Thursday, July 24, 2014

'Elefante blanco' y la premisa de ficción.


Cuando el padre Julián (Ricardo Darín) se entera que tiene un cáncer incurable ‘piensa’ que tiene que buscar a alguien comprometido con su fe y el servicio para completar su tarea: terminar el hospital y ayudar a los necesitados de una villa muy pobre en la capital argentina.  Aguantará hasta lograr y tener al reemplazo.

Esta es la premisa de la película ‘Elefante Blanco’ dirigida por Pablo Trapero. La premisa es el punto principal en torno al cual gira una historia de ficción. Todo lo que se cuenta está y tiene que estar subordinada a ese gran objetivo: probar el enunciado (1).

Por eso, al principio del film, vemos a una persona desconocida que observa como se masacra a los moradores de una comunidad en la selva junto a las riberas del río Amazonas. El personaje esta herido y huye. Desde su escondite, el testigo puede ver cómo se acaba con todos los nativos de esa comunidad y sumido en el miedo prefiere quedarse donde esta para salvar su vida. Lo ocurrido lo marca y juega a favor de su decisión final.

Hasta la selva, a bordo de un barco, el padre Julián llega a rescatar a un amigo, recién entonces sabremos que se trata del padre Nicolás, el testigo de la masacre de nativos. Junto al joven sacerdote, Julián volverá a la Argentina para presentar el mundo en el que se mueve y sueña. Aunque es el momento de su peor pesadilla.

El padre Julián no hará ningún comentario respecto a su enfermedad para evitar la lástima que se cierne por quien supuestamente tiene fecha de partida.

El mundo en el que se mueve Julián es de extrema pobreza. Es una villa –muy similar a las favelas o las invasiones de terrenos en las afueras de toda gran ciudad. En esta oportunidad estamos en una de los extremos de Buenos Aires donde viven hacinados y en condiciones infrahumanas un gran número de inmigrantes que han llegado a la capital argentina desde diversas partes de sudamérica.

Las precarias viviendas se han levantado con esfuerzo, algunas son de cartones, otras de tablones de madera, pocas tienen ladrillo y concreto y se cubren con lo que se puede, escasean los techos con planchas de zinc. Todas las viviendas se construyen alrededor de un gran hospital. El hospital es el gran sueño del padre Julián.

Julián le va contando al recién llegado Nicolás todos los avatares que sufre para que los trabajos en el hospital continuen. El hospital se proyectó hace más de treinta años atrás y se pensaba que el nosocomio sería el más grande de esta parte del continente. Sin embargo, la desidia, el saqueo presupuestal, los continuos cambios políticos han hecho que la obra pase a demoninarse un elefante blanco: un monumento abandonado, sin uso y valor. Aquí comenzamos a entender la razón del título de la película.

Junto a Julián están algunas pocos colaboradores, entre los que destaca Luciana, una bella trabajadora social que cumple también el papel de secretaría y mano derecha del sacerdote. Ella no tiene ningún nexo sentimental con Julián, situación que da cuenta, además, de la vocación célibe del personaje principal.

Los obispos católicos son los personajes secundarios que se agrupan en torno a Julián y el hospital y con ellos hay que lidiar para conseguir los fondos necesarios para continuar la obra. Este grupo de autoridades eclesiásticas serán los personajes antagónicos de la historia que Pablo Trapero nos cuenta. Son los desinteresados y siempre son quienes encuentran excusas para negar el dinero que se necesita para seguir la construcción.

Estarán también en el submundo muchos de las personas que viven en la villa pobre, denominada con acierto ‘La ciudad oculta’. Entenderán que es una lugar que muchos prefieren ignorarla por ser un dolor de  cabeza para todos. La policía siempre estará al acecho tratando de atrapar a un ladronzuelo o a uno de los cabecillas de las organizaciones criminales que pululan en la zona.

En este juego de policías y ladrones hay algunos personajes que Trapero crea con acierto para darle el aire dramático que requiere su película. Por un lado estará el joven llamado “monito”, un drogadicto y criminal a quien el padre Julián da gran atención. Y por el otro estará el capataz, un ayudante del sacerdote, quien termina siendo descubierto y por quien además se gesta el final que se necesita para ensalzar aún más el papel principal. Resulta vital para la historia ver a Julián en actos que lo acercan a un santo.

El padre Julián sufre los estragos de la enfermedad terminal, pero se esfuerza por seguir bregando sin hablar de su mal. Por un lado tiene que pelear con las autoridades de la iglesia y por otros tiene que estar en armonía con los ‘poderes’ al interior de la villa. En la villa, existen dos bandos criminales que siempre andan en pleitos. La política de Julián es no intervenir, ni pactar con los vendedores de drogas, pero ante un crimen y ante el desinterés por devolver un cadáver, el padre Nicolás decide intervenir poniendo en juego su propia seguridad. Julián teme por primera vez que su proyecto de terminar el hospital se quede donde esta luego de su inminente desaparición física. El elefante blanco seguirá exhibiendo su gran tamaño, seguirá siendo el feo lunar de la cara de la ciudad. Una confirmación más de la tremenda y baja catadura moral de sus autoridades.

Para la tranquilidad del padre Julián, Nicolás claudica y acepta las reglas de juego que su superior a impuesto en el grupo de trabajo pastoral. Pero hay una tentación más a vencer, Nicolás se enamora de la pujante Luciana, quien dejando su propio bienestar prefiere sacrifircarse por los pobres. El reciente y restablecido sacerdote cae rendido ante esta mujer de lucha y bondad. En sus diálogos nos contarán más de Julián. Sabremos entonces cuánto es que Julián sabe de Nicolás. Ante su confesor Nicolás ha contado su vida. Julián sabe que eligió bien, aunque por ratos dude o tema.

Además, para efectos de probar la premisa y superar todos los escollos, Nicolás tiene que pasar las pruebas, todas. El amor a una mujer es el escollo más difícil en esta historia. Veremos ahí si prima su vocación sacerdotal. Al final descubriremos si Julián tiene razón. Si es así, podrá irse en paz. Por eso, Julián nunca juzga la relación de Luciana y Nicolás, él sabe que el servicio a los demás es más fuerte en su hermano de fe.

Un hombre que ha vivido, como el padre Julián vive no puede morirse en la cama, sin luchar. Por esa razón, Trapero busca un final digno de su personaje principal. Monito asesina a un policía. La policía esta tras los pasos del delincuente juvenil, sabe que el muchacho irá a buscar al sacerdote. La policía le tiende entonces una trampa. Envían a un policía a tomar la justicia por cuenta propia, pero Julián comprometido con la vida y la justicia no permitirá eso, aunque lo que haga le cueste ser juzgado mal y muera. El santo prefiere que sea Dios quien lo juzgue.

Una cuestion final, la película sirve también para ver cómo un hombre desesperado, viviendo en un submundo, decide seguir abrazado a esa vida de dolor y sufrimiento. Ver cómo Monito suelta la mano de quien trata de rescatarlo de ese submundo y prefiere hundirse más y más en ese pántano podrido nos hace repensar nuestra vida. ¿La desesperanza es un imán que no sólo jala, también succiona?

En honor a la verdad, no creo que el director haya pensado en un mensaje moralizador cuando se lanzó a escribir y filmar su película. Ese detalle es algo adicional que enriquece la historia.

Bien, para quienes desean aprender a hacer guiones respetando las premisas –que es como deben escribirse las historias de ficción-  ésta es una película que deberíamos ver, por esta razón me di el trabajo de escribir algo acerca de ‘Elefante Blanco’ dos años después de haber sido filmada.

El padre Julián encuentra a alguien que continuará su obra. Se prueba la premisa.

Y, por último, no hay nada mejor que observar nuestro mundo latinoamericano, donde hay tantas, tantísimas cosas que hacer.


(1)    Una buena premisa da cuenta de un personaje envuelto en un conflicto. De todo eso saldrá una conclusión. Una historia dramática es la transformación de un personaje que vive una crisis. La premisa es el resumen breve de esa transformación. Ejemplo, un cura busca dar mejor vida a mucha gente pobre, herido de muerte lucha y busca a alguien parecido que lo reemplace, no se irá hasta que logre dar con esa persona.

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