Ken Follet es un escritor que enseña a
escribir. No es que sea un maestro del estilo, pero sí es un maestro
al momento de enganchar a sus lectores. Uno no puede saltarse los
capitulos porque hay mucho tensión dramática dentro de cada uno de
ellos que es necesario ver y analizar. Son cerca de mil páginas muy
bien hilvanadas que te mantienen en suspenso a cada momento, sin
aburrirte.
Follet aprendió, pienso, toda su
técnica estilística, del cine. No se pierde mucho en discusiones
bizantinas, le gusta ir al grano y lo hace para mantener enganchado a
sus lectores con la acción. Sus escenas son muy visuales y en cada
escenario sus personajes se mueven como deberían hacerlo.
Uno de sus personajes, Lloyd, esta en
España a donde ha ido a pelear para defender la democracia y a
frenar, desde su punto de vista, a quienes se tratan de aprovecharse
del poder. Antes estuvo en Alemania y ha observado como actúan los
fascistas y lo que es más, sabe -por experiencia- quienes son
realmente. Lo descubre al ser detenido junto a su amigo por un mal
policía, quien gracias a sus 'servicios nazis', se ha encumbrado de
poder y abusa del mismo. Al no conseguir hacerse de un restaurante,
busca la forma de hacerlo y acusa a los dueños del lugar deseado de
algo que para los seguidores de Hitler es inmoral, ser homosexual. El
amigo de Lloyd termina siendo devorado por una jauría de perros que
los 'camisas negras' han entrenado y el joven inglés observa todo
eso con estupor desde su celda.
Es un chico listo, no se queda en la
mera observación, actúa, asocia, interpreta. Es un personaje
construido con las características de un héroe. Se enamora, pero no
es correspondido. Es el lado flaco de Lloyd. Sabiendo que los
fascistas tratan de llegar al poder también en España, decide
enlistarse, ir a pelear a favor de la república. Y lo hace luego de
verse rechazado por su amada.
Ken Follet construye al personaje así
por un motivo -la motivación es importante en cada personaje- debe
conocer el lado feo de la vida para ser quien esta destinado a ser.
Muchas veces, quienes parecen ser buenos, no lo son del todo, es lo
que debe ver Lloyd de manera directa.
En España se enlista junto a los
republicanos para enfrentar a los rebeldes fascistas de Franco. Pese
a ser más en número de soldados y armas, terminarán perdiendo
todo. ¿Por qué? Nos preguntamos. Porque quienes estaban al mando de
todas las operaciones militares republicanas eran los rusos. Estos,
cegados por sus ideas confundidas de revolución y contrarevolución,
de lealtad y traición, están más atentos contra aquellos que dan
cuenta de independencia y mero sentido común. Si entre los fascitas
alemanes habían malos policías que se aprovechaban de su posición
'ganada' con sobonería, en el lado comunista ruso también había
los mismos tipos débiles de espíritu y sin criterio sensato y
justo.
La construcción que hace Follet de
esta situación está muy bien pensada. ¿Cómo es que el escritor
inglés logra mostrar todo esto? Actuando a sus personajes. La acción
a la que se ven expuestos los hace ver como son. Lograr eso cuesta
trabajo, trabajo que se gana con la práctica, la observación, la
paciencia y consultando a quienes conocen más de todo esto.
En un lugar de España han coincidido
Lloyd y Ilia, éste último es un miembro del servicio secreto ruso,
quien trata de ganar cualquier posibilidad a su favor usando la
acusación de revisionista troskista para quien se le pone en camino.
Basta una opinión en contra para acusar a cualquiera de traición al
Partido.
La ceguera rusa es tan parecida a la
ceguera nazi. Lo notamos de inmediato.
Sabemos quien es Ilia porque Follet lo
ha retratado antes en Moscú. Ilia tiene el cerebro tan angosto que
no piensa más que en lo que le dicen sus superiores, quienes lo usan
para actuar sin razonar. Es un típico caballo con ojeras, con el
perdón de los caballos. Si ve a una mujer en el camino busca la
forma de aprovecharse de ella. Es en ese contexto que Ilia se ve
enfrentado a Lloyd. Lloyd, quien no está tras ninguna dama,
sencillamnete trata de proteger a una enfermera cuando ve a Ilia
forzándola a aceptar su proposición. Su oposición le hace ganar a
un enemigo de temer. Es precisamente cuando buscando un baño en la
noche pone en peligro su vida. De no ser por su amigo Dave, sin duda
no hubiese podido seguir en la historia. Pero aquí hay que destacar
el trabajo del escritor, que lo salva a cada paso que da, teniendo en
cuenta -claro- la construcción de la historia.
Cuando Lloyd trata de dar sugerencias,
la estrechez de su superior ruso se hace evidente. 'Debemos avanzar
sin freno, dejando que las fuerzas de la segunda línea terminen el
trabajo', dice Lloyd. 'Es la posición del desacreditado general
Tuchachevski, quien ha sido ejecutado', responde el comandante ruso.
El oficial ruso se siente desacreditado por un oficial de menor rango
quien pone en evidencia su falta de conocimiento militar. Lloyd se
gana un segundo enemigo. Un enemigo que es incompetente y tiene miedo
es de temer doblemente, pero Lloyd no lo sabe aún y tendrá que
descubrirlo pasando por una prueba muy dura. Es necesario que el
personaje crezca, camine y pase obstáculos.
La revancha del cobarde vendrá cuando
Lloyd y su pelotón son lanzados a tomar una posición atestada de
rebeldes y lo tendrán que hacer con muy pocas municiones y en mala
posición. Sólo seis sobreviven en el grupo de un total de
treintacinco. Lloyd decide la retirada, hecho que disgusta al
comandante ruso, quien acusa a los sobrevivientes de cobardía y de
no cumplir con las órdenes dadas. Usando su revólver juzga y
dispara contra Dave, cobrándose además una baja rusa. (Dave había
matado a un soldado ruso defendiendo a Lloyd cuando casí es víctima
de Ilia. Ilia se salva huyendo entre las malezas y protegido por la
noche y es casi seguro que anda regando con sus paisanos rusos la
acusación contra el joven inglés). Lloyd se salva, aquí una vez
más Follet lo salva. Lo deja mal herido, con una bala en el brazo.
Lloyd llega a darse cuenta de que los extremos son malos, fascismo y
comunismo son puntas de una misma cuerda. Lloyd regresa a Inglaterra,
desertando del grupo de republicanos. Una vez más Follet le presta
ayuda a su personaje.
Lo que uno aprende con el escritor
inglés es también a manejar la escena para dar a esta el grado de
conflicto que se requiere para hacer que la historia avance y el
lector no se aburra. Si un capítulo empieza de forma positiva,
mostrando al personaje feliz, hay algo tremendo que lo hace terminar
de manera negativa. O viceversa. Y es en ese proceso que el personaje
habrá ganado en madurez. Evoluciona. Lloyd es testigo directo de dos
situaciones extremas, que le hacen ver lo terrible de los regímenes
totalitarios, donde se confiscan las libertades por codicia, por
miedo, por venganza, para esconder las heridas tremendas de aquellos
sujetos que se asocian para delinquir, pues en el fondo son cobardes
y son incapaces de hacer algo para cambiar lo que esta realmente
podrido. Con esto mostramos cómo el personaje va creciendo. Cuesta,
es doloroso, pero es lo que nos muestra la vida y en esta historia es
lo que nos muestra el escritor.
Saludo con esto y agradezco el trabajo
de Ken Follet a quien -por cierto- debo terminar de leer.
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