Cuando el padre Julián (Ricardo Darín) se entera que tiene
un cáncer incurable ‘piensa’ que tiene que buscar a alguien comprometido con su
fe y el servicio para completar su tarea: terminar el hospital y ayudar a los
necesitados de una villa muy pobre en la capital argentina. Aguantará hasta lograr y tener al reemplazo.
Esta es la premisa de la película ‘Elefante Blanco’ dirigida
por Pablo Trapero. La premisa es el punto principal en torno al cual gira una
historia de ficción. Todo lo que se cuenta está y tiene que estar subordinada a
ese gran objetivo: probar el enunciado (1).
Por eso, al principio del film, vemos a una persona
desconocida que observa como se masacra a los moradores de una comunidad en la
selva junto a las riberas del río Amazonas. El personaje esta herido y huye.
Desde su escondite, el testigo puede ver cómo se acaba con todos los nativos de
esa comunidad y sumido en el miedo prefiere quedarse donde esta para salvar su
vida. Lo ocurrido lo marca y juega a favor de su decisión final.
Hasta la selva, a bordo de un barco, el padre Julián llega a
rescatar a un amigo, recién entonces sabremos que se trata del padre Nicolás,
el testigo de la masacre de nativos. Junto al joven sacerdote, Julián volverá a
la Argentina para presentar el mundo en el que se mueve y sueña. Aunque es el
momento de su peor pesadilla.
El padre Julián no hará ningún comentario respecto a su
enfermedad para evitar la lástima que se cierne por quien supuestamente tiene
fecha de partida.
El mundo en el que se mueve Julián es de extrema pobreza. Es
una villa –muy similar a las favelas o las invasiones de terrenos en las
afueras de toda gran ciudad. En esta oportunidad estamos en una de los extremos
de Buenos Aires donde viven hacinados y en condiciones infrahumanas un gran número
de inmigrantes que han llegado a la capital argentina desde diversas partes de
sudamérica.
Las precarias viviendas se han levantado con esfuerzo,
algunas son de cartones, otras de tablones de madera, pocas tienen ladrillo y concreto
y se cubren con lo que se puede, escasean los techos con planchas de zinc.
Todas las viviendas se construyen alrededor de un gran hospital. El hospital es
el gran sueño del padre Julián.
Julián le va contando al recién llegado Nicolás todos los
avatares que sufre para que los trabajos en el hospital continuen. El hospital
se proyectó hace más de treinta años atrás y se pensaba que el nosocomio sería
el más grande de esta parte del continente. Sin embargo, la desidia, el saqueo
presupuestal, los continuos cambios políticos han hecho que la obra pase a demoninarse
un elefante blanco: un monumento abandonado, sin uso y valor. Aquí comenzamos a
entender la razón del título de la película.
Junto a Julián están algunas pocos colaboradores, entre los
que destaca Luciana, una bella trabajadora social que cumple también el papel
de secretaría y mano derecha del sacerdote. Ella no tiene ningún nexo
sentimental con Julián, situación que da cuenta, además, de la vocación célibe
del personaje principal.
Los obispos católicos son los personajes secundarios que se
agrupan en torno a Julián y el hospital y con ellos hay que lidiar para
conseguir los fondos necesarios para continuar la obra. Este grupo de
autoridades eclesiásticas serán los personajes antagónicos de la historia que
Pablo Trapero nos cuenta. Son los desinteresados y siempre son quienes
encuentran excusas para negar el dinero que se necesita para seguir la
construcción.
Estarán también en el submundo muchos de las personas que
viven en la villa pobre, denominada con acierto ‘La ciudad oculta’. Entenderán
que es una lugar que muchos prefieren ignorarla por ser un dolor de cabeza para todos. La policía siempre estará
al acecho tratando de atrapar a un ladronzuelo o a uno de los cabecillas de las
organizaciones criminales que pululan en la zona.
En este juego de policías y ladrones hay algunos personajes
que Trapero crea con acierto para darle el aire dramático que requiere su película.
Por un lado estará el joven llamado “monito”, un drogadicto y criminal a quien
el padre Julián da gran atención. Y por el otro estará el capataz, un ayudante
del sacerdote, quien termina siendo descubierto y por quien además se gesta el
final que se necesita para ensalzar aún más el papel principal. Resulta vital
para la historia ver a Julián en actos que lo acercan a un santo.
El padre Julián sufre los estragos de la enfermedad
terminal, pero se esfuerza por seguir bregando sin hablar de su mal. Por un
lado tiene que pelear con las autoridades de la iglesia y por otros tiene que
estar en armonía con los ‘poderes’ al interior de la villa. En la villa,
existen dos bandos criminales que siempre andan en pleitos. La política de Julián
es no intervenir, ni pactar con los vendedores de drogas, pero ante un crimen y
ante el desinterés por devolver un cadáver, el padre Nicolás decide intervenir
poniendo en juego su propia seguridad. Julián teme por primera vez que su proyecto
de terminar el hospital se quede donde esta luego de su inminente desaparición
física. El elefante blanco seguirá exhibiendo su gran tamaño, seguirá siendo el
feo lunar de la cara de la ciudad. Una confirmación más de la tremenda y baja
catadura moral de sus autoridades.
Para la tranquilidad del padre Julián, Nicolás claudica y
acepta las reglas de juego que su superior a impuesto en el grupo de trabajo
pastoral. Pero hay una tentación más a vencer, Nicolás se enamora de la pujante
Luciana, quien dejando su propio bienestar prefiere sacrifircarse por los
pobres. El reciente y restablecido sacerdote cae rendido ante esta mujer de
lucha y bondad. En sus diálogos nos contarán más de Julián. Sabremos entonces
cuánto es que Julián sabe de Nicolás. Ante su confesor Nicolás ha contado su
vida. Julián sabe que eligió bien, aunque por ratos dude o tema.
Además, para efectos de probar la premisa y superar todos
los escollos, Nicolás tiene que pasar las pruebas, todas. El amor a una mujer
es el escollo más difícil en esta historia. Veremos ahí si prima su vocación
sacerdotal. Al final descubriremos si Julián tiene razón. Si es así, podrá irse
en paz. Por eso, Julián nunca juzga la relación de Luciana y Nicolás, él sabe
que el servicio a los demás es más fuerte en su hermano de fe.
Un hombre que ha vivido, como el padre Julián vive no puede
morirse en la cama, sin luchar. Por esa razón, Trapero busca un final digno de
su personaje principal. Monito asesina a un policía. La policía esta tras los
pasos del delincuente juvenil, sabe que el muchacho irá a buscar al sacerdote.
La policía le tiende entonces una trampa. Envían a un policía a tomar la
justicia por cuenta propia, pero Julián comprometido con la vida y la justicia
no permitirá eso, aunque lo que haga le cueste ser juzgado mal y muera. El
santo prefiere que sea Dios quien lo juzgue.
Una cuestion final, la película sirve también para ver cómo
un hombre desesperado, viviendo en un submundo, decide seguir abrazado a esa
vida de dolor y sufrimiento. Ver cómo Monito suelta la mano de quien trata de
rescatarlo de ese submundo y prefiere hundirse más y más en ese pántano podrido
nos hace repensar nuestra vida. ¿La desesperanza es un imán que no sólo jala, también
succiona?
En honor a la verdad, no creo que el director haya pensado
en un mensaje moralizador cuando se lanzó a escribir y filmar su película. Ese
detalle es algo adicional que enriquece la historia.
Bien, para quienes desean aprender a hacer guiones respetando
las premisas –que es como deben escribirse las historias de ficción- ésta es una película que deberíamos ver, por
esta razón me di el trabajo de escribir algo acerca de ‘Elefante Blanco’ dos años
después de haber sido filmada.
El padre Julián encuentra a alguien que continuará su obra.
Se prueba la premisa.
Y, por último, no hay nada mejor que observar nuestro mundo
latinoamericano, donde hay tantas, tantísimas cosas que hacer.
(1)
Una buena premisa da cuenta de un personaje
envuelto en un conflicto. De todo eso saldrá una conclusión. Una historia dramática
es la transformación de un personaje que vive una crisis. La premisa es el
resumen breve de esa transformación. Ejemplo, un cura busca dar mejor vida a
mucha gente pobre, herido de muerte lucha y busca a alguien parecido que lo
reemplace, no se irá hasta que logre dar con esa persona.
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