Hace más de un mes estaba hablando con
un amigo y me preguntó ¿si tuvieras que sugerir qué hacer a
alguien, qué es lo primero que se te ocurriría?. No lo pensé mucho
y respondí. Que lea uno, dos veces o más el libro 'El hombre en
busca de sentido', del siquiatra austríaco de origen judío Viktor
Frankl.
Recordé a Frankl porque este amigo me
estaba contando su sufrimiento y le dije citando al sobreviviente de
Auschwitz “cuando un hombre descubre que su destino es sufrir,
tiene que aceptar ese sufrimiento, nadie puede redimirle de ese
sufrimiento, ni sufrir en su lugar. Lo que hay que hacer es adoptar
una actitud ante eso y emprender una tarea. Hay que hacer algo, con
esperanza y sin desmayo”.
Acabo de volver a hablar con este amigo
y me dijo, acabo de releer el libro que sugeriste y tenías razón.
Viktor Frankl no sólo estuvo en
Auschwitz, los nazis lo pasearon por varias prisiones hasta que lo
llevaron al peor y más temido. Sufrió y estuvo a punto de morir,
pero sus ganas de hacer algo lo mantuvieron con vida.
Frankl cuenta que deseaba recuperar el
manuscrito que los esbirros alemanes le habían confiscado, era su
meta, al ser liberado se dedicó a escribir la terrible experiencia
por la que pasó y creó una escuela de Logoterapia.
Viktor Frankl era un buen lector del
filósofo Frederick Nietzsche y cuando tenía que enfrentrar alguna
situación tremenda lo citaba. “El que tiene un porque para vivir,
siempre va a encontrar un como” era la favorita del psiquiatra.
Mi buen amigo no sólo tenia la cita
del filósofo alemán, tenía también un buen número de citas que
extrajo del libro de Frankl y muy gentilmente me las entregó.
Recordé que cuando yo leí “El hombre en busca de sentido”
también había copiado algunas de sus frases y las había pegado en
algunos rincones de mi cuarto para recordarlas.
“En las horas dificiles siempre hay
alguien -un pariente vivo o muerto, Dios- que observa nuestro
comportamiento ante el destino. Ese alguien espera que no lo
decepcionemos, al contrario espera que suframos con estoicismo -y no
miserablemente- y si morimos que lo hagamos con dignidad”
Para mi -siempre lo digo- mi abuelo y
mi padre son aquellos seres que me dicen: 'vamos tú puedes, no es
para tanto'.
Con la lista que me dio mi buen amigo
pensé, 'lo voy a copiar y se los ofreceré a quienes estén
sufriendo y decidan hacer algo para cambiar ese sufrimiento. Aquí
tienen algunos.
-Los problemas siempre existirán, pero
pese a eso hay que esforzarse y luchar por una meta o una misión que
valga la pena.
-Obra como si vivieras por segunda vez
y la primera vez lo hubieras hecho tan desacertadamente como estas a
punto de hacerlo ahora.
-Ama, el amor te hará ver tus
potencialidades ocultas.
-Olvídate de ti mismo, ordénate hacía
algo o alguien. Sacrifícate por todo eso.
-En todo momento el hombre debe decidir
-para bien o para mal- cual será el monumento de su existencia.
-Que la verdad se imponga por sí
misma, que nadie te la imponga.
-El miedo provoca precisamente aquello
que se teme y viene la ansiedad. El temor se reemplaza por un deseo
paradógico. Asúmelo y verás que el viento se aleja de las velas de
la ansiedad.
-Aprende a usar tu tiempo. No caigas en
los extremos de la tensión y el aburrimiento.
- Expulsa el sufrimiento de tu ser con
lágrimas, pues si eres bien hombre llorarás.
-La vida siempre espera algo de ti.
-Sólo hay dos razas de hombres, los
decentes y los indecentes.
-Uno puede elegir y ser capaz de
conservar la dignidad humana
-Son las circunstancias adversas o
difíciles las que otorgan al hombre la oportunidad de crecer
espiritualmente más allá de sí mismo.
-La vida es como visitar al dentista,
siempre crees que lo peor esta por llegar, cuando en realidad ya ha
pasado.
-Un destino de sufrimiento nos ofrece
la oportunidad y el desafío de alcanzar nuestra autorealización.
Cada uno puede convertir una
experiencia tremenda en una victoria.Transformar la vida es un
triunfo interior.
-En los momentos difíciles busca e
imagina (oblígate a pensar) cosas positivas.
-Buscate una meta, un objetivo.
-Descubre un sentido de vida. La vida
esconde un sentido.
-El viejo que obra con sentido, no
tiene porque envidiar al joven. En vez de las posibilidades por
hacer, cuento con las realidades de mi pasado: mis trabajos sentidos
y regalados y los sufrimientos asumidos con valentía. De esos
sufrimientos es de los que me siento más orgulloso, aunque quizás
no susciten envidia.
El libro de Frankl es uno de los
tesoros literarios que la Biblioteca Nacional de los Estados Unidos
decidió tener en su colección por el gran aporte que ha dado a la
humanidad. Ningún psiquiatra fue testigo presencial de toda la
barbarie en la que cayó el género humano.
Frankl dice que en los campos de
concentración, 'mientras unos se comportaron como cerdos, otros lo
hicieron como santos'.*
*Ojo, en su trabajo Frankl se refiere
por igual a víctimas y victimarios. Entre los victimarios hubo
algunos que se portaron como se debe y entre las víctimas hubo
aquellos al no haber tenido nada y tener algo (habla aquí de los
capos judíos de la prisión) se rebajaron como personas y sacaron lo
peor que tenían en el alma.
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