Saturday, February 4, 2012
Una mañana de invierno.
Hoy es un día gris. Los meteorólogos han anunciado nieve para mañana, pero pareciera que el fenómeno natural se adelantará a lo que dicen los especialistas.
Jhony como es su costumbre tocó el claxón a las 7.00 a.m. Muy gentil me da un aventón al trabajo, le ayudo un poco con la gasolina. Al subir a su auto me saluda con el acostumbrado “Good morning, sir”, que me gusta. Le respondo con deferencia el buenos días diciendo 'How is everything, dear gentleman”. 'Mucho bueno', responde con un español duro y mordido. Me instalo en el asiento de copiloto, me abrocho el cinturón de seguridad y el piloto le da marcha en primera al viejo Ford y avanzamos.
-Seem like we have snow, soon- dice Jhony.
-Yeah, seem like that- es mi respuesta.
El sol no estará esperándonos como todas las mañanas, cuando se anuncia esplendoro en la ruta hacía el sur de Long Island. Los choferes temen al sol en un tramo de la vía expresa, pues con su luz incandescente no deja ver más allá de pocos metros y tenemos que hacernos sombra con la mano extendida en la frente para evitar un accidente.
Tomamos la ruta 107 y al pasar por un cementerio Jhony bromea. Le encanta bromear. 'This people are fucking cold', me dice sonriente, mostrándome el cementerio donde se ve todas las tumbas cubiertas por una capa gruesa de nieve. Sonrío apenas, celebrando la broma y haciendo una reverencia de respeto, en mi interior, por todos quienes nos han tomado la delantera. Recuerdo a mi padre y le hablo a Jhon acerca de él. Mi padre murió a los 59 años, de un paro cardíaco, le digo. El mío a los 57 con la misma mierda, contesta Jhon en inglés. 'Piensas que vas a morir with the same shit?', pregunta.
-I dont know- respondo. Jhon está preocupado por mi. Regresando del trabajo, la primera señal de mi mal cardíaco ocurrió en su auto. En aquel momento culpé a mi estómago y a los gases pugnando por salir. Tres eructos hicieron que el dolor disminuyera, pero ustedes saben -si han seguido mis relatos- que estuvieron a punto de abrirme el pecho. Me negué y sólo me pusieron dos stent en la arteria coronaria. Aquel día regresando bajamos del carro en la tienda de CVS porque Jhony deseaba comprar caramelos de limón. Me obsequió dos al volver a la ruta de regreso. El dolor se fue, pero me dejó el temor y la preocupación de Jhony, quien volteaba a mirarme a cada rato. Me dijo que si deseaba me llevaba al hospital, desistí agradecido y me dejó, luego, en la puerta de mi casa. Su temor persiste esta mañana que vamos con rumbo a la chamba.
-How do you feel today?
-I'm okey
-Good- dice y acelera.
El cielo esta gris y me hace pensar en el cielo de Lima. Así es la vida de los inmigrantes, siempre tenemos presente de donde venimos.
Vamos por la 107, en la villa rica de Brookville, y la velocidad no debe superar las 45 millas en la zona. Existe un solo carril, pero por un lado vienen solo autos y por otro lado van, como nosotros que vamos a trabajar. No se ven muchas casas, las que aparecen tienen el diseño de casitas de historietas y no sé porque razón pienso en Hansel y Grethel. Los muchos árboles estan sin hojas, pero están cargadas de nieve. La nieve ha formado algo así como montículos al borde de la ruta y se ve muy pocas casas. Hay un espíritu navideño aqui. De noche se puede ver uno que otro venado cruzando la ruta, las marmotas también andan por aqui y ni que decir de las ardillas madrugadoras que algunas veces caen de los cables eléctricos cuando tratan de cruzar y con la velocidad terminan muertas y aplastadas entre las llantas de los autos. Gente con mucho dinero vive aquí. J.Lo y Marc Anthony vivían por aquí, antes que se separaran, los recuerdo porque son hispanos y han dado mucho que hablar con el asunto de su divorcio. Ella había aceptado ser jurado del concurso de “American Idol” y debía dejar la casa para ir a Los Angeles. El flaco debía dormir solo y extrañando el cuerpo bien torneado de su mujer. Con el frío la debió extrañar a mares. Es difícil tener a una mujer linda en casa, sin hacer nada y más todavía si tiene talento. En una crisis económica como la que soporta Estados Unidos, ganar dinero se hace imperativo y J. Lo lo sabe. 'Pero yo...' pareció quejarse el cantante. Bueno, allá ellos con sus líos. Yo tengo los míos.
Salimos de la 107 sin contratiempos, pese a haber sobrepasado el límite de velocidad en algunos momentos y entramos a la 495 hacia el sur. La vía se ensancha aquí, son cuatro carriles bien diseñados. Las tres vías de la derecha son para todo tipo de vehículo, pero la última de la izquierda esta sólo permitida a quienes van lejos, al final de la isla, siempre que vayan dos personas como mínimo. Ahí uno puede correr, pero es la manera más rápida de obtener un ticket de los policías que patrullan la vía y aquí no hay arreglos. La disposición legal dice que no debemos correr a más de 55 millas por hora. Veo el tablero de control del auto de Jhony y vamos a 65 millas por hora. Sin embargo, hay algunos carros que van más rápido, nos pasan con facilidad. Oigo como ruedan las llantas en la pista, cuando pasamos a un pequeño camion de carga se percibe un pequeño cambio en el sonido que hace el viento que corre libre y gélido. Estoy caliente al interior del viejo Ford, pues tenemos el heat prendido. A los autos estadounidenses los han reemplazado los autos japoneses, no es una novedad, pero verlos en la ruta es otra cosa. Los Toyota, los Nissan, los Hondas son muchos en el trayecto, a estos autos se suman los Hyundai, los Mercedes Benz, Audis y algunos BMW. Por que no veo un bello Peugeot? pregunto. Jhon no sabe nada al respecto. Nuevamente me abstraigo en mis sensaciones. Mi olfato no es de los mejores, tengo las fosas nasales algo cerradas, una gripe mal curada me sigue molestando. Mi boca está algo seca y mis labios resecos. Saco de mis bolsillos una crema lipstick y unto delicadamente mis labios agrietados. No tengo frío, un jacket de plumas me cubre por fuera, tengo un polo y un sueter de felpa, pantalones con forro de lana, medias muy gruesas y unos botines de trabajo. Me quité el gorro del jacket y voy con la cabeza descubierta. Mi pelo debe estar revoloteado y más crespo.
En algunas zonas avanzamos solos, el sonido de las llantas girando es constante y la velocidad del vehículo con Jhony al volante, también. Miro mis manos y las veo maltratadas por el frío y el trabajo. Recuerdo que tengo algunas cremas que uso algunas noches antes de dormir, mis uñas están algo largas y me digo que al llegar al trabajo me las cortaré. Jamás me las comería, me daría asco. La voz de Jhony me saca de mí mismo.
-How fuck are you?
-Good.
-You are very quiet.
-I'm thinking about my senses.
-That's good. You are paying attention.
Sí, le digo a Jhon y comienzo a hacer un recuento de lo que estaba haciendo, se lo digo en voz alta y en inglés. 'I'm confortable here. Voy por la 495 rumbo al trabajo. The temperature is perfect. No siento calor, ni frío. The sky is gray and estamos pasando por la salida 51. ¿Sabes? Por aqui vive Caroline, una rubia hermosa de la que me enamoré. Lástima, estaba casada y tenía la moral muy elevada, pero se veía tan sola. Antes de conocerla se veía renuente, después nos hicimos amigos, hablamos de todo, entramos en confianza, le pedí que me hable de ella y yo le contaba un poco de mi. Hablabamos en inglés y nos entendíamos a la perfección. Cuando me despedía, sentía que me decía “no te vayas, quédate. Me siento sola”. Me lo decía con la expresión de la mirada, lo sentía. Parece que el marido estaba abstraído en el trabajo y la tenía descuidada. Creo que empezó a sentir algo por mí. Desapareció de mi vida, temiendo que algo más pudiera pasar entre nosotros que pondría en riesgo su familia. Era eso precisamente eso lo que me frenaba, su familia. No me gusta verme como un tipo destructor. No la he buscado más'. Vamos a 68 millas por hora y estamos cerca.
-I should slow down. The police only allow us 5 millas more- me dice Jhony. Entonces hago que este hombre de 71 años regrese a su memoria.
-'¿Sabes?- me dice- cuando era un adolescente trabajé para un ciego, lo llevaba y traía al trabajo. Tenía una factoría de ciegos en un basement. El sabía dónde andabamos cuando ibamos en el tren a la ciudad. El también prestaba mucha atención al recorrido.
-Did you learn a lot from him?
-Oh, yeah. Me ensenó a hacer avioncitos a escala.
Ahora entiendo, el hobby de Jhony es volar aviones, el mismo los construye. Con ese pasatiempo aprendió carpintería, aerodinámica, motores, metereología, diseño, entre otras cosas. Jhony jamás está con las manos cruzadas. Ahora sigue manejando.
-Look!, just starts to snow.
-But, estaba supuesto a nevar mañana.
-In TV they always make a mistake in their predictions- dice Jhon.
Los pequeños copitos de nieve van acumulándose en la ventana del vehículo que avanza. Ya estamos a pocas salidas para alcanzar las instalaciones de trabajo. Si la nieve cae, espero que no sea demasiado. Ojalá que eso ocurra cuando venga de regreso, pienso. En Perú nunca cae nieve, recuerdo. Alguna vez me quejé de la nieve y se lo comenté a una tía de la misma edad de Jhony y ella sacó una carta de sus hermanos mayores. Ellos lamentaban estar muy viejos y enfermos y sin la posibilidad de venir a Nueva York. Lo que más les dolia era morirse sin conocer la nieve.
Desde aquel momento la nieve se ha convertido en una bendición para mi. Disfruto caminar en ella para ver como voy dejando mis huellas en el camino.
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