Thursday, May 17, 2012

Un film bonito de Feo Aladag.


Para muchos resulta dificil cambiar de punto de vista. Si el punto de vista está errado nos aferramos a la misma apelando a lo que sea, creencia religiosa, enseñanza de los padres, el qué dirán de la gente, etc. Hace algún tiempo atrás un amigo me dijo “si deseas ser feliz, cambia tus pensamientos negativos por positivos”. Vaya y cómo hacerlo?
Decirlo es fácil, lo sé, pero otra cosa en hacerlo. Lo intenté sin conseguirlo. Entonces volví a recurrir a los consejos de mi amigo, quien me dijo 'pensar de manera positiva es una hábito que debemos desarrollar para curar nuestras heridas físicas y espirituales'.
-Claro, eso también es fácil decirlo, pero otra cosa es hacerlo.
-Hay que aprender a jugar en favor de uno mismo- añadió.
Algunos dicen que necesitamos una escuela donde desaprender cosas, las cosas que nos aferran a la tarjeta de crédito, al carro en reemplazo de caminar, al soñar despierto en vez de realizar, en fin, tantas cosas tontas.
Leí también que el ejercicio pasa por aprender a mirar nuestros pensamientos, cosa dificil, por cierto. Todos actualmente andamos como despistados, muchas veces pensando en algo que no tiene importancia. Cuando llegamos a aprender a mirar en nosotros mismos, mientras observamos un pensamiento de rencor, hay que cambiarlo por uno de compasión. Si nos llenamos de pensamientos de odio hay que cambiar buscando un pensamiento de amor. Si sientes que envidias, aplaude a alguien que conseguió algo. Nunca debemos aceptar que nosotros estamos odiando, sencilla y llanamente decir que tenemos un sentimiento de odio. Porque si nos damos cuenta, somos sentgir y pensar en la mayoría del tiempo.
Alguien habla de 60 mil pensamientos al día. El peruano Marco Aurelio Denegri agrega que cada siete minutos tenemos un pensamiento sexual.
Hace poco volví a encontrar a mi amigo, quien esbozando una sonrisa me preguntó:
-Cómo te va con el hábito diario de pensar de manera positiva?-
-Ahí- me animé a responder.
-Si lo intentas todos los días, en cualquier momento te darás cuenta que estas cambiando.
-Ojalá.
-Para darte una mano te sugiero algo. Mira una película que tenga que ver con religión, con dogmatismo o con todas esas cosas que te imponen por encima de la razón.
Dar con la movie no fue tarea fácil, pero mientras uno busca, encuentra. Fue así que llegó a mis manos el film de Feo Aladag titulado “When we leave” (Cuando salimos, traduciendo, pero a las películas siempre les cambian el título para hacerlas más llamativas). El film tenía buena crítica y el nombre de Feo me parecía una contradicción. 'Si debo cambiar algo debe ser de feo a bonito', pensé. Fue así que vi la película. Para comenzar les diré que la misma es alemana abordando un tema turco.
Una mujer huye de su opresivo matrimonio, llevándose a su único hijo. Ella espera encontrar una vida más saludable y feliz con su familia, pero su inesperada llegada crea un conflicto familiar muy intenso. La familia en cuestión esta atrapada en sus convencionalismos ancestrales. Los padres aman a su hija, pero están más preocupados con el que dirán de sus vecinos, familiares y amigos.
Para seguir con las contradicciones por cambiar les diré que Feo Aladag es una mujer y éste es su primer trabajo fílmico, el mismo que fue seleccionado para representar a Alemania en las nominaciones al Oscar el 2011.
El trabajo de Feo Aladag es un drama que termina partiéndonos el corazón. Hacer películas con niños en la trama -si es que uno tiene la paciencia y sabiduría de dirigirlos bien- siempre dan buenos resultados. Más aún si los niños están en el medio, siendo jalados de los extremos -como ya lo había juzgado Salomón miles de años atrás- el asunto se complica.
No sólo la madre y el padre se pelean por la patria potestad del menor, también los hermanos y los padres de la madre juzgan que el hijo debe ser devuelto al padre, porque es a él a quien pertenece. Aquí entra a tallar el asunto religioso, difícil de cambiar, más aún si es mal interpretado. El bienestar del niño no interesa.
En el film hay una mujer -la jefa donde la madre encuentra trabajo- quien pretende ayudar a la familia, dando un punto de vista diferente y es ella quien recalca a los padres en uno de sus diálogos 'que no es de religión de lo que se trata, sino de salvar a su hija y su pequeño'.
Resulta frustante ver como los varones de la familia de la madre agredida no pueden ver lo que resulta evidente, prefiriendo encerrarse en el machismo, contagiando a sus propias mujeres del clan familiar con ese sentir y proceder. Las mujeres no protestan, aceptan lo que se les impone desde hace siglos y ven con malos ojos a la mujer que se hace respetar. Resulta desesperante ver a los hombres jugando el papel de 'buenos', sin serlo. Cegados por sus creencias van empujando a la mujer maltratada hacia el agresor, quien también cree estar actuando de manera correcta. La madre no se deja y sí los espectadores la vemos ir hacia el vacío, de pronto vemos a alguien que esta dispuesta a ayudarla.
Así somos quienes nos aferramos a los malos hábitos, se nos hace difícil cambiar de negativo a positivo. Todo el drama que vemos en esta familia turca se hubiera resuelto de la manera más simple, sí es que hubieran tenido el valor y la enseñanza que nos impone la razón, donde hombres y mujeres somos iguales y tenemos los mismos derechos.
Mirando este film creo que quienes nos resistimos a cambiar y buscar la felicidad podemos tomar debida cuenta de cómo es dar la contra a aquello que nos daña. No les cuento el descenlace de la película que por cierto trata de cerrar un círculo planteado al principio. En ese momento se plantea un giro de tuerca que hace aún más dramática la historia. Les sugiero verla. No por nada, alguien dijo que el film era un logro remarcable, más aún siendo el debut de su directora.

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