio del asilo. Y aquí viene la premisa, ladrón que roba ladrón tiene cien años de perdón.
En 24 horas, lo que equivale a que en dos horas de film tendremos una historia bien llevada, con tan buen ritmo que no te dará tiempo a nada, ni te permitirá salir de la sala de cine a comprar más palomitas de maíz o una bebida refrescante. Si te despegas del film perdiste la trama y retomarla será difícil de rearmar o seguir.
Desde el principio observas a los timadores tratando de hacer de las suyas. No se conocen y puede resultar raro que se encuentren para tramar lo que sigue. No es casual, el encuentro ya esta tramado y lo ha planeado uno de los protagonistas con un propósito que se dará a conocer al final de la película.
Ricardo Darín hace el papel de Marcos y desde el inicio parece ser el capo o el personaje principal de quien Gastón Pauls, Juan en el film, tiene que aprender. Juan debe reemplazar a la 'yunta' de Marcos por tan sólo un día. Marcos (Darín) es arrogante, con una falta de escrúpulos que le da igual estafar a una viejita, a un amigo o a su propia hermana. Es egoísta es una expresión non plus ultra. Se ha quedado con la herencia de la hermana y de su hermano menor. Este hermano menor ve en Marcos al hermano genial y bondadoso. Este amor desmedido del pequeño por su hermano es a la vista de la historia una contradicción, contradicción que el director llega a resolver al final de la película, porque de eso se trata una historia, no es verdad?
Belinsky pretende desenmascarar y dar una lección al protagonista.
La historia nada tiene que ver con el castigo moral, lo recalcó el director hace algunos años. Sin embargo, buscó denunciar la situación argentina de entonces. La actividad de los estafadores resulta cómica, pero si uno mira con atención hay algo de patético. ¿es en esto lo que nuestra sociedad se ha convertido?
Bielinsky no buscó que los espectadores se identificaran con los estafadores, pero sin quererlo lo logró. Y sí eso ocurrió hay algo que no esta bien en la Argentina y nuestros otros paises.
La historia para quienes la vieron no aborda delitos violentos del que el cine ha hecho gala, en esta oportunidad se cuenta una historia en el contexto de la delincuencia menor y lo que es más, la película no hace uso de desnudos, sexo u explosiones, tampoco de sangre regada por toda la pantalla.
Es más, para ser el trabajo de un director debutante, la película tuvo un logró espectacular, arrasó con todos los premios Cóndor en la Argentina del 2001.
El director hizo, además, algo muy destacado, ocultó la cámara y los actores hicieron su trabajo en las calles de Buenos Aires. Resulta cómico ver a Marcos apuntandocon el dedo a todos los transeúntes, diciendo que cada uno de ellos está a punto de cometer una fechoría. En aquel entonces Darín recibió el premio al mejor actor.
El diálogo me pareció genial. No se trata de médicos o predicadores haciendo su trabajo, se trata en este caso de dos estafadores de la calle, haciendo lo suyo, haciendo además aquello que los ladrones hacen, tratar de timar a todos, uno al otro en este caso, para demostrarse -entre ellos- quién es el mejor. Asimismo, se logra mostrar realmente a estos dos tipos. Si hemos dicho que Marcos es un tipo sin escrúpulos, lo que diga y haga tiene que ser el reflejo de su personalidad. Y lo vemos en su esplendor cuando habla con su hermana. Ella al verlo en su trabajo (un hotel de lujo) le previene de no robar a nadie, Ella dice:
-Este es mi trabajo y me rompo el culo doce horas diarías para conservarlo.
-No literalmente, espero-. Contesta él rápido y suspicaz.
Después no será nada extraño que Marcos empuje a su hermana a tomar una decisión indecente.
Con la película argentina recordé también una serie de historias que me han ocurrido o le han ocurrido a algunos buenos amigos peruanos.
¿A quien no le han robado en el autobús, en el tren o cuando se ha ido de viaje? Tengo algunas amigas que han perdido hasta los aretes sin que se den cuenta, cuando un hampón bien adistrado enredó el botón de la camisa con manga larga en los cabellos risados de la víctima. A quién no le han sacado la billetera después de una apretadura de personas en la puerta de salida, todo tramado desde luego. Hay algunos que han perdido la maleta completa cuando al tomar un taxi, el chofer arrancó el vehículo raudamente y desapareció de escena.
Con 'Nueve reinas' se me vino a la cabeza filmes como la clásica película peruana “Cuentos inmorales', las estadounidenses 'El golpe' o 'Sospechosos comunes'. Todos films llenos de nostalgia que no hay hecho sino cimentar mi deseo de volver a verlas. Y lo que es más, cuánto me gustaría tener la posibilidad de contar o hacer “Cuentos inmorales, segunda parte”. El reto esta ahí, sí es que alguien se anima.

No comments: