Tuesday, September 23, 2014

Con la escritora Annie Proulx en ‘Wyoming’.



Me pasó algo sorprendente con la escritora estadounidense Annie Proulx. Después que la leí no pude compenetrarme con otros cuentistas. Pasaron algunos meses para no tenerla muy presente y poder reconciliarme con otros narradores. La fuerza de su narración es tremenda, te ata como lector.

Annie Proulx saltó a la fama luego que uno de sus cuentos se hiciera película y ganara algunos premios de la Academia de Hollywood. La autora de ‘Brokeback mountain’ es una experta buceadora en la mente de sus personajes. Ella se sumerge hasta lo más profundo del alma humana para sacar una joya valiosa y ofrecerla a sus lectores. Hoy la podemos leer en español gracias a la reciente publicación de sus relatos en un libro titulado “Wyoming”.



Entre sus relatos favoritos esta “Nadando en el barro” y es precisamnete el que abordaré en esta oportunidad. El cuento fue publicado primero en la revista The New Yorker, en junio de 1998. No sé si la traducción del título al español de cuenta exacta de lo que Annie Proulx quiso decir cuando publicó su historia titulada ‘The mud bellow’. Como dice el mismo título, el cuento es una exploración más abajo del fango.

De ese fango del que algunas veces sale bien parado Diamond Felts, cuando un toro arisco lo tira del lomo. Felts es un muchacho de 23 años, quien desoyendo a su madre decide convertirse en un cowboy de los torneos para vaqueros del medio oeste estadounidense. Pero ¿qué hay detrás de esa decisión? ¿Por qué un joven quiere someterse a una prueba tan difícil?

Annie Proulx nos da una respuesta. La narración no es breve, comienza en el momento que Felts va a tratar de permanecer por muchos segundos en el lomo de un toro salvaje que ya es una leyenda por su mal genio. Al momento que los ayudantes abren las portezuelas de la caja-celda donde tienen inmóvil al cornudo en espera de la orden del cowboy que cree estar cómodo, la escritora decide comenzar su relato desde el principio. Diamond Felts esta trabajando en un lugar donde crían ganado, al final de la jornada y por diversión de los dueños se les pide a los nuevos trabajadores probar suerte con la monta de toros nada dóciles. El pequeño Felts sorprende a los ganaderos de este pueblo de Wyoming cuando permanece en el lomo del toro más allá del tiempo límite esperado y cuando sale despedido del animal aterriza de pie en el piso. El talento innato demostrado es prueba suficiente para que quienes ven la hazaña del pequeno joven lo alienten para que se haga profesional. Felts recuerda que la única vez que montó un toro fue cuando su padre lo llevó a cabalgar caballitos en un carrusel. Después de aquel día le comenta a su madre que se hará vaquero de competencias. Su madre desea verlo en la universidad, porque el rodeo es para chicos de abajo. Felts deja su casa y comienza su aventura. Con la pierna rota vuelve a casa, ahí descubrimos que su madre esta sola, ella vive con su hermano menor quien dice haberlo visto cuando el toro lo tiraba. La madre es muy opresiva con Diamond, no permite que su hijo se tome libertades, mucho menos que hable lisuras. Lo que le duele es que ella lo llame renacuajo. Es la madre quien lo lleva a conocer a un ex cowboy lisiado en su propósito de sacarlo de las competencias. El joven sigue desoyendo, pero recuerda algo muy feo que su padre le dijo cuando este dejó la casa y a su madre. Poco a poco ese enojo lo irá ganando y actuará con agresividad incluso con la esposa de una de sus colegas, quien como su madre osa llamarlo enano. La vida de Diamond Felts es la vida de un cowboy que pasa dificultades, pero persiste hasta encontrar algo. Ya lo han revolcado en el fango, pero no ha llegado a tocar fondo. Cuando volvemos al inicio sabemos que ese final esta próximo. El cowboy es sarandeado como una toalla. Cuando ocurre, el castigo del cowboy es doloroso, pero no es tan doloroso para Diamond, quien tratando de encontrar respuestas llama a su madre para preguntrarle, qué quiso decir su padre con lo que le dijo aquella vez que dejó la casa. Es el momento en el que entendemos por que este muchacho se ha sometido al castigo.

No tengo los pormenores de cómo Annie Proulx llegó a escribir este relato. No sé si sólo lo exploró o alguien le contó algunos pormenores. Pero usando la imaginación puedo llegar a verla pensando y preguntándose, por qué los jóvenes cowboys se tienen que arriesgar a montar los toros salvajes y verse expuestos a la posibilidad de salir disparados, romperse los huesos o morir. Ella encontró una respuesta, quizás no sea del todo cierto, pero es una excelente aproximación.

Brokeback mountain y Wyoming.

Lo que sí conozco es cómo la escritora estadounidense escribió ‘Brokeback mountain’. Ella dice que le gusta observar. Así que un día vio a un cowboy retirado de más de 60 años mirando a dos jóvenes que bebían y jugaban en un bar. ‘Esa mirada’ le picó la curiosidad. No fue una mirada cualquiera, esa mirada tenía un significado mayor. No fue un vistazo o una ojeada, era algo más. Ella trató de entender el significado profundo de esas pupilas dilatadas y allí se sumergió para pescar algo. De tanto estar buceando pudo llegar a tocar el fondo y entonces la pesca se hizo fácil. Supo entonces que se trataba de un homosexual, fue así que decidió escribir su relato traducido también como ‘En terreno vedado’.

El cuento -llevado al cine y traducido al español como ‘El secreto de la montaña’- es una de los trece relatos que forman parte del libro ‘Wyoming’, publicado por editorial Lumen. De este relato se ha escrito bastante y ha dado pie a que la escritora sea reconocida en el mundo entero. Aunque la historia no es precisamnete la mas leída por los pobladores del estado de Wyoming, como bien lo reconoce Proulx. El tema de la homofobía, la falsa moral y todo lo ‘feo’ que se pone al descubierto no ha sido muy tomado en cuenta.

Todos en todas las partes del mundo quieren sólo que se de a conocer lo arreglado y bonito de la fachada de sus casas, jamás quiere nadie que se hable de lo mas íntimo, por más que alguien lo haga con sentido humano y universal.

Nunca Annie Proulx dio a conocer una receta para escribir cuentos, ella suele decir que para escribir bien, hay que leer bastante y lo que si tengo presente es que ella suele decir que ‘el lugar es el que dirige el relato’. Cuando tú llegas a conocer un lugar llegas a saber a que se dedica la gente, de que se habla, cuales son sus costumbres y su historia y … (esto es mío) puedes ir a fondo sin necesidad de visitar sus casas.

Los guías de turismo recomiendan ir a Wyoming los últimos días del mes de julio. Es la temporada más caliente del año y es donde uno puede gozar de la naturaleza en todo su esplendor. Se puede visitar la capital Cheyenne si uno viene desde Denver – Colorado, estado con el que colinda al sur. Y siguiendo hacía el oeste en línea muy horizontal visitar Saratoga.

Para ser más preciso, Bird Cloud es el lugar donde vive Annie Proulx. Ella construyó su casa a su gusto precisamente en ese lugar. Ella vive allí desde 1995. Alguna vez Proulx contó que decidió ese lugar luego de andar presiguiendo a uno de los personajes de su novela ‘Postcard’ (Tarjeta postal) para no cometer el error de John Steinbeck, quien al escribir ‘Las viñas de la ira’ situó a sus personajes en un lugar donde jamás había ocurrido algo parecido a lo que contó. Bueno, el lugar donde ella vive es paradísiaco. Se trata de un rancho que se edificó al pie de peñasco por donde transcurren las aguas de un río caudaloso en épocas de lluvia y según sé el viento ruge como fiera invisible.



Wyoming es un estado casi despoblado, menos de 600 mil personas viven en un territorio que tiene 360 millas de largo por 280 millas de alto, pero sorpendentemente tiene el mayor porcentaje de suicidios en los Estados Unidos. Pero no se preocupen por eso, dice Proulx, si desean conocer una zona sorprendente, visiten el lugar. La cantidad de residuos fósiles y la tierra en constante ebullición, pareciera darnos cuenta que el pasado esta todavía ahí presente, al alcance de la mano.

El encanto de la zona, muy cerca a la Sierra Madre, es lo que cautivó a la escritora, quien después de estar viviendo en distintas partes de su país decidió asentarse en Bird Cloud. El rancho estuvo en venta, pero Proulx volvió a enamorarse y decidió seguir en su casa. Lo cierto es que su gran colección de libros –ella habla de más de cinco mil volúmenes- hace muy difícil el deseo de mudarse del lugar. Pero ella dice ‘sigo considerándome una gitana’ y tiene razón. Su padre es un franco canadiense que le acostumbró precisamente a eso, a mudarse constantemente.

Annie Proulx nació en Connecticut, estudió la escuela en Maine, estudió Historia en la universidad de Vermont, donde obtuvo altas calificaciones, pasó por Canadá y estuvo en Nuevo Mexico hasta que llegó a Wyoming.

Cuando uno escribe y descubre todo lo que tiene un lugar y quienes viven en ella -dice Proulx- es fácil poder sacarle todas las historias que uno desea. Uno observa y las historias aparecen en gran número, comenta. Precisamente en su libro de cuentos titulado ‘Wyoming’ notamos que Proulx tiene razón. En ese inmenso territorio casi virgen, sus pobladores cazan renos, se enfrentan a uno que otro grizzlie, crían ganados, a veces se animan por probar con algunos búfalos, montan toros, caballos, tienen que pagarle grandes sumas de impuestos al Estado porque el Estado es el verdadero dueño de esas tierras. El río crece, el viento destruye, la lluvia arrecía. La vida en un mundo duro es por consiguiente también duro. Los hombres pelean y algunas mujeres se tienen que pelear con los hombres para sobrevivir.

Detalles en torno a la vida de Annie Proulx

La madre de Annie Proulx fue pintora. Son cuatro hermanas.

‘Heart song’ fue su primer libros de cuentos. Fue publicado cuando la escritora tenía 53 años. Ganó el Premio Pulitzer. Tiene una novela traducida al español, Atando cabos, que también ha sido llevada al cine. Comenzó a escribir con las iniciales de su nombre E. A. Proulx.

Siempre le ha interesado el tema de los inmigrantes. ¿Por qué vienen, por qué se quedan? Y ¿por qué no se van pese a estar pasando lo peor?

Sus ancestros vinieron a América del Norte antes que llegaran los inmigrantes del barco Mayflower.

Estuvo tres veces casada. Nunca pensó ser escritora, pues se considera más lectora.

Le encanta trabajar sola, sin burocracía y sin la gente irrespetuosa que se encuentra en las oficinas. La vida de una escritora es perfecta para mi, dice, ‘puede escribir cuando deseo, si me despierto a las 3.00 a.m. escribo sí así lo deseo.

Le encanta el rodeo y tiene una gran colección de libros acerca del tema. Le encanta el tema de borrachos, pero no sólo en el rodeo hay borrachos, mi ex primer suegro lo fue, comenta.

No cree en los premios. “Los premios se crean en los Estados Unidos, hay gente que busca libros con una gran etiqueta”.

Sorprende cuando dice que es raro que lea ficción.

Para escribir Annie Proulx busca el lugar y tras hacer un investigación de la situación económica, cultural y se lanza a escribir. Le gusta escribir en tercera persona.

Para la escritora un cuento es una forma superior de literatura. Escribe el final primero. Siempre sabe a donde va. Sé como acabará y tengo una simple idea final que sostendrá todo.

Un cuento demanda mucho, hay que tener un gran conocimiento de la naturaleza humana y sus puntos particulares. En el cuento cada palabra cuenta y la puntuación dice mucho. No creo que haya cultivado un estilo, escribo como soy. Escribe a mano y soy capaz de escribir una historia 16 veces. Admira a Aidan Higgins de quien dice que es el mejor narrador, tiene un sin número de buenas oraciones.

El problema de los escritores es que son lectores muy pobres. La escritura viene de la lectura y la lectura es el mejor profesor para escribir.

A mi me sorprende mucho la imaginación, dice la escritora, quien escribió mucho acerca del tema.

Escribe desde el punto de vista de hombre. Siempre quise un hermano y los hombres siempre están haciendo cosas. Me gusta explorar su mundo, concluye.

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