“Caliente” -dicho con un sentido
sensual y pícaro- es la palabra que puede definir mejor la película
española 'Chico y Rita'. También podemos usar otras palabras, sin
duda, tales como: deliciosa, hipnótica, romántica, dulce, sencilla,
desfachatada, musical; ésta última sobre todo es muy complementaria
a la historia animada para adultos.
La película de Fernado Trueba y Javier
Marsical es una historia de amor animada y contó además con la
colaboración especial de Tono Errante, quien fue la bisagra especial
entre Trueba y Mariscal.
La cinta obtuvo el galardón a la mejor
película de animación en los Premios Europeos del cine, la mejor
película de animación de los premios Goya del 2010 y la nominación
al premio Oscar de la Academia.
La historia comenzó a gestarse en el
2000, según opinión de Trueba, 'en esa época Chavi – se refiere
a Javier Mariscal- comenzó una serie de bocetos de las calles, las
casas y la arquitectura de La Habana en general que después se vio
reflejada en la película'.
Ambos, Trueba y Mariscal, trabajaron
juntos en un documental “La calle 54' y es ahí donde el esfuerzo
conjunto realmente empezó.
'Chico y Rita' cuenta la historia de
amor tormentosa de sus protagonistas. Es una pareja a quienes les
cuesta encontrar la felicidad. Muchas veces se buscan y al
encontrarse se repelen. Al ver la película los espectadores nos
sentamos a esperar y a desearles lo mejor, que se junten.
'Rita es una mulata bella, se trata de
una cantante cubana de los años 50 que tiene un gran dominio de la
escena, todo lo llena', dice Chavi. 'Ella es alguien pasional a quien el amor se le
escurre siempre de las manos'.
Chico es un mulato talentoso, bastante
inmaduro e inocente a decir del director español. Chico es un
pianista muy virtuoso y es el alter ego de Bebo Valdez, el gran
pianista cubano que apenas acaba de dejarnos en marzo de este año,
allá en Estocolmo, muy lejos de su tierra calurosa, al cumplir 92
años.
La película es animada, pero se hizo
con actores. Primero se filmó las actuaciones y luego se le pidió a
los animadores que dibujaran sobre las imágenes, dándole así la
apariencia buscada. 'Se hizo esto para evitar que los dibujantes le
dieran su propia interpretación a lo que deseabamos', comenta
Trueba.
'Resulta difícil hacer que doscientos
dibujates parezcan una sola, como es lo que al final se ve en la
película' señaló Errando. Sin duda, el marco, la paleta de color
estuvo a cargo de Chavi Mariscal.
Ver La Habana y Nueva York recreado en
esta pelicula es una belleza. Además, se jugó mucho con el
contraste, el calor de la isla salta en el color y el frío de la
ciudad de los rascacielos se siente al momento de llegar a verla.
'Chavi conoce La Habana como la palma
de su mano', dice Trueba, 'en la cabeza de él, la capital de la isla
esta diseñada casi de manera topográfica'.
Al trabajo animado hay que sumarle el
gran amor a la música cubana que sienten ambos españoles. Los
cubanos de aquella época marcaron la historia musical en los Estados
Unidos. En el país del norte, todos deseaban bailar cha cha chá,
rumba, conga, mambo y ese ingrediente especial se siente a lo largo
del film.
A los Estados Unidos emigraron los
grandes músicos cubanos de entonces y pese a dar lo mejor de si,
siempre fueron mirados como por debajo, todo eso debido al racismo
existente. En la película vemos al percusionista Chano Pozo
quejándose del maltrato con su pecualiar estilo. 'Nosotros tenemos
que entrar por detrás y mear en un sitio separado al de los demás',
comenta en uno de los diálogos. En la pelicula se recrea su muerte.
Habiendo tantas historias de su deceso, los creadores de la película
lo hacen morir tras una discusión que tiene que ver con drogas y
dinero.
A decir de Trueba, la música fue un
reto especial. 'Podíamos usar lo existente, pero al discutir la idea,
decidimos por algo nuevo y novedoso. Pedir a otros músicos
talentosos de ahora que interpreten la música de los talentosos de
ayer: Charlie Parker, Dizzie Gillispie, Tito Puente, no es fácil.
Cuando un músico tiene su estilo y su propia voz musical, es difícil
ponerlo en los zapatos de otro, pero el final fue sorprendente y se
oye en la pelicula'.
Para revivir la voz de Nate King Cole,
por ejemplo, los encargados de 'Chico y Rita' pidieron a su hermano
Freddy, aún con vida, que interpretará una canción. El resultado
esta en la cinta. Ahí vemos a Nate king Cole cantando, claro, pero
con la voz de su hermano.
El gran Tito Puente esta ahí también,
pero quien realmente toca como él es Amadito Valdez, un también
excelente timbalero cubano.
La participación de Bebo Valdez es lo
que conmueve. 'Cada vez que Chico toca el piano, es en realidad Bebo
tocando', dice el director. Cuando terminaron de editar la película,
Trueba viajó a Málaga, donde entonces vivía Bebo Valdez. Ahí el
músico cubano vio la película y lloró agradecido.
'Bebo creo que entendió que gracias a
la película, la gente iba a oír su música después de que nos haya
dejado'. (Es verdad, antes de escribir esta nota, estuve escuchando
'Ay mamá Inés', en la versión de la orquesta de Bebo y ahora suena
en el fondo 'Lamento cubano' con el piano jazzeado del cubano).
Me quedo con las historias que se meten
dentro de la historia. Mientras Chico va camino a Nueva York, se
queda dormido y sueña con Humprey Bogart, quien le dice “Sam
tócame algo”, es en el preciso momento que Ramón, el companero de
viaje, el amigo, el promotor, el traidor, le dice a Chico que están
llegando a los Estados Unidos. Para sacar de escena al Bogart de
'Casablanca' no hay otra idea mejor que disparar contra él. Siendo
eso un sueño, el asunto es creíble.
Y otra de las ideas muy simpáticas
dentro de la película es el uso de Marlon Brando, el actor
estadounidense es captado por el lente de un paparazzi justo cuando
esta besando a Rita en algún rincón de la ciudad de los
rascacielos. La foto sale publicada en los diarios y es eso lo que ve
Chico al leer las noticias al día siguiente, es eso precisamente lo que lo mueve
a aceptar una propuesta de tocar con Dizzie Gillespie en París, dejándola a su suerte. En
la historia vemos también a Charlie Parker y otros virtuosos
musicales de esa época.
En la película también hay una
crítica muy interesante del gobierno cubano de Castro. Cuando los
barbudos ganan la revolución, Chico se sorprende cuando le prohiben
tocar el jazz y el bebop géneros musicales del que es gran cultor.
-¿Por qué? Pregunta sorprendido.
-Porque esa música es del enemigo
imperialista- le contestan sus colegas.
Todos los músicos han sido reunidos y
deben dejar su libre talento musical para trabajar algo que solo desean los
llamados 'revolucinarios'.
Chico decide entonces dejar de tocar y
dedicarse a una tarea alejada de su brillo musical: sacarle el
'brillo' a los zapatos de los turistas. Hasta que felizmente es
descubierto, cuando andan buscando al gran pianista, que esta vivo
aunque él diga “quien dijo que yo estaba vivo”.
Ahí empezamos a ir hacia lo que
buscamos inconcientemente como espectadores, que Chico sea feliz
junto a su amada Rita.